Compartiendo con Camila el “Derecho a la Esperanza”

Compartiendo con Camila el “Derecho a la Esperanza”

En el contexto de la conformación de la Alianza por la Defensa de la Seguridad Social y los Derechos de los pacientes, tuve la oportunidad de compartir con Camila, una niña que tiene apenas un año de de vivir con un trasplante de hígado, fue el gran motivo inspirador para escribir este pequeño ensayo…

Pero Camila, también nos hace recordar al Doctor Alexis Carrel, quien conoció pobres y ricos, sanos y enfermos, cultos e ignorantes, débiles mentales, locos, astutos, criminales. Frecuentó a los labradores, proletarios, empleados, comerciantes, financieros, fabricantes, políticos, hombres de Estado, soldados, catedráticos, maestros, sacerdotes, aldeanos, burgueses y aristócratas. Las circunstancias de la vida lo condujeron a través de la senda de filósofos, de artistas y poetas, de hombres de ciencia. Y también de genios héroes y santos. Al mismo tiempo, vio funcionar los ocultos mecanismos, en lo más lo hondo de los tejidos y en la inmensidad vertiginosa del cerebro, con el substrato de todos los fenómenos orgánicos y mentales, que lo llevaron a escribir su magna obra la Incógnita del Hombre.i Pero lo más trascendente para que este servidor y Camila, es que sigamos luchando por el Derecho a la Esperanza, para ella empezando la vida y para este servidor, en el ocaso de la misma, donde la historia del pasado parece una larga noche rota por los relámpagos, una espera gris e impaciente, un eterno crepúsculo de la mañana que ahora surge en mi vida. Ambos hoy nos encontramos en este laberinto que significa su desafío.

Es así que en cuanto a pioneros de nuevas esperanzas, fue a principio del siglo XIX que el Dr. Alexis Carrel, se planteó un valioso sueño que, posteriormente se hizo realidad, y fue la posibilidad de reemplazar un órgano enfermo en un ser humano por otro en buen estado. En 1902 el.ii El Dr. Ullman presentó en Viena la Capital de Austria, el primer caso de un trasplante renal, con ese amigo del hombre, conocido como el perro. Transcurrieron 50 años de experiencias acumuladas para que se llevara a cabo el primer trasplante renal en seres humanos. El mismo se realizó a cabo con gemelos idénticos en el año 1954.ii

En diciembre de 1969, se llevó a cabo en Costa Rica, el primer trasplante renal que se hizo en Centroamérica, bajo la coordinación del Dr. Herman Weinstok, pionero de la nefrología costarricense y el más connotado nefrólogo que había en el país en esos días, atendía a doña Elena Solano de Bonilla quien sufría de una nefritis crónica terminal, en otras palabras una destrucción de los riñones.

El Dr. Longino Soto, otro gran pionero en el trasplante de corazón.

En la década del 2000, tenemos el gran honor de los aportes de una gran cirujana en el campo de los trasplantes de de hígado, la Dra. Amalia Matamoros. Camila es un sueño hecho realidad de sus delicadas manos y su equipo de profesional de apoyo. La Dra. Matamoros, es parte de ese Derecho a la Esperanza y que como una Juana de Arco, levanta la voz por los oprimidos, por los necesitados, por los que clamamos por un trato con calidez, por la calidad de los medicamentos y por seguir soñando con una mejor calidad de vida. Ella es parte de la sonrisa de Camila y de todos los niños y adultos que siguen soñando por un mundo mejor. Los programas de trasplantes de órganos, se convierten en parte de las conquistas sociales de un pueblo, y algún día, usted será reconocida como la gran pionera de esas conquistas. Que Dios y la patria la protejan.

No cabe duda, que son estos primero pasos en el mundo de los trasplantes en nuestro país, donde se nos presenta una oportunidad trascendente para los costarricenses. Ante la incertidumbre de la vida, nos apoyemos en el mundo del lúcido pensamiento del pensador nicaragüense Alejandro Serrano Caldera, quien nos invita a ejercer el derecho a la esperanza y nos invita además, a la protesta contra la fatalidad histórica que nos ha dominado y que al mismo tiempo, como una esperanza de futuro, nos reta a transformar el sentido de nuestra realidad. También, nos invita a utilizar nuestras capacidades racionales para construir una razón para vivir, una razón para evitar el futuro desolador, una razón para construir el derecho a la esperanza. Pero hoy, Diana Ojeda Herrera, le recuerda a los costarricenses, que el dolor es esperanza. Ella vive el dolor físico de una enfermedad conocida como Epidermologysis Baillosa Distrófica, (EB). Nos recomienda que valoremos nuestras vidas y su salud. Y en lo esencial, que no nos detengamos en la construcción de nuevos sueños y tengamos presente que en sus caminos nada es imposible. Ella sigue su sueño esperando se haga realidad algún día. No pierde la esperanza porque su sufrimiento cotidiano le recuerda que en algún lugar del mundo hay personas trabajando por una cura para su enfermedad. Sus reflexiones finalizan reafirmando valientemente que ese es mi sueño, mi aliciente para vivir con renovada energía. Y sentencia, Sí yo puedo usted también. Así nos aporte un lindo mensaje sobre el Derecho a la Esperanza y a la vida.

En este mismo escenario del derecho a la esperanza, se enmarca el primer acuerdo de la Alianza por la Defensa de la Seguridad Social y los Derechos de los pacientes, bajo las siglas de ADESSPA, al establecer que: “realizar todos los esfuerzos posibles y necesarios que contribuyan con el fortalecimiento integral del Sistema de Seguridad Social Costarricense. Coordinando acciones concretas con los representantes de las Instituciones estatales y de las empresas privadas directamente relacionados con él. Todo bajo el entendimiento de que la Salud es un Derecho Humano de protección universal y constitucional, como derecho fundamental de todo habitante de la República de Costa Rica y, como tal, debe defenderse con firmeza, seriedad, profesionalismo y frente a cualquiera que pretenda amenazarlo”. En cuanto al contexto relacionado con los aspectos de jurisprudencia, la Sala Constitucional, Voto 3440-2003 30/04/2003, nos ha permitido seguir soñando y haciendo realidad la construcción del Derecho a la Esperanza al señalar: /// Sobre el derecho a la salud y a la vida. El desarrollo que ha dado la Sala al tema del derecho a la vida-y con él, el derecho a la salud- ha sido claro y consistente, pudiendo citarse numerosas sentencias aplicables. Baste, por ello, recordar solamente una de ellas, por su especial aplicabilidad al caso concreto:

“Doctrina Filosófica a través de todos los tiempos han definido a la vida como el bien más grande que pueda y debe ser tutelado por las leyes, y se le ha dado el rango de valor principal dentro de la escala de los derechos del hombre, lo cual tiene su razón de ser pues, sin ella todos los demás derechos resultarían i8nutiles y precisamente en esa media es que debe ser especialmente protegida por el Ordenamiento Jurídico. En nuestro caso particular, la Constitución Política en su artículo 21 establece que la vida humana es inviolable y a partir de ahí se ha derivado el derecho a la salud que tiene todo ciudadano, siendo en definitiva al Estado quien le corresponde velar por la salud pública impidiendo que se atente contra ella”. (Sentencia Nº 5130-94 de las diecisiete horas treinta minutos del siete de setiembre de mil novecientos noventa cuatro). Pero estos derechos requieren que los mismos hospitales, para solo citar un recurso importante para los pacientes, permitir quela estancia de los pacientes sean tan breves y placenteros como lo sea posible. Tenemos como ejemplo en un hospital de un hombre que recién había sufrido un trasplante de riñón, estaba alojado en una sala general debido a que no había disponible una enfermera experta en diálisisiii. Hace diecisiete años, por falta de espacios en el hospital que fui trasplantado, experimenté la necesidad de ser trasladado a varios salones, dependiendo de un lugar desocupado. En este sentido, los desafíos por la vida están llenos de laberintos.

Retomando el encuentro con Camila, ambos somos producto de la solidaridad humana y de un sueño hecho realidad del Dr. Alexis Carrel. Ella comparte el Derecho a la Esperanza, porque tuvo acceso a la voluntad del otro de algo que es absolutamente inalienable, su cuerpo. Fue una persona fallecida que donó sus órganos y con esta voluntad de donar vida después de la muerte, nos encontramos que Camila, está en la presencia de ese hermoso gesto, respecto del cuerpo aún después de la muerte, al recibir su hígado. No obstante que es un tema muy complejo en el escenario de toda cultura y en todo contexto familiar. Hoy Camila comparte y vive expresando la sonrisa y la mirada inocente llena de esperanza, y de esa manera; Camila nos da un gran ejemplo de voluntad y lucha. La alegría que compartimos con Camila, no fue solo de ella, también lo fue de una orgullosa madre que disfruta de un sueño convertido en realidad, su hija es una esperanza viviente.

En este encuentro cercano con Camila, el camino que he recorrido, con el trasplante de riñón, tiene algunos paralelismos, como es el que ambos, somos parte de eso que se conoce como el perfume de la solidad en la donación de órganos. Soy producto de esa solidaridad, producto de la lógica del regalo familiar y del don gratuito de la donación de órganos de un donante vivo relacionado, en este caso particular de una sobrina., que me ha permitido disfrutar de una prolongación por tantos años más de vida, todo gracias a ese noble gesto humano, al desarrollo científico tecnológico en el campo de la medicina y a un modelo de salud público como el costarricense, que debemos seguir defendiendo para las futuras generaciones En cuanto a mis sobrina, es un gesto que se enmarca en el contexto donde las cosas no son susceptibles de transarse como mercancías, es decir, que es producto de una acción altruista de un familiar y que, es un regalo de la vida, que se inscribe fuera de la lógica del mercado. Es un valor humano fundamental en esta construcción del Derecho a la Esperanza.

Para quienes todavía piensan en la eterna juventud., solo les invitamos a reflexionar junto a la Fundación hermana de Personas de Trasplante de Hígado Vida Nueva, ante la siguiente interrogante: “¿Es posible que necesitemos algún día de un trasplante de órganos para salvar nuestra vida o la de algún familiar cercano?

Definitivamente si, ningún ser humano tiene la vida y la salud comprada, cualquiera de nosotros o de nuestros familiares cercanos podemos caer en una enfermedad renal, hepática, pulmonar o cardiaca, crónica que termine en insuficiencia de dicho órganos y que requiera de un trasplante y por consiguiente de una donación de órganos. Así mismo existen enfermedades agudas que también pueden ser curadas con un trasplante urgente. De tal manera que si cada uno de nosotros se crea una conciencia de donación de órganos y lo vamos a trasmitiendo de familia en familia y de generación en generación a futuro nosotros mismos seremos los beneficiarios de la conciencia por donación y sufriremos menos tiempo de espera por nuestro órganos”. Somos reiterativos en estos llamados, donde se encuentran muchos sueños, de unos que ya han partido, de muchos de las que presentes generaciones y pensando también, en las futuras generaciones. Somos el alma tierna de Camila, de Diana, y el sueño y los desvelos de nuestras propias alegrías y frustraciones, eso somos, un proyecto no acabado de un futuro ser costarricense que todavía no se rediseña en la mente del estadista de este país. Somos finalmente, eso, constructores del Derecho a la Esperanza, ante el desafío de vivir con dignidad por un futuro mejor para todos. Somos el mundo del Dr. Carrel, convertido en realidad, somos ese proyecto de vida, que hoy empieza para Camila y nosotros solo, intentamos dejar un legajo para la historia para las futuras generaciones.

Gracias Camila, porque mi hiciste reflexionar con esa sonrisa y con ese hola que me hacia recordar ese ayer de lo incognito y desconocido que vivimos en lo más profundo que encierra de los misterios de un quirófano. Ayer fue un gran día. Solo espero que no se pierda el perfume de esa esencia, que se llama solidaridad en la donación de órganos y tejidos humanos para que todos tengan acceso, sin condición de clase social o raza, credo, es decir, para todo el que los necesite; y que la sonrisa de los niños no se apague jamás…

Escrito por: William Vargas Loría.

Bibliografía:

  • A.Journey Just Begun. TRANSPLANTATION. Proceedings. Medical Milestones in Inmunosupression. Vol. 36. March. Houston. Tx.2004.
  • Andrés Pérez Baltadona. EL DERECHO A LA ESPERANZA.
  • Nicaragua y el pensamiento de Alejandro Serrano Caldera. Nicaragua. 1999.
  • Dr. Alexis Carrel. LA INCÓGNITA DEL HOMBRE. Editorial Época SA. México. D.F. 1967.
  • Dr. José Enrique Soetela. ANÉCDOTAS, REMEMBRANZAS Y ALGO MÁS…Memorias de un Anestesiólogo. San José. Costa Rica. 2006.
  • Jon Elster y Nicolás Herpin. LA ÉTICVA DE LAS DECISIONES MÉDICAS. Editorial Gedisa. Barcelona. España. 2000.
  • Geovanny Papini. El Hombre Acabado. Editorial Latinoamericana. México. D.F. 1957.
  • Proyecto pacientes. DERECHOS DE PACIENTES. Actualización Educativa e Informativa para Fortalecer el Rol de los Grupos de la Sociedad Civil. San José. Costa Rica. 20012.
  • Russell L. Ackoff. Universidad de Pensilvania. REDISEÑANDO EL FUTURO. Editorial LIMUSA. Argentina. 1981.

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