Las dos Actas, la del 15 de setiembre y la del 29 de octubre

Por Vladimir de la Cruz

Celebramos este año el Bicentenario de la Independencia de España. Conmemoraremos en este sentido dos fechas de manera inevitable, el 15 de setiembre cuando en Guatemala se hizo la primera Declaración en este sentido, siendo Guatemala la sede principal de la Autoridad española para la región, y el 29 de octubre cuando, en Costa Rica, se tomó la decisión de Declarar la Independencia, siguiendo el Pronunciamiento fijado por Guatemala, conociendo también lo resuelto por Nicaragua. Así lo hicieron también El Salvador, Honduras y Nicaragua.

De Nicaragua también dependíamos en algunos aspectos administrativos al finalizar la colonia.

El Acta del 15 de setiembre, siguiendo las decisiones que habían tomado “los ayuntamientos constitucionales de Ciudad Real, Comitán y Tuxtla en que comunican haber proclamado y jurado dicha independencia, y excitan a que se haga lo mismo en esta ciudad” …y “oído el clamor de Viva la Independencia que repetía de continuo el pueblo que se veía reunido en la calles, plaza, patios, corredores y antesala de este palacio, se acordó por esta diputación e individuos de Excmo. ayuntamiento:

“Que siendo la independencia del gobierno español la voluntad general del pueblo de Guatemala”, convocando a un Congreso regional para conocer de estas decisiones, Congreso “que debe formarse”, se “circulen oficios a las provincias por correos extraordinarios para sin demora alguna se sirvan proceder a elegir diputados representantes suyos, y éstos concurran a esta capital a formar el congreso que debe decidir el punto de independencia general y absoluta y fijar”.

Mientras esto sucedía se iban declarando las independencias respectivas en la forma que lo hicieron El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica.

Se ordenó, igualmente, en el Acta del 15 de setiembre “Que se pase oficio a los dignos prelados de las comunidades religiosas, para que cooperando a la paz y sosiego, que es la primera necesidad de los pueblos, cuando pasan de un gobierno a otro, dispongan que sus individuos exhorten a la fraternidad y concordia, a los que estando unidos en el sentimiento general de la independencia, deben estarlo también en todos los demás, sofocando pasiones individuales que dividen los ánimos y producen funestas consecuencias”, reconociendo la existencia de bandos a favor y en contra de la Independencia.

Y, contundentemente, “que imprimiéndose esta acta y el manifiesto expresado, se circule a las Excma. diputaciones provinciales, ayuntamientos constitucionales y demás autoridades eclesiásticas, regulares, seculares y militares, para que siendo acordes en los mismos sentimientos que ha manifestado este pueblo, se sirvan obrar con arreglo a todo lo expuesto”. Por ello, entre otras razones, se pronunciaron El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa rica.

Recibida, a mediados de octubre de 1821 el Acta de Guatemala, en que se proclamaba su Independencia y se incitaba a las Provincias a proceder, en Costa Rica durante casi tres semanas se conoció lo acontecido en Guatemala, y se procedió a nombrar delegados de los pueblos para que se reuniesen en Cartago, lo que hicieron el 29 de octubre, para definir la situación.

Así el 29 de octubre conociendo las Actas de Guatemala, de 15 de setiembre y la de León, de Nicaragua, de 28 de setiembre, que nos llegaron juntas, y conociendo “las plausibles noticias de haberse jurado la independencia en la capital de México y en la Provincia de Nicaragua”, donde, en Nicaragua, también, el 11 de octubre, con otra Acta, se había reafirmado la Declaración de 28 de setiembre, mejorándola en su contenido, se acordó: “1° Que se publique, proclame y jure solemnemente el jueves 1° de noviembre la independencia, absoluta del Gobierno español”. Esta es la celebración principal, la Independencia de España, esta es la que corresponde a la del Bicentenario, que se celebrará este año, en setiembre y en octubre. Lo acordado primero fue la Independencia de España, lo segundo jurar la Independencia.

Los sucesos en Centroamérica, ligados a los de México, donde Agustín de Iturbide, que mantenía independiente a México de España, aunque su Declaración definitiva de Independencia de México es hasta el 26 de setiembre, había declarado el Imperio, y arrastrado corrientes anexionistas al mismo, una vez declaradas la Independencias de la región.

En Costa Rica no estuvimos al margen de estas corrientes anexionistas. Por ello en el Acta del 29 de octubre se manifiestan esas tendencias, cuando se dice “que absolutamente se observarán la Constitución y leyes que promulgue el Imperio Mexicano, en el firme concepto de que en la adopción de este plan (refiriéndose al Plan de Iguala, acordado por Iturbide) consiste la felicidad y verdadero interés de estas provincias”. Así quedó sellada la Independencia de España. La posibilidad de la anexión al Imperio Mexicano se desvaneció con la misma desintegración del Imperio antes de que la noticia de Costa Rica llegara a oídos de Iturbide.

La Proclamación de la Independencia del 29 de octubre, de España, no puede dejar de celebrarse en Costa Rica. Oficialmente el Gobierno de la República tiene que hacerlo. Si por tradición se ha celebrado la fecha del 15 de setiembre en Cartago, no podrá obviarse la fecha del misma del 29 de octubre en Cartago.

El 15 de setiembre de 1821 no se celebró nada en Centroamérica, excepción de Guatemala. El Congreso centroamericano pocos meses después dispuso que se celebraran ambas fechas, la del 15 de setiembre, que se constituyó en el detonante de las Declaraciones de Independencia de las provincias centroamericanas, y a la vez las fechas correspondientes en las que cada provincia había hecho su Declaración, en el caso de Costa Rica, la del 29 de octubre.

Allí, en ese Congreso se afirmó la Independencia de Costa Rica el 29 de octubre. En 1975 el Presidente Daniel Oduber Quirós, por Decreto 5303, del 13 de octubre de 1975, dispuso que se siguiera celebrando la fecha del 29 de octubre como la fecha en que se firmó la Independencia de Costa Rica.

Así tenemos dos Actas, la del 15 de setiembre, que se celebra regionalmente, y la del 29 de octubre, que corresponde a la fecha de la Independencia de España, así escrita, en Cartago.

La discusión académica sobre estas fechas se va a seguir manteniendo. Es inevitable, como inevitable es la celebración del 29 de octubre.

Que esta discusión conduzca a enriquecer más y mejor la Historia chica de aquellos días, será su mejor resultado.

Lo que no es válido es negar la fecha del 29 de octubre, como no se niega ni se reniega de la del 15 de setiembre, que fue el gran detonante de las Actas de Independencia de cada uno de los actuales países centroamericanos.