«Soy libre pensador»

Luis Ángel Salazar Oses

 

«Si un hombre, al sostener una creencia que le fue enseñada en la niñez o de la que fue persuadido más tarde, rebaja y echa a un lado todas las dudas sobre ella que brotan en su memoria, evita a propósito la lectura de libros y la compañía de hombres que la cuestionen o la discutan, y ve como impías aquellas preguntas que no puedan contestarse fácilmente sin perturbarla, entonces la vida de ese hombre es un único y largo pecado contra la humanidad».    William K. Clifford.

La libertad no es un don caído del cielo sino un proceso sin fin, en el que vamos rompiendo cadenas, realizando la tarea mediante la cual, el Prometeo que nacemos siendo, va invirtiendo el proceso que lo ató a la montaña y, armados del fuego que recibimos -razón, ciencia, artes- vamos destrozando nuestros heredados grilletes. La tarea no es fácil, incluso es a veces dolorosa cuando, por ejemplo, tenemos que destruir mitos queridos que nos han permitido vivir estúpidamente cómodos.

Nacemos en medio de un hogar en el que, generalmente, imperan prejuicios y creencias de diversos tipos que, desde nuestra más tierna infancia y consciente o inconscientemente, nuestra familia nos va inculcando -religión, patrioterismo, fanatismo deportivo, prejuicios morales, etc.- y que, de no reaccionar, nos atarán de por vida a la «tradición» generalmente manipulada a favor de quienes ostentan el poder económico, político, social y cultural. Este «aprisionamiento» en estructuras muchas veces esclavizantes, se consolida con los procesos «educativos» -domesticadores- que recibimos y la enajenante tarea  de los medios de comunicación y de los restantes aparatos ideológicos -Althusser- vigentes en nuestro medio social.

Un breve análisis de tres de los más tradicionales y cotidianos recursos de manipulación empleados en nuestro país, creo que nos servirá para aclarar más el origen de nuestra conversión en títeres del poder establecida gracias a los mitos que propalan y consolidan en el consciente colectivo (les sugiero consultar en el «XIX informe del Estado de la Nación» los Trece Mitos allí señalados).

Religión: Si revisamos cuidadosamente las cúpulas que manejan los diferente cultos religiosos vigentes en nuestra Patria, descubriremos fácilmente su explícito o implícito ligamen con las cúpulas de poder cuyos intereses terminan defendiendo, en el caso de los cristianos fanáticos verbigracia, con dos citas del nuevo testamento, dictadas por su líder: «…mi reino no es de este mundo» y «…dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios», estas dos tesis más su prédica de que «Si te dan por una mejilla pon la otra» y «Ama a tu enemigo», terminan inmovilizando a sus seguidores en la «Resignación» que les genera la redención y salvación, entre más «mansos corderos sean», en el «Reino de los Cielos»

Educación primaria y secundaria en particular: este proceso es dirigido en nuestro país por el Ministerio de Educación Pública y más concretamente por el Consejo Superior de Educación, liderado por el Ministro(a) de esta Cartera, nombrado por quien preside la República que, a su vez, le rinde cuentas y pleitesía a la élite de poder vigente. Las políticas -líneas- educativas que se emiten desde esas instancias ministeriales buscan, en última instancia, mantener este proceso como instrumento fundamental para inculcar, por parte de las clases dominantes «…en la mentalidad y la conducta de los niños las condiciones fundamentales de su propia existencia.» (Aníbal Ponce: «Educación y lucha de clases»). Por eso esta educación es, simplemente, domesticación lo que explica porqué, la burguesía desde su nacimiento hegemónico en Costa Rica, declaró a la educación primaria como «…gratuita, obligatoria y costeada por el Estado.»

Los Medios de «Comunicación», mantienen la misma pertenencia y sumisión de los dos mecanismos mencionados, a los sectores poderosos económica y políticamente hablando, por lo que su misión es la de mantener a la ciudadanía que les escucha, ve o lee, totalmente atada e inmovilizada a las mismas «argollas» que las degradan, humillan y explotan constantemente.

Naturalmente, en todos estos casos existen excepciones -la «Teología de la Liberación» (Gustavo Gutiérrez), la «Educación Liberadora» (Paulo Feire) y algunas radio emisoras, televisoras y diarios- pero su minoritaria proyección sirve para confirmar la tesis de que «la excepción hace la regla».

En fin, nacemos, crecemos y, si nos descuidáramos, vivimos y morimos convertidos en «ciervos menguados» de los amos de turno, tan sutilmente manipulados por los dueños de los aparatos ideológicos que estamos convencidos de que nuestro país es una democracia y que debemos defenderla a capa y espada aunque, en nuestra realidad cotidiana económica, política y sociocultural, nos esté llevando el diablo. Esto explica, y lo señalaré a manera de ejemplo, el terror que siente alguna gente de abandonar partidos políticos -cuevas de Alí Babá- tradicionales que, aunque se han convertido en refugio y fortaleza de chulos, corruptos, vividores y explotadores, siguen recibiendo el caudal necesario de votos ingenuos mínimo para seguirnos arruinando, en nombre de la democracia misma, a la que califican como «representativa», haciéndonos olvidar, por cierto, que ésta solo sirve para representar y defender los intereses ilegítimos de las aristocracias que viven de ellos.

Liberarse de los prejuicios que atan nuestro cerebro y, con él nuestra voluntad y acción a quienes manipulan esa cuerdas, no es tarea fácil pues corremos el peligro de ser expulsados del «paraíso» en el que vivimos y ser llevados a las modernas inquisiciones que nos calificarán de rebeldes sin causa, resentidos sociales, inmorales, impíos, anarquistas o comunistas -sin saber qué diablos es eso- y nos cargarán de todas las discriminaciones que puedan endilgarnos. Pero, la verdad es que vale la pena asumir esos riesgos pues lo mismo dijeron de quienes históricamente han impulsado el desarrollo integral de la humanidad, háyanse llamado Tales de Mileto, Heráclito de Efeso, Sócrates, Hipatia de Alejandría, Giordano Bruno,Galileo, Carlos Marx, o, en América: Simón Bolívar, Juanito Mora, «Billo» Zeledón, Carmen Lira, José Martí, Augusto C. Sandino, Fidel Castro, Ernesto «Che» Guevara y otros tantos calificados y tratados de la peor forma por ser libres y, consecuentemente, amar y defender  la justicia y la libertad auténticas e, incluso, morir por ellas.

Hoy, más que nunca, se hace imperiosamente necesario romper todos los esquemas mal intencionados con que, llenándonos de prejuicios, nos atan al carro de la esclavitud explícita e implícita. Y este redentor proceso humano, aunque aparece en principio complicado, es tan simple como empezar a pensar y decidir por nosotros mismos planteándonos y contestando inteligentemente preguntas tan sencillas como ¿qué compraremos mañana para suplir una real -y no impuesta- necesidad?, ¿cómo emplear el aguinaldo librándonos de estúpidas propagandas que sólo pretenden arrebatárnoslo inmediatamente después de su ansiada llegada  a nuestros bolsillos?, ¿valdrá la pena seguir viendo y sufriendo la estúpida telenovela o el comercializado «opiofutbol» en vez de dedicarle ese tiempo a nuestra familia, a la lectura, a nuestro desarrollo cultural que sólo puede ser colectivo, al verdadero deporte como cultura del cuerpo y a la fundamental participación cívica, obligatoria por cierto como miembros de nuestra comunidad que somos, para la solución de los múltiples problemas que hoy sufrimos? ¿Por qué vamos a seguir siendo cómplices de los mismos dándoles nuestro voto o no yendo a votar, en  vez de empezar a participar en la construcción del desarrollo integral de nuestro País, participando inteligente y activamente en la campaña política que hoy se desarrolla en nuestra Patria-Finca, para cambiar a quienes hemos nombrado erróneamente como sus administradores, por gente decente a la que podamos, controlar colectivamente para que gobernemos en pro del Bienestar Auténtico del Soberano Pueblo que somos?

Pensemos libremente para que libres actuemos en la creación de la nueva comunidad, el nuevo país y el nuevo mundo que todas y todos merecemos al cumplir el imperioso mandato de trabajar, sin explotar diariamente al prójimo.

Recordemos que.”…hoy el amanecer dejó de ser una tentación…» y el primer paso para convertirlo en realidad es liberar nuestras mentes y nuestras acciones en pro de la materialización del mundo solidario y ecológicamente sostenible que nuestra auténtica esencia humana colectiva ha añorado siempre. ¡¡¡Ahora sí que se puede!!!

Deberíamos crear un grupo de librepensadores, si desean hacerlo por favor hablemos, arriba están mi número telefónico y correo, les espero.

«Es difícil luchar contra un enemigo que tiene puestos de avanzada en tu cabeza»  Sally Kempton.

 

Información enviada a SURCOS por el autor.