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Etiqueta: BNCR

OMERCON “Es un despropósito el Fondo de Inversión en Bitcoin lanzado por el BNCR”

Comunicado del Observatorio del Mercado y Derechos del Consumidor (OMERCON)

Los bancos del Estado no tienen como objetivo promover inversiones de altísimo riesgo, ni inducir a estas apuestas a la población.

El Banco Nacional de Costa Rica, informó que lanzó un “Fondo de Inversión en Bitcoin”, noticia que nos llena de consternación, ya que los bancos del Estado son instituciones para el desarrollo de actividades productivas, creadoras de riqueza, jamás entes para promover los juegos de apuestas de dudosa reputación.

Que los capitales privados quieran apostar a juegos de azar, apuestas peligrosas y opacas, es aceptable, siempre que estén dentro de la legalidad, pero que un banco público, con garantía del Estado, con un marco normativo para apoyar el desarrollo de actividades creadoras de riqueza, pierda el objetivo y que a la ligera promueva y sustente este tipo de actividades, en extremo riesgosas, es una muestra de que su Junta Directiva y élite gerencial ha perdido el rumbo.

Hasta hoy los bancos del Estado son los máximos impulsores de la bancarización de Costa Rica, en cada distrito y caserío encontramos sus oficinas y los intereses promedios de sus carteras son los más bajos del sistema financiero y aún tienen un enfoque más hacia a la producción y a las pymes, y por eso en OMERCON los defendemos y apoyamos.

Aún más, quisiéramos que se perfeccionen como bancos de desarrollo, no como entes de especulación y promotores de esquemas de “inversiones cuestionables”. Y estamos claros en que se requiere mucha más competencia real en el mercado financiero costarricense, para aumentar la oferta de productos financieros y bajar los exagerados costos que persisten, cosa que todavía no se da.

Para ejemplificar del riesgo que implica la aventura de los Fondos en Bitcoin, veamos la variabilidad del valor de este disque “activo”: en diciembre 2021 un Bitcoin valía US$ 65.100, luego, en enero del 2023, cayó a US$16.700, con una pérdida del 75% del valor y, para enero del 2025, por el contrario, había llegado a US$101.000. Esta altísima variabilidad ha llevado a que muchas “empresas financieras” relacionadas con negocios de “fondos” en criptomonedas se han declarado en bancarrota recientemente, solo citamos algunas: Core Scientific, FTX, BlockFi, Three Arrows Capital y Génesis. Todas ellas con pérdidas multimillonarias para los depositantes que, atraídos por supuestamente un casino de juegos de ganar – ganar, debieron afrontar la bancarrota y la pérdida de los ahorros de toda la vida, perjudicando a miles de personas incautas. ¡No podría estar bien promover semejante riesgo desde un banco del Estado costarricense!

Puede seguir las actividades de OMERCON y ser parte siguiendo este enlace: https://www.facebook.com/share/15t7opybR9/?mibextid=wwXIfr

Y, entonces, ¿privatizamos los bancos?

Luis Paulino Vargas Solís

Últimamente varios escándalos manchan la imagen de los bancos públicos: Banco de Costa Rica (BCR) y Banco Nacional (BNCR). En el primer caso, respecto de negocios realizados por la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI), en los cuales hay claros indicios de manejos irregulares y corruptos, con perjuicio para quienes han invertido en esos fondos. En el segundo, la cuestión de la Asociación Solidarista, y el robo, por ₡3,3 miles de millones en efectivo, hurtados de la caja fuerte (que no bóveda) del propio banco.

Diferente al “cementazo”, que hace unos años golpeó al BCR, en estos tres casos no aparecen involucradas figuras políticas de alto nivel. Esto nos advierte que, contrario al mito popular, la corrupción no es, ni mucho menos, patrimonio exclusivo de las élites políticas. De hecho, el hobby favorito de los muy ricos de Costa Rica es el fraude fiscal y la ocultación de la riqueza, todo un glamoroso ejercicio de corrupción a gran escala. O, como en lo del robo en el BNCR, donde un tipo de nivel clase media es actor principal.

La cuestión entonces es: ¿Qué hacemos? ¿Privatizamos los bancos públicos?

Eso sería tirar el chiquito junto con el agua sucia de la tina. No nos conviene.

La evidencia es clarísima: los bancos públicos son mucho más eficientes y dan aportes muy superiores que los que dan los privados:

  • El número de agencias y sucursales de los bancos públicos triplica la de los bancos privados, y alcanza los lugares más lejanos, donde estos jamás llegarán.
  • Las cargas parafiscales que aportan los bancos públicos hacen que su contribución fiscal prácticamente duplique la de los privados.
  • Aun cuando todo lo anterior eleva los costos de los públicos, sus tasas de interés son, la gran mayoría de las veces, más bajas, y, en ocasiones, mucho más bajas. Dos ejemplos: construcción y consumo, donde, hoy día, las tasas en los privados exceden hasta en 5,6 puntos porcentuales las de los públicos.
  • Los diversos indicadores de eficiencia que miden el “margen de intermediación financiera” (M1, M4 y M4A), demuestran una amplia ventaja a favor de los bancos públicos.

Atacar los problemas de corrupción en la banca pública no pasa por la privatización. Esa es solo una necedad ideológica y un negociazo corrupto. Son urgentes reformas que contemplen aspectos como los siguientes:

  • Total independencia de las influencias politiqueras del gobierno de turno.
  • Estrictos y rigurosos mecanismos de rendición de cuentas.
  • Supervisión ciudadana desde organizaciones independientes.
  • Supervisión técnica desde organizaciones calificadas, independientes del negocio financiero.