El pasado lunes 27 de marzo a las 11:00 am hubo un plantón frente a las oficinas de “Del Monte Foods, Inc.” en Barrio Tournon, San José, esto es parte de un esfuerzo colaborativo entre diferentes organizaciones para denunciar a la Corporación que, registraba bajo el nombre PINDECO, cultiva 4000 hectáreas en el cantón de Buenos Aires, generando la usurpación ilegal de territorio de la comunidad bribri de Salitre.
En la carta se expone lo siguiente: “Por la injusticia histórica y como respuesta al colapso ambiental provocado por la deforestación, contaminación y la ocupación de tierra indígena por corporaciones agrícolas masivas cómo Del Monte Foods, Inc., exigimos a Del Monte/PINDECO a desalojar el territorio indígena Bribri de Salitre, y hacer entrega pública de las tierras ancestrales a sus únicos y legítimos propietarios: los pobladores originarios”.
Se adjunta la carta enviada a Jorge Peláez, vicepresidente de Del Monte Foods, Inc.
Organizaciones que se suscriben al comunicado: Frente Tierra FECOU Iriria Sótchök Consejo Iriria Ajkönuk Wakpa Consejo Iriria Sātkök Juventud del Frente Amplio Juventud Vanguardista Costarricense-JVC CLSS ACODEHU Colectivo Autónomo Humanista
Sr. Jorge Peláez Vice Presidente, CECAB Del Monte Foods, Inc. San José, Costa Rica
Señor Peláez:
Sirva la presente para informarle que las organizaciones abajo firmantes emprendimos una campaña para exigirle a Del Monte y su subsidiaria PINDECO abandonar definitivamente el territorio Bribri de Salitre, Buenos Aires, Costa Rica, ubicado al este de la quebrada Sëmbla o Sebror y que retiren cualquier derecho de propiedad sobre las tierras Bribris, y cualquier reclamo legal sobre dicho territorio y en contra de cualquier persona recuperadora de ese territorio.
Los territorios indígenas fueron modificados vía decretos ejecutivos en Costa Rica y no mediante un proceso de consulta popular como norma el Convenio 169 de la OIT. Las demarcaciones, hechas por el Estado, dejaron a las comunidades indígenas aisladas, desprotegidas y fuera de sus territorios. Desintegraron al Pueblo Bribri de Salitre y ese proceso de desintegración benefició a terceros como es el caso de PINDECO/Del Monte. Esta empresa hoy explota y lucra con las tierras ubicadas al noroeste del territorio. PINDECO es subsidiaria de propiedad total de Del Monte y controla aproximadamente 4.000 hectáreas de fincas de piña en Buenos Aires de Puntarenas, y en zonas consideradas de ancestrales. Desde 1978, PINDECO/Del Monte viene esquilmando los bienes comunes en la zona, contaminando suelo, ríos y aguas subterráneas, ha acabado con la biodiversidad, y ha cercado de piña y precarizado los territorios indígenas.
Por la injusticia histórica y como respuesta al colapso ambiental provocado por la deforestación, contaminación y la ocupación de tierra indígena por corporaciones agrícolas masivas cómo Del Monte Foods, Inc., exigimos a Del Monte/PINDECO a desalojar el territorio indígena Bribri de Salitre, y hacer entrega pública de las tierras ancestrales a sus únicos y legítimos propietarios: los pobladores originarios.
Atentamente, esperando su respuesta somos, frenteTIERRA, info@frentetierra.org FECOU, ecologista.ucr@gmail.com Comité de Solidaridad con los Pueblos Originarios Iríria Tsöchok Concejo Iríria Ajkönúk Wakpa Consejo Iríria Sätkök
El pasado 27 de marzo del 2023 el colectivo Frente Tierra y el Frente Ecologista Universitario, convocaron a un plantón en las afueras del edificio Del Monte, para exigir que la transnacional salga de territorios bribris. Esta actividad es la primera de la campaña: «Fuera Del Monte del territorio bribri de Salitre».
La Corporación Del Monte, que bajo el nombre registral PINDECO, cultiva 4000 hectáreas en el cantón de Buenos Aires, genera la usurpación ilegal de territorio de la comunidad bribri de Salitre.
“Todas las cosas están sujetas a la interpretación. La interpretación que prevalece en un momento dado es una función del poder y no de la verdad.” Nietzsche
La Corporación de Desarrollo Agrícola Del Monte (Pindeco o Fresh Del Monte Produce Inc.) recientemente anunció el lanzamiento de la piña Del Monte Zero™, su primera piña certificada como neutra en carbono. El comunicado de prensa inicial señala que “la creación de esta solución basada en la naturaleza… forma parte de un compromiso más amplio que la empresa ha asumido para combatir el cambio climático.” Esta afirmación, sin embargo, contradice significativamente lo que pensamos algunos vecinos y vecinas de Buenos Aires de Puntarenas de las operaciones de Fresh Del Monte: Sin un cambio radical de su modelo agroindustrial extractivo de producción –que venga a reducir drásticamente el consumo de combustibles fósiles, la acelerada erosión del suelo y sedimentación de los ríos, la quema de biomasa después de la cosecha, y la intensa extracción de agua para riego en verano –el lanzamiento de la piña neutra en carbono no ofrece las soluciones que la emergencia climática actual requiere.
Como miembros de una familia con una larga tradición de ganadería extensiva en el cantón, y en parte responsable de la deforestación, quema de potreros y erosión del suelo que antecedieron a la piña, sabemos que cambiar radicalmente el modelo productivo de una finca no es nada fácil. Pero creemos firmemente que es la única respuesta racional a las consecuencias del cambio climático acelerado que experimentamos actualmente, y que prometen empeorar en los próximos años. Hoy día, sin ganado propio, con 85% de la finca en conservación y regeneración del bosque, y con un pequeño proyecto de agricultura tradicional de subsistencia, seguimos teniendo costos semejantes, pero sin las ganancias que antes generaba la cría y engorde de ganado. Sin embargo, sentimos que el principal problema que enfrentamos como finqueros es no saber exactamente cómo cambiar la estructura de poder y las relaciones jerárquicas que continuamos perpetuando. En este sentido nos identificamos con la compañía.
Los principales gases que causan el efecto invernadero, responsable del calentamiento del planeta, son el dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, ozono y vapor de agua. Desde el inicio de la revolución industrial, la actividad humana ha generado un incremento del 45% en la concentración atmosférica de dióxido de carbono (principalmente por consumo de combustibles fósiles, deforestación, quemas e incendios forestales y cambios en el uso del suelo). Una vez que asciende a la atmósfera, el dióxido de carbono puede permanecer en ella desde 300 hasta 1,000 años. Se ha estimado que, si las emisiones de carbono continúan al ritmo actual, podrían superar el límite de 2⁰C de calentamiento global, que pondrían en peligro la vida de los seres humanos en el planeta.
El dióxido de carbono (CO2) se elimina de la atmósfera (o «secuestra») a través de la fotosíntesis, cuando lo absorben las plantas, los árboles y los océanos como parte del ciclo biológico del carbono. Así mismo en los últimos años, y en respuesta a la crisis climática, los países del Norte global han estudiado diversas tecnologías para capturar y almacenar el carbono fuera de la atmósfera; particularmente aquel que emiten grandes centrales eléctricas o plantas industriales. Para ese almacenamiento se han usado minas o pozos de petróleo o gas natural que habían sido abandonados, así como cavernas subterráneas u otras formaciones geológicas en las profundidades del océano. Pero, a pesar de grandes inversiones y mucha investigación, todavía no existen métodos confiables y cuantificables de captura y secuestro de carbono a la escala necesaria para reducir significativamente su acumulación en la atmósfera.
Otra estrategia para secuestrar el dióxido de carbono de la atmósfera, que se ha popularizado entre las corporaciones, son las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN), como la protección, restauración y manejo sostenible del bosque, por ejemplo. La idea detrás de esta estrategia es que un actor contaminante, como Fresh Del Monte, puede “anular” o compensar sus emisiones invirtiendo en proyectos de conservación, regeneración o reforestación del bosque destinados a capturar y almacenar el carbono generado por sus operaciones. Como señala otro comunicado de prensa más detallado, “después de una evaluación exhaustiva de la producción de piñas en Costa Rica de Fresh Del Monte a través del envío y la venta a los mercados de América del Norte y Europa, SCS Global Services (compañía contratada por la empresa para obtener esta certificación) determinó que las emisiones de gases de efecto invernadero de las piñas Del Monte Zerohan sido anuladaspor la reabsorción de la propiedad de Fresh Del Monte bosques, lo que hace que la huella de carbono de esas piñas sea cero”.
Para aclarar esta afirmación, específicamente la anulación de emisiones por captura y reabsorción de carbono en los bosques de la empresa; primeramente, los procesos de liberación y captura de dióxido de carbono son independientes. Segundo, las emisiones de dióxido de carbono de la empresa ocurren en distintas fases del ciclo productivo de la piña: limpieza y preparación del terreno; siembra, fertilización y cosecha; combate de plagas y quema de biomasa; acarreo, procesamiento y empaque de la fruta; transporte terrestre y marítimo; distribución a puntos de venta; y mercadeo y comercialización al consumidor. Tercero, los bosques de Fresh Del Monte que dicen capturar el carbono emitido están ubicados en la zona sur y caribe de nuestro país. Es decir que, aunque se afirme, por ejemplo, que 100 toneladas de dióxido de carbono emitidas por la empresa van a ser capturadas en sus bosques, existen todavía 100 toneladas de carbono que serán emitidas, se acumularán en la atmósfera, y continuarán calentando el planeta por otros 300 a 1,000 años.
Al igual que los grandes finqueros que reforestan el bosque, pero sin analizar ni enfrentar las inequidades que resultan de la estructura social prevalente, las SbN, como la piña Del Monte Zero™, no son verdaderamente efectivas para combatir el cambio climático.
Entonces, ¿cómo enfrentar la emergencia climática actual con la dignidad, honestidad y compasión necesarias para sanar las estructuras jerárquicas globales de poder?
En la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) el presidente Gustavo Petro propuso un decálogo para enfrentar sistémicamente la emergencia climática actual. En el fondo de su visión predomina un fuerte desafío al rol de los mercados en definir un plan de acción; afirma el rol del sector público y de las comunidades, particularmente indígenas, en definir una autentica visión para el futuro; y apoya la agroecología y la soberanía hídrica y alimentaria, entre otros puntos. En esto refleja la visión del Pacto Ecosocial e Intercultural del Sur entre otros, que afirman los límites de la tierra y cuestionan el crecimiento sin límite.
Miércoles 23 de marzo del 2022. El despojo de tierras-territorios a los Pueblos Originarios es una problemática que data desde el inicio de la conquista por parte del Imperio Español del territorio que hoy se conoce como Costa Rica. Problemática que luego fue continuada por el Estado costarricense. Prueba de ello es que el Estado delimitara, en un primer momento, el Territorio Bribri de Salitre con el Decreto N° 34 en 1956 y posteriormente, lo modificara con otro Decreto N° 13571 en 1982 con el único objetivo de reducir el Territorio Indígena y someterlo a la explotación de particulares y empresas privadas.
Con este último Decreto, el Estado costarricense atentó contra el Pueblo Bribri al reducir el Territorio a través de un Decreto y no por medio de una Ley informada y consultada a los Pueblos en cuestión -tal y como lo establece el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)-. De ésta forma gran parte del Territorio Bribri de Salitre quedó fuera de los límites impuestos en 1982 y dejó a buena parte del Pueblo Bribri sin ninguna protección. Este despojo se sostiene al día de hoy.
Entre esas tierras-territorios que quedaron fuera de la demarcación del Estado costarricense se encuentra la comunidad «Diko Diköl» -conocida como Villa Linda- al sur del Territorio y otro sector ubicado al noreste del Territorio ancestral que es usurpado por la empresa exportadora de piña PINDECO.
Esta empresa llegó al cantón de Buenos Aires en la década de 1980 y su labor se ha caracterizado por ser mortífera para la tierra y para las personas trabajadoras, ya que no cuentan derechos laborales. Como si esto fuera poco, PINDECO también usurpa una parte del Territorio Bribri de Salitre, terreno que aún no ha sido recuperado pese a que desde el 2014 una parte del terreno usurpado por la piñera pudo ser recuperado por el Pueblo Bribri y el Concejo Ditso Irìria Ajkonuk Wakpa (CODIAW).
Desde hace varios meses, el CODIAW ha constatado que esta empresa es responsable de acciones de reforestación en el sector de la sabana; cercándolo para poder sembrar árboles. Esta acción además de ser un delito -el de usurpación-, atenta profundamente con la cultura del Pueblo Bribri pues, para nosotras y nosotros, la sabana es un sitio sagrado por ser ecosistema natural, y únicamente puede ser trabajado por autoridades ancestrales Bribris que utilizan medicinas naturales de la sabana para sanar las enfermedades de las y los Bribris.
Ni siquiera el Pueblo Bribri, en su totalidad, puede hacer uso de la sabana ¿cómo si lo hace Pindeco?
Ni siquiera el Pueblo Bribri, en su totalidad, puede hacer uso de la sabana ¿cómo si lo hace Pindeco?
Además de que la reforestación es insignificante en comparación con la alta contaminación y daño ambiental que genera PINDECO, es inaceptable que ésta empresa, en contubernio con el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), promuevan una acción – presuntamente noble- como la reforestación, atentando directamente contra el Pueblo Bribri de Salitre y los otros Territorios también Bribris.
Así, como Concejo Ditso Irìria Ajkonuk Wakpa (CODIAW) exigimos al Estado costarricense:
Rectifique al Territorio Bribri de Salitre con los límites demarcados en el Decreto de 1956.
Que lleve a cabo las investigaciones judiciales y penalice a la empresa PINDECO por el delito de usurpación así como sus acciones violentas que ofenden la cultura Bribri.
Que realice los desalojos a personas no indígenas que se encuentran dentro del Territorio Bribri de Salitre, desalojos que ya han sido señalados como urgentes por parte del Concejo Ditso Irìria Ajkonuk Wakpa (CODIAW). Esta acción es la única que garantizaría que el Territrio Brirbri de Salitre y el Pueblo Bribri pueda vivir en paz y multiplicando su cultura.
A los 7 años de edad, Maritza Valverde llegó a vivir a Volcán de Buenos Aires. Ahora, a sus 34, rememora las visitas al río después de la escuela, cuando vivía a los 100 metros y sus vecinos la acompañaban.
“Ahora es totalmente diferente, el río no tiene la misma cantidad de agua, y todo ha cambiado tantísimo”, relata Valverde, quien agrega que antes “todo el mundo se conocía” en la comunidad.
Pero los grandes cambios vienen de años atrás, cuenta Marco Ugalde. El vecino de 51 años lleva toda la vida en Volcán, aunque dice que hubo un cambio “drástico” hace 40 años.
“Había muchas fincas ganaderas, pero en el momento en que la compañía llegó a cultivar piña hubo un cambio drástico. Todo mundo vino a vivir aquí y a hacer una vida de trabajo, tener casita y una rutina diaria”, comenta.
En Buenos Aires de Puntarenas la compañía (como usualmente le conocen) transnacional Fresh Del Monte expandió sus operaciones a finales de los años 70, a través de la subsidiaria Pineapple Development Corporation (PINDECO).
En el año 2018 Buenos Aires representó el 85% del área total dedicado a la producción de piña en la Región Brunca (7.056,38 hectáreas), según el Monitoreo del estado de la piña en Costa Rica para el año 2018 publicado en 2020 por el Centro Nacional de Alta Tecnología. En 1998 la cobertura correspondía apenas a 1.225 hectáreas.
El distrito más representativo es Volcán con 2.792,81 hectáreas de cultivo de piña, algunas localizadas a lo largo de la parte media y baja de la subcuenca. La subcuenca Volcán está comprendida en la gran cuenca del Río Grande de Térraba. La conforman los ríos Volcán, Ángel y Cañas, y atraviesa hasta 10 comunidades.
La parte alta de la cuenca es área protegida del Parque Nacional La Amistad, mientras que gran parte de las tierras en la parte media y baja son propiedad de PINDECO para la producción de piña, aunque conforme desciende también hay presencia de caña de azúcar, ganadería y un historial de deforestación.
Contexto geográfico.En naranja se pueden observar los cultivos de piña en Volcán y zonas aledañas. Fuente: Sistema Nacional de Información Territorial.
Alfonso Beita vive en una propiedad que colinda con el río Volcán. Cada año Beita y su familia siembran más árboles en la zona, e incluso cedieron parte de su propiedad para un proyecto de reforestación propuesto por la Fundación Iván Noé para la Conservación para la recuperación de la cuenca del río Volcán.
Volcán ha sido el hogar de la familia Beita alrededor de tres o cuatro generaciones. Los primeros miembros en migrar hasta la zona provenían de Chiriquí y se dedicaron principalmente a la ganadería.
Ahora Alfonso es quien le ha dado seguimiento a los proyectos de su abuelo, y desde años atrás mantenía el interés (junto a otros miembros de su familia) por conformar una Comisión de Cuenca.
“El sueño era poder hacer la Comisión, y así llegarle a los productores de la parte alta que han deforestado para proponerles reforestar, incluso involucrar estudiantes para sembrar, conseguir fondos para cercar los árboles y darles un seguimiento. Pero es difícil convencer a otros propietarios de que cedan una parte”, comenta Beita. “A mí me da lástima ver y recordar cómo era el río”, reflexiona.
Pero los cambios en la comunidad y particularmente en el río Volcán no se escapan de la vista de los más jóvenes.
Jesse Padilla (25) y Dayana Castro (26) se han criado en Volcán, y aunque salieron del pueblo para estudiar, regresaron y ahora colaboran con la Fundación Iván Noé para la Conservación. Además, ambos coinciden en que han visto cambios en el río los últimos 10 años.
“Años atrás era un río muy limpio y había mucho caudal. La gente se iba a bañar ahí con frecuencia, se tiraban en neumáticos y llevaban comida”, recuerda Padilla. “Pero desde hace 10 años ha cambiado mucho, sobretodo porque en las partes altas se empezó a deforestar para hacer potreros”, agrega.
Castro también destaca los efectos de la deforestación. La joven vecina cuenta que la corta de árboles hacia la orilla de la cuenca ha afectado a la misma, y además han empeorado problemáticas como las inundaciones. “En invierno el río está a la intemperie, las orillas ya no tienen nada que le haga una barrera natural entonces sí se ha salido”, dice.
Pero Castro no es la única en utilizar “a la intemperie” para referirse al estado de la cuenca y la pérdida de barreras naturales. De acuerdo con Ugalde “ese río está como en un desierto. Al ritmo que vamos, si no se hace algo, se podría secar en un verano muy fuerte”.
En octubre de 2020 se realizó una asamblea de representantes para conformar una Comisión de Cuenca para la gobernanza participativa del recurso hídrico. Participaron asociaciones integrales de desarrollo, asociaciones administradoras de los sistemas de acueductos comunales, finqueros/ganaderos, empresas productivas como PINDECO y CoopeAgri, grupos ecologistas, consejos de distrito municipal, grupos de mujeres y jóvenes.
El pasado mes de enero fue juramentada oficialmente la Junta Directiva de la Comisión de Cuenca por el Consejo Municipal de Buenos Aires.
Proyecto de reforestación propuesto por la Fundación Iván Noé para la Conservación. Fotografía: Facebook Programa de Reciclaje Volcán.
Las concesiones
A la problemática de la deforestación se le suma la política actual sobre el otorgamiento de las concesiones de agua, percibida por el sector ecologista, organizaciones comunales y movimientos como Ríos Vivos como una mala gobernanza del recurso hídrico.
En Costa Rica la política vigente de la Dirección de Aguas (DA) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) permite otorgar concesiones por un 90% del caudal medio anual de una fuente de agua superficial, es decir, personas y empresas pueden pagar un canon para el aprovechamiento del agua de un río.
Pero en tiempos de crisis climática, el llamado del sector ecologista y las comunidades se concentra en exigir una aplicación de metodologías integrales para determinar cuál es la verdadera capacidad de los ríos para otorgar las concesiones asegurando la sostenibilidad.
En 2010 a la Corporación de Desarrollo Agrícola Del Monte se le otorgó una concesión de aprovechamiento para riego por 425 litros por segundo en el río Volcán. Su vencimiento estaba previsto para enero 2020 pero producto de la pandemia se extendió un año más.
SURCOS consultó a Del Monte acerca de la renovación de la concesión expediente 8618A de 425 litros por segundo, canon, sitio de toma y uso. En la respuesta por escrito la compañía mencionó que presentó la renovación ante la DA para uso agroindustrial.
La compañía también cuenta con otra concesión en el río Volcán de 10.60 litros por segundo y destinada a riego (vence en 2023), una toma en el río Cañas de 514 litros por segundo destinada a riego y 10 litros para agropecuario (vence en 2024), y dos tomas en el río Ángel de 150 y 55 litros para riego (vence en 2023).
El último aforo sistemático realizado en el sitio de toma de la concesión corresponde a mayo de 1988. Lo anterior significa que desde ese año no se ha hecho una nueva medición del caudal en el sitio de toma, por ende no tiene en cuenta los cambios que ha traído consigo la crisis climática.
El término “caudal ambiental” se refiere a la cantidad, periodicidad y calidad del caudal de agua que se requiere para sostener los ecosistemas y el bienestar humano que depende de ellos.
En 2019 miembros del Movimiento Ríos Vivos enviaron una carta a la Dirección de Agua para solicitar la realización de nuevos aforos del río Volcán durante el período seco antes de renovar la concesión, para verificar el impacto que ha tenido en el sitio de toma y en el resto del trayecto del río.
Madeline Kiser y Óscar Beita, dos miembros del Movimiento Ríos Vivos que firmaron la carta enviada a la DA, vivían y trabajaban en los Estados Unidos hasta hace dos años, pero siempre se mantuvieron involucrados con las luchas ambientales de Volcán.
Kiser llegó a Volcán en 1984 como voluntaria del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos. En ese momento había una problemática de agua en la comunidad e inició un proceso para hacer un acueducto, proyecto que la acercó a los líderes comunitarios del momento.
“Mientras estábamos allá (en los Estados Unidos) teníamos un programa en el cual traíamos estudiantes de la Universidad de Arizona a Longo Mai (en Buenos Aires), para aprender más sobre el Movimiento Ríos Vivos”, cuenta Óscar Beita.
Durante el tiempo que vivieron en el exterior continuaron buscando aliados, enviaron cartas, colaboraron con la Organización para Estudios Tropicales (OTS, por sus siglas en inglés) para traer personas expertas en caudales ambientales y fijar su atención sobre la cuenca del río Volcán.
Ambos creen en la necesidad de aplicar una metodología holística para el cálculo de caudales ambientales, incorporando un análisis de los efectos ambientales, sociales y económicos de extraer agua de los ecosistemas. Dicha necesidad también la han expuesto el sector ecologista y movimientos comunitarios.
“A la hora de pensar en darle una concesión a alguien, nadie considera los usos sociales que tiene un río, nadie considera que la gente va, se divierte y es salud mental, eso no se considera con ese decreto”, apunta Óscar Beita.
De acuerdo con Beita y Kiser, el decreto ve el agua como un recurso destinado al consumo humano y la producción, pero olvida otros usos sociales.
Vecinos y vecinas disfrutan del río en Semana Santa 2021. Fotografía: Jesse Padilla.
Hablar abiertamente de la piña
Pero los cuestionamientos hacia el manejo del recurso hídrico en la zona no son recientes. A finales de los años noventa el movimiento comunitario Frente de Lucha Contra la Contaminación de PINDECO mantuvo inquietudes al respecto y además denunció los efectos ambientales de la expansión piñera.
Pese a que la lucha del Frente cesó en cuanto PINDECO obtuvo la certificación ambiental ISO 14001 (la cual contempla estándares para el manejo de impactos ambientales) las personas en la comunidad continuaron notando cambios importantes como altos niveles de erosión en los suelos, sedimentación del cauce del río y la disminución de su caudal.
En opinión de Kiser, ha sido un largo proceso poder hablar abiertamente de la piña en la comunidad, aún cuarenta años después de la llegada de PINDECO.
“Hasta en reportes científicos, procesos o planes la palabra piña a veces no aparece, o aparece escondida detrás de ganadería y caña”, agrega.
Según dicen vecinos de Volcán, tratar el tema de la piña aún se considera un tabú, debido a que muchas personas en la comunidad trabajan con Del Monte y temen que algún cuestionamiento los lleve a perder su empleo.
En Volcán la principal fuente de trabajo se relaciona con la piña, por lo que algunas personas de la comunidad abogan por modelos económicos alternativos (un tema que vecinos han conversado en el Foro Confluencia Solidaria) aunque de momento las opciones de empleo fuera del esquema de la piña son escasas.
SURCOS también consultó a Del Monte sobre las represalias en el pasado y el silencio tácito en la actualidad, pero la compañía asegura que siempre ha velado por el bienestar de las comunidades donde operan, aunque las comunidades están en desacuerdo.
En los últimos años, Buenos Aires de Puntarenas se ha posicionado entre los cuatro cantones del país con menor índice de desarrollo humano, solo por encima de Matina, Talamanca y Los Chiles.
El acueducto: conquista comunal
En otras zonas piñeras del país se ha alertado sobre la contaminación de las fuentes que abastecen a las comunidades, aunque no es el caso de Volcán.
En 1986 PINDECO propuso la instalación de pozos para abastecer a la población con agua potable, aunque hubo dudas entre los vecinos por la inminente contaminación de los pozos con agroquímicos.
La decisión que tomó la comunidad junto a la compañía fue la creación de un acueducto comunal (ASADA) que hasta la actualidad se abastece de cinco nacientes y tomas provisionales en el río Ángel durante el verano.
“De momento donde tenemos las captaciones no se da el problema de la deforestación”, menciona Maritza Valverde, administradora de la ASADA.
De acuerdo con Valverde, actualmente no hay problemas de abastecimiento de agua en la comunidad, pero a largo plazo y si la población continúa creciendo, el acueducto podría requerir de nuevas formas para abastecerse.
A pesar de que gran parte de la población en Volcán tiene acceso a agua potable, los fenómenos atmosféricos potenciados por el cambio climático sí representan un desafío.
En época seca el acueducto hace dos conexiones para tomas provisionales. Conforme avanza la época y el caudal del río baja, hacen una segunda conexión para asegurar que nadie se quede sin agua.
Pero la época lluviosa es la que representa un mayor problema. Las tormentas y fuertes lluvias contaminan las nacientes y el agua se ensucia, entonces en el acueducto toman la decisión de cerrar la tubería y se suspende el servicio por unas horas hasta lograr la captación de agua potable.
“Todo está siendo muy radical. A mí personalmente me preocupa porque el cambio climático cada vez nos afecta más y eso es muy preocupante”, opina Valverde.
Algunos vecinos coinciden en que la amplia cobertura de agua potable en la comunidad ha generado que pocas personas piensen en la importancia de proteger el recurso hídrico.
Sentimientos por el río
Años atrás Alfonso Beita encontró un tractor a la par de su propiedad que colinda con el río. Según cuenta, era un T9 botando árboles para una represa de la compañía.
“Imagínese lo que sentí, era el bosque ribereño que mi abuelo había dejado a la orilla del río. Yo me crié ahí y hasta aprendí a nadar en él, en mí hay un gran sentimiento por ese río”, comenta.
En opinión de Alfonso Beita, la consolidación de la Comisión de Cuenca es un gran avance y un espacio para que todos se unan a salvar el río.
“La idea es que estas áreas no se toquen y queden como amortiguamiento. Se podrían sembrar árboles funcionales que le den una entrada a los productores”, dice.
El agrónomo señala la importancia de presentar alternativas, como organizarse para la siembra de árboles y plantas medicinales que puedan venderse, hacer senderos para atraer turismo e involucrar a los productores. “Tiene que haber un cambio de mentalidad en los productores”, expresa.
Para Jiri Spendlingwimmer, quien participó en la defensa del recurso hídrico en la Comisión de los Ríos Convento y Sonador ante la amenaza de proyectos hidroeléctricos, la creación de la Comisión de Cuenca en Volcán llega a dar la oportunidad de que la comunidad pueda incidir en situaciones que limitan su bienestar.
“El río Volcán es un río que tiene varias concesiones de riego y no fue algo que las comunidades eligieron. Es importante que sean movimientos de base comunitaria porque es la gente que ahí vive, y no debería ser que desde un escritorio un funcionario en San José decida cuanto dedicar para riego, y la gente ni cuenta se da”, dice Spendlingwimmer.
De acuerdo con Dayana Castro, quien forma parte de la Comisión, la aspiración es involucrar a toda la comunidad y educar a las personas acerca de la importancia de proteger la cuenca. En los próximos meses la Comisión avanzará en la formulación de sus objetivos y proyectos.
Todos los vecinos entrevistados tienen una aspiración común: salvar la cuenca. ¿Su consigna? “Estamos a tiempo”, pero reconocen que deben actuar ahora mismo.
Abril 2021. Fotografías: Jesse Padilla.
Serie de notas periodísticas que cuenta historias y proyectos en la comunidad de Buenos Aires, Puntarenas, quienes se están integrando al espacio colectivo Foro Confluencia Solidaria para aportar a propuestas cuyo objetivo sea la construcción de una sociedad justa, digna y solidaria, centrada en la búsqueda del bien común.
SETENA ignoró 80 hectáreas de humedal y 64 de bosque existentes en Finca Victoria en Osa
Permisos de talar o intervenir bosque solo se podría dar bajo Declaratoria de Conveniencia Nacional
(FECON, 10-12-2019.) Los funcionarios de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) han sostenido que no existen situaciones que contrastadas con la normativa ameriten la anulación de la licencia, pero esto es falso y para prueba de esto existen dentro de la finca propiedad de PINDECO casi 100 hectáreas de humedales y unas 64 hectáreas de bosque detectados por Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), en el informe SINAC-ACOSA-HNTS-134-2017(1).
Hay que recordar que SETENA decidió no realizar la inspección previa a la licencia dispuesta por ley. La pregunta para este caso sería ¿Para qué hubiera servido la inspección? La respuesta es simple: se hubiera detectado que los humedales de las fincas no eran simplemente 23.4 hectáreas y que es falso que sean sólo el 4% de las 600 hectáreas, como lo reportó la empresa; sino que eran 64 hectáreas de humedal y 94 hectáreas de bosque natural. Solo eso hubiera determinado que un Plan de Gestión no es suficiente, sino que se debía exigir un Estudio de Impacto Ambiental, el cual nunca se realizó.
Esto pone en evidencia que SETENA se hizo de la vista gorda para otorgar una licencia ambiental tramitada en menos de un mes, en un carácter de muy bajo perfil y con valoraciones simplistas por parte del Departamento Legal y la Comisión Plenaria de SETENA.
La pretensión de talar 64 hectáreas de bosque, según la normativa nacional, exige un plan de manejo y un eventual decreto de conveniencia nacional. Pero contrario a ello se dispuso que sí era procedente talar, siendo contrario a la norma 19 de la Ley Forestal que obliga a no cambiar el uso del suelo de bosques en propiedad privada. Además, todo decreto de conveniencia obligaba a un estudio de impacto ambiental y esto hacía que el plan de gestión ambiental fuera no eficiente.
Además, SETENA decidió obviar una advertencia dada por el SINAC, el cual señala que la siembra de piña en la Finca Victoria provocaría que “… cualquier tipo de contaminante que ingrese al principal sistema de drenaje, que para este proyecto lo conforma el Río Culebra, llegará al Humedal Nacional Térraba Sierpe por medio del Estero Azul.
Sobre las licencias ambientales otorgadas por SETENA, la Procuraduría General de la República en el dictamen C-189-2011 ha señalado “que por tratarse de un acto cuyos efectos perduran en el tiempo, no aplica en este caso el plazo de caducidad de un año que establece el artículo 173 de la Ley General de la Administración Pública, y por el contrario, la potestad de revisión oficiosa de la Administración, se mantiene mientras continúen desplegándose los efectos del otorgamiento de la viabilidad ambiental”.
En este sentido no cabría declarar que el incidente de nulidad absoluta, interpuesto por la Federación Ecologista en 2017 no era procedente. En este sentido, la Comisión Plenaria debió de acoger nuestros argumentos puesto que se tratan de señalamientos importantes en el otorgamiento de la viabilidad ambiental al expediente D1-18758-2016-SETENA. Es decir que los argumentos de preclusión para recurrir la licencia son falaces también.
Tal y como se ha señalado incontables veces, la licencia ambiental está plagada de incongruencias y datos equivocados que ameritan declarar la nulidad absoluta evidente y manifiesta. Incluso todo lo que decimos es una señal más del por qué se deben iniciar los procedimientos sancionatorios contra los consultores, el Departamento Legal y la Comisión Plenaria.
El experimento de piña transgénica que desarrolla PINDECO, tuvo un significativo revés al rechazarse las intenciones de esta compañía de utilizar paracuat y quemar los rastrojos y remanentes de la piña transgénica “Rose”.
Ecologistas presentes en la Comisión Nacional de Bioseguridad (CTNB) del Servicio Fitosanitario del Estado, se opusieron a la propuesta de aplicar herbicida (paraquat), quemar y destruir mecánicamente dicho cultivo, posición que fue avalada y respalda por todos los representantes estatales y técnicos que conforman la CTNB. Este experimento transgénico que PINDECO desarrolla desde 2011 arrastra un cuestionado permiso de la CTNB (Red de Coordinación en Biodiversidad Costa Rica, 2-11-2011).
¿Por qué oponerse? Después de aplicar Paraquat (Dicloruro de 1,1′-dimetil-4,4′-bipiridilo) o cualquier otro herbicida con cloro y posteriormente quemar, sin importar el tiempo que haya pasado dada la persistencia de estos agrotóxicos, se generan dioxinas que “son contaminantes ambientales que pertenecen a la llamada «docena sucia»: son preocupantes por su elevado potencial tóxico. La experimentación ha demostrado que afectan a varios órganos y sistemas. La exposición breve del ser humano a altas concentraciones de dioxinas puede causar lesiones cutáneas, tales como acné clórico y manchas oscuras, así como alteraciones funcionales hepáticas. La exposición prolongada se ha relacionado con alteraciones inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo, del sistema endocrino y de la función reproductora.” Fuente: OMS (http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs225/es/ )
La práctica de usar el herbicida paraquat es generalizada para todas las plantaciones de la transnacional Del Monte. Este peligroso agrotóxico está prohibido en más de 40 países en el mundo, por ejemplo en sentencia firme de la Corte de la Unión Europea desde julio del 2007 por ser altamente tóxico (ver nota de la Corte de Justicia de la UE), a raíz de este fallo, la transnacional Dole decretó moratoria en todo el mundo con relación al uso del Paraquat en sus operaciones, con una sola excepción: Costa Rica (ver comunicado Dole).
Incluso el gobierno de China, una nación que poco se preocupa por la regulación ambiental, decidió en 2012 eliminar el paraquat “para salvaguardar la vida de las personas”, aunque todavía permite la producción para la exportación (Nytimes.com/20/12/2016).
Para Fabián Pacheco representante de FECON en la CTNB: “Comprendiendo que la bioseguridad debe partir de un análisis integral y de la responsabilidad del SFE y en general de los representantes del Ministerio de Salud de la Comisión se hace necesario que se prohíba esta mala práctica de la trasnacional que indiscutiblemente repercute de manera lamentable sobre la salud laboral y ambiental de Costa Rica”.
La FECON recomienda ilegalizar este tipo de “sahumerios” de dioxinas y exigir la práctica de destrucción de la biomasa mediante la acción mecánica de implementos agrícolas y evitar el uso de herbicidas y quemas en general. Se recuerda la importancia de que la destrucción de la biomasa y su posterior integración al suelo debe darse en un plazo no mayor a 5 días para evitar criaderos de Mosca (Stomoxys calcitrans).
*Informes con Fabián Pacheco, tel. 88262270, representante de FECON en Comisión Nacional de Bioseguridad (CTNB).