Una ZOOCÁRCEL que avergüenza

Freddy Pacheco León

Si hubiera cumplido con su deber en el año 2014, el entonces ministro de Ambiente habría presentado, dentro del tiempo de ley, la culminación del contrato con la fundación que por años ha venido «manejando» ese zoológico del Estado.

Al dejar pasar la fecha en que se habría podido ejecutar el cese contractual, el mismo siguió «en funcia» como se decía antaño. Así, gracias a la incompetencia de René Castro, tuvimos que seguir compartiendo con nacionales (especialmente niños) y turistas extranjeros, la existencia de esa vergonzosa ZOOCÁRCEL privada. Ello, mientras en un terreno amplio de más de 50 hectáreas en Santa Ana, se podría haberse desarrollado un muchísimo mejor zoológico (si ese fuese el deseo de sus promotores), que incluiría animales de granja, combinado con un jardín botánico. Este también de triste historia, cuando un director de parques ordenó balear a los venaditos… porque se comían las plantas sembradas para el jardín.

Hace años nos preguntamos por qué, con tanta tecnología audiovisual, no se buscaba la colaboración empresarial para estructurar UN ZOO VIRTUAL, donde los expertos diseñarían salas para niños, en que tanto los formidables invertebrados, así como los grandes grupos de vertebrados, se ofrecieran a los visitantes, con proyecciones atractivas y por supuesto, educativas.

Todo ello en medio de ese estupendo ambiente que nos ofrece el lugar donde se asentó, originalmente, el zoológico que rinde memoria al Libertador. Recordemos que Hacia 1906, la familia Otoya donó el terreno donde ahora se ubica el Parque, con el fin de que el Gobierno construyera un parque o alameda. Diez años después, en 1916 el presidente Alfredo González Flores en el Decreto Número 3, designó el terreno para la construcción del Parque Bolívar, en homenaje al héroe libertador.

Fue en el año de 1921 que se logra abrir el parque al público, en el marco de la celebración del 100 aniversario de la independencia de Costa Rica. En 1924 comienza la construcción de jaulas para albergar los animales que se encontraban en el zoológico del Museo Nacional.

El jardín botánico, fue creado en 1916, cinco años antes del parque zoológico (1921), ambos ubicados en Barrio Amón, sobre la margen del río Torres. El zoológico fue inaugurado el 24 de julio de 1921, durante las festividades por el centenario de nuestra independencia.

Por indolencia estatal, desde 1994 es administrado por la Fundación Pro Zoológicos (Fundazoo), algo que podría cambiar si así lo decide el Tribunal Contencioso Administrativo.