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ELN y EPL: una sola insurgencia, una sola conversación

Carlos Meneses Reyes

Al abordar la temática del enfrentamiento de dos movimientos guerrilleros en el vasto territorio de El Catatumbo: el Ejército de Liberación Nacional de Colombia (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL), enfilamos esfuerzos por desarrollar tan álgido tema centrado en una idea común. Que no sea ésta un enunciado, sino producto de lo analizado en concreto.

La determinación para una caracterización de la Insurgencia, parte de cualidades propias en su definición, de tal manera que la identificación para una ha de aplicarse para la otra. Así, se parte de la asimilación de semejanzas, para concluir en un ensayo de análisis entre iguales. De esa manera, como analista parto de la base que ambas expresiones ELN y EPL, caben dentro del universo de Insurgencia.

Conforme a tal exposición, a la Insurgencia la componen insurgentes; es decir, sujetos alzados en armas, en el escenario de una situación histórica dada, por condiciones objetivas imperantes, ante un panorama predominante de injusticias sociales, por la existencia de un poder opresor representante y ejecutor de intereses de clase; en una sociedad bajo un estado de cosas inequitativo e insoportable, que solo ha dejado como opción la rebeldía y el levantamiento en armas, fundamentado en una acerbo ideo-político, en desarrollo de una teoría política, convertida en ejercicio para la acción, aunado al complemento de unas condiciones subjetivas de sujetos actuantes, no por un impulso de capricho u obsesión, sino por unas necesidades históricas múltiples, aunadas a tradiciones y enseñanzas, que en el caso concreto de Colombia, resumimos en el legado dejado por José Antonio Galán, el Libertador Simón Bolívar, el padre Camilo Torres Restrepo, Pedro Vásquez Rondón, Manuel Marulanda Vélez, entre otros.

La existencia de insurgencia e insurgente será elemento fundamental para el objeto o tema de análisis que nos proponemos; sobre el enunciado que al sujeto insurgente lo motivan objetivos pospuestos en su mente, capaces de conducirlo en su vida hacia objetivos, lejos de vacuidad o falsos contenidos, engranados en una organización política y militar, como un colectivo en el que militan y a la que le deben disciplina, dedicación y entrega.

Proponer una especie de coloquio, como aporte de la sociedad civil, para debatir el asunto del enfrentamiento armado entre las dos organizaciones en comento, parte de la aplicación metodológica de una Introducción como plataforma o bandeja de bases de exposiciones de lo ocurrido, cual objeto o tema que será discutido. Un desarrollo exponencial de la problemática planteada, bajo una necesidad de importancia de la discusión y las hipótesis planteadas de lo sugerido para resolverlo; no bajo una finalidad conclusiva, como algo terminado o concluido; sino como un aporte de ejercicio en la opinión publico dentro del movimiento popular y de masas.

REFERENCIA DE LOS ENFRENTAMIENTOS

Desde el mes de marzo del año 2018, se dieron las primeras manifestaciones de roses armados entre efectivos de ambos grupos insurgentes. Hacia febrero de 2019 habían cesado los enfrentamientos entre ambas organizaciones armadas. Se parte de un principio de acuerdo en el cese de la confrontación entre ambos para llegar al año en curso en el que el escenario vuelve a considerarse de gravedad.

Corresponde eludir el relato de los sucesos; el erigir los hechos como de agresión, partiendo de la base que es de conocimiento de la opinión publica la situación planteada.

Cual premisa de partida se descarta el eco de resonancia de la imposición mediática y de inteligencia militar contra insurgente, de considerar que el motivo o causa de los roces armados obedece a lucha por el predominio de rutas y el negocio del narcotráfico. Que las situaciones de intolerancia y no aceptación de convivencia pacífica de ambas fuentes armadas obedece a lucha por el territorio y a posicionamiento de territorios dejadas por las antiguas FARC-EP. Eso erigiría en simplismo el estudio abordado, atribuyendo una razón de no ser, restando importancia a la gravedad del asunto e incidencia en el momento. No siendo ese el quid del asunto de las contradicciones corresponde no caer en comentarios o discusiones generadores de dificultades. Enunciemos el conflicto en acusaciones concretas, de ambas contrapartes, al día de hoy. En ese sentido partamos del contenido de lo expresado en manifestaciones y comunicados tanto del ELN como del EPL.

En ese orden de ideas tenemos que el ELN atribuye una serie de conductas al EPL, que le afectan como organización y reivindica las acusaciones, como denuncia con intención manifiesta de revelar acciones, a las que califica de contrarrevolucionarias.

El 14 de febrero del corriente año de 2019, el ELN lanza un emplazamiento al EPL. Comienza por colocar en entredicho su carácter de organización revolucionaria. Aduce que el EPL pierde el fundamento político e ideológico revolucionario que lo fundó, cuando define aliarse con el narcoparamilitarismo, integrándose a los planes de exterminio del Estado. Lo insta a deslindarse con el narcoparamilitarismo y que optó por hacerse de espaldas al pueblo y al lado de la contrarrevolución. Afirma lo ha hecho en acciones expresadas en amenazas a pobladores trayendo consigo desplazamiento y afectados, por una siembra indiscriminada de minas en terrenos de cultivos y sitios de transito de la población. Calificando de tragedia el haberse colocado en contra de las comunidades y de ensañarse en un absurdo Paro armado contra el pueblo de la región al dirigir las acciones contra el pueblo de El Catatumbo y no contra la oligarquía, las empresas capitalistas y las fuerzas represivas del Estado. Que al decretar el tal Paro armado generó grandes pérdidas a los campesinos y comerciantes, bloqueando la vida social comunitaria. Incendiando vehículos de gente humilde, confinando comunidades. Que por ello se convirtió en el blanco de su objetivo a los integrantes del brazo armado, EPL y a sus integrantes, como tropas combativas, haciendo la aclaración de continuar respetando a la base social de influencia del EPL.

De su parte el EPL anuncia el interés expreso del ELN de sacarlos del territorio y hacerlos desaparecer como fuerza. No enfocar la lucha central al rechazo contundente contra las instalaciones o bases militares en El Catatumbo. Aclaran, con relación al Comunicado del 25 de febrero de 2.020 del ELN, que se ratifican en ser una organización revolucionaria dirigida por el partido marxista leninista y en lucha contra el imperialismo y los paramilitares. Aluden que el estado mayor Central de su organización envió comunicaciones internas a los compañeros del ELN, con propuestas que permitan salidas a la confrontación y disponen de compañeros, dentro de sus filas, con la misión de hacer pedagogía, sobre el problema “con altura y respeto revolucionario”. Rememoran que ha existido una serie de contactos epistolares, destacando la función y papel que cumplió el desaparecido Comandante Pacora, que demuestran no se trató de unos acuerdos o compromisos personales sino de organización, de Comandancia del EPL; ratificando que en ningún momento han desconocido tales acercamientos; reclamando, por el contrario, que los compañeros del ELN no han enviado respuesta a la carta de la organización. Reitera el EPL, que las comunidades son portadoras de un documento, en las que el EPL hace propuestas como: 1. Un cese al fuego bilateral, es decir, de ambas organizaciones entre sí. 2. Sacar a 5 municipios del Norte de Santander de la confrontación. 3. Búsqueda de una salida definitiva a las confrontaciones entre ellos (ambas organizaciones). Afirman que el tal documento y sus propuestas esperan sean tenidas en cuenta, manteniendo una posición de salida revolucionaria, con el dialogo como vía revolucionaria; que han enviado comunicación al COCE, explicando (o respondiendo) sus comunicados, reiterando discutir “con altura” los motivos de esa confrontación…Ya dentro del marco de la situación actual expresan que se solidarizan, a nivel mundial, por lo de la pandemia del Coronavirus y como EPL acatan el aislamiento preventivo. Estas, en síntesis, corresponden a las manifestaciones del Estado mayor del EPL.

INSTANCIAS DE DISCUSIÓN

El Frente de Guerra Nororiental Comandante en Jefe Manuel Pérez Martínez del Ejército de Liberación Nacional de Colombia, hizo públicas sus puntos de vista sobre las relaciones históricas con el EPL y referente a la situación actual con las expresiones que han quedado de esa corriente política. Los documentos de referencia son los públicos a 14 de febrero y 20 de febrero de 2.020. Conminando al EPL a que “se deslinde del narcoparamilitarismo”, asume el desconocimiento, como tal, de ser una organización político- militar, puesto que perdió el fundamento ideológico revolucionario que lo originó. Que ha asumido una posición contrarrevolucionaria al afectar a la población civil, expresadas en asesinatos, amenazas, desplazamiento de dirigentes, pobladores y comunidades enteras y a gente sencilla del pueblo, al ordenar un Paro armado en el mes de febrero de 2.020. También al sembrar de minas caminos de transito de la población

Continúa expresando, que es un imperativo político para el EPL, que verdaderamente decida retomar los hilos de su proyecto histórico, para que haya acercamientos, aspecto que debe expresarse en hechos concretos, no como un compromiso con el ELN, sino con la población victimizada del(sic) Catatumbo y con el pueblo colombiano.

Afirma: es claro que la solución de este conflicto no está en manos del ELN ni de las comunidades, sino del EPL, quien tiene que responderle al pueblo colombiano y a la izquierda revolucionaria por su alianza con los narcoparamilitares. Si desean ser insurgencia, están obligados a volver a las raíces de su proyecto histórico y garantizar el respeto absoluto a la población. Asuntos también esenciales, que sientan las bases para que se reabran los caminos del entendimiento.

El ELN expresa que el conflicto con el EPL no lo resuelve la comunidad, ni el ELN, sino que solo al EPL le correspondería encausar y volver al torrente revolucionario; pero sabe y acepta que tendrá que darse en una instancia participativa de ambas organizaciones, acomodado al infortunadamente “conflicto de intereses” que enfrenta a ambos actores armados

HIPÓTESIS DE LO PLANTEADO

Pues existe todo un acumulado de acusaciones mutuas. Aunque se da la presentación de cargos o imputaciones específicos, propias de tenerse en cuenta; desde la óptica del análisis en cuestión corresponde abordarlo sobre el presupuesto hipotético, en la suposición de algo posible o imposible; pues conforme he concebido abordar y desarrollar tan espinoso tópico, no pretendo conllevar a juicio alguno, como si alertar sobre las graves consecuencias que para el movimiento popular y por ende la liberación nacional de las ataduras del imperio; el aquelarre de esta situación puede resultar de efectos políticos e históricos incalculables para las aspiraciones de nuestro pueblo.

QUE SON NARCOPARAMILITARES

Comenzando por no ser de recibo la denominación de “narcoparamilitares” a los del EPL. De allí a denominarlos “narcoterroristas” no hay sino un paso. La denominación no proviene de la mediática, ni de la difusión contrainsurgente del Estado. Pues comiencen por desmenuzar porqué la opinión pública catatumbera tiene que aceptar que son “narcos”.

Precisamente la complejidad del conflicto permeabiliza las finanzas de las organizaciones rebeldes, político- militares en armas. Eso no admite debate, se parte de la explicación sustentada de qué manera percibe ingresos la Insurgencia, como para no secuestrar, por ejemplo. Agregar además porque son “paramilitares”. Maxime cuando el país conoce la génesis, conformación, aliento y finalidad del paramilitarismo, que no está en ninguna de las manifestaciones del EPL; así no se cuente con un acumulado de ediciones impresas de comunicados, proclamas, títulos de sustentación ideo-política; pero que el mismo ELN reconoce en el acervo histórico su arraigo, como su origen en el Partido Comunista Marxista- Leninista (PC-ML), como su brazo armado. “Con la expresión del EPL que no se desmovilizó, más las FARC, continuamos trabajando por mantener en alto la lucha revolucionaria y participamos juntos en los diálogos con el Gobierno de Gaviria en Caracas y Tlaxcala (México) (1991-1992), defendiendo los ideales revolucionarios por medio de la lucha armada y buscando una salida política, donde la paz implique cambios y transformaciones favorables para el pueblo”, expresan en su Comunicado. Pero así de repente: “El EPL pierde el fundamento político e ideológico revolucionario que lo fundó, cuando define aliarse con el narcoparamilitarismo”. Que no se me endilgue que ahora le salió un abogado de oficio al EPL. No. Los Comunicados de la Insurgencia se leen y asimilan en su significado de producción dentro del entorno político nacional. No se trata de tragar entero. En el paramilitarismo conjugan actores públicos y privados, que asumen funciones de contrainsurgencia, ejercen la violencia, coludidos, es decir, con acuerdos y practicas concertadas con poderosos sectores, industriales, empresariales, de la sociedad colombiana, a nivel nacional y local y como estrategia estatal participa la fuerza pública. Puesto que, si eso está demostrado, concluiría el análisis por sustracción de materia. La opinión pública y las comunidades en El Catatumbo se merecen un mínimo de respeto.

EXPLICACIÓN. Dentro de los parámetros clásicos que como analista manejamos, desde un punto de vista académico y a tono con el espíritu de la norma internacional en la definición de fuerza insurgente o rebelde con estatus de beligerante; se asimila que dicha fuerza ilegal dentro de un Estado determinado capta recursos para sobrevivir en el torrente de las masas populares, mantener sus equipos de guerra y en el entendido que sostener en pie un ejército irregular en guerra resulta costoso o costosísimo. Pero de allí a que una fuerza insurgente se desborde en una economía empresarial productiva, con grandes inversiones y manejo de excedentes, compitiendo en diferentes renglones de la economía, dentro del sistema que enuncia combatir, genera múltiples interrogantes. Cualquier perico de los pelotes se peguntará «y esas cantidades de dineros hacia donde confluyen» o «adónde van a parar». En el coloquio propuesto necesariamente tiene que darse una reflexión (lo expuesto); una crítica (lo aportado especifico: que se hace con los recaudos) y una tesis (lo eficaz del juego de los contrarios: ¿se da cualificación, saltos, en la lucha contra el orden impuesto y a derogarse? Con tal dineral se perfecciona una fuerza militar de ataque con misiles, por ejemplo, o se continua con la guerra de guerrillas clásica, imperecedera).

Comienzo por resaltar que lo atípico del prolongado conflicto armado interno colombiano, tiene que ver con toda esta clase de inquietudes.

Cuando el marco de permanencia de un estado de cosas inconstitucional (eci) y antidemocrático en Colombia, genera y justifica la rebelión armada; explica que al no funcionar lo de las profundas y radicales transformaciones políticas, económicas y sociales, que requiere Colombia, declina el ejercicio de la política y se impone el mecanismo de la guerra y/o rebelión. Pero esta sustitución no es indefinida de cara a cualquier sociedad. En 60 años de prolongado conflicto armado interno, corresponde al movimiento popular un ¡Basta Ya! Pero ese imperativo categórico, corresponde asimilarlo a las clases despóticas y élites encriptadas en el poder. El movimiento político alternativo popular y revolucionario en Colombia ha comprendido la disyuntiva actual, lo cual implica desarrollar con mayor ahínco la lucha popular dentro del marco legal, sin desconocer la vigencia de la lucha armada e ilegal; pero no como forma principal de lucha e indefinida. Se impone la terminación del conflicto armado, para ambas contrapartes (Estado-Insurgencia); pero con cambios de fondo y solución justa y popular y no de afianzamiento de las desigualdades e iniquidades palpables. (tomado de mi escrito: “El Catatumbo, otro escenario del conflicto”. 15/10/2.019.Rebelión.org).

El asunto radica que, en la consecución de esos recursos, compensa definir lo del control militar del territorio. Aunque no es el momento, correspondería a un estudio investigativo, si en realidad existe un control milimétrico del territorio en El Catatumbo, por parte de las fuerzas armadas estatales. Anticipando que, en la realidad del terreno, no es así; pues entra en juego necesariamente una serie de acuerdos entre factores o sectores armados que buscan contactos o soluciones al negocio, con sectores de la Fuerza Pública que controlan las rutas, disponen de puertos y de facilitación de esas actividades.

Esto último es de nocivos efectos, pues puede generar un beneficio intencional para quienes están detrás del extermino de los líderes sociales. Esa “untada” podría significar silencio a esos crímenes y afectar los irrenunciables principios insurgentes de las profundas transformaciones en el campo económico, político y social.

Por eso entra en vigencia la consigna de una de las Pancartas de movilización de campesinos: “Por Todo Lo Que Nos Une. Contra Todos Lo que Nos Separa”. Así como esta otra “EPL y ELN. Luchen Por sus Principios”.

QUE CONVOCAN PAROS ARMADOS

Esto podría considerarse como de acusación mutua. No existe mayor contrasentido que un “Paro Armado” y ambos tanto el ELN como el EPL, lo impulsan. Se entiende por PARO: el cese de actividades productivas. Es un instrumento de presión y de lucha de los trabajadores para obtener sus reivindicaciones. Los paros implican saboteo a lo económico y productivo con respeto a los medios productivos. En eso resume el avance político del movimiento obrero universal.

En el pasado mes de febrero, se llevaron a cabo los tales Paros Armados, convocados por ambas organizaciones armadas. Se traducen en acciones de padecimiento contra la población, produciendo perdidas a los campesinos y comerciantes. Ambos Paros bloquean la vida social y comunitaria, con resultados de incendio de vehículos de pobladores que los tienen como instrumento de trabajo y producción. Alteran el desempeño de la escolaridad, afectan a la niñez. Falso- como circula en rumores- que afectan a exponentes de votos cautivos espurios, para elegir mandatarios locales corruptos. Falso: esos “Paros” afectan a la población. Esos Paros desmovilizan a la sociedad, a la comunidad y por ende al movimiento popular. Dice el Comunicado del Frente Nororiental respecto al paro o paros del 14 al 17 de febrero de 2.020: “Entregamos a ustedes un parte de victoria en la realización del reciente Paro Armado Nacional, a través del cual se logró golpear la economía trasnacional, las empresas que financian la guerra, la infraestructura petrolera, las troncales y a las Fuerzas Militares, policiales y paramilitares en las diferentes regiones del país”. Tanto en volantes, difusión en redes sociales, vídeos etc., pidieron a la población no utilizar ningún medio de transporte, terrestre, fluvial, aéreo, que los habitantes permanecieran en sus fincas, talleres, lugares de trabajo, en sus casas. De una vez por todas terminen con esos tales Paros Armados y llámenlos por su nombre propio: Ofensiva militar insurgente. De tal manera que una fuerza rebelde realiza acciones armadas ofensivas contra el “orden” estatal vigente y han de prever lo atinente a la observación del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y de los Derechos Humanos (DH), con estricta observación de respeto a la población. El pedido es que demuestren pasos cualitativos en el enfrentamiento armado contra el Estado y dejen el galimatías de acusaciones mutuas. Que esas ofensivas militares, guerrilleras o insurgentes, tengan objetivos militares que traerán consigo los réditos políticos del caso. No de otra manera se puede plantear este asunto.

EL ESCENARIO DE LA INSURGENCIA ES DE ILEGALIDAD E INCONSTITUCIONALIDAD

Desde el año de 1962, expertos en la materia del Derecho Internacional (DI) definieron lo de un conflicto no internacional o interno. Desarrollaron normativas plasmadas sobre la realidad del post II Guerra Mundial y conforme estaba dispuesto en el Articulo 3, que es común a los cuatro Convenios de Ginebra. De manera que el conflicto armado interno en Colombia comprende las acciones armadas en el interior del Estado colombiano y que da lugar a permanentes hostilidades al gobierno de turno imperante, que reviste ante el mundo un carácter legal (así se denuncie la ilegitimidad del actual en cabeza del sub-presidente por la compra de votos y la vigencia de un sistema electoral corrupto, clientelista y de casino). Esas hostilidades armadas representan un mínimo de organización, presencia territorial y enunciados programáticos. Sirva esta explicación para que oficialmente se reconozca la presencia indiscutible en El Catatumbo, la Provincia de Ocaña y Sur del Cesar, del Ejército Popular de Liberación (EPL)y se recapacite, a manera de buenos oficios, en la necesidad que el dirigente y preso político David León, quien al momento de ser capturado era el Secretario Político del Partido Comunista Marxista-Leninista, de clandestinidad en Colombia, se constituya en el vocero del actual EPL, en búsqueda a una salida política al conflicto armado con ellos y el Estado colombiano. Hago eco de la invocación al Gobierno nacional, de un tratamiento especial a esa facción del histórico EPL que dejó las armas hacia el año de 1991.

El derrotero de los acontecimientos hacia cambios radicales profundos y de fondo en Colombia, asocian con el desarrollo del conflicto armado interno y no con otras manifestaciones, por ejemplo, que aplique una estrategia de motines o sublevaciones.

El movimiento popular revolucionario ha transitado en Colombia en una forma de lucha, que es la lucha armada y no es dado desconocer los status- que son de hecho- de beligerancia y rebeldes. De igual manera, y como simbiosis (un beneficio de existencia común), el movimiento popular ha alcanzado, en Colombia, niveles de cualificación política, sobre todo en las ciudades y en ese entorno no cabe hablar de situaciones de amotinamiento. La explosión social expresada en las movilizaciones de masas desde el 21N (2019) y las que vendrán, encausan en aspiraciones de cambio revolucionarios a la situación de iniquidades actuales y en ese sentido la principal forma de lucha es la de las masas y su movilización, en Colombia.

 

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