La Dialéctica de la Naturaleza de Engels: Un Manual de Consulta Permanente

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Dialéctica de la Naturaleza es una obra escrita por Friedrich Engels, publicada de forma póstuma en 1925. En este libro, Engels aplica los principios de la dialéctica materialista a la comprensión de la naturaleza y la ciencia. Engels busca establecer una concepción científica del mundo natural que esté basada en el materialismo dialéctico. Para ello, explora diferentes campos científicos, como la física, la química, la biología y la geología, y analiza las leyes y los procesos que rigen estos ámbitos.

Este filósofo defiende que la naturaleza es un sistema complejo e interconectado, en el cual los diferentes fenómenos están interrelacionados y se desarrollan a través de contradicciones internas. Engels también critica la visión mecanicista y reduccionista que reduce la naturaleza a una serie de partes aisladas, y enfatiza la importancia de comprender las interacciones y las contradicciones que existen en el mundo natural. Una visión nada alejada de la realidad y mostrada por la ciencia en los últimos años, cuando hace énfasis en la interdependencia existente entre todas las especies y formas de vida que habitan el planeta.

En un mundo caracterizado por cambios rápidos y constantes incertidumbres, la política parece estar paralizada, tomada por intereses particulares, incapaz de descifrar las complejidades de las nuevas sociedades y los desafíos que enfrentamos. Sin embargo, en medio de esta confusión, la dialéctica de la naturaleza ofrece una lente a través de la cual podemos comprender la relación entre el ser humano y su entorno, y las consecuencias de nuestras acciones sobre la naturaleza. Como ser social y creador, el ser humano tiene la capacidad de transformar la naturaleza y crear nuevas condiciones de existencia. A través del trabajo y la tecnología, hemos alterado profundamente el medio ambiente y hemos modificado la forma en que vivimos, a tal nivel que hemos pasado a ser una fuerza geológica capaz de alterar todos los ciclos naturales de la Tierra. No en vano, los científicos han bautizado esta época actual con el nombre de Antropoceno.

Esta transformación del entorno no es unilateral como el pensamiento lineal occidental lo creyó por siglos, de ahí lo valioso y disruptivo del aporte de Engels en su libro; la injerencia del ser humano en el ambiente es una interacción mutua entre éste y la naturaleza. Nuestras acciones tienen una compensación recíproca con la naturaleza, lo que implica que nuestras decisiones y actividades impactan tanto en nosotros como en nuestro entorno. Esta perspectiva dialéctica desafía la idea de una acción unilateral del ser humano sobre la naturaleza. Reconoce que nuestras acciones no solo tienen consecuencias para nosotros mismos, sino también para el equilibrio natural. A menudo, nuestra búsqueda de beneficios y desarrollo material puede tener efectos negativos en el medio ambiente, como la destrucción de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad, según Naciones Unidas, al 2022, por año se talan cerca de 10 millones de hectáreas de bosque.

Es crucial comprender que nuestras acciones en el medio natural no pueden separarse de las consecuencias que generan. La dialéctica de la naturaleza también plantea cuestiones sobre el valor y el precio de los recursos naturales. Estos recursos no son simplemente fruto del trabajo humano; tienen un valor intrínseco que va más allá de su utilidad económica. La naturaleza es un sistema complejo y diverso que sustenta la vida en todas sus formas. Por lo tanto, el valor de los recursos naturales debe ser apreciado y respetado, y no reducido a un mero precio determinado por las fuerzas del mercado. Además, el trabajo humano no solo crea valores positivos, sino que también puede generar consecuencias negativas. Por ejemplo, la obtención de tierras cultivables puede ir acompañada de la destrucción de bosques y otros ecosistemas naturales.

Por su parte, en un estudio sobre minerales y acción climática del año 2020, el Banco Mundial expuso que un futuro bajo en carbono requiere de tecnologías con energías limpias, en particular solar, eólica y geotérmica, que son más intensivas en consumo de minerales con relación a tecnologías a base de combustibles fósiles. Para esta transición se necesitarán alrededor de 3 mil millones de toneladas de minerales y metales, entre los cuales se encuentran; cobre, litio, grafito, cobalto, níquel y tierras raras. Es importante reconocer y evaluar los impactos negativos que nuestras acciones pueden tener y buscar un equilibrio que minimice dichos efectos adversos.

La dialéctica de la naturaleza de Engels nos recuerda que nuestra relación con el medio natural es compleja y multidimensional. No podemos separarnos de la naturaleza; somos parte integral de ella. Nuestras acciones tienen repercusiones que trascienden nuestro propio bienestar, y es nuestra responsabilidad considerar y abordar las consecuencias de nuestras elecciones y acciones. Además, Engels destaca la importancia de la historia natural y la investigación científica en la comprensión de la naturaleza, algo de una vigencia absoluta, en especial con el auge de movimientos políticos de carácter anticientíficos, fanáticos y negacionistas, muchas veces impulsados por intereses económicos egoístas. Sostiene el filósofo que el conocimiento científico debe ser un proceso acumulativo, en el cual las nuevas teorías y descubrimientos se basan en los logros y las contradicciones superadas de generaciones anteriores.

Este libro poco conocido de Friedrich Engels y muchas veces menospreciado por prejuicios ideológicos, resulta ser hoy un texto de consulta vigente, que se adelantó a su época y muestra una claridad absoluta sobre el camino que emprendía la humanidad con la revolución industrial y el modelo económico que la sustentó. Hoy vivimos los tiempos accidentales de dichas épocas, como lo expone el filósofo francés, Paul Virilio. La dialéctica de la Naturaleza nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con la Tierra de una forma adecuada y científica, pero además, con una profunda conciencia de que toda la naturaleza, de la cual somos parte, forma un solo sistema indisoluble y único, concatenado donde la acción de una de las partes tiene efectos diversos en la totalidad del sistema.

En un mundo lleno de incertidumbres y una política aparentemente paralizada, esta perspectiva nos permite comprender que nuestras acciones tienen consecuencias recíprocas con la naturaleza y que es necesario pasar a la acción real. Reconocer el valor intrínseco de los recursos naturales, evaluar los impactos negativos de nuestras acciones y buscar un equilibrio entre el desarrollo humano y la preservación del entorno son fundamentales para navegar en este complejo entramado. Solo a través de una comprensión dialéctica de la naturaleza podemos abordar los desafíos actuales y construir un futuro sostenible y en armonía con nuestro entorno natural.

“Las leyes de la dialéctica se extraen, por tanto, de la historia de la naturaleza y de la historia de la sociedad humana”. Engels