Esperanza ontológica (E. Bloch): Universitarios contra el Genocidio en Gaza
Por Mag. Jiddu Rojas
La valiente solidaridad de los estudiantes y profesores universitarios norteamericanos, contra el cruel Genocidio racista y colonial en Gaza, –llevado a cabo impunemente por Netanyahu y el Ejército de Israel, y apoyado en EEUU. por Biden y Trump, y por sus Aliados de la OTAN–, llena de nueva esperanza a un Mundo cínico, desigual y desesperanzado. Una esperanza no sacrificial ni ingenua, sino llena de potencia, posibilidad y Vida.
Las categorías filosóficas (no teológicas) de Bloch, son a veces difíciles de explicar al gran público. Es la tensión social y colectiva entre el Eros versus el Tánatos. Dicho, rápidamente, o sea, mal dicho: Es la tensión entre lo que somos, lo que podemos ser y lo que debemos ser. La utopía necesaria como horizonte regulador, es la función de «Utopía Concreta» (Bloch).
Resumo: Una pequeña victoria del Amor y de la Vida contra la lógica social de Muerte impuesta estructuralmente, que merece una reflexión. Una reflexión peregrina, acaso para resemantizar, desde la Utopía Concreta (Bloch), una Geopolítica posible para la Paz con Justicia.
Nadie cree más, o no tan fácilmente, la millonaria propaganda del Sionismo Revisionista. Acaso los fanáticos religiosos del Fundamentalismo Protestante y demás Neoconservadores. O algún político alemán, pro-OTAN, atormentado por la culpa histórica del Holocausto, o algunos políticos asalariados de la AIPAC en EEUU., y que terminan apoyando otro Genocidio.
Es evidente que la construcción colonial del Israel moderno no tiene nada que ver con la mítica Judea Bíblica. Aun así, se exhorta por Populistas de Extrema Derecha, y por Pastores Fundamentalistas a la justificación del Genocidio como «castigo divino».
Las inmorales acusaciones de «Antisemitismo» del Lobby Sionista y de Netanyahu, son vistas cada vez más, como vulgares mentiras fascistas televisadas. Hasta los medios tradicionales tienen que aceptar el Genocidio. Los «Semitas» serían, en todo caso, los Palestinos, milenario pueblo original colonizado hasta 1948. El Sionismo Revisionista es una cosa diferente del Pueblo Judío.
Al mejor estilo de la «inversión axiológica» (Franz Hinkelammert), el discurso demencial y belicista de Netanyahu y sus Aliados, se desenmascara, y es visto poco a poco, como lo que realmente es:
Como una copia vil, una nueva versión retórica racista, de la típica propaganda de la psicología de manipulación de masas (al decir de W. Reich) de Hitler y del Nazismo, contra los Judíos Alemanes y Europeos, para así justificar el pasado Holocausto, y en el fondo, su fanática Cruzada Anticomunista.
Todos conocemos cómo terminó esta tragedia colectiva, con la Segunda Guerra Mundial y la derrota de la Alemania Nazi. Lo mismo podría pasar con el actual Israel, dirigido por una coalición de Extrema Derecha Religiosa y Ultra- Nacionalista del «Sionismo Revisionista» (el Sionismo de derechas en su peor versión racista, heredero del racista Zeev Jabotinsky). Coalición fanática, cuyo líder Netanyahu, es cuestionado al interno de Israel por corrupción y autoritarismo.
Sin hablar de la seria hipótesis sostenida por analistas del calibre de Ehud Barak, General de las FDI y ex Primer Ministro de Israel (1999-2021), y de otros Jefes o de la Seguridad Interior de Israel (Shin Beth o Shabak) como el Almirante Ami Ayalon ex Director del Shin Beth de 1996 al 2000 [Ver Entrevista con Ehud Barak, Ami Avalon, y la ex Primer Ministra Tzipi Livni de la centrista Unión Sionista/ Hatnuá y ex –Kadima en The Think Lab del 1/03/20024: Ehud Barak: «Netanyahu created and financed Hamas» (youtube.com); consultado el 27/03/2024] ; así como por el Director de política exterior de Unión Europea (incluso cercano a la OTAN), Josep Borrell, [Ver El País Internacional , 19/01/2024, Borrell acusa a Israel de haber financiado a Hamás para debilitar a Palestina | Internacional | EL PAÍS (elpais.com); consultado el 27/03/2024] de acusar directa y públicamente a Netanyahu y a su sector más extremista, –opuesto a la Solución de Dos Estados–, de promover y estimular secretamente la formación de Hamas en Gaza con capital de Qatar, para dividir a la secular OLP. La idea, según ellos, era crear un pequeño “monstruo” fundamentalista, supuestamente islamista, para justificar la política del Likud y sus Aliados Conservadores, y romper los Acuerdos de Paz. El «Monstruo» se salió de control, -acaso por control remoto-, justo cuando Netanyahu lo necesitaba, para salvarse de la posible cárcel. No es la primera vez que el mismo Mossad (Inteligencia y Contrainteligencia Exterior) desmiente públicamente a Netanyahu, por ejemplo, sobre la capacidad militar nuclear de Irán y su show mediático montado en la ONU. Tal fue el caso concreto del Mayor Gneral Meir Dagan, antes de fallecer en el 2016, y director de este organismo del 2002 al 2011, acerca del caso de Irán y sus posibilidades militares nucleares. [Ver la Entrevista del General Meir Dagan en 60 Minutes de CBS News The Spymaster: Meir Dagan on Iran’s threat (youtube.com) ; consultado el 27/03/2024]. Nos encontramos entonces frente a Netanyahu, un líder sionista particularmente fanatizado y peligroso.
Justo al estilo del Dictador Noriega en Panamá, que justificó la Invasión de 1988, o igual que los traidores Bernard Coard y Hudson Austin, quiénes asesinaron al líder popular Maurice Bishop y a sus colaboradores del «Movimiento Nueva Joya«, y cuyo Golpe supuestamente extremista, más bien provocó la Invasión de Granada por Reagan en 1983.
Recordemos que Netanyahu prácticamente llegó al poder la primera vez, después del asesinato en 1995 del Premier Laborista, Isaac Rabin, excomandante en jefe del Estado Mayor de las FDI, por un joven Ultra- Nacionalista, quién consideró que los Acuerdos de Oslo, eran una traición al Sionismo Revisionista. La segunda vez después de la muerte y el desencuentro con Ariel Sharon, y tras robarle el liderazgo del Likud, y el escándalo contra Ehud Olmert (de la nueva formación de Derecha más moderada, Kadima, fundada por difunto derechista Ariel Sharon). La llamada «Solución de los Dos Estados» aprobada y firmada en los Acuerdos de Oslo, fue boicoteada así, desde la Extrema Derecha del Sionismo Revisionista. En resumen, ha estado más en el poder que el mismo fundador del Estado de Israel, Ben-Gurión, remodelando toda la arquitectura política de ese país. Las acusaciones de concentración del poder, de intentos de controlar el Poder Judicial, así como de corrupción, sobran. Posiblemente, por menos que eso, Ehud Olmert (Kadima), de Derecha Sionista pero partidario de la “Solución de los Dos Estados”, fue condenado a la cárcel. Como signo social, esto implica un cambio sustancial dentro de la subjetividad política de la ciudadanía israelí. Es el terreno social fértil para el un abierto Fascismo.
Las operaciones de «bandera falsa», más allá de las ridículas «teorías de la conspiración» en boga, han existido desde la Antigüedad, y seguirán existiendo. La Desinformación deliberada como parte operativa en el «sistema-mundo» (categoría de I. Wallerstein) también. Los muertos, sean palestinos, israelíes, o Latinoamericanos, sí son reales. Los heridos, mutilados, torturados, violados, vejados, y desplazados, también son reales. Las ganancias, sean geopolíticas, militares, políticas, o directamente económicas, también son reales. Y EEUU. está en Elecciones y está polarizado.
De momento, ya hay acusaciones formales de Genocidio y Crímenes de Lesa Humanidad contra el Gobierno de Netanyahu, y presentadas debidamente en organismos de Derecho Internacional. La Asamblea de la ONU ha sido muy clara también en su condena. Incluso el polémico Consejo de Seguridad de la ONU, con la abstención de EEUU. (24/03/2024), acepta pedir un Alto al Fuego duradero. Los criminales de guerra nazis terminaron siendo juzgados internacionalmente, condenados y muchos ejecutados. Netanyahu y su banda, deberían meditar más en eso.
«La historia ocurre primero como tragedia y luego como comedia (farsa)», sentenció Marx acerca de Napoleón III versus Napoleón I en su famoso libro «El 18 de Brumario de Luis Bonaparte». Por supuesto, Netanyahu y sus cómplices, no son ilustrados, ni tienen capacidad racional de autocrítica, y no paran de mentir y de autoengañarse sistemáticamente. El Genocidio también es un gran negocio capitalista, y su verdadera ideología es el «Becerro de Oro».
La manipulación mediática Sionista continúa obviamente. Ésta es la misma «lógica» discursiva retorcida, colonial y racista, que se le impuso por décadas a Palestina. Primero con la Limpieza Étnica de la «Nakba» colonial en 1947-1948, con las Guerras de 1967 y 1973, pasando por la Intifada de 1987-1988, los bombardeos y ataques al Líbano y Gaza, así como la ilegal expansión de los asentamientos coloniales y la sistemática violación de los Acuerdos de Paz por Israel, hasta el actual Genocidio en Gaza. Éste último, fue y es, el primer Genocidio transmitido en vivo en nuestros teléfonos «inteligentes». La crueldad inhumana, develada por la tecnología consumista.
En medio del atroz cinismo de la Globalización capitalista y su alienación profunda, incluso en pleno Estados Unidos (“El Hegemón”), aparece un nuevo movimiento universitario que cuestiona la hipócrita colaboración militar, económica y geopolítica de «Occidente» y sus élites, con los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad del Sionismo en Gaza.
Esto en mi opinión, es una muestra indubitable de esperanza ontológica, al decir del gran filósofo judío-alemán Ernst Bloch, y del renacimiento de las posibilidades éticas y colectivas de toda la Humanidad.
O como escribiría el gran Herbert Marcuse al final de su famoso texto, «El Hombre Unidimensional», y citando al filósofo mártir contra el Nazismo, Walter Benjamin: «Sólo gracias a aquellos sin esperanza, nos es dada la esperanza». (El Hombre Unidimensional: ensayo sobre la ideología de la sociedad industrial avanzada; Ed. Joaquín Mortiz, México D.F., 1981)
“¡Ya no seré cómplice del Genocidio!”, y “Free Palestine!”, gritó el soldado y aviador norteamericano de 25 años, Aaron Bushnell, antes de inmolarse frente a la Embajada de Israel en Washington, Estados Unidos, en un trágico acto extremo de protesta, frente al cinismo sordo del poder económico, político y militar. Personalmente su entereza, su desesperación, y sus gritos, me perseguirán para siempre. Nunca podré olvidar esa tragedia, que emula las de las protestas contra la Guerra de Vietnam. Tanto con los Bonzos budistas (1963) en el Vietnam del Sur ocupado por tropas norteamericanas, como dentro del mismo EEUU: Justo abajo del despacho del responsable oficial de esa política exterior en el Pentágono, el secretario de Defensa Robert McNamara (Norman Morrison, un pacifista cuáquero que se inmoló como protesta contra la intervención militar norteamericana en Vietnam, un 2 de Noviembre de 1965).
Miles de estos valientes estudiantes norteamericanos en lucha contra el Genocidio en Gaza, son «privilegiados» miembros de la comunidad judía- norteamericana. Muchos inspirados en el movimiento de EEUU.y Canadá, «Jewish Voice for Peace» («Voz Judía por la Paz») y por diferentes intelectuales, artistas y figuras judías, que están, –no contra Israel–, sino contra el Genocidio actual de niños, mujeres y ancianos palestinos en Gaza.
Todo esto lo hace más valioso y heroico. Gente como la economista Naomi Klein, la gran actriz Susan Sarandon, el intelectual y lingüista Noam Chomsky, o el Senador Bernie Sanders, sin hablar de muchas otras figuras en Europa Occidental y el Mundo en general, incluyendo el mismo Israel. La esperanza en medio del Apocalipsis imperial global, renació.
Nota histórica: E. Bloch, W. Reich, H. Marcuse, W. Benjamin, o su famosa colega Hannah Arendt, fueron todos grandes pensadores judíos-alemanes del Siglo XX, todos militantes Anti-Fascistas, todos comprometidos contra el Nazismo, todos exiliados (o muertos como Benjamin), todos de Izquierda, todos humanistas y Anti- Autoritarios, y NUNCA Sionistas. Karl Marx obviamente anterior, –otro brillante pensador y revolucionario socialista judío-alemán, cuyo ideario tuvo y tendrá muchas lecturas, al igual que Sigmund Freud fundador del Psicoanálisis, y el filósofo marxista húngaro György Lukács–, los inspiraron parcial y críticamente. Estos autores antes mencionados, -usualmente vinculados a la primera generación de la Escuela de Frankfurt-, a su vez inspiraron posteriormente, la formación de otros intelectuales críticos, como el sociólogo Immanuel Wallerstein, o el lingüista y activista Noam Chomsky. Todos los mencionados, al igual que el físico Albert Einstein, fueron de origen judío, pero ninguno, ninguno fue Sionista- Revisionista.
Gracias, Jiddu Rojas.
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