Los impuestos deben ser un pacto social negociado

Un sistema tributario que no sirve para distribuir riqueza debe desaparecer

 

Carlos José Cabezas Mora

Secretario general

Central General de Trabajadores

 

El tan “simpático” llamamiento y posterior conformación del gobierno de Coalición Nacional de Carlos Alvarado, argumentando que por causa de la compleja situación del país un solo partido no la resolvería, podemos ya interpretar que se trata de la unidad de los partidos de la derecha -de los sectores poderosos- para continuar con el desarrollo de su proyecto económico y lo más grave la definición de la política social, sin consultarle a las mayorías afectadas y excluyendo claramente la participación sindical.

Nuestro país debe primero definir que servicios públicos, cual cobertura y que calidad deben brindarse y luego, mediante un verdadero acuerdo nacional determinar el aporte de cada clase social a su sostenimiento, buscando que el sistema tributario sea una forma de distribuir la riqueza, pero la propuesta del Ministerio de Hacienda ni se acerca un poco a estos fundamentos. El nuestro está “patas arriba”, mal diseñado, rezagado, complejo e injusto a propósito.

El ministerio de Hacienda le esconde a la población la verdad de su propuesta. Está más que demostrado en la práctica política de estos meses, que va fundamentalmente en el impulso de un paquete de impuestos que incluye no solo el impuesto del Valor Agregado (IVA) lo que es un mecanismo para el control del delito fiscal pero es una medida tributaria que es injusta para el que menos paga y muy cómoda para los que más ingresos tienen, disminuir el gasto (dañando salarios) implicará no hacer crecer la producción, aumentará el costo de la vida y el desempleo, lo que ya es un grave problema sin atender.

La política fiscal pretende engañar a la población haciendo creer que el problema de fondo es el gasto público, cuando que realmente pasó es que los huecos son producto de la disminución drástica de los impuestos.

El actual sistema fiscal está administrado de manera tan ineficiente, en un mercado nacional poco competitivo producto de que hay una gran monopolización, ha hecho creer a las mayorías que el costo de la vida se debe a los altos impuestos e incluso con altos costos estatales, lo cual es una vil manipulación, cerrando con “broche de oro” que el tema gravísimo del problema relacionado con el delito fiscal sea ultra secundario.

La política fiscal tiene un 80 por ciento de decisiones políticas (incluida visión ideológica) y un 20% de política fiscal, en el actual sistema tributario se defiende a capa y espada el “clima de negocios para los inversionistas” porque el argumento es que “dañarlo” generará más desempleo (a lo que se refieren con eso es a no aumentar impuestos o mejorar la recaudación), lo que hemos notado que sí sucede es que la acumulación de riqueza nos ha convertido en uno de los países más desiguales del mundo, pues nuestros poderosos se han hecho superricos y no lo reflejan en su aportación fiscal.

El gobierno de Alvarado con un discurso demagógico se ha cerrado a la negociación en la práctica, promoviendo que la respuesta lógica del movimiento sindical sea la protesta como forma de evitar que se siga profundizando en la injusta política de que “paguen más los que menos tienen”.

Actualmente el cambio del régimen fiscal debe ser radical para lograr que cumpla una función útil a la sociedad y deje de engordar los bolsillos de los sectores ya poderosos.

 

Imagen con fines ilustrativos.

Enviado por Carlos Cabezas.

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