Policía Penitenciaria entra a escenario de alta tensión laboral
Propuesta de nuevo Manual de Puestos incrementa diferenciación salarial entre “los rayados” y “los no rayados”
Luego de largos meses de espera y ante reiterada lucha de la ANEP en este asunto, la cartera Ministerial de Justicia y Gracia entregó, en horas de la tarde del pasado viernes 6 de marzo de 2014, a la ANEP y a su Seccional ANEP-Policía Penitenciaria, la propuesta “Informe Técnico Modificación al Manuel de Clases de la Policía Penitenciaria y Equiparación Salarial”.
Según lo convenido con la señora ministra del ramo, la Licda. Cristina Ramírez Chavarría, a su vez, la contrapropuesta sindical deberá entregarse en su despacho, a más tardar el próximo viernes 13 de marzo para lo cual, los y las integrantes de la Junta Directiva Seccional ANEP-Policía Penitenciaria entran en sesión permanente y en la sede de la ANEP desde este lunes día 9, con la finalidad de analizar el documento ministerial y elaborar la contrapropuesta de esta organización
De entrada, sin análisis de fondo, el conflicto se ve venir: mientras al puesto más bajo de la propuesta ministerial, “Vigilante Penitenciario”, se pretende otorgarle un incremento a su base salarial de 17.050.oo; al máximo puesto de un centro penal, denominado Jefe de Seguridad Penitenciaria, se le pretende subir su respectiva base, en 447.400.oo colones.
Más concretamente, “el policía de abajo”, “el no rayado”, pasaría de una base de 281.200 colones mensuales, a una de 298.250 colones mensuales; el incremento es, como se indicó, de 17.050 colones.
Por el contrario, la respectiva jefatura, “el policía de arriba”, “el rayado”, pasaría de una base salarial actual de 308.050 colones por mes, a una de 755.450 mensuales: 447.400 colones de aumento, a la base, por mes.
En consecuencia, en una misma cárcel tendríamos un incremento de las distancias salariales que nada conveniente será para el clima institucional y para las futuras relaciones personal subalterno-jerarquías de seguridad, afectando la seguridad estratégica carcelaria.
Si bien es cierto la justa remuneración salarial es más que necesaria, tanto para “el policía de arriba”, como para “el policía de abajo”; la promoción de la justicia salarial en el seno de la Policía Penitenciaria debe ser integral, debe ser con equidad racional y debe fortalecer a quienes más han sufrido con la pérdida del poder adquisitivo de su salario y que, por lo general, tienen que realizar las tareas más duras, difíciles e incómodas. Si no que lo diga un policía fortinero de toda una vida…
Es por ello que la ANEP, como sindicato responsable y que en el caso de la Policía Penitenciaria acumula más de 30 años de continua lucha por su plena reivindicación, preparará su contrapropuesta de cara al pretendido nuevo manual de puestos para este cuerpo policial, con gran seriedad y con gran profesionalismo; pero, a la vez, haciendo énfasis en la peligrosa perspectiva que es desatender, política e institucionalmente hablando, la deteriorada situación salarial de quienes en las cárceles y a nivel de la seguridad penitenciaria, ganan los más precarios salarios y haciendo las tareas más incómodas y difíciles.
Es bueno recordar a la opinión pública que fue en agosto de 2007 cuando arrancó la lucha de la ANEP para la reivindicación gremial y profesional plena de los principales cuerpos policiales del Poder Ejecutivo: Fuerza Pública, Policía Penitenciaria, Policía de Migración y Extranjería y Policía de Tránsito; proceso integral y compartido que tendría su primer acuerdo en tal sentido, en el mes de diciembre de 2009, firmado en la propia Casa Presidencial. A partir de tal circunstancia, los caminos reivindicativos en los cuatro casos mencionados, han transcurrido paralelamente, con sus particulares características y con sus alcances específicos, sin que todo el caminar haya plenamente terminado.
En el caso que ahora nos ocupa, y preocupa, la Policía Penitenciaria, ANEP tuvo que realizar una gran acción de calle, con gran participación de sus integrantes, el día lunes 20 de enero de 2014, con gran movilización en la ruta nacional 27, a la altura de San Rafael de Alajuela, lográndose días después un acuerdo en torno a esto del manual de puestos, con el gobierno de la hoy expresidenta Laura Chinchilla Miranda.
El actual, del presidente Luis Guillermo Solís Rivera, le dio continuidad a ese diálogo y a ese acuerdo, concretándose el pasado mes de noviembre de 2014, nuevos compromisos como este del nuevo Manual de Puestos.
Admitimos que en este punto y al menos con la entrega de tal documento el pasado viernes 6 de marzo, la presente administración cumple el acuerdo con la ANEP; sin embargo, la propuesta de reajuste para el Vigilante Penitenciario, que representa poco más del 90 % de todo el personal componente de la Policía Penitenciaria, es insostenible y fuente de alta tensión laboral aunque se esté “materializando” la homologación con Fuerza Pública, pero en un escenario restrictivo salarialmente hablando a nivel de bases policiales en el puesto de más baja ubicación.
La ANEP espera que luego de la entrega de la contrapropuesta sindical por parte de su Seccional ANEP-Policía Penitenciaria, se abra un proceso de diálogo de renovado espíritu constructivo para abrir un sendero más claro de justicia salarial integral en el seno de este importante grupo de servidores públicos de la seguridad costarricense.
La ANEP también sigue creyendo que con el espíritu, con la responsabilidad y con la seriedad que desarrolló la protesta del lunes 20 de enero de 2014, de ser necesario, animará nuevas acciones similares según lo determinen las circunstancias; pero eso sí y como suele caracterizar a los movimientos de calle promovidos por la ANEP, ni el aventurerismo, ni la demagogia, ni el oportunismo, ni el espontaneísmo, ni el protagonismo delirante buscando tener “oxígeno” sindical, inspirará nuestro accionar en el plano social en este asunto del nuevo manual de puestos de la Policía Penitenciaria. Ante todo, la responsabilidad.
Enviado a SURCOS Digital por Albino Vargas.
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