José Joaquín Meléndez G.
Atípico, virtual, desmovilizados. Desempleados como nunca, subempleados multiplicados. Pandemia. Paro y arrogancia empresarial, amenazas de inversionista extranjeros, presión y antisolidaridad empresarial, parálisis del transporte, ferrocarriles, buses, terminales aéreas, baja de placa y multas por ciento diez mil colones, especulación. Hogares en tensión y psicosis por la falta de alimentos, trabajo en casa, cautiverio forzoso, suspensión en pago de alquileres, amenazas de desahucio, agua, electricidad, créditos y tarjetas de crédito. Iglesias, gimnasios, restaurantes, salones, estadios, cantinas, bares, playas, hoteles, todos cerrados. Calles vacías, nada de manifestaciones. La Asamblea Legislativa aprobando leyes como locos sin el mayor detenimiento, todo es urgente, hay que reprimir con más multas; se olvidan que la soberanía reside en el pueblo. Escuelas colegios universidades cerradas con lecciones virtuales, profesores experimentando metodologías, niños de ensayo. La CCSS como un gladiador, pero restándole ingresos y un pueblo defendiéndola de los ataques arteros de sus cotidianos enemigos. Debilitamiento y amenazas contra el IVM. Judicialización de las movilizaciones y castigo a las huelgas. Un Ministerio de Salud asumiendo la rectoría con su gran pilar la CCSS y la obediencia del pueblo. Baja del precio del petróleo sin parangón en la historia, pero RECOPE con los tanques llenos y los precios del combustible como subsidio para atacar la pandemia. Los servidores de Estado (empleados públicos) pagando los platos rotos, desmovilizados, amenazados y castigados en sus libertades sindicales. Sindicatos sin foros ni asambleas con oficinas cerradas y acción virtual. Un gobierno agitado, desgastado, tomando oxígenos con la pandemia, pero con los buitres políticos a su alrededor esperando la carroña en la campaña política. Una tramposa campaña política venidera.
Así llegamos a este Primero de Mayo y dinteles del Bicentenario del 2021.
Salud a todos los trabajadores del mundo y de mi patria, a quienes han mantenido en alto la antorcha de la libertad y el estandarte de la lucha. Gloria para quienes han marchado al infinito bajo leyes opresoras de castas y jueces, sufriendo linchamientos, cárcel, persecución e infamias como los Mártires de Chicago, las mujeres del 8 de Marzo, los jóvenes con sus ideales libertarias y a los campesinos que han luchado por sus tierras, sus familias y su cultivo y los dirigentes históricos de Costa Rica. Victoria para todos aquellos dirigentes sindicales que han regado la semilla de la libertades y derechos bajo la organización, la formación y reivindicación permanente, convencidos del derecho al trabajo, la justicia, la paz y la democracia. A esos hombres y mujeres sindicalistas que abrazan el derecho inagotable de la unidad como principio nacional y universal de los trabajadores para alcanzar la corona que históricamente nos corresponde. Reconocimiento a las luchas de los trabajadores por la jornada de ocho horas de 1920 y la UGT, la huelga del nueve de agosto de 1934, el Código de Trabajo del 15 de setiembre de 1945, por las conquistas sociales establecidas en derecho por la Constitución Política de 1949, por el derecho a los obreros del aguinaldo de 1958, la aplicación del Sistema General de Preferencia para mantener el derecho a la negociación colectiva y derecho de sindicalización, la derogatoria del 333 y 334 del Código Penal, la conquista del Salario Escolar, la consolidación del Derecho Procesal laboral, las luchas campesinas por sus tierras de los años 70. Las Movilizaciones populares de ALCOA, el Comité Cívico Limonense y la FETRAL, en el Combo del ICE, la lucha nacional del FDT, contra el TLC, lucha estudiantil, la movilización contra RITEVE, la movilización multitudinaria contra el Combo Tributario del 2018.
Para las centrales sindicales que mantienen las columnas del sindicalismo costarricense en la CTRN, la CTCR, la CUT, la CMTC, la Juanito Mora y la UGT que busquen el punto angular de la verdadera unidad para enfrentar la crisis.
Y como epílogo, el saludo fraterno para la Central Sindical de las Américas, CSA, en Uruguay y la Confederación Sindical Internacional, CSI, de Bélgica que agrupa a las organizaciones de todos los continentes del globo terráqueo.
San José, 30 abril 2020