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Etiqueta: adulto mayor

UCR: En Costa Rica vivimos más, pero no mejor

Imagen elaborada con IA.

Retos de la seguridad social

Especialistas alertan sobre el envejecimiento acelerado y las crecientes listas de espera que amenazan la calidad de vida de la población

Imagine que a usted se le diagnostica una enfermedad cardiaca que requiere de una operación. Cuando llega a la seguridad social, a fin de solicitar la cita para su intervención quirúrgica, le indican que deberá esperar cerca de 640 días; es decir, casi dos años.

Si considera esa cifra un poco exagerada, lamentablemente, no lo es. El sitio web de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) expone que ese es el tiempo aproximado que las y los pacientes deben esperar en el Hospital México para recibir una cirugía cardiovascular.

Si tan solo ese escenario ya marca un verdadero desafío, añada el hecho de que la población adulta mayor está aumentando.

Dentro de 25 años, el grupo mayor a los 65 años podría alcanzar las 1 262 311 costarricenses, lo que equivaldría al 20,7 % de seres humanos que vivan en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC).

En otras palabras, para mediados de siglo, una de cada cinco personas en el territorio nacional será adulta mayor, más del doble porcentual y numérico actual que enfrenta Costa Rica.

Ahora, imagine el escenario completo: más personas adultas mayores y un sistema de salud con altas dificultades para atender, incluso, la demanda actual. ¿Qué se puede esperar de esto? Cuatro especialistas afirman que, de no tomarse medidas, podríamos esperar un posible colapso.

“No hay duda que nuestro sistema de salud es un gran orgullo nacional y nos da prestigio universal. Pero, si eso no se cuida, se puede acabar”, advirtió el Dr. Fernando Morales Martínez, decano de la Facultad de Medicina de la UCR.

Así se conversó en la mesa redonda: “Retos que enfrenta la seguridad social en Costa Rica”, efectuada por la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica (UCR).

En la charla participaron la Dra. Daisy Corrales Díaz, exministra de Salud; el Dr. Alvaro Salas Chaves, expresidente ejecutivo de la CCSS; el Dr. Roberto Cervantes Barrantes, exgerente general de la CCSS y la Dra. Olga Arguedas Arguedas, exdirectora del Hospital Nacional de Niños, bajo la moderación del Dr. Morales.

Durante la conversación, las y los expertos hablaron de los desafíos que enfrenta la Caja en medio de un escenario de envejecimiento poblacional acelerado, retos financieros y transformaciones epidemiológicas profundas.

Para ellas y ellos, de no efectuarse reformas estructurales urgentes, nuestro pilar del bienestar nacional —que se ha posicionado como uno de los mejores del mundo— podría desmoronarse ante una realidad demográfica que ya no admite espera.

 

Más personas adultas mayores

La mesa redonda comenzó con un tema de gran preocupación: el rápido envejecimiento poblacional de Costa Rica.

Para las y los expertos, el país está envejeciendo y más rápido de lo esperado. La tradicional pirámide poblacional, que durante décadas mostraba una base ancha compuesta por población joven, y una cúspide estrecha de adultos mayores, se está invirtiendo.

Este cambio demográfico no es simplemente un fenómeno estadístico: es una transformación estructural que impacta de lleno en el sistema de salud, las pensiones, la economía y la planificación pública.

En palabras de la Dra. Olga Arguedas, exdirectora del Hospital Nacional de Niños, “el país está enfrentando un agotamiento del bono demográfico”. En otros términos, se está acabando la cantidad de personas que están más activas laboralmente, lo cual es vital para sostener la seguridad social.

“Ni siquiera llegamos a la tasa de reemplazo, o sea, no logramos sustituir al óvulo y al espermatozoide”, expuso la Dra. Arguedas. En efecto.

El Dr. Fernando Morales profundizó que la tasa global de fecundidad ha caído a niveles históricos: apenas 1.3 hijos por mujer, muy por debajo del nivel de reemplazo poblacional.

Al mismo tiempo, dijo el Dr. Morales, la esperanza de vida es una de las más altas de América Latina, con una edad promedio de 81 años y una baja tasa de mortalidad de seis personas por cada 1 000 habitantes.

Si bien ese es un logro que refleja décadas de inversión en salud pública y calidad de vida, también representa un reto mayúsculo: las personas viven más, pero los últimos años de vida suelen transcurrir con enfermedades crónicas, dependencia funcional y alta demanda de cuidados médicos especializados, comentó el geriatra.

“Nos tenemos que sentir muy orgullosos del aumento de la expectativa de vida, porque eso muestra la solidez de nuestro sistema, pero yo soy especialista en preocuparme por cosas y, entonces, a mí lo que me preocupa es cómo nos va a tocar vivir esa última década de la vida antes de irnos al cielo”, aseveró la Dra. Arguedas.

La pediatra comentó que la Unidad de Estadística y Dirección Actuarial de la CCSS hizo un estudio que mostraba que, aunque la esperanza de vida ronda los 80 años, la vida saludable se reduce a unos 70.

En pocas palabras, hay una década entera en la que muchas personas vivirán con condiciones que requieren atención médica constante, medicamentos costosos, terapias de rehabilitación o cuidados paliativos. Esto supone una carga financiera y logística que el sistema aún no está preparado para asumir.

“Estamos viviendo más, pero no necesariamente mejor”, alertó la Dra. Arguedas. Y si la Caja no se prepara con anticipación para esta ola gris, el resultado será un sistema de salud desbordado, amplias listas de espera y una atención cada vez más fragmentada.

 

Espera y renuncia

Para las y los expertos, uno de los síntomas más visibles del deterioro de la salud pública en Costa Rica es el crecimiento constante de las listas de espera.

A esa realidad se suma la renuncia de médicos especialistas, lo que amenaza con desestabilizar, aún más, un sistema que ya opera bajo presión.

Durante la mesa redonda, la Dra. Arguedas —exdirectora del Hospital Nacional de Niños— fue enfática al indicar que el sistema tiene dificultades que no son nuevas, vienen desde hace décadas.

Algunas son las barreras de acceso a los servicios de salud, las extensas listas de espera y, ahora, la popularización de la renuncia de especialistas. Este último, afirmó la pediatra, ha agregado un nuevo nivel de complejidad.

Las razones, expresó la Dra. Arguedas, se deben a que esas renuncias no se limitan solo al tema salarial, también influyen las condiciones laborales, la rigidez institucional, el exceso de burocracia, la sobrecarga emocional y la falta de proyección profesional que hacen que las y los especialistas decidan migrar al sector privado.

Como si eso no fuera suficiente, el problema no se detiene ahí. Mientras los hospitales enfrentan una fuga constante de talento, las listas de espera crecen, en especial para las cirugías, las citas con especialistas y los procedimientos diagnósticos.

Ante esto, la Dra. Arguedas propuso que la Caja debe evolucionar cuanto antes para, como dice Darwin, “no extinguirse”.

“Las causas de las listas de espera son diferentes en todos los hospitales. Las razones de las listas de espera en el Hospital Nacional de Niños son muy distintas a las listas de espera que se pueden tener en el Hospital de Golfito o el Hospital México. Entonces, los instrumentos generales para manejar listas de espera perdonen, no sirven, tienen que ser customizados a las necesidades de cada centro”, especificó la exdirectora del Hospital Nacional de Niños.

El Dr. Roberto Cervantes, exgerente general de la CCSS, no se quedó atrás. Él expresó que los cuadros técnicos no han estado a la altura y, tampoco, los esfuerzos adicionales de preparación académica.

“Recuerdo que la Junta Directiva en la que estuvo el Dr. Ramos aprobaron 244 becas para [que los médicos] se fueran a especializar al exterior y resulta que no se pudo. No se pudo por un requisito de que, cuando vinieran, estaba la deuda que adquirió la Caja y no se podían colegiar”, increpó el Dr. Cervantes.

Otros obstáculos son el poco acceso a los servicios, la poca modernización del acceso a la red, la falta de flexibilización horaria y la poca calidad de atención hospitalaria.

Desde la mirada de la Dra. Daisy Corrales, exministra de Salud, lo que se necesita es que el país, si aspira salir a flote, tenga un modelo que combine cuatro elementos primordiales: una mayor accesibilidad, una mayor eficiencia operativa, una mejor retención del talento profesional y la modernización del sistema de salud, todos trabajando de manera conjunta.

 

¿Falta de oxígeno?

A pesar de las múltiples crisis que la rodean, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) sigue en pie, no ha colapsado, no está quebrada, pero respira con dificultad, afirmó la exministra de Salud.

Para la Dra. Corrales, la resistencia de la CCSS no es producto de la improvisación, sino del arraigo histórico que tiene en la mente del costarricense, de su gente trabajadora y del sentido de pertenencia que aún despierta entre quienes la han construido con décadas de servicio.

Durante la mesa redonda la Dra. Corrales fue clara: “la Caja no está quebrada, la Caja es sostenible y la tenemos que defender así, con esos términos”.

“En los últimos siete años, por cada colón que se gasta en la Caja, los ingresos son de 1.24. Esos 24 centavos han permitido que se mantengan las reservas de invalidez, vejez y muerte —en la parte de salud y enfermedad— y en prestaciones sociales. Otra buena noticia es que hay un superávit del último año billonario”, aseguró la Dra. Corrales.

No obstante, al igual que las y los otros expositores, la buena noticia de la Dra. Corrales vino acompañada de una advertencia: la sostenibilidad está en riesgo si no se corrigen algunas distorsiones estructurales. Una es la disminución de las cotizaciones, declaró.

Otro elemento a mejorar de manera urgente, según la Dra. Corrales, es la deuda del Estado con la institución, “que ronda los 4.2 billones de colones”, especificó. A esto se suma una morosidad patronal que alcanza los 470 mil millones de colones y una morosidad de trabajadores independientes cercana a los 515 mil millones de colones, añadió la exministra.

Estos datos reflejan un sistema de recaudación que, para la Dra. Corrales, necesita modernizarse con la misma rigurosidad con la que opera el Ministerio de Hacienda. “La Caja debe tener una gestión de cobro más eficaz, más inteligente y más firme”, insistió.

“Si nosotros, además de todo esto que pasa, lográramos hacer efectivo el cobro al Estado, el cobro a los patronos y a los independientes, estaríamos en otra condición”, reflexionó la exministra.

Así, para la Dra. Corrales, hay que trabajar la recaudación de ingresos, la gestión y administración de fondos, la prestación de servicios y beneficios, así como la evaluación y reformas para la sostenibilidad.

Por supuesto, los números no lo son todo. Lo que más preocupa es el estancamiento en la estructura contributiva.

 

Una cirugía mayor

Menos nacimientos, más adultos mayores y una alta tasa de informalidad laboral amenazan el equilibrio financiero de la institución a largo plazo.

Así, si no se amplía la base de cotizantes, ni se fortalecen mecanismos de ingreso alternativo, es probable que la presión sobre el régimen de salud y el de pensiones crezcan de forma insostenible, comentaron las personas panelistas.

“Los problemas son muy serios, son muy grandes, difíciles y van a requerir de mucho coraje, de mucho esfuerzo y de mucha voluntad para poder resolverlos. El sector salud ha sido declarado de emergencia nacional y les quiero recordar esa declaratoria, porque ha llegado el momento de tomar decisiones”, expuso el Dr. Álvaro Salas.

Por el momento, aún hay motivos para sostener la esperanza. En el 2022, según recordó el Dr. Roberto Cervantes, exgerente general de la CCSS, la institución vivía uno de sus momentos más sólidos.

“Al entregarle la Caja al nuevo presidente ejecutivo, don Álvaro Ramos, le dije: ‘señor presidente ejecutivo, le entrego una institución con una reserva de 1.6 billones de colones, con el portafolio de inversiones más grande y más ambicioso que haya tenido esta institución o cualquier otra del país, con un proyecto de manejo de brecha de primer nivel al 2030, implementando alrededor de 340 ebáis a lo largo y ancho de todo el país, y con proyectos innovadores que poco a poco usted va a conocer”, expuso el Dr. Cervantes.

Hoy, la Caja aún funciona y sus hospitales atienden. Sus dispositivos electrónicos, como el Expediente Digital Único en Salud (EDUS), recopilan información de alto valor. Los programas de vacunación y atención primaria siguen siendo ejemplo regional, pero se necesita algo más que buena voluntad: requiere dirección estratégica, respaldo político y compromiso ciudadano.

 

Los antídotos

Las alternativas son varias. El Dr. Salas propone un plan a cinco años para robustecer la salud pública nacional y, entre ellas, un necesario rescate del médico general.

“No hay ninguna solución posible si no rescatamos al médico general y lo convertimos en especialista en Medicina de Familia y Comunidad”, sostuvo.

El Dr. Salas plantea un plan estructural para formar a estos profesionales en todo el territorio nacional, lo que permitiría descongestionar los servicios hospitalarios, acercar la atención primaria a las comunidades y responder a los retos de una población cada vez más envejecida; es decir “revolucionar la salud como lo hicimos hace 20 y 40 años”, dijo.

Su propuesta es clara: motivar al médico general, actualizar los procesos de formación, establecer programas de residencia en todo el país y crear condiciones laborales más atractivas y dignas para este perfil profesional.

“Formemos a nuestros médicos generales y démosle una perspectiva futura. No hay manera de corregir las listas de espera de 500 días y 600 días, si no es con recurso humano preparado”, puntualizó el Dr. Salas.

La Dra. Corrales agregó algunas sugerencias adicionales como fortalecer el uso de la inteligencia artificial y los sistemas automatizados, que podrían contribuir a agilizar diagnósticos en telemedicina y optimizar los procesos administrativos. Esto reduciría los tiempos de espera.

Asimismo, mencionó la Dra. Corrales, es vital fortalecer la alfabetización digital, especialmente entre adultos mayores, para garantizar que todos los sectores de la población puedan beneficiarse de estos avances como acceder con mayor facilidad a consultas virtuales y a su expediente electrónico.

Desde la perspectiva de la Dra. Arguedas, también se debe transformar el régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) e, incluso, valorar un aumento de la edad de pensión y flexibilizar las modalidades de empleo de la tercera edad.

Asimismo, indicó que es vital fortalecer la rehabilitación para que las personas puedan reincorporarse, cuanto antes, al mercado laboral y, de esta manera, seguir contribuyendo al sistema y mejorar el abordaje de los errores en salud, en el cual se vea el error como aprendizaje y no una condena.

“La realidad es que nunca le hemos dado la oportunidad a la Caja de hacer las cosas como se debe, porque nunca le dimos los recursos mínimos necesarios. Nunca las poblaciones estuvieron así, siempre hubo rezago. Entonces, démosle esa oportunidad a la Caja, démosle los recursos que la Caja necesita y les cuento que las cosas van a ser diferentes”, dijo el exgerente de la Caja.

Por el momento, el sistema público, que es la columna vertebral del derecho a la salud en Costa Rica, se enfrenta a un círculo vicioso: menos personal, más pacientes en espera y mayor desgaste institucional.

Mientras tanto, cientos de costarricenses siguen esperando por una cita, por una operación y por una respuesta.

 

 

Jenniffer Jiménez Córdoba
Periodista Oficina de Comunicación Institucional, UCR.

Víctimas del Caso Aldesa claman por justicia ante el fiscal general de Costa Rica

La carta dirigida a Carlo I. Díaz Sánchez, Fiscal General de la República de Costa Rica, el 8 de marzo de 2024, por parte de víctimas del caso Aldesa, recalca que son cinco años desde que Aldesa anunció que dejaría de pagar los intereses a los ahorros y prometió reanudar los pagos en tres años, lo cual no ocurrió. 

En la carta, los firmantes expresan su descontento ante la falta de acción en el caso, y comentan que se manifiestan el 8 de marzo ante el Ministerio Público, en representación de muchas víctimas del Caso Aldesa, entre ellas muchas que por su estado de salud y edad no pueden unirse y también por quienes fallecieron esperando justicia.

Se presentan con dos mantas que resumen el reclamo y señalan que este caso específico ha sido tratado con inacción, lo cual genera una sensación de impunidad, que ha propiciado sucesivos fraudes similares en especial después del caso Aldesa.

A finales del pasado mes de octubre del año anterior, el señor Presidente de la República, Rodrigo Chaves Robles, recibió a los representantes y escuchó sus inquietudes, expresando su deseo de que el caso no prescriba. Sin embargo, dejó claro que, al estar judicializado, tenía limitaciones en cuanto a las acciones que podía emprender. A pesar de esto, permitió a los representantes hacer divulgación a nivel nacional sobre la preocupación por la prescripción y la falta de justicia.

En esa misma ocasión, los firmantes sostienen que don Carlo Díaz, aseguró tener un cronograma y transmitió la tranquilidad de que no debían temer que algo así sucediera. Sin embargo, el Fiscal Christopher Moreno Chaves tardó un mes adicional en presentar la acusación, y han transcurrido más de tres meses desde entonces sin que se observe un progreso significativo en el caso.

Desde la indagatoria de Javier Chaves Bolaños el 7 de junio de 2019, principal responsable del caso, han transcurrido cinco años, marcando el inicio del conteo hacia la prescripción del caso. La preocupación por esta prescripción es palpable hoy, dado el lento progreso del caso y la cercanía de la fecha límite, con tan solo 60 días hábiles restantes (excluyendo feriados, Semana Santa y fines de semana).

La convocatoria de audiencia preliminar por parte del juez con un plazo prolongado genera aún más inquietud, ya que muchos de los afectados son adultos mayores, algunos cercanos a los 90 años, y existe el temor de que fallezcan sin ver justicia.

La situación económica de los afectados es desesperada. Desde que fueron despojados de sus ahorros, hace ya cinco años, muchos adultos mayores han fallecido en una situación económicamente vulnerable tras años de trabajo y sacrificio.

Muchos de los afectados han perdido las necesidades que antes disfrutaban, como el acceso a medicina privada y terapeutas para prevenir úlceras por presión debido a la postración prolongada en camas mientras. Muchos se han visto obligados a vivir con familiares y vender sus posesiones, como vehículos y muebles, para comprar medicamentos o simplemente para comer. La situación es tan grave que algunos, siendo adultos mayores, se han visto obligados a trabajar nuevamente, ya sea dando clases en sus hogares, haciendo teletrabajo o realizando trabajos ocasionales a cambio de un pequeño ingreso.

Ante la falta de respuesta por parte del Poder Judicial, los afectados se preguntan qué les queda. Temen resignarse a que la justicia no sea cumplida, pues consideran que si no se cumple, no es justicia, y creen que eso ya ha sucedido en este caso. Además, si el caso queda impune y no logran recuperar ni un céntimo de lo perdido, la pena será aún mayor, especialmente al constatar que los activos de Aldesa son insuficientes para cubrir las enormes deudas que mantienen.

Si el caso no es elevado al juez penal de manera inmediata y si la convocatoria de audiencia se programa para dentro de un período excesivamente largo, ya sea en seis meses o incluso años, muchos de los afectados habrán fallecido y no podrán presenciar el cumplimiento de la justicia que tanto han clamado.

Los afectados expresan su esperanza de no perturbar la tranquilidad del destinatario, pero señalan que la suya propia está destrozada. Sin otro particular, se despiden atenta y cordialmente.

Dicha carta reúne las firmas en el momento de entregar la carta con las personas afectadas que lleguen a la manifestación. 

Para acceder a la carta oficial, dirigirse al documento adjunto. 

Curso: El arte de envejecer con gracia

La Fundación Pedagógica Nuestramérica invita al curso “El arte de envejecer con gracia», el cual tendrá la apertura de su matrícula el 1 de marzo de 2024, e iniciará el lunes primero de abril. 

Este es un curso de preparación para una jubilación saludable y activa. Para acudir dudas sobre costos, modalidad y demás, contáctese con el número 61912047 de la Fundación Pedagógica Nuestramérica.

 Y para inscribirse acceda al siguiente enlace: https://www.cursosnuestramerica.org/ 

UNA Viernes Científico – Funcionalidad es clave en la vejez

Investigaciones realizadas por la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida (Ciemhcavi) de la Universidad Nacional (UNA) determinaron que la funcionalidad en el adulto mayor es indispensable para garantizar una mejor calidad de vida en la vejez, pues un adulto mayor dedicado más de lleno a sus actividades diarias se vuelve una persona más activa.

Luis Solano, coordinador del Programa Movimiento para la Vida (Movi), explicó que la funcionalidad en los adultos mayores consiste en que puedan realizar sus actividades básicas e instrumentales de la vida diaria, de forma independiente. “Es muy diferente un adulto mayor que va al supermercado a pie a traer sus bolsas en la mano, a otro que solo puede ir a ese sitio, pero que su condición física no le permite hacer un esfuerzo mayor”, comentó Solano.

Si usted convive con personas adultas mayores y nota que al realizar sus actividades físicas se cansan muy rápido, les cuesta vestirse, pierden el equilibrio al caminar, dan pasos muy cortos, es posible que esté entrando en un proceso de disfuncionalidad, cuyo riesgo radica en que esa persona se vuelva totalmente dependiente. De ahí que es fundamental realizar actividad física, pues de no ser así podría afectar el desempeño de su vida diaria.

Actividad física

Solano agregó que para devolver la funcionalidad al adulto mayor se deben considerar las variables físicas que involucren la fuerza, resistencia cardiovascular y la flexibilidad. “Este tipo de elementos permitirá al adulto mayor tener los requerimientos básicos en su desempeño diario. En su hogar puede reutilizar botellas con agua de 600 ml, litro y litro y medio, para realizar flexiones de codo e iniciar con pocas repeticiones hasta sentir un cansancio moderado, descansa un minuto y lo repite. También utilizar bolas de hule para realizar movimientos muy suaves con los pies”, mencionó el académico.

El especialista recalcó que los estilos de vida actuales están llevando cada vez más a la persona a ser sedentaria y, por ende, a descuidar el aspecto de la funcionalidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estipula que lo mínimo, para que una persona se mantenga funcional a lo largo de su vida, son 30 minutos de actividad física acumulada diariamente o, lo que es lo mismo, fragmentar esa media hora en tres turnos de 10 minutos cada uno o dos de 15 minutos, a distintas horas del día, para mantener los niveles de salud adecuados.

Si la persona adulta mayor desea ser orientada, el programa Movi le enseña a descubrir esas actividades diarias que contribuirán a mejorar su calidad de vida. Durante varios días a la semana, grupos de personas adultas mayores experimentan los beneficios de la práctica de la actividad física, el deporte y la recreación.

Oficina de Comunicación
Universidad Nacional, Costa Rica

Hagamos de octubre el mes del adulto mayor

Freddy Pacheco León

Para que, en el 2030, cuando finalizará la década del «envejecimiento saludable» declarada por la Organización Mundial de la Salud, los costarricenses podamos exhibir ante el mundo, cómo nuestros Ciudadanos de Oro gozan de una calidad de vida sustancialmente mejor, hemos de trabajar en procura de ese logro.

Para ello, nos reafirma el magnífico geriatra Dr. Fernando Morales, algo que lamentablemente tendemos olvidar: «Siempre se ha dicho que la expectativa de vida está relacionada con la genética; sin embargo, ésta representa únicamente un 30% de influencia total en la salud, mientras que el otro 70% depende del impacto de factores positivos y negativos en la trayectoria de vida de las personas, es decir, la posibilidad de alcanzar la vejez con buena calidad de vida depende, en gran medida, de factores medioambientales e individuales (estilos de vida). Al vivir en sociedad, nos comunicamos y relacionamos con otras personas; familiares, amistades o vecinos, formando una convivencia en la que nos apoyamos y ayudamos mutuamente».

Y nos aconseja: «Para conseguir un envejecimiento exitoso, están: vivir con una dieta modesta que consiste en verduras, legumbres, carnes con poca grasa, (cerdo, pollo, res o pescado), tortillas de maíz, abundante agua; evitar el licor, tabaco, drogas ilícitas y polifarmacia; realizar actividad física; fomentar la espiritualidad en unión de sus familias; entre otros factores positivos de vida».

¡Claro que nuestra sociedad, con un Estado comprometido con el presente y futuro de nuestros abuelitos, habrá, necesariamente, de facilitar el logro de un envejecimiento exitoso!

A propósito de ello, la propuesta del «HOSPITAL DEL ORO», habría de jugar un papel significativo, pues como respuesta a las dificultades financieras de la CCSS, no deberíamos esperar un día más para decidir aprovechar el oro de la mina en Crucitas, para la creación de un SISTEMA HOSPITALARIO dedicado explícitamente a la atención que merecen y urgen nuestros venerables Ciudadanos de Oro. Los meses pasan y la mejor atención de los adultos mayores es una demanda razonable.

La pandemia y el Hospital del Oro

Por Freddy Pacheco León, Ph.D

Sin duda alguna, el mayor desafío que enfrentamos los costarricenses, está relacionado con el envejecimiento de nuestra población y una tasa de nacimientos menor a la tasa de defunciones. Ante esa extremadamente preocupante realidad, con menos trabajadores vendrá consigo la disminución muy significativa de los aportes por cargas sociales y por concepto de prácticamente todo lo que se recauda por impuestos como el IVA, renta, combustibles, circulación, etcétera. Ello en momentos en que la población de adultos mayores, en acelerado crecimiento, demanda e inevitablemente demandará, mayores aportes que el Estado habrá de hacer lo necesario por satisfacer. 

Mientras la insuficiencia de recursos lleva al Ministerio de Hacienda a proponer una sustancial reducción presupuestaria al sector Salud, no podemos obviar que la asistencia social solidaria más bien demandará de mayores recursos financieros que pareciere las autoridades hacendarias tratan de disimular, en vista de que los encargados de las finanzas estatales no tienen respuesta a esas multimillonarias necesidades. Los más de un millón de viejitos, imposibilitados de trabajar para atender sus requerimientos básicos, no podrían subsistir adecuadamente sin techo, alimentación, abrigo, asistencia sanitaria, recreación, calor humano. Y resulta que el Estado, cada vez más empobrecido, será incapaz de atender la lista de necesidades que cada vez se hace más grande. Si esta terrible situación se veía venir antes del indomable coronavirus, con él presente en todo el territorio nacional, se ha hecho más difícil de atender, casi imposible, pues comparado a la leve “lluvia” de la pandemia, el envejecimiento acelerado de nuestra población es un “huracán” altamente destructivo que avanza a gran velocidad y con vientos inimaginablemente fuertes.

Como parte de ese oscuro panorama, hay un actor que sobresale por su magnitud y el dolor humano que conlleva: los problemas de salud de los mayores de 65 años, de los Ciudadanos de Oro, de nuestros padres y abuelitos que, en estado muy frágil, no pueden siquiera levantar su venerable voz. Honorables personas que semanal o diariamente, necesitan de medicamentos, alimentación especial, cuidados paliativos, e incluso atención hospitalaria. Personas que ya antes de la aparición del Sars-Cov-2, ocupaban más del 65% de las camas y otros espacios de nuestras clínicas y hospitales, así como en las listas de espera para tratamientos médicos “urgentes” que afligen a todos los pacientes de la Caja.    

Seguramente algunos dirán que nuestro pobre y subdesarrollado país no puede hacer mucho frente a tales monumentales necesidades; que no nos queda más que poner los pies en el suelo y vivir esa realidad. Por otro lado, somos testigos de cómo los ministros de Hacienda, desde hace unos años, vienen tratando de estirar hasta lo imposible la cobija para ocultar inútilmente el devenir que se vislumbra, pues saben que en caso de atender financieramente esa muy particular realidad, sería inminente la quiebra del Estado. Hacen falta más recursos para la Caja, independientes de los aportes de ley, fue el mensaje enviado por especialistas de la OCDE (entre otros) y no hubo respuesta gubernamental ni del sector privado.  “Mejor hablemos de otra cosa”, seguro pensaron…

 Ante ello, sin embargo, nosotros sí creemos tener una respuesta plausible, loable, atendible, razonable, y principalmente, realista. Se trata de aprovechar nuestro oro de la frustrada mina en Crucitas. Allí, en menos del 0,001% del territorio continental de Costa Rica (½ km2), y hasta unos 60 m de profundidad, en un área ambientalmente muy degradada, el Estado podría realizar una extracción, relativamente moderada, de 750 kilos de oro trimestralmente (según los estudios de Industrias Infinito), utilizando las mejores técnicas de explotación hoy disponibles en países amigos, como Chile, México, Perú, que podrían quizá ayudarnos a implementar el proceso de explotación.

Para tener una idea, dicho oro, hoy, tendría un valor de US$170 millones anuales (más de ¢106 mil millones), suficientes para estructurar un formidable sistema hospitalario, integral y diverso, orientado hacia el pleno cumplimiento del derecho humano a la salud y el bienestar de los adultos mayores. Le hemos llamado HOSPITAL DEL ORO, porque no solo sería una realidad a partir del oro que se encuentra esperando por ser extraído del subsuelo de la localidad de Crucitas, sino también porque sus beneficiarios directos serían los venerables Ciudadanos de Oro, que tanto nos han dado a sus compatriotas. 

Con el debido cumplimiento de los requisitos ambientales, y sin que se tenga que derogar la legislación que impide otorgar concesiones a empresas privadas para su explotación, el oro de Crucitas solo espera por las decisiones políticas que no deberían hacerse esperar más. En esa área menor al parque La Sabana, estaría la solución parcial al gravísimo problema financiero de nuestra CCSS. Los viejitos costarricenses serían los privilegiados más directos, pero también, al desahogarse el presupuesto actual de la Caja de los rubros presupuestarios que hoy demanda la atención de esa numerosa población, el resto de los habitantes, los menores de 65 años, podrían ser atendidos con la agilidad que deseamos. Así, todos seríamos ganadores de esta “ocurrencia”.

Complementariamente, no menos importante para el país, es que se desterrarían los vergonzosos conflictos socioambientales que caracterizan a la zona de Crucitas, y más bien Costa Rica mostraría al mundo, un ejemplo del buen uso de los recursos minerales de su pueblo.

Cabe agregar que ese sistema hospitalario tan particular, incluiría la medicina preventiva y de atención primaria, además de centros de especialidades médicas de primer orden en recursos materiales y humanos, sin dejar de lado el importante acompañamiento de sus familiares. Acogida la idea, como ya lo han hecho algunas destacadas personalidades del campo médico y político, entre otros, es razonable tener confianza en que profesionales de las diversas disciplinas médicas, administrativas, de planificación, y otros, se encargarían de hacer realidad los diversos proyectos con una adecuada proyección en el tiempo de las inversiones.

Se ha de reconocer que los costarricenses no tenemos otras opciones para solucionar los muy preocupantes problemas de la Caja en el área de salud, por lo que no imaginamos un escenario donde se pudiere rechazar un aprovechamiento así de nuestra riqueza aurífera de Crucitas. 

30/9/21

frepaleon@gmail.com

ORO para el «Hospital del Oro»

Por Freddy Pacheco León

La cantidad de oro documentada en Crucitas, es de 30 toneladas para explotar en 10 años. Podría encontrarse más al hacer la excavación en las 50 hectárea evaluadas (1/2 km2) pero por ahora es solo una expectativa. Nuestra propuesta es que, guardando todas las consideraciones ambientales, el Estado, para beneficio de la CCSS, desarrolle con esos ~US$135 MILLONES anuales, un sistema hospitalario llamado «Hospital del Oro», donde se construya infraestructura y se refuerce personal de salud, para la atención de los 700 mil ciudadanos de oro (en dos décadas más de un millón) que ya no pueden ser atendidos como merecen en nuestras clínicas y hospitales de la Caja. Hoy la cifra de espacios ocupados por los adultos mayores, supera el 65%, y conforme aumente dicho porcentaje, irá disminuyendo el espacio para los de menos edad. El «Hospital del Oro» es un proyecto realista y, muy importante, con fuente de financiamiento seguro. Mucho dolor se evitaría a los viejitos con un proyecto así, a desarrollarse como prioridad del Poder Ejecutivo.

El oro nuestro de Crucitas para la salud de 700 mil ancianos

Freddy Pacheco León

Desde antes de la terrible pandemia, las camas y demás espacios del sistema de salud de la Caja, ya estaban ocupados por venerables ancianitos en más del 65%. Decenas de miles de familias habrán sufrido al ver las condiciones en que, por escasez de recursos, los abuelitos y abuelitas han tenido que engrosar listas de espera para un tratamiento médico, y a veces, pasar dos o tres días en condiciones incómodas, impropias, dolorosas, sin poder salir de salas de emergencia, por falta de espacio en salones. Espacios por cierto, diseñados para pacientes más jóvenes con mayores facilidades de movilidad. Incluso hemos sufrido mucho al ver cómo ha habido necesidad de «amarrarlos» de sus camas, ante la insuficiencia de personal de enfermería que los pudieren atender de día y de noche. Unas veces son los medicamentos los que faltan, otras los equipos modernos que no se pueden adquirir; hasta una simple cama adecuada. Siempre hay necesidades insatisfechas.

Ancianos que después de haber entregado heroicamente su vida a los que cuidaron desde el día de su nacimiento, hoy solo Dios los puede proteger de cualquier hospitalización por enfermedad grave, que los haga pasar por esa penalidad.

Y es que, por más amor aportado, NO tiene nuestro buen sistema hospitalario, respuestas viables para enfrentar los cambios demográficos que aceleradamente han envejecido nuestra población. Cada día son más los «Ciudadanos de Oro», así como las enfermedades inherentes a la edad.  A los que les llegó el momento de recibir el amor y protección que demandan y merecen, tarea que hijos y nietos, y la misma CCSS, muchas veces no puede cumplir pues, aunque lo deseáramos, es IMPOSIBLE garantizarles una atención médica de calidad, bajo las circunstancias actuales.

Hoy no alcanza el dinero y la situación se agravará en menos de 30 años, cuando esa población mayor de 65 años rondará la cifra de 1.200.000.  Es una situación desesperante, dolorosa, inmerecida, que se profundizará inevitablemente… ¡SI NO HACEMOS LO CORRECTO HOY! Y lo correcto es buscar cómo enfrentar con medidas concretas, ese angustiante problema nacional. Indudablemente el más importante que hemos de solucionar como proyecto país.

¿Cómo enfrentar tal problema si no tenemos recursos?, se estará preguntando usted. Pues resulta que SÍ CONTAMOS CON RECURSOS FINANCIEROS suficientes para esa magna tarea. Y los tenemos en un pequeñito espacio de nuestro territorio. En un área menor al Parque Metropolitano de La Sabana, tenemos con un YACIMIENTO DE ORO que, según los estudios de la empresa extranjera que lo iba a explotar, puede producir unos US$133 millones anuales (más de ¢82.000 millones) por al menos una década. Cifra real, no especulativa, sustentada en la producción anual de 70.000 onzas de oro en lingotes.

Parece un sueño, pero no lo es, y por eso hubo empresas extranjeras que buscaron realizar esa explotación en, por supuesto, beneficio propio.

Ha de quedar claro, que tal sueño se puede realizar sin necesidad de modificar el deficiente Código de Minería, que prohíbe otorgar en concesión la explotación de oro en Crucitas y otros lugares indeterminados. Y no hace falta esa gestión legislativa porque al ser el mismo Estado el que haría la explotación, no requiere (sería una insensatez) que se le otorgue una concesión cual si se tratara de un ente privado.  Por eso, desde hace más de dos años, acudimos a todas las instancias gubernamentales con nuestra propuesta, no obteniendo las respuestas esperadas.  Pero como la urgencia es ahora más evidente, ahora nuevamente, hacemos un llamado para que vean NUESTRO ORO DE CRUCITAS, como una solución a los crecientes problemas que ya sufren cientos de miles de CIUDADANOS DE ORO.

Rogamos para que la idea del sistema hospitalario que hemos llamado “HOSPITAL DEL ORO”, sea recibida seriamente por los políticos sensibles que lo quieran así.  Se trata de que la Caja Costarricense del Seguro Social diga ¡presente, aquí estamos!, y se disponga a buscar respuestas a las necesidades que le aquejan, no solo en los 1043 EBAIS que ya ven superada su capacidad de servicios de primera clase, sino también en todos los hospitales que, por lo general, no tienen espacios adaptados para la atención de ese sector de pacientes. Ciudadanos de Oro que aparte de las 140 camas del magnífico Hospital Geriátrico Raúl Blanco Cervantes, no queda más que atenderlos, cuando se puede, bajo condiciones inadecuadas en hospitales diseñados para pacientes de un amplio rango de edades, donde no encontramos salas especializadas para los abuelitos y abuelitas, que presentan necesidades especiales y facilidades materiales que impiden incluso, el pleno cumplimiento de la Ley Nº7600.

Los expertos en salud que tenemos en Costa Rica, harían los planes que mejor consideren adecuados en el marco de la CCSS y el Ministerio de Salud. En la de menos podrían pensar en adecuar los centros de atención primaria y hospitales de toda categoría, para que cuenten con secciones especiales para esos ciudadanos, mediante ampliaciones, o quizá en la construcción de otros hospitales de geriatría o incluso, en uno central especializado en enfermedades predominantes en ese sector de población. En fin, no se trata de un hospital, sino de UN SISTEMA hospitalario, integral, donde también se habrá de considerar mejores servicios para los familiares que han de estar asistiendo a sus abuelitos internados.

Asimismo, no es despreciable el beneficio colateral que obtendría la Caja, al dedicar esos recursos frescos para dedicarlos exclusivamente a las personas de la tercera edad. Las hoy interminables “listas de espera” que como consecuencia de la escasez financiera provocan desazón en miles de pacientes y sus familiares, también se tendrían que ver disminuidas conforme más y más ciudadanos mayores vayan siendo atendidos en los espacios diseñados para ellos.  En poco tiempo, alrededor de un 65% de los espacios, equipos, medicamentos, exámenes de laboratorio, consulta externa, cirugías, etcétera, que hoy son compartidos, se irán liberando, y por ende, la Caja contará con mucho mejores condiciones para el cumplimiento de su abnegada labor. ¡Todos salimos ganando!

Por lo resumido, creemos tener la grandiosa oportunidad de dejar un legado histórico de inmensas repercusiones para los costarricenses, como lo es quizá el de los tres grandes reformadores sociales de la Costa Rica de los años 40. Pero para alcanzar ese logro, estamos urgidos de la decisión política que esperamos en notables estadistas. No conocemos de ningún otro país en donde la riqueza mineral de su subsuelo, perteneciente a toda la comunidad como bien demanial, se dedique a la atención de sus ciudadanos de oro, de los que más lo necesitan y, más importante, lo merecen. ¿Acaso podría pretenderse un mejor aprovechamiento de la riqueza de ese mineral localizado en Crucitas, antes de que por azar político se le asigne otro destino menos beneficioso para Costa Rica? La idea, que habrá de estructurarse en un proyecto por los que, luego de un diálogo fructífero, habrá de forjarse, podemos afirmar que es conocida por la gran mayoría de los dirigentes políticos y jerarcas gubernamentales. No solo por las notas que les hicimos llegar personalmente, sino también por los reportajes que desinteresadamente divulgó Noticias Repretel, no ha caído en terreno fértil. El silencio fue la respuesta, e incluso alguno políticos “copiaron” la idea llevándola a cifras fantasiosas de cuarenta mil millones de dólares que, supuestamente, se vendería en la bolsa de Wall Street para así sacar a Costa Rica de la pobreza.

Por eso, es una buena noticia que ya un precandidato presidencial nos dijo personalmente, y ante personas de alta honorabilidad, que aunque él tenía una idea diferente para resolver el conocido problema de Crucitas y aprovechar ese mineral, la nuestra “es una idea mil veces mejor que la mía, por lo que la acojo con entusiasmo”. Compromiso del expresidente José María Figueres.

¡Unamos pues voluntades, para hacer realidad el formidable sistema hospitalario llamado “HOSPITAL DEL ORO” que, por supuesto, se desarrollaría guardando estricta atención a las particularidades ambientales que conlleva un proyecto de minería como el que habremos de hacer realidad para los costarricenses. Proyecto indiscutiblemente, urgente, razonable, único, y más importante, posible, si nos lo proponemos.

UNA: Personas adultas mayores en acción

Contribuir a la creación de una “sociedad para todas las edades” y promover el desarrollo integral y el bienestar de las personas adultas mayores es el objetivo del Programa de Atención Integral de la Persona Adulta Mayor (PAIPAM) del Centro de Estudios Generales de la Universidad Nacional.

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UCR: ¡Anímese a estudiar después de los 50!

  • UCR Presente

Celebración del 10 Aniversario del grupo de baile ‘Al son de la vida’, del PIAM, en el Teatro Espressivo, en octubre del 2018. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La UCR sabe que la formación es un proceso que no termina nunca y, por eso, ofrece cientos de cursos en todas las áreas del conocimiento

El cambio demográfico es un proceso irreversible y se vive en cada uno de los hogares costarricenses. Cada vez hay más personas adultas y adultas mayores y nacen menos niños. De esta forma, la población costarricense se va tornando cada vez más vieja y ello nos enfrenta como sociedad al reto de aprender a envejecer.

Desde 1986 con la creación del Programa Institucional para al Persona Adulta y Adulta Mayor (PIAM), la Universidad de Costa Rica (UCR) dio un paso adelante para responder a la promoción del envejecimiento saludable por medio de la educación. Bajo la premisa de que el aprendizaje es permanente y a lo largo del ciclo vital, la UCR ofrece la oportunidad a miles de personas de envejecer aprendiendo.

Este programa que obtuvo el premio nacional de mejora a la calidad de vida en el 2016, es además pionero en la región, fue el primero en Costa Rica y el segundo en América Latina en impulsar estrategias para promover el envejecimiento activo.

El aprendizaje es un proceso que dura toda la vida y la Universidad de Costa Rica (UCR) lo tiene muy presente. Por eso, desde hace más de 20 años, abrió sus aulas a las personas mayores de 50 años, así se convirtió en la primera universidad costarricense y la segunda latinoamericana con una opción educativa para esta población.

El programa está dirigido a personas mayores de 50 años, no pide requisitos y la matricula se hace dos veces al año cada semestre, entre finales de febrero y principios de marzo, y a finales de julio y principios de agosto. La oferta del PIAM-UCR suma hasta 270 cursos en todas las áreas de conocimiento y el costo de la matrícula varía desde los ¢8 000 a los ¢37 000 (para los cursos que suman materiales).

El listado completo de cursos que oferta el PIAM-UCR se publica cada semestre en el sitio web del programa en: piam.ucr.ac.cr

La Universidad también ofrece opciones educativas para las personas mayores a través de sus sedes y recintos en zonas como San Ramón, Grecia, Limón, Puntarenas, Guanacaste y Paraíso donde se han desarrollado diversos programas, proyectos y actividades bajo este mismo concepto.

Participar en estos programas se traduce en una mejoría en la calidad de vida. Las personas que participan reportan sentirse con mayor vitalidad, haber logrado vencer miedos y limitaciones, experimentan mejoras en su salud general y la reducción de síntomas de enfermedades y un mayor sentido de integración a la sociedad.

Las personas beneficiarias reportan sentirse con mayor vitalidad, haber logrado vencer miedos y limitaciones, experimentar mejoras en su salud general y reducir síntomas de enfermedades, así como gozar de un mayor sentido de integración a la sociedad.

María José Víquez Barrantes, asesora de educación del PIAM-UCR, asegura que espacios educativos como éste son fundamentales para el país, ya que se reconoce el derecho a la educación como un derecho fundamental que no caduca con la edad y se promueve un envejecimiento activo en el que las personas adultas mayores se empoderan de su condición y pueden elaborar un proyecto de vida.

Este programa de la Vicerrectoría de Acción Social (VAS) cuenta con un equipo asesor y funciona con el apoyo de aproximadamente 100 docentes voluntarios. Actualmente brinda servicios a 2 500 personas cada ciclo lectivo, cuenta con una oferta educativa de hasta 270 cursos y un amplio repertorio de programas como teatro, taekwondo, idiomas, computo y natación, entre muchos otros. Además, desarrolla proyectos de investigación, acción social y vinculación y es reconocido como un modelo a nivel internacional.

Envejecimiento se acelera en Costa Rica

Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) para el año 2048 un 19,7% de la población tendrá más de 65 años y habrá personas más longevas de 80, 90 y hasta 100 años. Actualmente, este grupo representa el 8,2% de la población.

 

Katzy O`neal Coto

Periodista Oficina de Divulgación e Información.

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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