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Etiqueta: narco política

La narco mafia y narco política hay que enfrentarla con la mayor unidad nacional, política y social que sea posible

Vladimir de la Cruz

Hace algunos años, en la década de 1960, el anticomunismo arreciaba en el continente. La cercanía de la recién triunfada Revolución Cubana, que se había declarado socialista, en el contexto anticomunista de la Guerra Fría, fortaleció ese ambiente político mundial en esta región. A 90 millas de Estados Unidos una Revolución como la cubana tenía que desatar ese pánico, esa incertidumbre.

A escala internacional se desarrolló el anticomunismo bajo el concepto de la Guerra Fría. En Europa, Churchill, frente al surgimiento de un conjunto de países socialistas que emergieron de las cenizas bélicas de la II Guerra Mundial impulsó, para Europa, el concepto de la Cortina de Hierro. En el Asia, frente al avance descolonizador de la India, la Península de Indochina y la Península de Corea; y el avance hacia la Revolución Popular Socialista de China, en 1949, se impulsó la idea de la Cortina de Bambú. Con esto se crearon bloques mentales, económicos, militares, como la OTAN primero, y luego el Tratado de Varsovia, que fueron el gran marco de la Guerra Fría, para el llamado mundo “occidental”. En América Latina se aprobó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, en 1948, con igual propósito de defender las naciones latinoamericanas del avance del comunismo.

En Latinoamérica se impulsaron y sostuvieron feroces dictaduras y tiranías, durante una larga noche contra las democracias. La de Costa Rica sobrevivió a la guerra civil de 1948, pero arrastró parte de esa Guerra Fría, en la proscripción del Partido Comunista de Costa Rica, llamado Vanguardia Popular, y de una decena de partidos en los años siguientes hasta 1974, cuando se eliminaron las restricciones y prohibiciones para su organización electoral.

En la década de 1960 a nivel regional se impulsó el Consejo de Defensa Centroamericano, del que seguimos siendo parte, según entiendo, como parte de esa política continental y mundial; se establecieron controles y censuras en el Correo nacional, se cerró un periódico en el gobierno de Francisco Orlich y un coletazo de esas prohibiciones llevó al cierre de Radio Noticias del Continente, en el gobierno de Luis Alberto Monge, al calor del triunfo, en 1979, de la Revolución Sandinista en Nicaragua y la emergencia de la revolución popular anti dictaduras en Centroamérica; conflictos armados que se superaron con las gestiones del Gobierno de Oscar Arias, que llevaron a los acuerdos centroamericanos que se los reconocieron en su merecido Premio Nobel de la Paz.

Ese proceso no ha sido fácil todavía. Basta ver el pasado fin de semana donde se quiso impedir un triunfo electoral socialdemócrata en Guatemala, o en Nicaragua donde opera un gobierno autoritario en toda la línea.

Por cierto, en esa década se produjo el escándalo Irán Contras con el cual se descubrió que Estados Unidos con droga financiaba grupos antirevolución sandinista. ¿Cómo es qué es? Eso favoreció, desde entonces, las rutas y los negocios de la droga en la región.

Recientemente, el gobierno de Estados Unidos dejó libres, por la vía del indulto, a personas capturadas, de origen venezolano, parientes y amigos del presidente Maduro, que habían sido capturados infraganti en drogas y lavado de dinero, a cambio de unos detenidos norteamericanos en Venezuela, y por las negociaciones de inversiones norteamericanas que se estaban autorizando en el petróleo de ese país.

¿Qué mensaje está dando el gobierno norteamericano, a grupos delincuenciales? Está diciéndo a los grupos narcotraficantes que capturen y secuestren ciudadanos norteamericanos o funcionarios de ese gobierno, para cambiarlos por líderes mafiosos o narcomafiosos, que llevan a las cárceles de Estados Unidos, que es lo que se hizo en Venezuela.

En Costa Rica, esas restricciones políticas que existieron, en aquellos años, y las políticas que se ejecutaron, obedecieron a las presiones de los Estados Unidos, como recientemente el gobierno del presidente Rodrigo Chaves fue presionado por el gobierno norteamericano para impedir las negociaciones con la República Popular China, a propósito de las prohibiciones que el gobierno impuso contra el teléfono chino Huawei, y otros artículos de origen chino, a pesar del Tratado de Libre Comercio que existe, con ese país, desde el 2010.

En aquellos años, de la década de 1960, usar el término “comunista” para alguna gente podía ser ofensivo. Así sucedió en un caso, que llevado a los tribunales fue fallado a favor del demandante, condenando a la persona que de esa manera se refirió a una persona.

Un “comunista” es la persona que milita en un partido Comunista, y pertenece organizado a él, así como un liberacionista es aquel que pertenece al Partido Liberación Nacional. Hay gente que perteneciendo a este partido está en gobiernos de otros partidos, quizá porque interpretan que sirven al país, y no a un partido político.

El Ministro Mario Zamora Cordero, por ejemplo, fue Ministro del gobierno de Laura Chinchilla. Ha sido liberacionista en su vida política, lo que no le afecta para su ejercicio ministerial actual. Le está sirviendo al país desde donde él puede. ¿Y puede?

Su trayectoria profesional y pública es buena para el cargo que tiene. Profesionalmente se graduó en Derecho, con una tesis que proponía en cierta forma la creación de un Ministerio del Interior, fusionando Seguridad y Gobernación, sugiriéndolo al estilo de cómo funcionaban en los gobiernos autoritarios de Sur América. Fue Subdirector de la Escuela Nacional de Policía “Francisco J. Orlich”, fue Director de la Unidad de Seguridad Comunitaria, hoy Programas Preventivos, fue Director General de Migración y Extranjería, e impidió, si no recuerdo mal, el negocio de visas chinas que se trató de realizar en esos años. Fue Viceministro y Ministro de Gobernación, Policía y Seguridad Pública. Hoy es el Ministro de Seguridad Pública que ha impulsado la Política Nacional de Seguridad, que no se ve con buenos frutos.

El Ministro de Justicia y paz, del actual gobierno, Gerald Campos Valverde, es un abogado penalista. Ha sido suboficial y oficial de investigación, jefe de Oficina y de Delegaciones del OIJ en varias provincias, asesor jurídico de la Dirección General del OIJ, subjefe de las delegaciones regionales en la zona de San Carlos y en Limón, provincia muy conflictiva relacionada con la narco delincuencia. Llegó a ser Director General Interino del OIJ.

Pareciera, a la sensibilidad pública, que estos dos ministros andan cada uno por su lado, cuando tienen institucional, profesional y personalmente experiencias que podrían compartir en la lucha nacional contra la pandemia de la narco mafia existente en el país y en las “ medidas fuertes y directas de combate al narcotráfico”, que tampoco se sienten.

Cuando una persona es nombrada en el servicio exterior de Costa Rica, como Embajador, por ejemplo, le sirve a Costa Rica, en el gobierno que así lo designa, del Presidente del caso. No se le sirve al partido político que llevó al Presidente a la residencia de Zapote. Si esto no lo sabe un Ministro es porque es un tonto, porque en el Consejo de Gobierno es donde se nombran y acreditan embajadores. Para ello se valoran sus méritos.

Recordemos, elementalmente, que el Presidente una vez electo lo es de todos los costarricenses, nos guste o no ese Presidente, hayamos votado por él o no. Si esto no lo sabe un ministro, y usa un argumento de este tipo, es para impresionar no al “embajador” que fue, sino contra el Presidente que lo designó, o a algún lector desinformado.

Todavía esas mentes enfermizas, que viven del anticomunismo trasnochado, siguen usando esos adjetivos, y otros, como “socialistas”, “comunistas”, “izquierdistas”, “que visitan Cuba” etc., con el afán de impresionar o asustar interlocutores, generalmente carentes de información, de conocimientos básicos históricos, ingenuos, que se quedaron atascados con las cadenas de la época de la Guerra Fría, o para darle alimento y paga a los troles que están a sus servicios.

Esas mentes enfermizas viven de fantasmas “comunistas” del pasado, a modo de etiquetas que endilgan a personas, o que recuerdan militancias que ya no se tienen. Hay que ser serios y no vulgares panfletarios.

En el caso del Partido Comunista costarricense solo mentes perversas, desinformadas, incultas, prejuiciadas políticamente, genéticamente marcadas por ese anticomunismo enfermizo, ignorantes de la Historia Patria, pueden negar el papel que jugó en la promulgación de la Legislación Social y Laboral y de las Garantías Sociales. Eso está ampliamente reconocido en los Benemeritazgos de la Patria que han dado a líderes comunistas, como Manuel Mora Valverde, Carlos Luis Fallas, Fabián Dobles, Joaquín Gutiérrez Mangel, Emilia Prieto. Dos benemeritazgos ha recibido Carmen Lyra.

En la segunda mitad de la década de 1980 el histórico Partido Comunista de Costa Rica, Vanguardia Popular, sufrió una división catastrófica, que afectó todos los escenarios en que participaba social y políticamente. Ya no participa ni siquiera en elecciones como Vanguardia Popular. Los otros partidos de la izquierda costarricense anteriores a 1990, el Socialista Costarricense, el Movimiento Revolucionario del Pueblo, desaparecieron en esa misma década de 1980. Sus militancias se desagregaron, se dispersaron, se ubicaron en otros escenarios, incluso políticos. Algunos de esos militantes tratan de rearticular algo de ese pasado, pero pesan, en muchos de ellos los prejuicios, los resentimientos, la poca visión de lo que es la unidad política de sectores amplios para atender los graves problemas que tenemos en el país, como el lavado de dinero, el narcotráfico, las narcomafias, las pandillas y los grupos que todo eso crea, que se acercan a los gobiernos y a las instancias de la seguridad nacional.

Las izquierdas hoy tienen otras expresiones organizativas y movilizadoras, la mayor parte alejadas del escenario de los partidos políticos, lo que las hace votar más por el canto y el llanto de los candidatos que por los programas y los partidos.

En el América Latina después de 1991 al caer la Unión Soviética, y el campo socialista europeo, también empezaron a caer los gobiernos dictatoriales del continente. La reconstrucción democrática no ha sido fácil.

Hoy no existen los partidos comunistas como existían antes de 1991. Han perdido influencia política, parlamentaria. Los viejos países socialistas hoy son de desarrollo capitalista. La Rusia actual no es la Unión Soviética, no impulsa movimientos ni partidos comunistas, ni socialistas ni nada que se les parezca. La República Popular China tiene un doble sistema de vida, políticamente comunista con una economía socialista y de mercado, que disputa el mercado mundial.

Con todos los países que fueron comunistas, excepto Vietnam y Corea, tenemos relaciones diplomáticas y comerciales.

En Costa Rica cualquier ciudadano, considerado, definido o autodefinido, de izquierda o de derecha, si quiere organizar un partido político, tiene que hacer una declaración en sus Estatutos y Programas de defender el régimen democrático institucional que tenemos.

Todos los partidos de la izquierda política nacional, desde 1974, han tenido que hacer esa declaración estatutaria y programática.

No hay partidos, hoy en el país, que propicien una insurrección armada, o algo así, contra el gobierno por más que lo critiquen. Tampoco los ha habido.

¿De qué sirve para funcionarios públicos, de alto nivel, ministros, por ejemplo, que se supone que tienen una cierta cultura básica, sobre todo cuando han pasado por la Universidad, salvo que la Universidad no haya pasado por ellos en estos aspectos culturales informativos, que traten de asustar interlocutores, oyentes, acudiendo al adjetivazo de “comunista”, “izquierdista”, “socialista” o de haber “estado en Cuba”. A Cuba hoy cualquier ciudadano costarricense puede viajar libremente sin contagiarse de las ideas políticas oficiales de Cuba.

En la política costarricense al interior de los partidos hay sectores políticos de izquierda, algunos se definen también de centro y hay de derecha. Así ha sido en Liberación Nacional, en la Unidad Social Cristiana, en Acción Ciudadana, por citar tres casos. En estos partidos hay militantes, que tienen raíces comunistas, socialistas, izquierdistas por sus familiares, sus progenitores, sin que ellos hayan militado en organizaciones de ese tipo. Es igual que en la religión y el fútbol. En las familias puede haber divisiones por estos temas, sin que se desintegren. Esa es la riqueza social y política de la vida democrática costarricense.

Cuando se acude al adjetivo, al epíteto, para descalificar a una persona, es porque se carece de argumentos o porque se evade la realidad y la responsabilidad que se tiene que asumir. Así, por ejemplo, si un ministro, supongamos de Seguridad, dice que está luchando contra las narcomafias en el país, eso debe demostrase en hechos, no en discursos sin contenido real. Si en el gobierno anterior, un Ministro de Hacienda dijo que el problema de lavado de dinero en Costa Rica es muy serio, que se estimaba en un 22% del Producto Interno Bruto, y ese Ministro, sigamos suponiendo, llega a presidente, y como tal guarda silencio contra lo que él públicamente reconoció, ¿cómo puede interpretarse ese silencio y esa inacción contra ese lavado de dinero?

Para despejar escenarios de discusión, de diálogo o de intercambio de opiniones, si se quiere, relacionados con las opiniones que he manifestado en medios radiales, les manifiesto a quienes desde el gobierno me han llamado de esas maneras, tratando de invocar fantasmas del pasado, que efectivamente fui militante comunista, dirigente estudiantil universitario. En 1973 voluntariamente me retiré del Partido Comunista. Me integré por una década al Partido Socialista Costarricense. Al desintegrarse este partido y el partido Vanguardia Popular en la década del 80, me quedé sin militancia alguna. En 1996 me invitaron a formar parte y ser candidato a la Presidencia por el Partido Fuerza Democrática, donde estuve hasta la campaña electoral del 2006.

Con esa pequeña biografía política fui miembro del Comité Director del Proceso de Concertación, invitado por el Presidente Miguel Angel Rodríguez, fui Miembro de las Comisiones de Notables que integraron la Presidenta Laura Chinchilla y el Presidente Carlos Alvarado. Serví de Embajador de Costa Rica, en Venezuela, a solicitud del Presidente Oscar Arias.

Nunca he militado en los Partidos Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana. Valoro sus aportes al desarrollo institucional y democrático de Costa Rica.

Profesionalmente trabajé en las Universidades públicas, de Costa Rica y la Nacional, por más de 40 años, hasta mi retiro en el 2013. En este momento soy miembro del Consejo Universitario de la UNED.

De nada de lo que he hecho me arrepiento. Viví mi tiempo histórico, lo disfruté. He sido consecuente y honesto conmigo en todo esto. En esta larga jornada aprendí a valorar personas, estimarlas, a criticarlas cuando se debe. Mis amigos me han conocido así, y así me aceptan, como yo los acepto a ellos. También acepto la crítica, reconozco que me puedo equivocar, que tengo capacidad para rectificar lo que corresponda.

Los ciudadanos ante los funcionarios públicos, el presidente, sus ministros y otras altas autoridades del Gobierno y del Estado, tenemos el derecho de crítica, de control político ciudadano, asumiendo las responsabilidades del caso. Insisto. La crítica que he hecho en medios radiales no es personal. Es institucional, es política en el buen sentido de esta palabra.

Si se quiere llevar el asunto de las críticas y observaciones a un plano personal, con amenazas judiciales, es para eludir y distraer el problema de fondo, el problema del alcance y trascendencia que tiene en el país la presencia del narcotráfico y la narco política en general.

El tema del narcotráfico, la narcopolítica y su impacto en la sociedad costarricense no es una pasarela para el desfile publicitario y de luces de ciertos personajes.

No tengo miedo a esta discusión ni a las repercusiones que me pueda causar. Ni tampoco me asustan las amenazas.

Es la Costa Rica actual y la del futuro, de nuestros hijos y nietos la que está en juego.

La narco mafia política hay que enfrentarla con la mayor unidad nacional, política y social posible; con comunistas, excomunistas, izquierdistas, revolucionarios de todo tipo, liberales, neoliberales, socialdemócratas, socialcristianos, liberacionistas, exliberacionistas, exsocialcristianos, con pac-istas y expac-istas, con chavistas y antichavistas, con partidos políticos, asociaciones de empresarios y trabajadores, con cooperativistas, con todos los ciudadanos independientemente de donde se ubiquen política, organizada y partidariamente, que quieran sinceramente acabar con este mal.

A esta lucha me he sumado, con los riesgos que esto tiene.

No son Molinos de viento los que se combate, son “desaforados gigantes en fiera y desigual batalla”.

Enviado a SURCOS por el autor.

¿Quo vadis Costa Rica?

Vladimir de la Cruz

No es ¿a dónde vas, sino a dónde te llevan…Costa Rica?, como hay que plantear la pregunta. El problema de las drogas y afines es uno de los más importantes y sobresalientes de la agenda nacional. Tiene que ver con el narcotráfico, la narco mafia que está en el país desde hace muchos años, con su ramificación en la narco política; el control territorial por parte de grupos altamente organizados reconocidos por las autoridades de seguridad y judiciales; con los grupos que empiezan a hacerse visibles y públicos cobrando peajes en ciertos barrios o zonas; los ajusticiamientos de pandilleros, el sicariato que empieza en jóvenes, a modo de pruebas, para el ingreso en pandillas o grupos narcotraficantes, que produce muertos prácticamente todos los días, en toda la geografía nacional. La exportación de droga por los puertos oficiales del país, sin control alguno, con complicidad de las autoridades portuarias y de gobierno, en todos sus niveles, desde seguridad pública, el grupo que está dedicado a su control, las autoridades policiales cantonales, las autoridades municipales comprometidas; todas éstas encargadas supuestamente de controlar las exportaciones, con complicidad sin ninguna duda, de las empresas empacadoras, de las frutas de exportación, y de las empresas transportadoras, de esa fruta, desde donde la recogen hasta los muelles de exportación.

Los contenedores salen sellados desde los sitios donde los llenan con mercaderías, con determinado peso. Así deben llegar a los sitios como los muelles y así deben controlar su peso y sus sellos, entre otras cosas, a esos contenedores. Por eso el uso de escáneres. Si los contenedores van con drogas es porque así salen de las empacadoras a los trailers, o porque en la ruta pasan a una de las “bodegas” nacionales, que están en el camino hacia el muelle de exportación, para alterar el contenedor. ¿O, no es así?

En las carreteras nacionales, en el norte y en el sur, cuando los tráileres pasan las fronteras, de entrada, o de salida del país, en distintos lugares de las rutas, los obligan a pasar a estaciones de pesaje…por la misma razón… para control de que no hayan sido alterados…

Las drogas en el país se dieron desde la llegada de los chinos a trabajar en el ferrocarril, en el siglo XIX. Se autorizó para ellos el opio, que lo facilitaban los contratistas de esa mano de obra en el ferrocarril. A finales del siglo XIX también se mencionaba la marihuana, la droga más temida hasta la década de 1960. A los niños de las escuelas, en la década de los 50s, nos llevaban al Museo Nacional, en visita obligada, al sótano, a una sala que tenían preparada para ello, oscura, con una vitrina con luz, custodiada por dos guardias civiles, bien armados, que infundían miedo, en donde había una mata de marihuana. Allí nos hablaban del peligro de su uso y de paso nos asustaban con ella.

A finales de los años 60s, y principios de los 70s, con motivo de la guerra de Viet Nam, y las protestas que había contra esa asquerosa guerra, los Estados Unidos fomentó el consumo de la marihuana, del LSD y los otros sicotrópicos entre sus soldados y la juventud rebelde norteamericana, situación que se trasladó a América Latina y a sus juventudes. También impulsaron sustancias sicodélicas, así como la heroína, hongos “mágicos”, y sustancias alucinantes. En la Universidad de Costa Rica la metieron. La enfrentamos los grupos políticos de izquierda, con colaboración de sacerdotes como Fernando Royo. El profesor Miguel Sobrado elaboró un afiche bellísimo, el Drogomono, representando un joven metido en las drogas…

Durante el gobierno de Luis Alberto Monge, fue recibido en carro del Poder Ejecutivo, de la casa presidencial, uno de los más importantes jefes de la narco mafia mexicana. A todo eso sumaba la presencia en el país de tenebrosos y millonarios personajes, asociados, en esos años, a altas figuras del Partido Liberación Nacional, en gobiernos de esa época.

La droga ya la habían metido. En algunos sectores altos de la sociedad, de clases medias y profesionales, y de sectores universitarios era casi un signo de distinción social, cuando no de rebeldía…

Con la guerra en Nicaragua, especialmente en el período de la lucha contra el gobierno sandinista, en la década de los 80s, los Estados Unidos introdujo la droga en Centroamérica, de manera oficial, con el caso Irán Contras. Traían droga desde Irán y otros países productores, para dársela a los grupos contra revolucionarios, para que ellos la vendieran y traficaran, y así pudieran comprar armas. Con ello crearon un negocio en el que comprometieron de nuevo al partido Liberación Nacional, en el gobierno de Luis Alberto Monge. Aparecieron alrededor de este negocio empresarios y políticos involucrados haciendo clavos de oro. Desde entonces se desarrolló una actividad empresarial, vinculada a las drogas, con complicidades gubernativas y policiales, independientemente del partido de gobierno de turno.

Hoy ha rebasado el vaso. Por todo lado se respiran las drogas, no solo la marihuana, que frente a las nuevas es casi un postre de niños. Se tolera la marihuana; se le justifica médicamente. Se modificó la ley para no castigar cierta portación de marihuana que se considera de consumo personal; se facilitó la siembra doméstica en pequeñas cantidades. Si es un asunto médico, ¿por qué la Caja Costarricense del Seguro Social, no procesa la droga capturada en laboratorios para ese uso? En varios estados de los Estados Unidos está totalmente legalizada; en otros la cultivan y procesan. En ciudades estadounidenses hay sitios públicos autorizados para su venta.

Se dice que Costa Rica es la gran bodega centroamericana de la droga que se comercia desde Colombia hacia los Estados Unidos. Aparentemente, la policía antidrogas, por asuntos de inteligencia policial, conoce los sitios de almacenamiento de esas drogas, que tienen apoyo policial, judicial, de seguridad pública, de la policía antidrogas, de altos funcionarios de la institucionalidad del Estado que alcanza a los del Poder Ejecutivo, y de ¿la Casa Presidencial?

En la lucha contra traficantes, una mala recolección de pruebas, ¿a propósito?, provoca que a los detenidos los jueces tengan que dejarlos libres, devolviéndoles todo lo que les incautaron… ¿Amenazas a los jueces o a las autoridades policiales para impedirles o neutralizarles su actuación? Facilidades para suspenderles las penas, bajo control de tobilleras……¿Qué controles se realizan con las personas involucradas en autorizar estos procedimientos?¿Qué controles se realizan con las personas involucradas en la persecución de estos delincuentes? ¿Se investigan sus ingresos, sus modos de vida, sus bienes e ingresos, y el de sus allegados familiares?

A finales del siglo pasado en una montaña en la Península de Nicoya, cerca de Nicoya, había un radar poderoso que controlaba toda la costa pacífica, vinculado a la lucha contra la droga. La montaña era protegida policialmente y de acceso restringido. Ese radar lo eliminaron, ¿por qué? ¿por nuevas tecnologías? ¿O porque no les interesaba controlar el movimiento marítimo de las drogas?

El cuento de los escáneres es espectacular. Se adquirieron ¿…uno, dos? Nunca funcionaron. Nunca agarraron ni detectaron nada… Los primeros los echaron a perder. Se volvieron a adquirir… ¿y qué pasó? Estaban de adorno. Con los escáneres de más reciente factura hubo bombos y platillos, del gobierno, de las autoridades y de la terminal portuaria de Limón, la APM Terminals. ¿Y, qué? No los ponían a funcionar. Permitieron que los dañaran alevosamente; que los chocaran sin que se establecieran responsabilidades, de los choferes y sus empresas, o de los funcionarios que permitían esos daños; que pasaran varios meses sin uso y sin que ninguna autoridad perseguidora de la droga dijera nada… Pero, empezaron a sonar alarmas en Europa,…Holanda, España… Desde Costa Rica se estaban enviando contenedores repletos de drogas, de cocaína… con frutas de mampara… banano, piña…

Las empresas productoras, las empresas exportadoras, las empresas empacadoras, las empresas transportistas, desde las fruteras hasta la terminal portuaria son la cadena del negocio de la exportación de productos, y de las drogas cubiertas con productos de exportación; las autoridades portuarias con escáner o sin escáner, nada decían. ¿Se hacían las tontas, o participaban del negocio?

Sería interesante verificar si esas empresas gozan de las llamadas “certificaciones”, que se dan por empresas extranjeras, principalmente norteamericanas, lo que podría favorecer la falta de controles de lo que transportan…

La tocada de campanas en Europa obligó a poner los ojos nuevamente en el proceso de control. Esto impuso mayor control de la droga, o se prohibía y limitaba el comercio de exportación, a ciertos puertos y países europeos. Se puso el énfasis en los escáneres. Se llegó a decir que no había capacidad de control de todos los contenedores, que era normal apenas revisar un 10% de los mismos…mientras que en el 90% restante pasaba la droga…por los puestos de control de Costa Rica, pero no del todo de Europa… cuando caían varios cargamentos en Europa, de la misma fruta, y posiblemente de la misma empresa exportadora, en distintos momentos, públicamente, nunca se puso el énfasis en las empresas comprometidas… se seguía orientando la información hacia los escáneres, que era la parte final del proceso.

La farsa más grande la hizo recientemente el propio Presidente de la República. Parado en una tarima, debidamente arreglada para el show, a una distancia de unos 30 metros, de un escáner controlador de mercaderías, anunció que iban a pasar cinco trailers con sus respectivos contenedores de frutas. Los trailers ya estaban debidamente escogidos, y en fila, para el show, para la exhibición. El Presidente gritaba, excitado, no por drogas…”ya pasó uno”…”, “otro”, el tercero, el cuarto y el quinto; y se acabó el show cuando el Presidente más excitado, si se quiere extremadamente apasionado, exaltado, como frecuentemente se comporta, gritó a todo pulmón que los escáneres habían funcionado…que no se había detectado droga en esos cinco tráileres de exhibición que habían escogido para probarlos… y que estaban obviamente “limpios” de drogas.

Y, ¿los otros tráileres? El presidente no se quedó para la exhibición y control de los otros trailers… Ese día, en ese momento, pusieron a prueba los escáneres con esos cinco tráileres y sus contenedores. Es conocido que cuando se captura una lancha con bastante droga es porque esa droga es denunciada para que la capturen y dejen pasar un cargamento más grande de droga, por otro lado.

En la lucha contra la droga se firmó un Tratado o Convenio con los Estados Unidos, para el patrullaje de los océanos centroamericanos, que pareciera no produce nada; no da resultados… No se dice; no se informa, no se publicita cuánta droga capturan. O las naves de la marina norteamericana están en el negocio de la droga o no tienen tecnologías que permitan detectar el trasiego marítimo de la droga. O participan del negocio de captura de una lancha y dejan pasar diez lanchas…

Otro temita relacionado con las drogas es la destrucción de las drogas ya incautadas. Se acostumbraba quemar la droga en hornos nacionales, debidamente escogidos de grandes empresas, para la quema y destrucción de la droga decomisada. Desde hace tiempo no se está quemando la droga en Costa Rica. Lo que se dice es que desde el aeropuerto Daniel Oduber, en Liberia, donde frecuentemente hay naves militares de los Estados Unidos, se la llevan en aviones militares hacia los Estados Unidos.

En la información oficial militar de bases norteamericanas, en el extranjero, los Estados Unidos reporta justamente una en Liberia. ¿De ser cierto, por qué se exporta hacia los Estados Unidos la droga decomisada en Costa Rica? ¿Se paga por esa droga? ¿Cuánto dinero genera ese negocio? ¿Se le regala a los Estados Unidos esa droga? ¿La ponen a circular nuevamente? ¿Cuáles autoridades nacionales están encargadas de esta exportación o de ese negocio?

La denuncia hecha, por el periodista José Meléndez, en la prensa mexicana es la punta del iceberg del gran negocio de la droga en Costa Rica y del alcance de su penetración en los niveles gubernativos. La Asamblea Legislativa, los medios de comunicación, el periodismo de investigación debe ponerle más atención.

La denuncia que pega al Gobierno contra la pared hay que profundizarla. Al Presidente, y sus amigos de palacio, si no están involucrados, les debe interesar que se llegue hasta sus últimas consecuencias. A los partidos políticos también les debe interesar esta investigación.

A todos los costarricenses nos debe interesar más. La sacudida de la noticia que se ha hecho debe hacer caer los malos frutos del “árbol enfermo” que nos está carcomiendo la democracia, la seguridad personal, la familiar y la nacional; que destruye las bases de la sociedad y de la convivencia democrática que hemos forjado en estos 202 años de vida independiente.