¿Quo vadis Costa Rica?
Vladimir de la Cruz
No es ¿a dónde vas, sino a dónde te llevan…Costa Rica?, como hay que plantear la pregunta. El problema de las drogas y afines es uno de los más importantes y sobresalientes de la agenda nacional. Tiene que ver con el narcotráfico, la narco mafia que está en el país desde hace muchos años, con su ramificación en la narco política; el control territorial por parte de grupos altamente organizados reconocidos por las autoridades de seguridad y judiciales; con los grupos que empiezan a hacerse visibles y públicos cobrando peajes en ciertos barrios o zonas; los ajusticiamientos de pandilleros, el sicariato que empieza en jóvenes, a modo de pruebas, para el ingreso en pandillas o grupos narcotraficantes, que produce muertos prácticamente todos los días, en toda la geografía nacional. La exportación de droga por los puertos oficiales del país, sin control alguno, con complicidad de las autoridades portuarias y de gobierno, en todos sus niveles, desde seguridad pública, el grupo que está dedicado a su control, las autoridades policiales cantonales, las autoridades municipales comprometidas; todas éstas encargadas supuestamente de controlar las exportaciones, con complicidad sin ninguna duda, de las empresas empacadoras, de las frutas de exportación, y de las empresas transportadoras, de esa fruta, desde donde la recogen hasta los muelles de exportación.
Los contenedores salen sellados desde los sitios donde los llenan con mercaderías, con determinado peso. Así deben llegar a los sitios como los muelles y así deben controlar su peso y sus sellos, entre otras cosas, a esos contenedores. Por eso el uso de escáneres. Si los contenedores van con drogas es porque así salen de las empacadoras a los trailers, o porque en la ruta pasan a una de las “bodegas” nacionales, que están en el camino hacia el muelle de exportación, para alterar el contenedor. ¿O, no es así?
En las carreteras nacionales, en el norte y en el sur, cuando los tráileres pasan las fronteras, de entrada, o de salida del país, en distintos lugares de las rutas, los obligan a pasar a estaciones de pesaje…por la misma razón… para control de que no hayan sido alterados…
Las drogas en el país se dieron desde la llegada de los chinos a trabajar en el ferrocarril, en el siglo XIX. Se autorizó para ellos el opio, que lo facilitaban los contratistas de esa mano de obra en el ferrocarril. A finales del siglo XIX también se mencionaba la marihuana, la droga más temida hasta la década de 1960. A los niños de las escuelas, en la década de los 50s, nos llevaban al Museo Nacional, en visita obligada, al sótano, a una sala que tenían preparada para ello, oscura, con una vitrina con luz, custodiada por dos guardias civiles, bien armados, que infundían miedo, en donde había una mata de marihuana. Allí nos hablaban del peligro de su uso y de paso nos asustaban con ella.
A finales de los años 60s, y principios de los 70s, con motivo de la guerra de Viet Nam, y las protestas que había contra esa asquerosa guerra, los Estados Unidos fomentó el consumo de la marihuana, del LSD y los otros sicotrópicos entre sus soldados y la juventud rebelde norteamericana, situación que se trasladó a América Latina y a sus juventudes. También impulsaron sustancias sicodélicas, así como la heroína, hongos “mágicos”, y sustancias alucinantes. En la Universidad de Costa Rica la metieron. La enfrentamos los grupos políticos de izquierda, con colaboración de sacerdotes como Fernando Royo. El profesor Miguel Sobrado elaboró un afiche bellísimo, el Drogomono, representando un joven metido en las drogas…
Durante el gobierno de Luis Alberto Monge, fue recibido en carro del Poder Ejecutivo, de la casa presidencial, uno de los más importantes jefes de la narco mafia mexicana. A todo eso sumaba la presencia en el país de tenebrosos y millonarios personajes, asociados, en esos años, a altas figuras del Partido Liberación Nacional, en gobiernos de esa época.
La droga ya la habían metido. En algunos sectores altos de la sociedad, de clases medias y profesionales, y de sectores universitarios era casi un signo de distinción social, cuando no de rebeldía…
Con la guerra en Nicaragua, especialmente en el período de la lucha contra el gobierno sandinista, en la década de los 80s, los Estados Unidos introdujo la droga en Centroamérica, de manera oficial, con el caso Irán Contras. Traían droga desde Irán y otros países productores, para dársela a los grupos contra revolucionarios, para que ellos la vendieran y traficaran, y así pudieran comprar armas. Con ello crearon un negocio en el que comprometieron de nuevo al partido Liberación Nacional, en el gobierno de Luis Alberto Monge. Aparecieron alrededor de este negocio empresarios y políticos involucrados haciendo clavos de oro. Desde entonces se desarrolló una actividad empresarial, vinculada a las drogas, con complicidades gubernativas y policiales, independientemente del partido de gobierno de turno.
Hoy ha rebasado el vaso. Por todo lado se respiran las drogas, no solo la marihuana, que frente a las nuevas es casi un postre de niños. Se tolera la marihuana; se le justifica médicamente. Se modificó la ley para no castigar cierta portación de marihuana que se considera de consumo personal; se facilitó la siembra doméstica en pequeñas cantidades. Si es un asunto médico, ¿por qué la Caja Costarricense del Seguro Social, no procesa la droga capturada en laboratorios para ese uso? En varios estados de los Estados Unidos está totalmente legalizada; en otros la cultivan y procesan. En ciudades estadounidenses hay sitios públicos autorizados para su venta.
Se dice que Costa Rica es la gran bodega centroamericana de la droga que se comercia desde Colombia hacia los Estados Unidos. Aparentemente, la policía antidrogas, por asuntos de inteligencia policial, conoce los sitios de almacenamiento de esas drogas, que tienen apoyo policial, judicial, de seguridad pública, de la policía antidrogas, de altos funcionarios de la institucionalidad del Estado que alcanza a los del Poder Ejecutivo, y de ¿la Casa Presidencial?
En la lucha contra traficantes, una mala recolección de pruebas, ¿a propósito?, provoca que a los detenidos los jueces tengan que dejarlos libres, devolviéndoles todo lo que les incautaron… ¿Amenazas a los jueces o a las autoridades policiales para impedirles o neutralizarles su actuación? Facilidades para suspenderles las penas, bajo control de tobilleras……¿Qué controles se realizan con las personas involucradas en autorizar estos procedimientos?¿Qué controles se realizan con las personas involucradas en la persecución de estos delincuentes? ¿Se investigan sus ingresos, sus modos de vida, sus bienes e ingresos, y el de sus allegados familiares?
A finales del siglo pasado en una montaña en la Península de Nicoya, cerca de Nicoya, había un radar poderoso que controlaba toda la costa pacífica, vinculado a la lucha contra la droga. La montaña era protegida policialmente y de acceso restringido. Ese radar lo eliminaron, ¿por qué? ¿por nuevas tecnologías? ¿O porque no les interesaba controlar el movimiento marítimo de las drogas?
El cuento de los escáneres es espectacular. Se adquirieron ¿…uno, dos? Nunca funcionaron. Nunca agarraron ni detectaron nada… Los primeros los echaron a perder. Se volvieron a adquirir… ¿y qué pasó? Estaban de adorno. Con los escáneres de más reciente factura hubo bombos y platillos, del gobierno, de las autoridades y de la terminal portuaria de Limón, la APM Terminals. ¿Y, qué? No los ponían a funcionar. Permitieron que los dañaran alevosamente; que los chocaran sin que se establecieran responsabilidades, de los choferes y sus empresas, o de los funcionarios que permitían esos daños; que pasaran varios meses sin uso y sin que ninguna autoridad perseguidora de la droga dijera nada… Pero, empezaron a sonar alarmas en Europa,…Holanda, España… Desde Costa Rica se estaban enviando contenedores repletos de drogas, de cocaína… con frutas de mampara… banano, piña…
Las empresas productoras, las empresas exportadoras, las empresas empacadoras, las empresas transportistas, desde las fruteras hasta la terminal portuaria son la cadena del negocio de la exportación de productos, y de las drogas cubiertas con productos de exportación; las autoridades portuarias con escáner o sin escáner, nada decían. ¿Se hacían las tontas, o participaban del negocio?
Sería interesante verificar si esas empresas gozan de las llamadas “certificaciones”, que se dan por empresas extranjeras, principalmente norteamericanas, lo que podría favorecer la falta de controles de lo que transportan…
La tocada de campanas en Europa obligó a poner los ojos nuevamente en el proceso de control. Esto impuso mayor control de la droga, o se prohibía y limitaba el comercio de exportación, a ciertos puertos y países europeos. Se puso el énfasis en los escáneres. Se llegó a decir que no había capacidad de control de todos los contenedores, que era normal apenas revisar un 10% de los mismos…mientras que en el 90% restante pasaba la droga…por los puestos de control de Costa Rica, pero no del todo de Europa… cuando caían varios cargamentos en Europa, de la misma fruta, y posiblemente de la misma empresa exportadora, en distintos momentos, públicamente, nunca se puso el énfasis en las empresas comprometidas… se seguía orientando la información hacia los escáneres, que era la parte final del proceso.
La farsa más grande la hizo recientemente el propio Presidente de la República. Parado en una tarima, debidamente arreglada para el show, a una distancia de unos 30 metros, de un escáner controlador de mercaderías, anunció que iban a pasar cinco trailers con sus respectivos contenedores de frutas. Los trailers ya estaban debidamente escogidos, y en fila, para el show, para la exhibición. El Presidente gritaba, excitado, no por drogas…”ya pasó uno”…”, “otro”, el tercero, el cuarto y el quinto; y se acabó el show cuando el Presidente más excitado, si se quiere extremadamente apasionado, exaltado, como frecuentemente se comporta, gritó a todo pulmón que los escáneres habían funcionado…que no se había detectado droga en esos cinco tráileres de exhibición que habían escogido para probarlos… y que estaban obviamente “limpios” de drogas.
Y, ¿los otros tráileres? El presidente no se quedó para la exhibición y control de los otros trailers… Ese día, en ese momento, pusieron a prueba los escáneres con esos cinco tráileres y sus contenedores. Es conocido que cuando se captura una lancha con bastante droga es porque esa droga es denunciada para que la capturen y dejen pasar un cargamento más grande de droga, por otro lado.
En la lucha contra la droga se firmó un Tratado o Convenio con los Estados Unidos, para el patrullaje de los océanos centroamericanos, que pareciera no produce nada; no da resultados… No se dice; no se informa, no se publicita cuánta droga capturan. O las naves de la marina norteamericana están en el negocio de la droga o no tienen tecnologías que permitan detectar el trasiego marítimo de la droga. O participan del negocio de captura de una lancha y dejan pasar diez lanchas…
Otro temita relacionado con las drogas es la destrucción de las drogas ya incautadas. Se acostumbraba quemar la droga en hornos nacionales, debidamente escogidos de grandes empresas, para la quema y destrucción de la droga decomisada. Desde hace tiempo no se está quemando la droga en Costa Rica. Lo que se dice es que desde el aeropuerto Daniel Oduber, en Liberia, donde frecuentemente hay naves militares de los Estados Unidos, se la llevan en aviones militares hacia los Estados Unidos.
En la información oficial militar de bases norteamericanas, en el extranjero, los Estados Unidos reporta justamente una en Liberia. ¿De ser cierto, por qué se exporta hacia los Estados Unidos la droga decomisada en Costa Rica? ¿Se paga por esa droga? ¿Cuánto dinero genera ese negocio? ¿Se le regala a los Estados Unidos esa droga? ¿La ponen a circular nuevamente? ¿Cuáles autoridades nacionales están encargadas de esta exportación o de ese negocio?
La denuncia hecha, por el periodista José Meléndez, en la prensa mexicana es la punta del iceberg del gran negocio de la droga en Costa Rica y del alcance de su penetración en los niveles gubernativos. La Asamblea Legislativa, los medios de comunicación, el periodismo de investigación debe ponerle más atención.
La denuncia que pega al Gobierno contra la pared hay que profundizarla. Al Presidente, y sus amigos de palacio, si no están involucrados, les debe interesar que se llegue hasta sus últimas consecuencias. A los partidos políticos también les debe interesar esta investigación.
A todos los costarricenses nos debe interesar más. La sacudida de la noticia que se ha hecho debe hacer caer los malos frutos del “árbol enfermo” que nos está carcomiendo la democracia, la seguridad personal, la familiar y la nacional; que destruye las bases de la sociedad y de la convivencia democrática que hemos forjado en estos 202 años de vida independiente.
Costa Rica, drogas, narco política, narcotráfico, violencia, Vladimir de la Cruz