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Etiqueta: Partido Acción Ciudadana

Partido Acción Ciudadana invita a manifestarse unitariamente en apoyo a la Caja Costarricense del Seguro Social

Sábado 15 de julio, 11:30 a.m. Parque de la Merced

Desde nuestra fundación hace 21 años, declaramos a la CCSS institución insigne de la seguridad social y columna vertebral de la democracia costarricense. Desde la Asamblea Legislativa, las dos administraciones PAC (2014-2022), las fracciones municipales y en todas las instancias de participación ciudadana, nuestra militancia ha sido vigilante y activa en defensa de los principios de solidaridad y universalidad.

Existen estudios y propuestas en las que hemos participado para mejorar los servicios de la CCSS y hacerlos más eficientes sin que se toque el engranaje de solidaridad y universalidad que le ha dado bienestar al pueblo de Costa Rica. Nuestra Seguridad Social cuenta con la normativa, la estructura institucional y los recursos necesarios para responder con visión de largo plazo a los desafíos que enfrenta, por esto hay que fortalecerla y defenderla. Pero se requiere de la unión de todas las voluntades para garantizar su buen funcionamiento porque sin salud general no hay democracia que resista.

Este sábado 15 de julio participa en el movimiento nacional, con tu organización y familia. ¡La Caja es de todas y todos! ¡La Caja se defiende!

La venta del Banco de Costa Rica es una cortina de humo

Partido Acción Ciudadana
20 de setiembre de 2022

Recurrir a una medida como la venta del BCR o del INS para pagar, supuestamente la deuda interna, es económica y socialmente contraproducente para el país en el largo plazo. Las utilidades de los bancos estatales, solo en el primer semestre del 2022 alcanzaron más de ¢80.000 millones.

Los aportes de la venta de estas instituciones contribuirían muy poco en la reducción real del déficit fiscal. Además, nuestro sistema financiero, que adolece de mecanismos de competencia, con la venta del BCR, no se tendría garantía de la reducción de las tasas de interés. Recientes estudios e investigaciones acerca del sistema bancario nacional han revelado que el mercado está sumamente concentrado e impone costos muy altos a los costarricenses.

Si realmente el gobierno quiere reducir la deuda, entonces debe trabajar en la lucha contra la evasión fiscal y el contrabando; eliminar los portillos para la recolocación de utilidades imponiendo las normas BEPS de la OCDE, continuar y profundizar la ruta para reducir los costos de la deuda mediante los préstamos de apoyo presupuestario y la renegociación en el mercado interno;  mejorar las compras del Estado; acelerar la dinamización de la economía  para así aumentar la recaudación de impuestos, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la reducción del endeudamiento público. Para alcanzar esas metas se requiere una banca estatal que dé soporte a esos programas e instituciones a intereses accesibles.

En concreto, ¿por qué nos oponemos a la privatización del BCR?:

1. Los bancos públicos son los que más han invertido en bancarizar al país entero.  El Banco de Costa Rica cuenta con 226 oficinas y 592 cajeros automáticos, desde Aguas Claras de Upala hasta San Vito de Coto Brus, sitios en los que la banca privada no cubriría puesto que no son rentables desde una óptica de mercado. Los bancos estatales, no solo persiguen el afán de lucro, sino la bancarización y el servicio en sí mismo, que es un interés público. Esto no sucede usualmente con los bancos privados. Costa Rica es el tercer país de América Latina más bancarizado, es decir que cuenta con una experiencia acumulada exitosa y en donde los Bancos Públicos demuestran su valía.

2. El mercado de crédito de Costa Rica es de ¢27,7 billones, por lo que cada punto porcentual de más cobrado en intereses por los financieros privados significaría ¢270.000 millones por año de más que deberían pagar las familias y las empresas (PYMES principalmente). Solo esta última cifra valida cualquier esfuerzo por tener la banca pública que tiene Costa Rica hoy.

3. La venta del BCR, INS y cualquier otra institución pública sería un duro golpe para un desarrollo con equidad. Por ejemplo, las utilidades de los bancos públicos se asignan de la siguiente manera: CONAPE 5%, Comisión Nacional de Emergencias 3%, Sistema Banca de Desarrollo 5%, INFOCOOP 10%, Impuesto de Renta 30% y Régimen de Pensiones CCSS 15%. En otras palabras, con los 1.800 millones de dólares que según el gobierno generaría la venta de las empresas mencionadas, solo se amortiguaría una mínima parte de los 40.000 millones de dólares que representa la deuda del Estado, pero el país sí perdería instrumentos y recursos permanentes que son medulares para el desarrollo. El presidente ha dicho que recurrirá a impuestos para suplir estos fondos, pero cabe preguntar, ¿qué impuestos y quiénes los van a pagar? La falta de claridad de la propuesta pone en duda tanto su aplicación como el apoyo. 

Ante la crisis global que se enfrenta producto de la pandemia, las confrontaciones bélicas y comerciales, el crimen organizado y el cambio climático, el PAC propone y confía que la principal tarea del gobierno sea centrarse en el fortalecimiento de las instituciones públicas necesarias para enfrentar los desafíos que nos demanda el momento y no en debilitar el Estado Social de Derecho.

Reiteramos nuestro compromiso por la defensa de una institucionalidad pública eficiente, transparente, oportuna y presente en todo el territorio nacional.

Comité Ejecutivo Nacional

Comisión Política

Observatorio de la Política Nacional: “La antesala electoral”

El Observatorio de la Política Nacional (OPNA), se complace en presentarle el tercer análisis de coyuntura del 2021: “La antesala electoral” Con este análisis proponen una valoración de las consideraciones y disputas que coinciden con el inicio formal de la campaña electoral de cara a febrero de 2022.

Asimismo, un repaso por el último proceso de convención abierta que eligió la candidatura presidencial del Partido Acción Ciudadana. Posteriormente se analizan un seguimiento al caso Cochinilla y la elaboración y presentación del proyecto de ley del presupuesto ordinario de la República para el 2022.

Finalmente se abordan los tres principales discursos pronunciados en el marco de la llegada al hito del Bicentenario de la independencia: los discursos del presidente de la República, la presidenta de la Asamblea Legislativa y del alcalde de San José.

Puede leer el análisis de conyuntura en el siguiente enlace: https://opna.ucr.ac.cr/index.php/es/catalogo-5/analisis-de-coyuntura/237-analisis-de-coyuntura-agosto-setiembre-2021

 

Compartido con SURCOS por Observatorio de la Política Nacional – Escuela de Ciencias Políticas.

Rolando Araya Monge, un Gran Ganador

Vladimir de la Cruz

Rolando Araya Monge es ligeramente unos pocos meses menor que yo. Lo conozco desde que éramos jóvenes en las lides de la Universidad de Costa Rica. Yo nací en 1946 y él en 1947, de modo que llevamos unas cuantas décadas al hombro.

Así hemos coincidido en espacios, el político, el académico, el de escritor, el de participación en medios, él como conductor de Programas de opinión, reflexión y análisis de distintos temas.

En el campo político ambos hemos sido activistas, con distintas intensidades, encontrándonos en el escenario de las elecciones del 2002, como candidatos presidenciales, él representando a Liberación Nacional, yo a Fuerza Democrática, haciéndole oposición como parte del bipartidismo que criticábamos desde las elecciones de 1998. Luego en las elecciones del 2006 donde de nuevo nos enfrentamos, él por otro partido, yo en la última participación electoral que tuve, con Fuerza Democrática, donde pasadas esas elecciones cerré mi participación político electoral, muy rica en lo personal para mí, sin renunciar a ver la Política, como escenario de encuentro de las distintas fuerzas y ciudadanos, pero ya desde una perspectiva más analítica desde los periódicos que me abrieron espacios semanales, desde 1998, para mantener una columna de Opinión.

Antes de estas participaciones políticas Rolando había destacado en el escenario político desde joven, cuando desarrolla su carrera política que lo llevó a ser Presidente de la Juventud Liberacionista, cuando yo también era dirigente estudiantil universitario. En la Universidad fue miembro del Consejo Universitario. También fue director del periódico Combate, del Partido Liberación Nacional. En 1978 es electo Vicepresidente de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas. Luego siguió en el Gobierno de Luis Alberto Monge, 1982-1986, como Ministro de Obras Públicas, Superintendente de FERTICA, Diputado, Ejecutivo Municipal de San José, Secretario Internacional del Partido Liberación Nacional, donde llegó a ocupar los puestos de Secretario General y Presidente de ese Partido.

En la campaña electoral del 2006 se alejó de Liberación Nacional. Hizo casa aparte, con una aspiración presidencial con el Partido Alianza Patriótica en el 2010 y luego con una candidatura a diputado con otro partido. Así participó en otras luchas políticas y, finalmente, volvió a Liberación Nacional, hace pocos meses.

Su regreso, sin ser yo militante liberacionista, lo celebré públicamente. Dije que me parecía muy bien para Liberación, porque por su condición de ex Candidato Presidencial, que fue, tenía un puesto asegurado en el Directorio Político de ese Partido, y me parecía que por su condición de activista político, que era, le haría muy bien a ese Directorio y al Partido, porque además, era un cuadro político formado y curtido en la teoría, doctrina y práctica socialdemócrata, que se había abandonado en Liberación Nacional.

Como Secretario de Asuntos Internaciones de Liberación Nacional se proyectó en el campo internacional de la socialdemocracia continental y europea, participando como Vice Presidente Internacional Socialista y en la Comisión Felipe González para replantear la socialdemocracia, con vista a los desafíos del mundo surgido después de 1990 y del Siglo XXI. Fue también presidente y vice presidente la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina.

En el 2004 Rolando Araya fue elegido Presidente del Comité de la Internacional Socialista para América Latina y el Caribe, SICLAC.

Desde esos escenarios se proyectó Rolando Araya, como Consultor y conferencista internacional en Energía, Medio Ambiente, Política y Economía, formando parte, en este campo internacional, como pocos líderes de Liberación Nacional lo han hecho, en esas otras dimensiones, don Pepe Figueres, Luis Alberto Monge, Daniel Oduber, Oscar Arias, y José María Figueres en estas últimas dos décadas. Cada uno de ellos con sus particulares cualidades, participaciones y reconocimientos internacionales.

En la lucha social estuvo en los frentes oposicionistas a la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en los años 2006 y 2007.

En el espacio académico, en que coincidimos, yo me fui por los estudios en Derecho e Historia, dedicándome a la docencia en Historia, desde 1973. Rolando Araya se fue por la Ingeniería Química, ambos graduados de la Universidad de Costa Rica. Más tarde Rolando hizo estudios en la Universidad de La Salle, donde se doctoró en Educación. Desde 1984 ha sido Profesor universitario.

Como escritor ha hecho 8 libros sobre política, economía y filosofía. Uno de sus libros “El socialismo cuántico”, el Presidente Hugo Chaves se lo publicó en Venezuela. Yo he publicado un poquillo más que recogen, especialmente, artículos publicados en periódicos, revistas, transcripciones de entrevistas y discursos.

A Rolando se le puede considerar un inquieto intelectual, serio, un pensador político de los pocos que como líderes partidarios se han dedicado a publicar lo que piensan, un socialdemócrata preocupado por la situación de los partidos socialdemócratas en este momento del siglo XXI.

En el campo de la participación en medios, él lo ha hecho como conductor de Programas de opinión, reflexión, análisis de distintos temas, yo de participante, invitado especialmente, incluso en sus propios programas, que realiza con la periodista Iris Zamora.

Rolando ha incursionado como empresario en desarrollo urbanístico. Desde hace algún tiempo se ha dedicado a estudiar la física cuántica, el Yoga y la filosofía oriental, de lo que da cursos regularmente algunos fines de semana.

Fui sorprendido cuando anunció su precandidatura presidencial por Liberación Nacional, pero me pareció interesante ver cuál sería su resultado, ya que había abandonado Liberación y había regresado. Tenía en ese sentido un camino asegurado, porque Antonio Álvarez Desanti había hecho lo mismo en el 2006, había regresado y fue candidato presidencial en el 2018, enfrentando, en la lucha interna a José María Figueres, a quien derrotó en ese momento, como Rolando participó el pasado 6 de junio, tratando de derrotarlo, logrando un resultado muy favorable de un segundo lugar, a escasos 10 puntos porcentuales de José María Figueres.

El Partido Liberación Nacional históricamente les dio oportunidad a los líderes históricos, cuando siendo candidatos presidenciales perdieron, de repetir una candidatura. Así fue Francisco Orlich que perdió en 1958 y repitió victorioso en 1962, Daniel Oduber que perdió en 1966 y repitió ganador en 1974, como lo fue también Luis Alberto Monge en 1978 y asumió la Presidencia en 1982. Después de ellos a ninguno de los candidatos presidenciales que perdieron se les dio oportunidad de repetir candidatura, Carlos Manuel Castillo en 1990, José Miguel Corrales en 1998, Rolando Araya en el 2002, Johnny Araya en el 2014 y Antonio Álvarez Desanti en el 2018. Pero, sí se produjo un fenómeno muy curioso e interesante en Liberación Nacional de permitir que dos liberacionistas que se habían ido a formar otro partido para enfrentar a Liberación volvieran y se les abrieran las puertas para representar a Liberación Nacional, como son los casos de Antonio Álvarez y de Rolando Araya. Ambos tenían dos antecedentes muy lejanos, cuando en 1958 Jorge Rossi lo había hecho participando con el Partido Independiente, y en 1962 lo hizo Enrique Obregón Valverde con el Partido Acción Democrática Popular, habiendo regresado ambos a Liberación Nacional. Don Pepe reivindicó a Jorge Rossi en la campaña presidencial de 1970 cuando lo llevó de segundo Vicepresidente, mientras Enrique Obregón a sus 95 años se mantiene como el gran atalaya de la socialdemocracia liberacionista, como la conciencia lúcida de ese planteamiento en Liberación, y como un Pepito Grillo al que todos quieren consultarle, como Gran Zeus político que es. Estas candidaturas de Antonio y la de Rolando son un parteaguas en el Liberación del siglo XXI.

El Resultado de Rolando en la Convención del pasado 6 de junio, sin lugar a dudas, lo coloca como el gran victorioso, le dio mucho músculo político que José María Figueres necesita, y quienes rodean a José María no lo pueden ignorar ni marginar.

Si la alianza que hicieron José María Figueres y Antonio Álvarez, que apartó a Antonio de la lucha interna directa, significó, en ese momento, que ellos sumaran el 62% de intención de voto interno, que se materializó en el 40% de votos para José María el pasado 6 de junio, en este momento, la necesaria alianza real y efectiva, entre José María y Rolando, significaría el 65% de los votos de la Convención, y, potencialmente, contribuiría más a procurar el 40% de los votos nacionales para la elección del 6 de febrero.

Si a ello suman los porcentuales, por alianzas reales y efectivas con Roberto Thompson, Carlos Ricardo Benavides y Claudio Alpízar, más asegurarían esa posibilidad de porcentaje, porque ese escenario electoral va a ser muy difícil, por mayor fortaleza que en este momento presente José María Figueres.

Figueres, quiéralo o no Liberación Nacional, se va a convertir en el Talón de Aquiles de la campaña electoral. Todos los partidos políticos, y sus graderías de sol y chusmas politiqueras, le van a poner más atención a José María Figueres que a cualquier candidato que presente el Partido Acción Ciudadana procurando su tercer gobierno consecutivo, que es al que hay que derrotar.

La Campaña contra José María, como intentaron hacerlo en la Convención llamando a votar contra él, con cualquiera de las opciones que en Liberación había, la pueden convertir de manera inconsciente, y algunos hasta conscientemente, en el gran Caballo de Troya para garantizar el triunfo de nuevo del Partido Acción Ciudadana. ¡Cuidado!, con esta equivocada estrategia. Entre más palo le den a José María más facilitan el triunfo de cualquier candidato de Acción Ciudadana. No se fortalecen los otros partidos, individualmente cada uno, en esa lucha contra Liberación con la candidatura de Figueres. Todos se debilitan ante Liberación Nacional y el mismo Acción Ciudadana, que más se fortalece con los ataques a Liberación Nacional. Ese es el desenlace que puede tomar este planteamiento político.

Para asegurar la posibilidad de ganar en primera ronda, el 6 de febrero Liberación Nacional tiene que ir lo más sólido posible, lo más unido posible, sin fisuras de ninguna especie, con objetivos claros de campaña, y con un gran programa político que entusiasme y enamore a la gente, al pueblo electoral en sus distintos componentes sociales, lo que es además de un gran reto, una gran tarea política, y desde ya haciendo sentir que es el Partido que va a gobernar en el 2022. Esto es igualmente válido para todos los partidos políticos, como si fueran en una carrera de caballos, en que no pueden ver al lado.

Es natural que en la política se produzcan acuerdos entre distintos partidos políticos y actores políticos, desde y en el Poder Ejecutivo, y dentro de la Asamblea Legislativa. Todos los días se producen estos acuerdos.

De igual manera tienen que producirse, en el interior de los partidos políticos, cuando se definen estas candidaturas presidenciales.

El grupo de José María Figueres tiene que entender la importancia de estos acuerdos para asegurar, antes que cualquier candidatura adicional, o distribución posible de futuros puestos, el triunfo electoral del 6 de febrero. No se puede dejar de lado a los otros participantes, especialmente a Rolando Araya. Eso es músculo político para la campaña que tienen que enfrentar.

Rolando Araya es Rolando Araya. No es una fuerza “fantasma” foránea a Liberación, que resultó de los que no quisieron que José María fuera el candidato oficial, o de los no liberacionistas que así se manifestaron.

Las conversaciones que se deban hacer con Rolando Araya no son con los que “votaron” desde fuera de Liberación por él, si así se piensa. Él es ahora la fuerza, es parte de Liberación Nacional y hasta miembro destacado de su Directorio Político.

Rolando Araya participó pobremente en la Convención desde el punto de vista organizativo, participó con la fuerza moral que él mismo representa, procurando rescatar un partido, que según Rolando perdió su sentido de misión política, que perdió su vínculo y compromiso con el pueblo, llamando a que el Partido vuelva al compromiso con el país, con el pueblo y no con el mismo partido.

Es con ese Rolando Araya que hay que hablar y pactar lo que corresponda. Esa es la primer tarea política. La segunda, lograr la mayor unidad posible. La tercera, ganar las elecciones. ¿Está preparado Liberación Nacional para esta tarea? ¿Lo entenderán los dirigentes de Liberación Nacional en sus distintas estructuras, las que están en estos momentos en la organización del Partido y en la preparación organizativa de la campaña, así como los líderes de las otras candidaturas que disputaron la candidatura oficial?

Lo veremos en las próximas dos o tres semanas. Esto no puede durar mucho…

El triunfo de José María Figueres

Vladimir de la Cruz

La Convención del Partido Liberación Nacional terminó, en su primera fase, el pasado domingo 6 de junio. Para los liberacionistas sigue su segunda fase, la Convención Nacional del 6 de febrero próximo. Su resultado era previsible. Se impuso José María Figueres Olsen, quien había ejercido la Presidencia de la República en el período 1994-1998. Se sentía no solo como la fuerza interna más importante dentro del Partido y del proceso convencional, sino como una fuerza política nacional, trascendente a su propio partido, quizá como el candidato más fuerte y más presente que haya para las próximas elecciones, considerando lo que a la vista se está viendo en este momento.

Los cinco candidatos participaron exitosamente. Cada uno de ellos ganó en lo que correspondía. Cada elector por ellos puede pensar que perdieron los que no votaron por su particular candidato. Eso es lo normal, lo correcto, lo natural. En una elección ganan todos los electores que con pasión, compromiso y esperanza depositan su voto y confianza en el candidato que han elegido.

La elección interna del Partido Liberación Nacional no era una elección de cinco partidos, ni de cinco fracciones o tendencias dentro de ese Partido. En ningún momento se presentó este escenario de lucha de tendencias, más lo fue de dirigentes o de destacados políticos o militantes de ese Partido. Al menos así no se presentó el escenario electoral interno, aunque desde fuera hubo quienes quisieron encasillar a algunos de esos candidatos dentro de tendencias, que eran inexistentes en la realidad, porque algunos de esos candidatos recibieron apoyo de expresidentes de ese Partido, pero que no estaban jugando ningún papel protagónico a su interior en estas elecciones, y porque partidarios fieles de esos expresidentes ya habían tomado posición con Figueres u otros candidatos.

Del candidato que gana en la elección, igualmente, sus votantes pueden decir lo mismo, que más perdieron los que no votaron por él.

Cuando se trata de una elección interna de un partido político no se puede ver que la suma de los votos de los que no resultaron ganadores es porque rechazaron en votos al ganador. Aquí votaron todos los liberacionistas, los miembros de Liberación Nacional, y algunos ciudadanos que, yendo a votar, por el carácter abierto de la Convención, intentaron escoger, de esa terna de candidatos, a quien les parecía mejor en posibilidad de que quedara electo y, eventualmente, también en posibilidad de llegar a ser Presidente de la República en el 2022.

Todos los votos recibidos por los distintos candidatos fueron votos a favor del Partido Liberación Nacional, en esas cinco candidaturas. Esto es lo correcto de interpretar de ese resultado. Eso hace que ya Liberación se vea con una base de inicio para la campaña nacional de casi 400.000 personas que ya manifestaron su intención de darle apoyo a ese Partido, y voto en febrero. Y, de esas personas, entre candidatos a elegir en los distintos puestos que se disputaban, que eran cerca de 20.000 inscritos, y las 18.000 personas que lograron movilizar para apoyar toda la logística de la atención de las mesas electorales, y de la organización de ese día de elecciones, evidencia una clara fortaleza del Partido Liberación Nacional, a menos de 9 meses de la elección nacional, que hasta ahora no tiene ningún otro partido político de los que están preparándose para las elecciones de febrero.

Se equivocan los que segmentan solo los votos recibidos a favor de Figueres para considerar que con el 40% recibidos por él, del total de esos votos, es más fácil derrotarlo. No. Liberación Nacional desde hace muchos años es una máquina electoral, es una organización compacta si no se divide en una Convención como ha sucedido en los últimos procesos electorales, donde fallaron además en sus elementos táctico-estratégicos de la campaña electoral, alrededor de los candidatos que pusieron en el 2014 y en el 2018. El apoyo de Antonio Álvarez a José María Figueres en esta Convención fue decisivo, pero fue lo más inteligente que pudo suceder y que sumó inmediatamente a otros precandidatos que estaban originalmente inscritos. En esta Convención no se dividió el Partido en el desarrollo de la Convención. No tiene por qué dividirse en esta otra etapa electoral, salvo que empiecen a actuar culebras y víboras divisionistas que nunca faltan.

Las lecciones del pasado inmediato han sido bien asimiladas. Figueres, y el grupo que lo ha acompañado en la dirección de la campaña interna, ha sido muy claro, hasta ahora, en ese sentido. Ha actuado con gran sensatez, madurez y visión política frente a sus oponentes, y frente a la unidad del Partido que hay que mantener.

Dentro del figuerismo pueden moverse aguas orientadas a no reconocer la realidad de las fuerzas que resultaron de la Convención, para cualquier negociación interna que haya que hacer, lo que sería un grave error, con ese triunfo en las manos. Del mismo modo los otros candidatos no pueden envalentonarse con sus propios resultados o más allá de ellos.

El arte de la política es la suma, no la resta ni la división de voluntades, de partidarios y de simpatizantes. La elección de febrero va a ser muy compleja y posiblemente tensa contra José María Figueres, porque se le va a percibir como el candidato con más posibilidad de ganar, por lo que algunos partidos equivocadamente mueven sus baterías hacia él y Liberación Nacional, en lugar de mantenerlas contra el Partido Acción Ciudadana como el partido al que hay que derrotar para evitar un tercer gobierno suyo.

Todos los que participaron, como candidatos en la Convención, que no resultaron ganadores tienen más que ganar que perder sumándose a la lucha electoral nacional que viene alrededor del candidato José María Figueres Olsen. Todos tienen la posibilidad de seguir siendo activos militantes y dirigentes de ese Partido, y todos tienen la misma oportunidad de continuar hacia el 2026 en su mismo surco, ya abierto, de aspirantes a la Presidencia de la República, que de mantenerse en esa brega, después de febrero, difícilmente les resulten otros candidatos más fuertes. Son de alguna manera los que representan esos nuevos esfuerzos y candidatos que tienen que irse puliendo más hacia el 2026.

La Política, con P mayúscula, para parafrasear a Claudio Alpízar, ya no permite candidatos improvisados. De alguna manera se impone la formación de liderazgos, de reconocimientos de líderes, que además de sus espacios públicos de participación, deben meterse en los espacios organizativos de sus partidos.

De los otros que participaron en la Convención, Rolando Araya, con un muy buen resultado, de segundo lugar, es el que más ha sabido combinar su presencia pública y su presencia partidaria. Además, por haber sido candidato presidencial oficial de ese Partido, en el 2002, es miembro del Directorio Político, sitio al que regresó hace pocos meses, lo que en ese momento me pareció muy importante para Rolando como para el propio partido.

Los dirigentes políticos nacionales, de un partido político nacional, requieren tener contactos y realizar visitas periódicas a todos los rincones del país, para visitar partidarios, para atender problemas de la organización del partido, más ahora que hay elecciones municipales dos años después de la nacional, y con mayor importancia para Liberación Nacional porque tiene la mayoría de las municipalidades y alcaldías bajo su dominio político.

No conozco cuanta presencia tienen, como partido, con las personas electas en las municipalidades, pero hacia el futuro tienen que fortalecer esa presencia en formación y atención política. Y, especialmente, atender esas alcaldías que dominan en esta etapa que sigue hasta las elecciones de febrero. Figueres tiene esa capacidad de trabajo, de movilizarse, de recorrer el país. Más obligación tiene ahora, sabiendo que ha desatado fuerzas externas a Liberación Nacional que se han movilizado contra él y que trataron de influir en la votación de la Convención.

La Convención abierta que convocó Liberación Nacional tenía esos riesgos. Que se llamara a votar contra Figueres votando por cualquiera de los otros candidatos. Si eso sucedió no dio resultados. Pero, significó también haber hecho a Figueres el más visible, importante e imponente de la Convención. Le dieron más publicidad, sin que hubiera una clara consigna de por qué no votar por él.

Si hubo gente que se movilizó a la Convención a votar por Figueres, y lo hizo, también votaron por Liberación sin prejuicios partidarios, y los coloca en posición de volver a votar por Liberación y por Figueres si su discurso electoral les encanta, les enamora, les da esperanzas. Eso puede suceder porque las campañas electorales tienen mucho de esos cantos de sirena y de flautistas de Hamelin.

Atacar a Figueres por atacarlo, con la vaina vacía, con rumores, sin fundamentos reales, que se hayan plasmado en acusaciones penales o judiciales, en sentencias contra él, algo lo pueden afectar acudiendo al concepto hitleriano de que una mentira dicha mil veces llega a ser verdad. Pero le hará más efecto propagandístico de imagen, por negativa que sea esa campaña, lo que lo va a favorecer. Los que atacan a Figueres pierden tiempo en propagandizar a favor de los candidatos que creen que pueden derrotarlo, que por esos mismos motivos pasan más anodinos, ignorados, desteñidos. Una campaña negativa puede convertirse a favor de quien es víctima de esa campaña. Los que atacan a Figueres no se dan cuenta del propagandón que le hacen, aunque sea hablando mal de él.

La realidad desde el 6 de junio es que José María Figueres, guste o no, es el candidato oficial del Partido Liberación Nacional. Es el candidato que en este momento se visualiza como el mejor aspirante a suceder al Presidente Carlos Alvarado, y su partido, Liberación Nacional, es el que se percibe, en este momento, como el capaz de sustituir en el Gobierno al Partido Acción Ciudadana. Si dentro de Liberación Nacional, en la Convención, se veía como un portaviones, en la campaña nacional, en este momento se ve como el portaviones que ya zarpó hacia su puerto, el 6 de febrero próximo. Por ahora los dos navíos que han anunciado su salida son yatecitos.

La noche del domingo 6 de junio Figueres hizo un discurso, al conocer el resultado de la Convención excelente, bien hecho, inteligente, de gran madurez y profundidad, ecuánime, sin pasiones negativas, ubicado en la Costa Rica que enfrentará de llegar a gobernar, haciendo un llamado a la conciencia de quienes le oían en todo el país de los retos que enfrentamos y de las posibilidades de enfrentarlos con él y su partido. Más parecía un discurso de un estadista que de un simple candidato electoral. Un discurso unitario al interior de su partido, reconociendo y destacando a sus contrincantes de la Convención, tendiéndoles la mano y puentes, reconociendo que antes de ese discurso ya habían hablado con cada uno, quienes le habían reconocido como triunfador, y dispuestos a colaborar como ya habían pactado en la Convención que harían con quien triunfara.

Su discurso pareció el de una toma de posesión de Gobierno, trazando rutas, sueños, esperanzas. Hizo una valoración del país, de sus principales problemas, de la necesidad de acabar con el Gobierno del Partido Acción Ciudadana, para tener un “bien vivir”. Y, señaló que ese “bien vivir” no es maná del cielo, no es producto del azar, que debe ser el resultado del fruto de una visión clara y de trabajo tenaz. Así llamó a trabajar por él y con él por esa nueva Costa Rica, la del Bicentenario, que le tocará administrar si llega a Gobernar. Terminó su discurso con un llamado al “bien vivir”. Dijo:

“Eso es lo que ofrezco queridas amigas y amigos. Forjar una visión compartida de futuro, y unir las mejores mentes y voluntades en torno a un proyecto ambicioso para asegurar la recuperación nacional, con la persona, las familias y la comunidad como protagonistas.

Nuestra misión será contribuir al bien-vivir de las personas en nuestra patria. Trabajar sin descanso para ampliar las capacidades y las alternativas de cada persona, para aspirar a una vida más plena, una vida en equilibrio consigo mismo, los demás y la naturaleza.

El bien-vivir no es una utopía. Es nuestro más sentido anhelo y nuestro firme compromiso con el pueblo de Costa Rica.

Bien-vivir es tener casa digna para la familia, con servicios de calidad, y con internet de banda ancha para conectarse al mundo.

Es tener acceso a una educación que prepara no solo para el trabajo, sino para la vida, facilitando a cada persona alcanzar su máximo potencial. Es comprender los desafíos como parte de la vida, y desarrollar el temple para superarlos.

Bien-vivir es alimentar el espíritu con los frutos de la cultura y las artes, para trascender las necesidades básicas y disfrutar a plenitud de nuestra condición humana.

Es vivir de forma saludable, y con un sistema de seguridad social solidario y eficiente, capaz de velar por nosotros en todas las etapas de nuestras vidas.

Bien-vivir es tener empleo de calidad, bien pagado, con derechos laborales y protección social.

Es vivir sin miedo, vivir sin rejas en la casa. En comunidades seguras, luminosas, y limpias, con árboles y espacios para el deporte y la recreación.

Bien-vivir es ser libres para soñar y emprender, para transformar nuestras ideas en empresas exitosas y sostenibles.

Bien-vivir es también cuidar nuestra parte del planeta, con amor y devoción, como se cuida lo más querido.

Es contar con sistemas modernos e integrados de movilidad, desde ferrocarriles hasta ciclo vías, utilizando solo energías limpias.

Bien-vivir es ser solidario con las personas que más nos necesitan, es involucrarse en la comunidad y sumarse a las causas nobles que procuran el mejoramiento de la colectividad.

Es pagar lo que nos corresponde al Estado, exigiendo a cambio servicios eficientes y de calidad.

Bien-vivir es también actuar con ética, en lo público y lo privado, combatiendo sin reparos la corrupción.

Es respetar todos los derechos de las personas, las creencias y las preferencias de los demás, convencidos que el respeto cambia la vida y que esos derechos son irreversibles.

Bien-vivir es reconocer la invaluable contribución de la mujer al bienestar colectivo y garantizarle las oportunidades y los derechos que merecen.

El bien-vivir es nuestro norte, la estrella que guiará nuestras decisiones y nuestras acciones. Esta es mi promesa solemne al pueblo de Costa Rica esta noche.

Esta será la misión del próximo gobierno de Costa Rica”.

El gobierno de Biden: más allá de la multiculturalidad

El desajuste no es de raza, sino entre tener y no tener. La diferencia entre el 1% más rico y el otro 99% es terrible.
Jesse Jackson

Álvaro Vega Sánchez, sociólogo.

Después de la tragicomedia de Donald Trump en la casa blanca cualquier cambio merece ser celebrado, dirían algunos. Para otros, el optimismo alza vuelo con los cambios y rectificaciones anunciados por Joe Biden, como si se tratara de un presidente sin rostro imperial.

Recuerdo haberme acercado a un profesor para comentarle cómo el líder de los derechos de los negros, Jesse Jackson, celebraba con lágrimas el ascenso del primer presidente negro a la casa blanca, Barack Obama. Su comentario fue contundente: “Ninguna garantía, un negro con chofer en Estados Unidos se emblanquece”. Y una profesora de secundaria me compartía que un estudiante le comentó: “Profesora, qué bueno un presidente negro en Estados Unidos”, a lo que le respondió: “Ojalá que no tenga el hueso muy blanco”.

Por más que valoremos la multiculturalidad y la interculturalidad, con todo lo que significa de reivindicativo en el orden de los derechos humanos y culturales, el problema fundamental de los negros en Estados Unidos sigue siendo el acceso justo y equitativo a los recursos para una vida digna. Así lo constata el articulista David López quien, a propósito de una entrevista a Jesse Jackson, señaló: “La muerte de Floyd desató la tormenta, pero ha sido la crisis del coronavirus la que mejor ha expuesto la realidad en Estados Unidos. A pesar de ser solo el 13% de la población, los negros suponen el 30% de las muertes por COVID-19. Su falta de acceso al sistema de salud, su estilo de vida —las mujeres negras son las personas más obesas del país—, la mayor exposición por sus trabajos y su alarmante diferencia de recursos —una familia blanca tiene una riqueza media de 150.000 euros frente a los 15.000, 10 veces menos, de una negra— los convierte en los más vulnerables. “Hoy luchamos por la justicia económica, por la igualdad y por la paz”, me dice Jackson”[1].

En este aspecto, lleva razón el sociólogo Zygmunt Bauman al apuntar que el multiculturalismo, en el marco de la “tolerancia liberal” y a pesar del reconocimiento a la afirmación de las identidades diversas, “actúa como una refundición de desigualdades […] La fealdad moral de la privación de recursos se reencarna milagrosamente como la belleza estética de la variación cultural. Lo que se ha perdido de vista a lo largo del proceso es que la demanda de reconocimiento es impotente a no ser que la sostenga la praxis de la distribución, y que la afirmación comunal de la distintividad cultural aporta poco consuelo a aquellos cuyas elecciones toman otros, por cortesía de la división creciente desigual de recursos[2].

Atilio Barón, por su parte, destaca que la diversidad étnica del gabinete de Biden no es ninguna garantía de cambios sustantivos, pues la mayoría están “íntimamente ligados al gran capital”[3]. Por consiguiente, lo más probable es que seguirán prevaleciendo los intereses de los poderosos sobre las razones y argumentos a favor de un nuevo orden mundial más igualitario y menos depredador y guerrerista. Al parecer, la cuarta revolución de la inteligencia artificial y la robotización no significará la caída de la hegemonía del complejo científico-tecnológico y militar sobre el que se asienta el poder imperial de los Estados Unidos.

Y es que “cuando hablan las armas, callan las leyes”. También los intereses de los poderosos prevalecen hoy sobre los derechos, las razones y los argumentos. Para muestra un botón: la negociación actual del gobierno costarricense con el Fondo Monetario Internacional (FMI) donde ha quedado en evidencia que las razones no importan, los intereses sí.

El bipartidismo en Estados Unidos se asemeja mucho al costarricense de los últimos 40 años: dos caras de una misma moneda. Aunque en Costa Rica perdió legitimidad, entre otras razones por los múltiples escándalos de corrupción (CAJA-FISCHEL e ICE-ALCATEL, para referir los más publicitados), ha buscado reciclarse aliándose con el Partido Acción Ciudadana (PAC) que enarboló la bandera de la ética y la anticorrupción, pero que sigue gobernando al mismo estilo bipartidista neoliberal.

Volvemos sobre el viejo dicho popular: “Por más que la mona se vista de seda, mona se queda” (con perdón de la mona cuyas monadas resultan tan inocentes como artísticas y lúdicas). Ya tuvo Estados Unidos en el pasado un presidente demócrata que se vistió de defensor de los derechos humanos, Jimmy Carter, pero que fue tan solo un maquillaje de su rostro imperial.

Hoy, cuando estamos siendo sacudidos por una pandemia que azota sin clemencia a los pobres de la tierra y la prepotencia imperial de los grandes poderes fácticos de la globalización neoliberal que azota sin clemencia a la tierra de los pobres, no queda otra salida que apostar por otro mundo posible: dignidad y justicia para el 99% y salud y descanso para la tierra. Que prevalezca la fuerza de la razón y los buenos afectos sobre el imperio de las armas, el egoísmo humano y el desamor.

[1] https://www.revistavanityfair.es/poder/articulos/jesse-jackson-reverendo-entrevista-martin-luther-king-racismo-trump/46273

[2] Bauman, Zygmunt (2009) Comunidad. En busca de seguridad en un mundo hostil. Madrid; Siglo XXI p.103 (la cursiva es nuestra).

[3] https://www.pagina12.com.ar/318499-joe-biden-en-la-casa-blanca-ninguna-ilusion

 

*Imagen tomada de France24.

En Liberación Nacional se afilan cuchillos

Vladimir de la Cruz

Empezó, para el Partido Liberación Nacional, la carrera electoral con la Asamblea Nacional, recién celebrada, marcando su terreno, de ir absolutamente solo a las elecciones, sin consideración alguna a los gritos desesperados de Pedro Muñoz, diputado de la Unidad Social Cristiana, que trata de armar una coalición política, de centro derecha, así llamada por él, de grupos opositores, especialmente de tradición cristiana, para enfrentar al Partido de Gobierno, al Partido Acción Ciudadana, dejando de lado las líneas estratégicas que el Expresidente Rafael Ángel Calderón Fournier manifestó, ante esas opiniones de Pedro Muñoz, que en esa coalición debería considerarse al Partido Liberación Nacional.

Por su parte, Rafael Ángel Calderón ha considerado que una coalición debería ser de carácter centro humanista, en lo que hay sectores, y algunas destacadas figuras de Liberación Nacional, que este planteamiento les suena bien.

Obviamente, que el diputado Muñoz está pensando que esa posible coalición lo postule a él como candidato de esa unidad política, lo que yo veo muy lejano. Ni siquiera lo veo todavía como el candidato de la Unidad Social Cristiana, a pesar de que es el único que públicamente se mueve en esa dirección. Rodolfo Piza que todavía podría considerarse para una tercera candidatura, de este Partido, suena más hoy para encabezar la lista de diputados de San José.

Una coalición de esta naturaleza, de características socialcristianas, de forma centro humanista y no de centro derecha, por ahora, solo la vería encabezada por el alcalde socialcristiano de Cartago, Mario Redondo, aunque aún es temprano para señalar su mejor candidato, y sin Liberación Nacional.

En cuanto a Liberación Nacional, como partido, evidenció, en esta Asamblea Nacional, un gran debilitamiento como la organización política que fue, como partido político con grandes y reconocidos dirigentes POLITICOS, como José Figueres, Daniel Oduber, Luis Alberto Monge, que no los tiene hoy, que fueron los más importantes dirigentes políticos de ese partido, durante muchos años, con formación política, dentro de la doctrina o teoría socialdemócrata. No hubo en esa Asamblea dirigentes de alto nivel, por el contrario, estuvieron ausentes o no presentes en esa Asamblea. La Asamblea Nacional dio el banderazo de salida para quienes aspiren las candidaturas de Presidente y de diputados, para que se organicen los equipos hacia la Convención de junio del 21.

Personajes como Rolando Araya, Fernando Berrocal, Francisco Morales, Francisco Antonio Pacheco, Carlos Rivera, Manuel Carballo, Carlos Manuel Vicente (Yayo), los hermanos Soley Soler, entre ellos Fernando, y con todo respeto, las “vacas sagradas”, de Enrique Obregón o Bernal Jiménez, que son activos intelectualmente, ni siquiera forman parte de esa Asamblea Nacional. Los han ido marginando o se han autoexcluido de papeles protagónicos, excepto Rolando Araya que se reintegró al Partido y a su Comité Político. Fernando Zamora, ex Secretario General del Partido está en lo suyo, forjándose su candidatura. Claudio Alpízar también la está luchando, sin apoyos, aunque tiene muy buenas relaciones con Oscar Arias y con José María Figueres, pero, sin muletas, como dijo Oscar Arias en 1983, cuando no tuvo apoyo de don Pepe y Daniel y los principales dirigentes liberacionistas.

El Expresidente Oscar Arias y la Expresidenta Laura Chinchilla son hoy muy decorativos dentro de Liberación Nacional. Tienen seguidores, y fuertes, pero no se expresan como tendencias dentro de ese Partido, aunque el “arismo” existe, como existe el “figuerismo”, como las más “temidas” corrientes, en el interior y exterior de este partido. Se ha manifestado la fortaleza del «arismo» y el reconocimiento del papel importante de Oscar Arias cuando el propio Directorio Político le ha solicitado, en este momento, su inserción más activa. En menor escala están el “arayismo”, el “laurismo” y el “antonismo”, aunque Johnny Araya y Antonio Álvarez tengan el control de diputados, de miembros de la Asamblea Nacional y de alcaldes.

Oscar Arias sigue siendo la figura política que es y que se le reconoce, así como se le teme, pero no se desempeña como dirigente político. Opera como un faro nacional dando sus opiniones sobre distintos tópicos. No es igual con el Expresidente José María Figueres que sí valora la posibilidad de participar activamente dentro del Partido Liberación Nacional, como líder, como dirigente, y como posible candidato, para el próximo proceso electoral, aunque algunos de sus seguidores consideran que debe hacerlo separado de Liberación Nacional, en casa aparte, con otro partido, lo que para mí sería un error. Los que piensan esto deben valorar lo que es el proceso de inscripción de un partido político y el de participar sin respaldo del financiamiento público, que sí tiene Liberación Nacional. Solo don Pepe Figueres, amenazó, en 1969, irse con otro Partido, el Social Demócrata, que inscribió en el Cantón de San Pablo de Heredia, ante la posible candidatura de Rodrigo Carazo, que se le enfrentó internamente en 1970. Figueres se impuso y Carazo salió, dignamente, a hacer otro Partido con el que participó en las elecciones de 1974 y que le preparó las condiciones para la candidatura de 1978 y su triunfo electoral.

Liberación Nacional se ha proyectado al ejercicio de otros gobiernos con altos dirigentes que ha tenido, que salieron de Liberación Nacional, como Rodrigo Carazo y Luis Guillermo Solís, que llegaron a la Presidencia de la República con la coalición socialcristiana Unidad, en 1978, y con el Partido Acción Ciudadana, en el 2014.

El actual Secretario General, de Liberación Nacional, Gustavo Viales y la Presidenta del Partido, me parece, quedan cortos en esos cargos, en un Partido de 69 años, del cual siento que desconocen su historia partidaria, la incidencia histórica que ha tenido en el país, y su desarrollo institucional, en lo que fue el Estado Social de Derecho, tal vez por no haber sido formados en La Catalina, a lo cual parece que Liberación Nacional renunció y dejó de lado, lo que se manifiesta en la mayoría de sus dirigentes nacionales, regionales, locales, intermedios y municipales.

Es el Expresidente José María Figueres, por algunas aproximaciones que le oigo, por mensajes que mantiene activos, en las últimas semanas, y desde hace algún tiempo, donde pareciera que si él asumiera alguna responsabilidad partidaria, entre ella la posible candidatura presidencial del 2022, le pondría énfasis a planteamientos socialdemócratas, como partido político más progresista, hasta de “izquierda” socialdemócrata lo llamó, y con proyectos programáticos nacionales, que quisiera agitar y rescatar, junto a los nuevos temas que él está manejando, como grandes señales electorales hacia los jóvenes y otros sectores sociales, como son la economía verde, el medioambiente, los océanos, los cambios climáticos, los Derechos Humanos, evidenciando sus vínculos con el Foro Económico Mundial, del cual fue su Secretario General, que le permite mantener relaciones activas para potenciar importantes traídas de capital e inversiones al país, en un posible gobierno suyo que debe enfrentar, en el 2022, una grave situación financiera y económica nacional, de no corregirse en el plano inmediato, lo que no se ve a la vista.

Los expresidentes de la República, del Partido Liberación Nacional, Oscar Arias Sánchez, Laura Chinchilla y José María Figueres al interior de su Partido, por su condición de expresidentes, son parte de su Directorio Nacional. Se mantienen allí con sus representantes, a modo de suplentes, Miguel Guillén, de reciente incorporación desde esta semana, Carlos Roversi y José Manuel Peña, sin que ellos, los expresidentes, se hagan sentir por medio de estos voceros, sobre todo en la discusión política que se podría esperar de un partido político de tanta experiencia histórica.

No hay a la vista ningún importante pronunciamiento ni declaración alguna, como lo está haciendo en las últimas semanas la dirección política del Partido Acción Ciudadana, sobre aspectos de la realidad nacional o política, sobre el Gobierno y sobre su Partido.

Los otros partidos políticos nacionales tampoco realizan pronunciamientos de sus Comités Políticos, o Directorios Nacionales, sobre los distintos temas de la agenda nacional, evidenciando sus posiciones. En este sentido han desaparecido como partidos políticos. Aparecen, eso sí, para cada campaña electoral.

Liberación Nacional da la idea de un cuerpo sin cerebro, y ni siquiera terminaciones nerviosas. Ni siquiera tiene movimientos peristálticos porque pareciera tener un ayuno político perpetuo, al menos de mucho tiempo. Desde que dejaron de preparar sus cuadros o dirigentes políticos en La Catalina, en la Escuela de Formación y Capacitación Política, que tenían en Barva de Heredia, ese Partido empezó a decaer y ha hecho que sus principales dirigentes actuales, jóvenes muchos de ellos, no conozcan ni el ABC de la socialdemocracia. Algo parecido sucedió con la escuela de formación socialcristiana que se tenía en San Isidro de Coronado, para la formación de dirigentes socialcristianos.

La Asamblea Nacional del Partido Liberación Nacional, como en todos los partidos políticos, de acuerdo con la legislación nacional es el órgano político más importante, por los acuerdos que toma.

La Asamblea Nacional de Liberación Nacional de 139 miembros, además de los 70 nacionales delegados por las Asambleas Provinciales tiene representación de sectores como son los cooperativistas, los trabajadores, los solidaristas, las mujeres, la juventud. Ahora acordaron incluir 7 representantes municipales, a razón de uno por cada provincia. No aumentaron el número de los 139 miembros, de manera que tendrán que ver a quienes sacrifican para meter a estos 7 nuevos. Si los incluyeron en la Asamblea Plenaria, otro organismo que tiene Liberación Nacional, allí son simbólicos, decorativos, sin relevancia alguna. Incluyeron un miembro del sector municipal en el Directorio Político, que puede ser un alcalde, un regidor, un síndico o un intendente.

A la distancia me parece que dirigentes importantes de ese Partido, como figuras y altos funcionarios de gobierno que han sido, y son reconocidos militantes, como Johnny Araya Monge, Antonio Álvarez Desanti, hasta excandidatos presidenciales ellos, y Carlos Ricardo Benavides, lucen más como altos conspiradores contra su propio partido, que como los dirigentes que en este momento necesita ese Partido, para su unidad partidaria con miras a las próximas elecciones. Lucen más proyectándose hacia la municipalización y debilitamiento de las estructuras de ese Partido, abriendo tenebrosas compuertas, por ese motivo, a su interior, y exhiben y lucen, sus afilados cuchillos y machetes, dispuestos a cortar cabezas, de quien se les ponga a la par o al frente, en el Patíbulo del Balcón Verde, frente a los procesos internos que se avecinan, desde ahora hasta junio, cuando celebrarán su Convención abierta para escoger el próximo candidato presidencial, junto a la convocatoria de todas las asambleas partidarias, desde las distritales hasta la nacional, para ratificar esas candidaturas.

Liberación Nacional es un partido con muchas heridas internas abiertas, casi sin posibilidad de sanar. Ese es un gran riesgo para su participación electoral inmediata. El riesgo más grande es que sea un cascarón político ante el desafío que el proceso electoral impone

En la situación actual nadie puede negar que el Partido Liberación Nacional tiene una base sólida de militantes, y de simpatizantes, que en las últimas dos campañas le han dado 19 y 18 diputados, y la mayoría de los alcaldes, en más de un 60%, y que goza todavía de un porcentual de aceptación que no tiene ningún otro partido. Pero, también hoy los votantes ya no ven solo partidos políticos a seguir, también ven candidatos sin importar el partido al que pertenezcan.

Los cuchillos que empiezan a exhibirse, en el interior del Partido Liberación Nacional, ¡cuidado!, que pueden ser para el propio pescuezo.

El reto inmediato de Liberación Nacional no es solo tratar de ganar las elecciones próximas, lo que es igual para todos los partidos, sino es no tener una tercera derrota electoral consecutiva. Ha tenido dos derrotas, Miguel Ángel Rodríguez y Abel Pacheco, la primera, Luis Guillermo Solís y Carlos Alvarado, la segunda. En esta segunda, incluso sin llegar a la posibilidad de ir a la segunda ronda.

¿Aguantará Liberación Nacional una tercera derrota electoral? ¿En qué condiciones sobrevivirá?

Dentro de 13 meses lo sabremos, el primer domingo de febrero del 2022.