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Etiqueta: Premio Nobel de Literatura

Bertrand Russell. Matemático, filósofo, visionario, escritor y Premio Nobel de Literatura

El filósofo británico Bertrand Russell.

Juan Jaramillo Antillón

Nació en Gales, Inglaterra, en 1872 y falleció en 1970 en Gales. Provenía de una familia de la nobleza británica, su abuelo Lord John Russell había sido un primer ministro liberal de Gran Bretaña. Su padre era el vizconde de Amberley, un aristócrata británico que era un libre pensador. Él tenía el título de conde y no lo usó, lo mismo el de Lord. Quedó huérfano a la edad de 4 años y quienes lo educaron fueron sus abuelos.

Se casó cuatro veces y tuvo tres hijos, no creía en la fidelidad del matrimonio. En el campo religioso, de niño y joven su abuela paterna tuvo una gran influencia en él y lo instruyó sobre la Biblia. Años después, ya hacia afirmación publica de no ser religioso y señalaba: «La religión se basa primeramente en el miedo. Es en parte el terror hacia lo desconocido y el anhelo de sentir que se tiene un hermano mayor que siempre lo protege a uno y está ahí si lo necesitas». Russell considera que hay argumentos lógicos para afirmar la no existencia de Dios. Años después se calificó como un agnóstico, porque no creía que existiera un argumento concluyente con el cual uno demuestre que no existe un Dios.

Fue un pacifista declarado contra la guerra; se opuso públicamente a la Primera Guerra Mundial por lo que fue destituido de su puesto de profesor en la Universidad de Cambridge y hasta sufrió prisión por esa causa. De hecho, lo calificaron como traidor al país que lo había visto nacer y alimentaba.

Aceptó la necesidad de una Segunda Guerra Mundial debido al peligro de Hitler y sus ideas. Criticó a los Estados Unidos por la guerra con Vietnam. Era un detractor de la propiedad privada ya que decía que el origen de ésta estaba en la violencia, el robo por el capitalismo y cómo el Estado protegía a la propiedad privada.

Consideraba al Estado otro mal y creyó durante un tiempo que la cura era él comunismo. Afirmaba que: «La libertad es el bien supremo, pues sin ella la personalidad es imposible. Solo por la discusión libre podemos abrirnos camino a través de errores y perjuicios, hacia la perspectiva total que es la verdad». Sin embargo, luego de haber ponderado el socialismo marxista de la Unión Soviética, establecido por Lenin, cuando visitó Rusia se desilusionó del comunismo personalmente al ver el totalitarismo de Stalin y darse cuenta de que jamás ahí se podría tener una democracia. Pensaba que la misión de los intelectuales era la difusión de una cultura que habituara a los hombres a la revisión de sus propias ideas y a la mutua colaboración.

Después de su viaje a Rusia y luego a la India, pasó en 1921 a vivir y a enseñar un año a China y de ahí que yo lo califique de «visionario» pues él se dio cuenta de que la lentitud y calma del pueblo chino para realizar sus labores sí tenía mucho valor, y ponderaba el respeto y obediencia a los mayores y el colaborar con sus gobernantes. Todo eso, decía, se debía a que China poseía una cultura muy antigua y quizás más profunda que en Occidente. Y señaló lo siguiente:

Me he convencido de que la raza blanca no es tan importante como pensaba que era. Si Europa y América se matan en una guerra, ello no significaría la destrucción de la especie humana y ni siquiera el fin de la civilización. Quedará todavía considerable número de chinos, y en muchos aspectos China es el mayor país que yo he visto. No es sólo el mayor numérica y culturalmente, sino el mayor intelectualmente. No conozco otra civilización donde haya tal apertura de mente, de tal realismo, tal disponibilidad a enfrentarse a los hechos cual son, en vez de tratar de distorsionarlos según su patrón particular.

Todo lo relatado antes sucedió antes de la guerra civil en 1927 entre los nacionalistas chinos de Chiang Kai-Shek y los comunistas de Mao Zedong. O sea, antes de que los comunistas llegaran al poder en 1948.

Ahora entiende uno por qué al morir Mao, su sucesor Deng Xi Ping no solo realizó cambios al comunismo con una apertura al capitalismo con empresas privadas y a los mercados mundiales, sino que restauró las enseñanzas del maestro Confucio, quien había enseñado sobre el respeto a la familia, la obediencia patriarcal y el respeto y colaboración del pueblo para el gobernador o gobierno de turno. Por eso su gran laboriosidad, su dedicación y la falta de huelgas tan frecuentes en Occidente; de ahí que su industria y comercio floreció tan rápido, como ninguna nación lo ha hecho, ni siquiera los Estados Unidos.

Fue un declarado defensor del desarme nuclear. Terminó siendo una especie de socialista-liberal, aunque se reía cuando se lo decían. Autor de numerosas obras filosóficas y sobre matemáticas. Fue coautor de una gran obra: Principia Mathematica junto a G. Moore, A. Whitehead y L. Wittgenstein. Sus trabajos tuvieron una influencia importante en matemáticas, lógica, teoría de conjuntos, ciencia del conocimiento y hasta en inteligencia artificial. Ahí llegaba a la conclusión de que la aritmética y posiblemente las matemáticas en su totalidad derivan de los principios fundamentales de la lógica. Él decía:

Las matemáticas si se les contempla debidamente poseen no solo la verdad, sino la suprema belleza, una belleza fría y austera, como la de la escultura… es sublimemente pura y capaz de una perfección adusta, como solo el mayor arte puede mostrar.

Se señala que este libro constituye la mayor contribución al desarrollo de la lógica, después de las enseñanzas de Aristóteles en este campo.

Era ahijado del famoso escritor John Stuart Mill quien decía: «Por encima de uno mismo, por encima de su propio cuerpo y de su mente, reina el individuo», y sus escritos influyeron mucho en su manera de pensar.

Apoyó la idea de una filosofía científica y propuso aplicar el análisis lógico a problemas como el de mente-cuerpo o a la existencia del mundo físico: «La meta de la filosofía debería ser igualar la perfección de las matemáticas, confinándose a afirmaciones similarmente exactas y similarmente verdaderas antes de toda experiencia. Las proposiciones filosóficas han de ser a priori».

En 1950 le dieron el Premio Nobel de Literatura por sus innumerables escritos donde defendía los ideales humanitarios y la libertad de pensamiento y de acción.

Notas

Durant, W. (1978). Bertrand Russell. The Story of Philosophy. Nueva York: Ed. Simon and Schuster.
Grattan-Guiness. (2000). The Search for mathematical Root. Reino Unido: Princenton University Press.
Magee, B. (1995). Bertrand Russell. Historia de la Filosofía. Barcelona: Ed. Blume. Russell, B. (2017). Viaje a la revolución práctica y teoría del Bolchevismo. Barcelona: Editorial Ariel. Wikipedia. (2023). Bertrand Russell. Internet. Vía Google.

Publicado en https://www.meer.com/es/76954-bertrand-russell y compartido con SURCOS por el autor.

Semblanza de la escritora Gabriela Mistral

Fernando Daza Osorio; Homenaje de la ciudad de Santiago a Gabriela Mistral (detalle del mural)

Primera mujer iberoamericana en recibir un Premio Nobel

Juan Jaramillo Antillón

Su nombre es Lucila Godoy Alcayaga, el de Gabriela Mistral es un seudónimo. Ella señala qué lo usó por su gran admiración por Gabriel D’Annunzio y Frédéric Mistral.

Nació en Vicuña, un área rural pobre de Chile, en 1889 y falleció en Nueva York en 1957 a los 67 años a consecuencia de un cáncer del páncreas.

Fue una extraordinaria escritora, poetisa, pedagoga y diplomática chilena, y la primera mujer a quien se le otorgó el Premio Nobel en América Latina. Se le entregó por su excelente obra poética y por ser un símbolo de las aspiraciones idealistas del mundo. Entre lo más valioso de su obra está la ternura infinita que ponía a sus poesías y el conmovedor amor por los niños y los desvalidos, el importante papel de la mujer en la sociedad, en la diversidad sexual y en la equidad de la enseñanza para niños y niñas. Aparte del amor entre el hombre y la mujer, y entre todos los seres humanos que describió en sus libros.

Su infancia fue muy dura pues su padre, un maestro rural, abandonó el hogar cuando Gabriela apenas tenía tres años, teniendo su madre muchas dificultades para criarla. Ella señala que encontró años después una caja con poesías de su padre, lo que le encanto y la inclinó hacia la poesía.

Publicó su primer verso a la edad de 15 años en la prensa de su pueblo. Se hizo maestra de escuela, debido a su experiencia, pues le encantaba enseñar a los niños, pero nunca estudió formalmente para maestra por falta de recursos. Sin embargo, en 1910 convalidó sus conocimientos en una Escuela Normal de Santiago de Chile. Desde los 21 años prestó servicios de profesora en Liceos de pueblos chilenos. Durante 11 años recorrió trabajando como profesora en pueblos de todo su país. Finalmente concursó para una plaza de directora en el Liceo núm. 6 de Santiago de Chile, ganando el concurso, pero los profesores la rechazaban por su fala de estudios profesionales, pese a eso se sostuvo en el puesto un tiempo.

De joven, en 1906, tuvo un problema sentimental que la afectó de por vida, incluso para escribir. Se trató de un noviazgo trágico con un joven de nombre Romelio Ureta. En un pueblo al norte del país donde era maestra y él empleado del ferrocarril, romance que duró tres años y finalizó, porque él se suicidó por un problema en su trabajo. Ella lo consideró su único amor.

Su fama comenzó cuando envió a concursar a Santiago en 1914 en unos juegos florales, unos poemas, su trilogía de los Sonetos de la muerte, (en recuerdo a su trágico amor), con el seudónimo de Gabriela Mistral. Obra que fue premiada y publicada en diarios y revistas no solo en Chile, sino en el exterior. Eso le proporcionó gran fama e incluso un trabajo como directora de un liceo. Lo que gustó de sus poemas posiblemente fue la dramática intensidad y la fuerza lírica con evocación del dolor íntimo y la forma como invocaba a la muerte. Siendo una persona muy modesta, no asistió a recibir ese premio, ella estaba oculta entre el público en el teatro donde se premiaron las obras.

Su amplia producción, tocaba en especial temas para los niños, posiblemente influida por las canciones infantiles que de niña escuchó, sobre la maternidad, los desvalidos, sobre la naturaleza vista con cierto realismo mágico y como un canto a ella, a los enamorados, al dolor y a la muerte, a los derechos y sobre la emancipación de la mujer latinoamericana, al campesino con sus desgracias y pobreza.

Se señala que su lenguaje era sencillo y directo, despojado de todo amaneramiento, especialmente, en sus libros TalaLa Espera Inútil y Lagar. Para ella sus mejores obras son su libro Desolación, con los Sonetos de la muerte ya señalados, Oración de la MaestraTernuraRondas de niños y el Poema de Chile, su último libro de versos, inconcluso, publicado después de su muerte.

Viajó mucho según se señala, ya que fue nombrada en diferentes puestos de Relaciones Exteriores de Chile: en los consulados en España, Portugal, México, Brasil, Italia y Estados Unidos. Además, visitó algunas naciones latinoamericanas, promoviendo la educación, los derechos de la mujer y leyendo sus obras.

Fue contratada por el gobierno de México en 1922 para colaborar en la reforma a la educación pública que el ministro de educación, José Vasconcelos de esa nación, realizó en su gestión pues eran muy buenos amigos y le pidió ayuda para reorganizarla. En especial se dedicó a preparar un programa de enseñanza rural y para ello publicó un libro titulado Lectura para mujeres, incluyendo a las indígenas. En 1923 hizo una gira por los Estados Unidos y Europa.

Su filosofía pedagógica se basaba en que creía en la importancia de una comunidad de enseñanza entre el alumnado, las madres y los obreros de la comunidad. La obligatoriedad de la enseñanza primaria, el derecho del niño a la salud y educación y si era posible darles educación secundaria ayudados por el Estado.

Aparte de maestra tuvo otros puestos de profesora en liceos y hasta en la Universidad de Santiago y en algunas instituciones educativas de Estados Unidos. En 1926 fue nombrada secretaria del Instituto de Cooperación de La Sociedad de Naciones en Ginebra.

Es indudable que en su obra poética fue influenciada por algunos poetas como Amado Nervo, Frédéric Mistral e incluso por Rubén Darío, donde tomó la ausencia de retórica y el lenguaje coloquial. Aunque hacia referencias concretas sobre el cristianismo en sus escritos, no se consideraba religiosa.

En el año de 1943 había adoptado un hijo de nombre Juan Miguel Godoy de un hermano fallecido. Lo había adoptado con la ayuda de su secretaria Palma Guillen. Estando ella en Brasil, al parecer por acoso en el colegio donde estudiaba, él se suicidó a la edad de 18 años, dejando muy afectada a la Mistral por años.

A ella no le gustaba vivir en Chile, por eso el Gobierno la nombro cónsul en Nueva York y delegada ante las Naciones Unidas. En Nueva York vivía en la casa de una amiga, Doris Dana una escritora que la admiraba mucho y era su representante, en una controvertida relación. Ahí había publicado su libro Desolación. El motivo por el cual no quiso ir a vivir a Chile se debió, según ella porque ahí sin fundamento se decía que ella tenía inclinación a la homosexualidad. No creo que tuvieran ningún documento o prueba de ello. Tanto ella como su amiga Dana negaban enfáticamente ser lesbianas, decían que su relación era de amigas o de maestra a alumna, Doris Dana era 31 años menor. Al morir le dejó su herencia a su amiga Dana, aunque la mitad de las ganancias de sus libros se las dejó a los niños de un pueblo chileno.

Las Naciones Unidas la reconocieron como una gran mujer y una personalidad partidaria de la paz y de los derechos humanos. Ella admiraba en especial a: José Martí, Neruda, Mariátegui y otros.

Estuvo en Costa Rica en septiembre de 1931, llegó a Limón en barco, dio conferencias y visitó escuelas y colegios. Apreciaba y era amiga de Roberto Brenes Mesén, de García Monge, Omar Dengo y Carmen Lyra, con quienes mantenía correspondencia. Antes de partir les dio un consejo a los intelectuales del país: cultivar lo nuestro y no imitar lo extraño, ya que las virtudes ajenas nunca serán nuestras. Recomendó a las mujeres luchar para alcanzar sus derechos políticos, pero sin dejar de ser mujeres.

En el mismo año de su muerte en 1957, sus restos fueron trasladados a su pueblo en Chile.

Notas

Alarcón, Justo. S. (2009). Biografía de Gabriela Mistral. Archivos de la Universidad Jaime I. Chile.
The Nobel Prize. Gabriela Mistral.
Oliva, M. (2010). Gabriela Mistral en Costa Rica. San José, La Nación, Ancora. 29 de marzo.
Teitelboim, V. (1991). Gabriela Mistral. Pública y secreta. Santiago. Ediciones BAT.
Wikipedia. Gabriela Mistral.
Zamora, C. (2007). Gabriela Mistral (1889-1857). En: AFUP-Tribuna, San José. 6-8.

 

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