UCR: El desarrollo sostenible es impostergable ante la crisis climática

Jornada de Salud Ambiental

  • El planeta podría alcanzar el umbral crucial de 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales para 2030, aumentando el riesgo de sequías extremas, incendios forestales, inundaciones y escasez de alimentos

Una diferencia de solo medio grado de temperatura tendría consecuencias devastadoras para el planeta, por lo que cada vez es más urgente limitar el aumento de la temperatura global. Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

La situación climática actual es crítica y hay que tomar medidas drásticas, afirma el biólogo marino Jairo Serná Bonilla, especialista en servicios ecosistémicos y producción sostenible del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Costa Rica.

Reducir el consumo de agua, aplicar una visión de resiliencia en la infraestructura sanitaria, mejorar las capacidades técnicas de los profesionales que trabajan en el área, son las principales acciones que se deben implementar para frenar sus efectos, según Serná. Además urge utilizar la información hidro meteorológica para la toma de decisiones y poner más atención a la afectación que están teniendo los sectores productivos del país.

El experto participó este lunes 28 de octubre en el simposio «Cambio climático y objetivos de desarrollo sostenible» que se realizó en el marco de la Jornada de Salud Ambiental 2019, en donde se discutió el significado del concepto de desarrollo, las oportunidades que tiene el país para avanzar más rápido con los ODS, el papel de la salud ambiental en la crisis climática y la proyección para 2030 sobre el futuro del planeta.

Jairo Serná en su exposición. Foto: Anel Kenjekeeva.

Serná agregó que mitigar los efectos del cambio climático es un esfuerzo que se debe realizar, pero que la adaptación es el eje fundamental de trabajo ante esta problemática. Citó como ejemplo la Política Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que está vigente en el país desde 2018 y se enfoca en transitar hacia un modelo de desarrollo resiliente, que evite las pérdidas humanas y modere los daños materiales generados por los efectos adversos del cambio climático.

Esta política busca contribuir a la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables y aprovechar las oportunidades para innovar y transformar los sectores productivos del país, con el fin de asegurar la continuidad de los servicios públicos. Esto mediante una adaptación integrada que combina la conservación de los ecosistemas, la participación de las comunidades y la gestión local del riego de desastres

Desarrollo ¿sostenible?

Uno de los temas que más se debatió en la jornada fue el significado de «desarrollo» y qué tan «sostenible» puede llegar a ser. Serná detalló que «durante mucho tiempo hemos venido trabajando en tratar de limitar el desarrollo hasta cierto punto. Y quizás cuando hablamos de sostenibilidad es precisamente cuando nos damos cuenta que quizás el desarrollo, como lo estamos percibiendo ahorita, necesita una reflexión mucho más profunda y seria».

«Alcanzar el nivel de vida que tienen los países desarrollados no significa en realidad un verdadero desarrollo. Si hablamos de desarrollo, tenemos que pensar en una manera que nos permita mejorar la vida de todos los seres humanos, sin que deterioremos la base de recursos naturales y sin que perdamos elementos claves de nuestra cultura», aseveró.

El experto señaló que si vemos el Desarrollo Sostenible como una nueva meta o un nuevo paradigma, en donde estamos reconociendo el valor del conocimiento tradicional, el de la naturaleza y el de una serie de valores mucho más humanos, probablemente podamos llegar a resolvernos esa duda de qué es desarrollarse con sostenibilidad.

Actividades clave para Costa Rica como el turismo se verán seriamente afectadas por el cambio climático, principalmente en zonas como Guanacaste. Según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), la industria turística aporta un 6,3% del Producto Interno Bruto (PIB) a la economía de Costa Rica, y llega al 8,2% del PIB producto de los efectos indirectos que éste genera. En 2016, el sector turístico brindó 211.000 puestos de empleo directos, es decir, el 8,8% del empleo en el país para ese año.

La otra duda es si se logrará en el tiempo adecuado.«Luego de 2030 vamos a tener que seguir haciendo lo que ya hacemos, pero innegablemente vamos a tener que estar frente a un horizonte muy diferente, en donde los patrones de consumo y de uso de los recursos naturales no van a ser para nada semejantes a los niveles a que alcanzamos en este momento; como que una persona en un país pueda consumir 200 litros de agua por día, eso va a ser imposible», añadió.

«Hay que revalorizar muchas cosas. Ahorita hay ciertas cosas que nosotros no le damos un valor porque todo tratamos de monetizarlo y eso es un gran problema, porque ¿cómo podemos monetizar la sombra que da un árbol o el servicio que prestan las raíces de ese mismo árbol cuando abren espacio para que el agua pase y llegue hasta la tierra? Yo creo que para 2030 ese cambio ya se tiene que haber dado o sino la naturaleza misma se encargará de hacer los ajustes. Y hay que ser consciente de que cuando la naturaleza hace ajustes, los hace de una manera drástica», finalizó.

En el año 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad. Costa Rica fue el primer país del mundo en firmar este acuerdo y se comprometió a implementar acciones para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Jornada de Salud Ambiental de este año buscó reflexionar y generar conocimiento sobre el cambio climático. Esta actividad se realiza bajo el marco del curso «Educación para la salud ambiental», impartido por los docentes Paula Hernández y Wilfred Zúñiga en el tercer año de la carrera de Salud Ambiental. Los y las estudiantes del curso se dividen en cuatro grupos con tareas específicas (financiación, protocolo, divulgación y alimentación) para organizar la actividad.

Cada año se invita a un egresado de la carrera a exponer sobre el trabajo que hace como profesional en Salud Ambiental. Este año participó Esteban Aguilar, quien es funcionario del Ministerio de Salud. En este simposio también participó Evelyn Hernández, funcionaria de la Municipalidad de Desamparados, quien compartió los logros que ha tenido la municipalidad en relación con el manejo de desechos y el compostaje en el cantón.

Entre el público estuvieron estudiantes de la carrera de Salud Ambiental de la Universidad de Costa Rica (UCR), quienes reciben formación para ser capaces de medir y monitorear los niveles de contaminación y deterioro ambiental en el país y colaborar en la conformación de políticas de salud ambiental a nivel estatal. Foto: Anel Kenjekeeva.

 

José Andrés Céspedes Campos

Asistente de Prensa, Oficina de Divulgación e Información

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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