De: Franco André Arce Rivera
LO GOLPEARON Y LE CORTARON SU CABELLO PORQUE SUPONÍAN QUE HABÍA SUSTRAIDO UN REFRESCO DE 150 COLONES
El día, miércoles, 28 de noviembre, una persona con discapacidad psicosocial, quien ingresó a un supermercado en Cuesta Moras, fue agredido físicamente por el equipo de seguridad del local, después de que supusieran que estaba sustrayendo un refresco gaseoso del establecimiento capitalino.
El afectado responde al nombre de Jorge Enrique Rivera Barahona y tiene un diagnóstico de esquizofrenia, que lo convierte en una persona con discapacidad, de origen psiquiátrico. Las personas con esta condición pueden tener conductas delirantas y alucinaciones, tener un lenguaje o comportamiento desorganizado, y una capacidad cognitiva alterada y reducida.
Yo, quien soy sobrino de la persona agredida presencié los hechos: observé cómo el guarda agresor empezó a empujar a mi tío, quien siempre mantuvo una actitud pasiva. Mientras traté de explicar la condición del afectado, el guarda mantuvo una conducta verbal irrespetuosa y no quiso escuchar las razones del comportamiento del agredido.
De inmediato el joven les expliqué a los responsables de seguridad del supermercado que ellos traían el refresco gasesoso de fuera y que no había ningún tipo de sustracción. Para demostrar la veracidad de lo que estaba afirmando, les solicité que revisaran los videos de las cámaras ubicadas en el interior del lugar. Para proceder a tal revisión, llevaron a la persona con discapacidad y a mi a una bodega del supermercado. Sin embargo, sólo revisaron el material grabado de una cámara y no indagaron en la que debía aparecer el agredido, que era el video que servía para demostrar que no había tal sustracción de un refresco cuyo valor es de 150 colones.
A esa bodega donde nos mantuvieron encerrados con puerta con candado, llegó el administrador y tampoco quiso escuchar razones; siempre mantuvo una conducta arbitraria y prejuiciosa. Todo indica que éste dio instrucciones a los guardas para “aleccionar” al supuesto sustractor; es decir, la persona con discapacidad. Así mientras uno de los guardas me retenía, otros dos le cortaron el cabello (uno lo sostuvo del cuello y otro, utilizó las tijeras). Al completar la tarea ordenada por el administrador, le propinaron un fuerte golpe por el estómago.
Uno de los guardas justificó las agresiones perpetradas, diciendo que si no cumplían con lo ordenado por el administrador se arriegaban a ser despedidos. Seguidamente, nos sacaron a los dos, tío y sobrino, no por la puerta de entrada del lugar sino por una ubicada en la parte trasera.
Después de tan graves e injustificados hechos, ambos fuimos a la delegación policial cercana a la Plaza de la Democracia, a presentar la denuncia. Luego nos trasladamos a la Defensoría de los Habitantes, pero ahí nos indicaron que no podían atenderlos.
Al día siguiente (jueves, 29 del mes en curso) nos apersonamos en el CONAPDIS pero lo que se nos indicó fue que la persona afectada debería tener un carné de discapacidad. Al no contar con este requisito burocrático no pudimos presentar la denuncia correspondiente.
Ante la gravedad de los hechos, las personas afectadas quieren que la ciudadanía conozca lo que está sucediendo en San José a través de medios como “SURCOS”, que reflejan el pensamiento y la lucha de los sectores sociales del país. Igualmente, presentaremos una denuncia formal ante los Tribunales competentes para demandar justicia, exigir que se repare el daño y evitar que otras personas con discapacidad, sufran este tipo de agresiones.