Acuerdo contra pandemias, sigue a la espera

Freddy Pacheco León

Freddy Pacheco León

Al reunirse en el Palais des Nations, en Ginebra, Suiza, la 77 Asamblea Mundial de la OMS (Organización Mundial de la Salud), se comunicó a los cientos de delegados de las 193 naciones, que no había habido tiempo suficiente, para para culminar el borrador definitivo del Acuerdo contra pandemias, redactado en el marco de la organización sanitaria planetaria, confirmándose así, advertencias planteadas semanas atrás.

Los atrasos se dieron, entre otros, porque las muy poderosas corporaciones farmacéuticas, y los países que las amparan, objetaron el mecanismo propuesto para facilitar un porcentaje gratuito de vacunas a países pobres, principalmente africanos.

Igualmente, no se había llegado a un acuerdo, que permitiera garantizar distribuciones equitativas de vacunas, independientemente de la capacidad económica de las naciones. Tema muy sensible, donde los aportes directos de la OMS, así como de fundaciones filantrópicas privadas, juegan un papel complementario, pero no determinante.

Asimismo, se percibió lo que algunos llamaron, la «presencia de Trump«, quien ha amenazado, con seguir su guerra contra una OMS, que no se somete a los intereses de Washington, y que está llevando al presidente Biden, como consecuencia de la campaña electoral, a establecer procesos bilaterales con 50 países seleccionados por EUA, por fuera de la OMS. Mecanismo que, no es difícil entender, no podría sustituir jamás, las acciones y objetivos de la organización mundial.

Asimismo, se considera que fueron obstáculos en el camino, los discursos de congresistas conservadores, europeos y estadounidenses, pujando a favor de la industria farmacéutica, y los «derechos soberanos» de éstas en la comercialización de vacunas, y no de las naciones, como lo quisieron presentar.

En fin, la complicada negociación entre más de un centenar de países, y otros asuntos menores, que, como en otras legislaciones, consumen mucho tiempo hasta por una palabra, hacen que se pida más tiempo para poder tener listo, un borrador final, para un mejor momento, en vista del gran avance que se ha tenido hasta ahora, y el compromiso mayoritario de los países, por tomar acciones urgentes.

Y es que, se reconoce, con indudable preocupación, que una próxima pandemia es inevitable, aunque no se sepa cuándo, y que, aún con la creación de las primeras vacunas contra los patógenos que las provocarán (muy posiblemente virus), el trabajo conjunto, a partir de información oportuna, ha de ser tal, que habremos de estar listos para responder, en el más corto tiempo posible, a las mutaciones de los virus. En los Estados Unidos, para ilustrar esta situación, se estima que la mitad de los fallecimientos (unas 600 mil personas) fueron provocados por las variantes del virus inicial de la pandemia del Covid-19, por lo que se espera alcanzar una mejor y más rápida, capacidad de respuesta, que la que se tuvo en esa reciente oportunidad.

¡Hay urgencia para un Acuerdo!, por lo cual, la Asamblea Mundial de la OMS, órgano superior determinativo de esa humanitaria organización de la ONU, reafirma la necesidad de seguir avanzando, hacia la consecución de los objetivos solidarios, que se confía, serán parte del tratado en proceso.

Al tratarse de instancias, recomendaciones, expresiones de buenos deseos, que no lesionan los derechos soberanos de ningún Estado, los diversos países habrían de reafirmar, el espíritu de hermandad que demanda la Humanidad, para enfrentar situaciones de inmenso dolor, como las que hemos vivido recientemente.

Es cierto que el Acuerdo contra Pandemias, sigue a la espera, pero, en consideración a lo avanzado, y más allá de las acusaciones de sectores ultraconservadores, reconocidos como poco solidarios, promotores de ideas conspirativas, será una realidad tangible en pocos meses más, para que, lo más pronto posible, 60 o más países lo aprueben y ratifiquen, según sus legislaciones internas, y así entre en vigencia.

Con ello se pretende, que la próxima e indefinida futura pandemia, y las que le seguirán, provoquen menos dolor, menos muertos, principalmente entre las poblaciones más pobres del mundo.