Honduras: Discurso de toma de posesión de Xiomara Castro

En 2009 una noticia sorprendió al aeropuerto internacional Juan Santamaría cuando recibió al presidente Manuel Zelaya Rosales en horas de la madrugada tras un golpe de estado perpetrado en el hermano país hondureño. Hoy, poco más  de 10 años después, y 200 años después de la proclamación de la independencia  hondureña se cumple un hecho histórico con la elección presidencial de Xiomara Castro.

En este día histórico, dice la nueva presidenta, que va a presentar a la comunidad nacional e internacional cifras acerca de “la tragedia social y económica que enfrenta Honduras y sobre mí propuesta de refundación del Estado socialista y democrático.”. Un discurso que, por donde se le vea, tiene una gran carga emotiva e histórica, haciendo mención a 12 años de dictadura y también mencionando montos claros relacionados a los préstamos solicitados en este periodo, así también como el un aumento en 700% de la deuda.

La pobreza está disparada a un 74%, que coloca a Honduras en los eslabones más bajos de latinoamérica en cuanto a pobreza se refiere. Menciona datos importantes, además, acerca de la Empresa Nacional  de Energía Eléctrica. Como “una mancha que dejan la dictadura y un agujero fiscal insalvable a corto plazo”. Menciona que, el problema más allá de lo energético es un problema social  con un potencial impacto en la migración

Se encuentra la presidenta en una encrucijada, cuando menciona que “contratar más deuda para el pago de los generadores de energía sin un programa de emergencia energética equivale a convertirse en cómplice de la usura y el agiotaje legalizados con contratos lesivos al interés nacional.” Se habla de una captación del estado, en donde se han modelado las leyes para beneficios particulares. A diferencia de la década de los años 80s, esta no fue una década perdida, indica la presidenta, sino la década corrompida. 

Y ante este escenario propone detener el cobro de la factura eléctrica a las familias más empobrecidas y un cargo mayor a los sectores más pudientes, un subsidio a los combustibles, orden a los bancos para disminuir los intereses bancarios  para la producción, ordenar un presupuesto para que la educación en niños vuelva a ser presencial con buenas condiciones de salubridad. Apuesta por la soberanía alimentaria y el cuidado del medio ambiente en conjunto con las fuerzas armadas. 

Y así, muchos más actos simbólicos como la libertad para los presos políticos de Guapinol, Justicia para Berta Cáceres, derogar leyes aprobadas en menos de 60 días, que mayoritariamente tuvieron como interés saquear las arcas públicas para detener el aparato político clientelar. Cierra su discurso sosteniendo: “Ya no más violencia contra las mujeres, voy con todas mis fuerzas para cerrar la brecha y generar las condiciones para que nuestras niñas puedan desarrollarse plenamente y vivir en un país libre de violencia (…) ¡Hasta la Victoria Siempre!”

Se adjunta el discurso completo: