MANIFIESTO PARA EL CUARTO PODER

Distraigan
al Soberano que hace
tiempo renunció a ser
miembro de la mancomunidad
de países liberados y sin bisagra
en la espalda. Distráiganlo cuando
lo sientan preocupado y con el
ceño fruncido. Invéntense
cualquier futileza y hagan
que apunte su atención
hacia el último chisme. Lancen
rumores temerarios.
Esto es ciencia:
que no piense en lo
profundo, que se
ande siempre
por las ramas.
Hagan creer
a la masa
que vive
en el
paraíso.
Díganle
que en otros países
desean tener una democracia
cómo esta para mentarle la
madre al Presidente
y creer que así se ejerce esa tal
libertad de
expresión.
Sean creativos,
inventen problemas para
exasperar a la gente y permitan
que aumenten los delitos
y las agresiones ciudadanas.
Así lograrán que el propio
ciudadano exija
violencia y represión y hasta pena
de muerte:
Ustedes quedarán como
héroes salvadores de la sociedad.
Deterioren las buenas instituciones
desde adentro. Nombren en sus
Directivas a sus sepultureros y
ellos se encargarán de envenenarlas
para que el mismo pueblo
reclame luego su privatización
y gustoso camine hacia el cadalso.
Hagan popular lo impopular
de sopapo, pregonen que es mejor
así y el sacrificio presente atenuará
el dolor
futuro. Traten a las personas
como si fuesen niños o tarados,
o simples personas inocentes y
así se ganarán de ellos hasta
sus simpatías y genuflexiones.
Sus expertos y asesores sabrán
cómo desatar lo emotivo: las
emociones pondrán de rodillas
a las reflexiones. El que piense
saldrá perdiendo. Emocionado
se acostumbrará a lagrimear
y asistirá alegre al funeral del
pensamiento propio.
Sostengan al pueblo
sumido en la ignorancia
y en lo superficial: denles
telenovelas estúpidas y
atontadoras: átenlos a una roca en la
luna de queso
y que se deshagan en lloriqueos y
alcen vuelo
en sus melodramáticas
bombas de mocos.
Hagan que el soberano
se sienta complacido
nadando en el charco
de las mediocridades.
Y que las masas
se sientan a sí mismas
culpables por el estado
de cosas y las situaciones
que lo tienen sumido
en el mundo del quebranto.
Al fin y al cabo ustedes
con sus Expertos y Asesores
de millonarias remuneraciones
conocen mucho mejor a las
masas de lo que ellas mismas
saben de sí.
Y sigan su fiesta: duerman tranquilos
mientras el Soberano adelgaza cada día más su masa gris debido
a esa desnutrición mental,
que de insomnio político y
social, lo va acabando para
que alegre y feliz acepte sus grilletes
y siga comiendo las migajas absolutas
que ustedes pelando sus colmillos
preparan cotidianamente
para saciar la sed de
ignorancia que han
logrado sembrar
en su consciencia.
Sean capaces luego
de fundar un museo
para exhibir triunfantes
los Códigos de
Ética y los Devocionarios rastreros
que pregonaban odas y alabanzas
al embrutecimiento
de los Pueblos. Y coloquen
un rótulo en la entrada сomo
homenaje a su maestro:
“¡MIENTE MIENTE
QUE ALGO QUEDA!»

ClaMo
Claudio Monge Pereira
Toyopán, ZURQUÍ.

 

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