26 de julio de 2014
Marlin Ávila
Previo a que sonaran las alarmas sobre la masiva emigración de niños, el Director de Casa Alianza, José Ruelas, denunció el asesinato de adolescentes por fuerzas paramilitares. Pocos días después, este mismo defensor de los derechos de la niñez y juventud, fue apaleado brutalmente por un grupo de guardas que cuidaban al Secretario de Seguridad. No hemos visto ninguna disculpa por el lado oficial a tal hecho, pero sí amenazas y enjuiciamientos de culpabilidad contra él.
Mientras se gastaban los pocos recursos del Gobierno, por parte de una considerable cantidad de políticos en el poder, incluyendo al Presidente de la República, en más de una semana de diversión “apoyando la selección de fútbol” en el mundial en Brasil, estalló el tema de migración masiva de niños. Dos de los tres gobernantes del triángulo norte de Centro América, el de Guatemala y El Salvador, se reunieron con el Vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en Guatemala. A partir de esta señal de indiferencia, se notó la prioridad del problema que venía acrecentándose desde octubre pasado, sin que despertara mayor preocupación en las autoridades hondureñas. Desde luego, políticamente no convenía mantener en evidencia esa despreocupación, más bien había que sacar provecho de la coyuntura.
El viernes se reunieron los tres presidentes centroamericanos con el Vicepresidente Joe Biden y luego con el Presidente Barak Obama. Los periódicos han publicado lo que expresó Obama pero no lo que negociaron con Biden y con Obama.
En su discurso, Obama aseguró que el pueblo estadounidense y su administración tienen “una gran compasión por estos niños”. Es evidente que la compasión no es para todos los niños del universo, al menos no para los de Palestina, donde el gobierno de Israel ha asesinado en los últimos 20 días a más de cien niños y herido a más de 700, sin contar que una importante cantidad han quedado huérfanos, sin escuela, hospitales, agua, sin templos religiosos y sin vivienda, gracias a la alianza que tiene Israel y EUA contra esa nación. Esperamos que esa compasión por los niños centroamericanos dure siempre, pues no queremos un ejército genocida eliminando a nuestra población civil de manera inmisericorde.
Otra parte del discurso del Presidente Obama confirma que seguirá la deportación de niños acompañados o no. Dijo: “He dejado bien claro que dentro del marco legal y del marco humanitario y de las garantías procesales, los niños y las familias con niños que no tengan motivos, en algún momento serán deportados a sus países de origen”. Desde luego, él se refiere a las leyes de su país nada más, dado que oficialmente no reconoce muchas de las leyes internacionales y otras solamente las sigue a conveniencia propia, por eso es la gran potencia mundial, para hacer y deshacer a capricho de los intereses de sus grandes corporaciones, muchas en control de judíos.
La proporción de estadounidenses nativos es ínfima, los primeros migrantes exterminaron a sus poblaciones indígenas. La poca población nativa vive hacinada en reservas de donde salen a exhibiciones folclóricas para distraer el turismo. Por esto el tema de migración data desde antes de su independencia como nación. Son expertos en el uso y desuso de este recurso humano. Así como hay organizaciones humanitarias y altruistas dispuestas a sacrificios personales y defender los derechos de la niñez. En EUA hay otros grupos dispuestos a sacar provecho de las migraciones para hacer más rentable sus empresas o deportarlos sin compasión alguna. El salario para un latino migrante en estados como Florida es debajo del mínimo, por lo que este migrante debe trabajar dos y hasta tres jornales a manera de poder sobrevivir con alguna decencia y si es indocumentado peor para él y mejor para el empresario local. Lo mismo ocurre en las plantaciones del sur, frontera con México.
En la crisis migratoria actual, se tienen 999 niños en la Base Naval Lackland, de San Antonio, más 706 en el Fuerte Sill de Oklahoma. Esta es una porción menor al total que se han contabilizado a más de 54 mil. Dado que varias instituciones han hablado de procesos judiciales a cada niño, muchos de los padres que viven en EUA y que sus niños aparecen en las listas, han estado recibiendo ofertas de apoyo a procesos falsos con un adelanto de entre US$300 y 6,000. Esto es otro negocio ilícito (estafa), en tiempo record, dentro de los EUA de personas sin ningún escrúpulo. Siendo que estos niños están bajo custodia del Estado, uno se pregunta, cómo salen a conocimiento de terceros las direcciones de sus padres. Sabemos que el FBI está investigando estos extremos y deseamos se descubra el nuevo negocio a costa de nuestra niñez.
En conclusión, la sociedad ha caído en las tinieblas producidas por el neoliberalismo salvaje, donde no existe ética ni moral alguna frente a la posibilidad de hacer negocio hasta de lo más delicado de nuestra sociedad. Nuestra familia y niñez es lo último que puede, si es que cabe alguna filosofía absurda, ser pensada como negocio. No obstante, hay un escandaloso tráfico de humanos, en complicidad de funcionarios públicos, con el único fin de hacer negocio, de enriquecerse, gracias a la pobreza, a la inestabilidad política, al desempleo y a cuanta crisis nos genere este sistema, mismo que alimenta al crimen organizado y el mercado de las drogas.
Ahora solo estamos esperando saber cuánto y cómo será lo que, gracias a nuestra sacrificada niñez, le ingresará a los gobernantes actuales para seguir la corruptela sistemática ya conocida, sin dejar de pensar en ONGs que viven de éste tema, a quienes debemos exigirles cuentas claras. Sabemos de algunas ONGs internacionales que han estado invirtiendo más de un 10% de su presupuesto en administrar fondos destinados a la niñez. ¿Será que esto seguirá así o empeorará?
Información enviada a SURCOS por el autor.
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