Poesía para el fin de semana

El compañero Trino Barrantes nos comparte los frutos de su pluma… para compartir en fin de semana mientras nos cuidamos en casa.

Esta es la invitación de Trino:

“El quedarse en casa, además de ser un acto absolutamente responsable, también nos permite tener nuestro propio diálogo interior. Aquí les comparto estas apreciaciones poéticas. Que estén bien y un lindo y cuidado fin de semana”.

I.- COLOQUIO DE MARIPOSAS
LEÓN TRIBA:

Meditación en el flagelo de la pandemia.
Viernes 13, de un año bisiesto.

Es un viento
de tijeras.
Corta la ilusión.

Deja espacios abiertos,
conjuntos vacíos,
teoremas numéricos.

En los campos celestes
aumenta la ausencia,
acrecienta la voz dolida
de los pájaros ausentes
en la humedad del mes.

Es un as en el juego
de las coronas.

Nos toma desacostumbrados
para estar en las paredes
del hogar.

Perdimos la certidumbre
del diálogo,
del juego de mesa,
toca persistente
en el corazón
de los que estamos
en el otoño de los versos.

En la sierra que se mira
solo adivinamos el coloquio
de las mariposas.

Lo cierto es que
la experiencia de la vida,
nos abandona .

Nos adivinamos
en la jaula humana
de desconocidos,
sin abrazos, sin saludos
con besos distantes de miedo.

Al menos nos queda
el derecho a gritar
para ahuyentar
el silencio de los virus,
escuchar el sonido
del aire
en la meditación que tiene
el miedo colectivo.

II.- CATÉQUESIS VIRAL
Sin lluvia,
sofocante calor,
la sombra en hilachas
en el acuoso silencio.
Crecen, si multiplican los virus
del desengaño.

El Papa extiende
desde el balcón
su mirada rota.

Las acciones gritan
su quebrando ahogadas
en las superficialidad de las bolsas.

En la Casa Blanca
se apagan las luces,
las bujías del neón en Lombardía
forman el contrasentido
del grito urbano.

En los jardines laterales
del Pentágono
aúllan los lobos de Bildeberg
sus gemidos de terror.
Zumba el cacus
en el bostezo mortecino
de la hipocresía electoral.
Un huracán viral
asola con sus coronas
la decepción de los bulevares
de Paris y Alemania.

Madrid, sin la coartada
de los árboles, solo con olivos,
encarcela en su garganta
las familias enteras
en su larval genocidio
de odio.

Centro América es solo un gusano
en este juego de ventanas
para defenestrar la solidaridad
de las fronteras.

Chuchos, zaguates, perros callejeros
ladran sin composición alguna
a la esquina frenética
de los cadáveres ancianos.

Quedamos anclados
al ritmo de los androides
y lo pestilente de los
diarios amarillos.

Somos la pregunta
del nuevo ensayo,
zombis que nos miramos
sin el calor de un abrazo
ni el beso de despedida.

Agentes virales
que perdemos la lengua
por la ausencia del diálogo.

III.-  CORONA VIRUS – COVID-19

León Triba
En el 162 aniversario de la batalla
de Santa Rosa.


Su nombre: Angele de la Bathe, Francia,
1274. Delito, relaciones sexuales con el
Íncubo. Mujer de ciencia.


Primera víctima.
Magia, brujería, ciencia.
El poder del Éxodo, es sentencia:
“No dejarás vivir a la bruja”.

2019, diciembre, Wuhan.
Desde un laboratorio USA
le incuban el COVID-19.
Las crónicas en la prensa
Especulan. Tiembla el universo.

Se amplía la línea de pobreza,
las bolsas se desploman,
la asertividad de la palabra
queda en silencio,
la saliva contamina.

Algunos quieren poner
un muro a su ciudad,
otros buscan concentrar
el máximo de riqueza
con la apropiación
de la vacuna.

En un vuelo de golondrinas
la pequeña isla del Caribe
cruza fronteras, llevan
ramos de solidaridad,
esperanza, alegría.
La ceguera choca
contra todas las puertas cerradas.

El duende del individualismo
no deja espacio para el juego.
En el tele, la compu, el iphone
automatamente todos quieren
llevar el registro
de los contaminados
y los muertos.

Las muertes, por desgracia,
no marcan el inicio.
Forman parte de la estadística
de las pandemias.

La inocencia de los niños
reclaman a sus pares
Las niñas –
la ausencia de los
espacios verdes
o el amplio corredor
de su escuela.

Adivinan, suponen,
no necesariamente entienden
este tipo de cárcel salvaje
que crean las empresas farmacéuticas,
ni los agoreros de los mantos
y la sangre vertida.

Hoy es veinte,
no van a quemar adivinas,
solo mil ataúdes serán cremados
para darle lugar a aquella hoguera
que nació con el fuego
de la primera bruja incinerada.

Foto: UCR