Soberanía Alimentaria en Mesoamérica y el Caribe

Por:
Denis Montero Solís
Juan Arguedas Chaverri

En este documento de la Región Mesoamérica y Caribe de MAELA se repasan los avances y retrocesos de las organizaciones, legislaciones nacionales y colectivos en torno al concepto de Soberanía Alimentaria y su expresión a nivel de territorio. *

Introducción

Contar con alimentos suficientes apropiados, a tiempo, que alcancen para todos y todas, y que quienes los produzcan reciban los beneficios que merecen, son los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas en su Capítulo de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, (DESC), donde se incluye el Derecho a la Alimentación, como Derecho Humano que se debe reivindicar.

Mesoamérica es el centro de origen y domesticación de muchas plantas. Antes de la presencia europea en la región existían alrededor de 100 plantas comestibles donde sobresalen: el maíz, frijol, tomate y árboles como el cacao, y aguacate. Esta alta biodiversidad permitió alimentar a grandes centros urbanos. Se sabe que habiendo llegado los conquistadores al mando de Hernán Cortés, se han calculado datos de 1519, en los que la Ciudad de Tenochtitlán tenía alrededor de 300.000 habitantes (De Rojas, sf, Pp. 240-241) cuando Sevilla en 1533 tenía 55.000.

Las principales causas de la pérdida de la Soberanía Alimentaria son las estrategias de la globalización en los mercados de alimentos que se expresan en:

  • Priorización del comercio internacional en perjuicio de la alimentación de los pueblos; sus efectos en cuanto a dependencia de importaciones agrícolas e industrialización de la agricultura.
  • Políticas agrarias descampesinistas promovidas por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), la Organización Mundial del Comercio (OMC), que empujan a millones de campesinos/as a abandonar sus prácticas agrícolas tradicionales, favoreciendo así los intereses de las empresas multinacionales y a las grandes potencias económicas.
  • Los acuerdos comerciales globales y regionales o bilaterales que permiten a empresas transnacionales controlar el mercado internacional de alimentos.
  • La agricultura a través de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y la nanotecnología que quitan a los/as agricultores/as y a los países el derecho a intercambiar, multiplicar y conservar los recursos de la biodiversidad, con el consecuente peligro a la salud humana y al ambiente.

I. Tendencias del contexto actual

Para lograr Soberanía alimentaria en una región, algunos factores deben estar presentes en esa realidad:

  • Alta agrobiodiversidad,
  • Una Estructura Agraria justa y equitativa,
  • Una sólida y dinámica organización de la población rural; campesina e indígena
  • Existencia de políticas y normas en cuanto a recursos naturales y productivos (acceso y control sobre la tierra, agua, semillas).
  • Políticas o iniciativas colectivas para apoyar la agricultura familiar campesina e indígena.
  • Existencia de circuitos locales de producción y consumo operados en la agricultura a través los mercados locales de alimento.

En la dimensión del contexto global, el rasgo que mejor describe la última década es la crisis. Esta crisis toca distintos ámbitos de la realidad: se evidencia una crisis ambiental cuya mejor expresión es el cambio climático; crisis alimentaria evidenciada en la inestabilidad de los precios de los alimentos, en especial los granos y en la introducción con gran fuerza de los cultivos transgénicos (OGM); crisis financiera que se refleja en la alarmante inestabilidad de grandes bancos de Europa y Estados Unidos y finalmente la crisis energética, que se manifiesta en el comportamiento irregular de los precios internacionales del petróleo (COPROALDE 2010, P. 4).

Para el caso de Mesoamérica, se puede afirmar que la condición de los recursos de la biodiversidad se ha deteriorado. El primer síntoma de esto es la tendencia a convertir los recursos de la biodiversidad en mercancía. La tala de bosque para extracción de madera, para establecimiento de monocultivos agrícolas y forestales no se detiene. La quema como forma de “limpiar” los suelos y para facilitar tareas agrícolas, como es el caso de la cosecha de la caña de azúcar, de la destrucción de plantaciones de piña poco productivas y como forma de preparar suelos para la siembra de granos no disminuye pese a la firma por parte de la mayoría de estados de la región del Convenio de Estocolmo, para la disminución de emisiones de Compuestos Orgánicos Persistentes (COPS).

El modelo de agronegocios, ha devastado los recursos naturales, por su voracidad en busca de maximizar las ganancias. Es así como el establecimiento de plantaciones en la región para cultivos de agroexportación -madera y agro combustibles- al menos, ha cambiado el uso de muchas tierras boscosas a agrícolas, con alto uso de agrotóxicos, experimentación y establecimiento de cultivos transgénicos que generan alta erosión, desertificación y disminución de la base de recursos fitogenéticos de la región.

El otro elemento es la pérdida del control comunitario sobre el agua y el bosque. Estos recursos pasan a manos de sectores ricos y a transnacionales. Las empresas que desarrollan agronegocios, la industria farmacéutica y las empresas dedicadas a la biopiratería incursionan en las comunidades campesinas y en los territorios indígenas sin controles suficientes sobre sus actividades.

Sin embargo, se pueden notar avances en cuanto a la toma de conciencia de las poblaciones rurales sobre la importancia de defender las semillas criollas, los derechos de las poblaciones a sus territorios frente a los intereses de las empresas de minería a cielo abierto y a los proyectos hidroeléctricos.

Además, se desconocen, de manera creciente los derechos indígenas en cuanto a sus territorios y sus formas de vida propias, en confrontación con la cultura global urbanizante. (Saragih, 2010, P. 1).

II. Factores que influyen sobre la pérdida de los recursos de biodiversidad

La alta inequidad social en la región es una constante que se reafirma. Esta se puede ver claramente analizando algunos datos de países. En el caso de Panamá, de acuerdo a la Tercera Encuesta Niveles de Vida 2008, encuesta realizada por el Ministerio de Economía y Finanzas y Contraloría General de la República, (Ministerio de Economía y Finanzas, 2008, P.18) la pobreza afecta a 32.7% de los panameños (de un total de 3.3 millones personas). Sin embargo, a partir de datos globales, este es un país con desarrollo humano alto en la región. El estudio refleja que las comunidades indígenas continúan viviendo en condiciones de pobreza crítica y profunda, pese a la condición de desarrollo humano del país.

La realidad actual en Panamá nos dice que el 2% de la población se lleva el 60% del PIB; el resto de los panameños, o sea, el 98% de los habitantes del país, sólo se quedan con el 40%. Por la razón anterior el país es considerado como altamente desigual.

Datos similares y en ocasiones más dramáticos se encuentran en países como Guatemala y Honduras y en vastas regiones de México. El desarrollo de la nueva fase de la “revolución verde” a través de los transgénicos que profundiza el deterioro de recursos naturales y vuelve más inequitativa la estructura agraria de los países.

En cuanto a tenencia de la tierra, ya en el año 2003 se evidenciaba la profundización del deterioro: la minifundización, pobreza rural y deterioro de los recursos naturales eran evidentes. Esa tendencia sólo ha sido amortiguada por las migraciones internacionales y el trabajo asalariado en actividades de agroexportación y en actividades no agrícolas (GAAS, 2003, Pp. 26-30).

Al final de esta década, esa tendencia no se ha modificado, sino que por el contrario se ha profundizado. Hay pérdida de la tierra, deterioro ambiental acelerado, la erosión se ha convertido en un peligro para la aparición de hambrunas, algunas que ya se han anunciado, como es el caso de Guatemala entre 2005 y 2006, así como la crisis global de alimentos, a la que la región no escapó, durante 2008.

En aquellos países donde se consiguieron procesos de reforma agraria, en los años 80 y 90, éstas se han revertido en la última década. Además, los procesos de titulación de tierras en la región han funcionado como un mecanismo para dinamizar el mercado de tierras, en condiciones como las de Guatemala, Honduras y regiones de México.

En la historia reciente, producto de la crisis petrolera que se afronta, se ha profundizado el desarrollo de agronegocios, principalmente vinculados a agrocombustibles. Se estimula el cultivo de caña de azúcar, de palma aceitera y se empieza a sembrar maíz transgénico para ser utilizado como materia prima para agrocombustibles (Saragih, 2010, p. 1).

III. Factores políticos, económicos y organizativos han tenido efecto en las modificaciones ocurridas

Este proceso tiene sus raíces en la política de ajuste estructural desarrolladas en los últimos 25 años y Se ha profundizado con la celebración de acuerdos de libre comercio en la región. El actual contexto está signado por la firma de Tratados de Libre Comercio (TLCs) o Acuerdos de Asociación (AdAs) con EE.UU. y/o la Unión Europea para la región Centroamericana y también con China, para el caso de Costa Rica (COPROALDE 2010, P. 4 ).

Es claro que el aumento de los precios internacionales del petróleo y la presión del mercado internacional sobre materias primas para agrocombustibles, principalmente por parte de EE.UU. y la Unión Europea tienden a influir la inestabilidad de los precios de los alimentos.

Por otra parte, se ha dado un desarrollo de políticas cortoplacistas hacia la agricultura en toda la región, justificado bajo el principio neoliberal de ventajas competitivas, incluyendo un factor que no se había querido aceptar por parte del gran capital internacional que es el efecto del cambio climático en la agricultura. Esto también tuvo efectos importantes sobre la presencia de alimentos y la inestabilidad de sus precios internacionalmente.

Para el caso de México, de 2006 a 2008 la canasta básica se incrementó en un 65 %; la tortilla, alimento esencial en la dieta mexicana, aumentó un 50%, el frijol incrementó su precio 100 %, el aceite comestible un 112 % mientras que huevos y leche aumentaron más de un 50 % (Soares, 2009, P. 223).

En el caso de Costa Rica, se ha constatado una caída de los precios de los productos agrícolas, principalmente aquellos ofrecidos por pequeños/as agricultores/as (granos, hortalizas, banano orgánico). Se siente que lo que se produce no vale y cuesta venderlo.

Esto sucede en los mercados locales y de exportación. Se siente un desplazamiento de la producción nacional. Sin embargo, los precios al consumidor en vez de disminuir, tienden a incrementarse. Es evidente que en el país hay mayores importaciones que exportaciones agrícolas a partir de las políticas de comprar afuera lo que se produce más barato en otros países (COPROALDE 2010, P. 7).

En resumen, esta situación es el resultado de la hipermercantilización de la agricultura y los alimentos, de la tierra, el agua, los conocimientos agrícolas tradicionales, las semillas y la biodiversidad.

IV. La organización de la población rural para manejar sus recursos naturales y construir Agroecología

En la región se constata una débil articulación política de organizaciones sociales que favorecen la producción sostenible, Seguridad y Soberanía Alimentaria. Son más las articulaciones entre gremios campesinos, grupos ambientalistas o entre grupos que quieren hacer gestión económica conjunta, que entre aquellos que pretenden hacer Agroecología, construir Soberanía Alimentaria, defensa del territorio y de la forma de vida rural (Montero, 2009, Pp. 3-8).

En el plano social-organizativo, se reconoce que se ha acentuado un gran activismo en el quehacer de la mayoría de grupos y organizaciones, principalmente aquellas de carácter nacional. Sus agendas están más dirigidas a la sobrevivencia institucional que a los problemas por los cuales surgieron. Esto limita bastante su papel transformador y la representación de los sectores a los que se deben (Gaete, Sancho y Montero, 2005, Pp. 28-29).

Las organizaciones gremiales en la región reconocen que se desenvuelven en un contexto avasallador que les impide, en muchos casos un accionar reflexivo y responden más a temas de coyuntura.

Sin embargo, en el plano de la organización hay algo muy interesante: se ha profundizado la revolución en el accionar de las mujeres con una participación más activa en diferentes campos. Se puede afirmar que hoy las mujeres como género, tienen mayor posibilidad de decidir y más acceso a recursos y a poder.

No obstante, esto se debe en parte a sus luchas como sector discriminado y en parte puede deberse a la profundización de las migraciones internas e internacionales, particularmente de los hombres (Montero, 2007, P. 4).

V. Políticas y legislación pública sobre recursos naturales y productivos en la región

Las políticas de los gobiernos sobre recursos naturales se han dirigido a la protección absoluta de áreas estratégicas por su importancia en cuanto a perpetuación de especies. Esto genera conflictividad con poblaciones campesinas e indígenas que han poblado estas regiones históricamente.

En el caso de la agricultura, en general, las políticas son opuestas a la Agricultura Sostenible, indígena y campesina. Se promueven bonos agrícolas y programas con fertilizantes sintéticos, semillas híbridas, agrotóxicos y créditos para mecanización. Se estimula la siembra de cultivos para exportación, principalmente como monocultivos, se desestimula la siembra de granos y otros cultivos que puedan reforzar el autoconsumo. Ya son notorios los efectos de este tipo de políticas sobre la presión sobre las tierras y la dinamización del mercado de tierras hace que muchas familias campesinas pierdan ese medio de producción (COPROALDE 2010, P. 7). Este proceso no está orientado por leyes o políticas, fundamentalmente se asienta en programas que varían cada vez que hay cambio de administración.

En la región es bastante evidente la poca intervención del Estado sobre las acciones y efectos de la inversión trasnacional en sectores estratégicos como recursos naturales y producción de alimentos. Su papel se limita a otorgar permisos y a administrar concesiones.

Un caso que parece extremo en la región es el decreto de interés público de una explotación de oro a cielo abierto en Costa Rica o la exoneración de los estudios de impacto ambiental a megaproyectos mineros o hidroeléctricos que se dio en Panamá, como parte de una reforma a la Ley de Aviación.

Finalmente se puede afirmar que hay poco cumplimiento estatal de los compromisos ante organismos multilaterales para garantizar derechos como el Derecho a la Alimentación, más allá de ofrecer bonos alimentarios.

Por lo anterior, en Mesoamérica se vislumbra un marco desfavorable a la Agroecología. La legislación es pobre y la que existe tiene dificultades para su cumplimiento.

Hay casos como en México, donde, producto de la crisis, se han posicionado planteamientos como las campañas “El campo no aguanta más” o “Sin maíz no hay país”. Esto ha permitido que en el Congreso Federal se empiece a hablar de la necesidad de transitar hacia un modelo de agricultura más sustentable que reconozca la multifuncionalidad de la agricultura campesina, que valore el papel de las mujeres, que promueva la producción de alimentos sanos, de bienes y servicios ambientales, la conservación de la biodiversidad, el equilibrio del doblamiento territorial, la reproducción de la diversidad étnica y cultural y la seguridad nacional. Para ello han propuesto una ley de planeación para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y nutricional, entre otras iniciativas.

En la región no se cuenta con políticas o legislación particular para promover la agricultura familiar campesina e indígena. En el caso de Costa Rica existe una Ley de Fomento de la Agricultura Orgánica, pero no está orientada necesariamente a la pequeña producción familiar.

Por otra parte, está en debate legislación para garantizar la autonomía de los pueblos indígenas, centrada en el plano de ubicación territorial y de gobierno propio.

En el caso de Nicaragua, se ha impulsado la Ley de Seguridad Alimentaria en la que puede reivindicarse la agricultura familiar. Un factor que unifica a toda la región son los programas focalizados contra el hambre, desde sus consecuencias: Bonos productivos que ofrecen agrotóxicos y fertilizantes, bonos alimentarios y subsidios estudiantiles aparecen como recetas en varios países de la región.

VI. Los mercados locales en Mesoamérica Se debe afirmar que uno de los factores que ha dinamizado los mercados locales ha sido la propuesta agroecológica. Es en el último quinquenio que en la región se constató el poco dinamismo de los mercados internacionales de productos orgánicos y ecológicos en manos de pequeños/as agricultores/as, indígenas y campesinos/as, que se desarrolló una dinámica, natural y con acompañamiento de organizaciones que trabajan Agroecología. En la actualidad se puede afirmar que se están incrementando.

VII. Las propuestas de MAELA

A. El trabajo en torno a recursos de la biodiversidad
En las organizaciones de MAELA Mesoamérica se ha trabajado una línea, en todos los países que ha logrado rescatar y reproducir las semillas criollas, principalmente de granos que se consumen en la región, así como otras plantas comestibles.

Además, desde inicios de la presente década se ha trabajado en investigación y sensibilización sobre la presencia de cultivos transgénicos y los perjuicios de los mismos para la salud, para el ambiente y para la economía familiar campesina e indígena.

Estas campañas han tomado diferentes matices: por ejemplo, en Guatemala, a partir de experiencias de los países andinos se ha impulsado la campaña de consumo sano y soberano. En Nicaragua y Costa Rica se impulsó una campaña de recuperación y sensibilización sobre las semillas criollas, que se llamó “Semillas de identidad”, la que también se desarrolló en Colombia.

En El Salvador también se ha trabajado en sensibilización sobre las semillas criollas en el marco de la Plataforma de Agricultura Sostenible de El Salvador con acciones que influyan en el público. La experiencia en la región enseña que es necesario influir, para conseguir un mejoramiento de la condición actual de los recursos de la biodiversidad, en distintos ámbitos.

Se debe influir sobre las legislaciones vinculadas a la temática de propiedad intelectual y derechos de autor, por lo que el tema de UPOV 91 ha sido importante para la incidencia política.

Además, se ha visto la importancia de legislar sobre la regulación/prohibición de siembra de transgénicas en territorios donde se trabaja desde la agroecología. En esto se ha acumulado experiencia en campañas para la declaratoria de territorios ecológicos y libres de transgénicos.

Finalmente se debe influir en el sector de consumidores/as para lograr que se reivindique el derecho a consumir lo propio en oposición a la comida chatarra y la disminución de la dieta a unos pocos productos.

B. El trabajo en la a temática de la estructura de tenencia de la tierra
Es necesario señalar que hay en MAELA Mesoamérica acuerdo en torno a la importancia de la tierra como condición para lograr Soberanía Alimentaria desde los espacios comunitarios. En todos los espacios de discusión regional se señala que uno de los factores que limitan la Soberanía Alimentaria es la pérdida de la tierra o la injusta estructura agraria de los países de la región.

Sin embargo, en las organizaciones de MAELA en la región, ha sido poco trabajado el tema de tenencia de la tierra o la reforma agraria. Este tema ha sido más una bandera de las organizaciones de la Vía Campesina.

En este punto, es importante señalar la complementariedad que tienen estos enfoques, ya que se ha logrado reflexionar que el trabajo alrededor de la Agroecología contribuye a mantener el acceso y control campesino e indígena sobre la tierra.

Se afirma que el uso de la tierra y demás recursos de la biodiversidad, de una manera sostenible, tal y como lo propone la Agroecología, con niveles crecientes de independencias de elementos externos, con recuperación del conocimiento autóctono y con protagonismo campesino e indígena, hace que se reduzca el peligro de perder la tierra y de entregarla a las próximas generaciones deteriorada y poco productiva.

En otra dimensión del tema, en varios países, las organizaciones que integran MAELA apoyan a organizaciones indígenas en la defensa del territorio (Costa Rica, Panamá, Guatemala, México, al menos). Estas organizaciones consideran que esta es una forma de asegurar la tierra para estas poblaciones. También la participación en campañas de oposición a megaproyectos hidroeléctricos, mineros, la expansión de cultivos de agroexportacion y de reforestación comercial son formas de reivindicar la tierra desde un enfoque territorial.

C. Efectos del trabajo en Agroecología sobre la organización rural para manejar recursos naturales e incidencia política
La Agroecología en Mesoamérica se ha logrado vincular a enfoques territoriales y comunitarios. La presencia de campesinos/as e indígenas que fomentan la Agroecología en sus comunidades los ha convertido en agentes de cambio con liderazgo reconocido en sus localidades.

La propuesta agroecológica ha estimulado también la organización de pobladores/as, la organización para comercializar, y la articulación territorial para influir en políticas públicas en el ámbito municipal en busca de condiciones favorables para practicar ala Agroecología: territorios libres de OGM, recursos municipales para promover espacios de mercado local, entre otros.

Otro de los temas que articula organizativamente a la población en el territorio es el de sensibilización al sector de consumidores/as para lograr construir una cultura de consumo responsable, para ello se trabaja en sensibilizar sobre el consumo sano y soberano articulado a la temática de semillas criollas para defender las semillas criollas.

Sin embargo, en las organizaciones de MAELA, en términos generales no. se trabaja el tema de la identidad política. No se logra construir conceptual o metodológicamente al sujeto agricultor/a familiar campesino/a e indígena. Se inscribe más el trabajo en el tema de la Agroecología como el quehacer productivo, más allá del sujeto que la practica. Esta es una razón por la que la población local, campesina e indígena no se ha reivindicado tanto. Esto puede inhibir el surgimiento de propuestas para un sector productivo específico.

Un indicador de esta condición del Movimiento en el tema es el tipo de reflexión que hacen las organizaciones. Lo más frecuente es hablar de los productores y productoras agroecológicas, más que de campesinos/as e indígenas, que hablan más de identidad, cultura, forma de vida y posición en la sociedad en la que actúan.

D. El trabajo en torno a los mercados locales en MAELA Mesoamérica
El MAELA ha sido protagonista en el desarrollo de los mercados locales en la región. Existen propuestas desde las organizaciones de MAELA en los diferentes países sobre el impulso de estos.

Otro elemento relevante es que en MAELA Mesoamérica y Caribe se tiene abierto un foro sobre Mercados Locales Agroecológicos Campesinos e Indígenas y sistemas participativos de garantía. Allí se da una dinámica de intercambio de experiencias y reflexión conjunta para generar propuestas para cada realidad concreta (CEDECO-MAELA, 2008, P. 10).

En la región se han abierto, en la última década -y con mayor fuerza en los últimos cinco años- muchas experiencias de ferias en diferentes lugares (ferias orgánicas, tianguis orgánicos, conformación de organizaciones de producción y consumo solidario, entre muchas experiencias).

Estas experiencias se encuentran operando en todos los países de la región y son de diferente naturaleza, manejan diversos enfoques de comercio local y son lideradas por organizaciones vinculadas al MAELA.

Bibliografía

  • CEDECO-MAELA, 2008. Memoria del 1° FORO “Experiencias Centroamericanas de Acceso a los Mercados Locales Orgánicos”.
  • COPROALDE, 2010. Proceso de planificación estratégica 2011-2015 de la Red COPROALDE. Documento final.
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    • Soares, V. 2009. “Propuestas campesinas alternativas ante la crisis alimentaria”. En México en la crisis alimentaria global, Fundación Heberto Castillo. México.

*Juan Arguedas Chaverri, unos de los autores, comparte este documento del 2010 con el propósito de ofrecer un recurso comparativo con la situación actual.

Imagen: https://www.sur.org.co