Sobre líderes, enfermedades y trastornos mentales y, Comisión para el Desarrollo de la Salud Mental UTN

MBA Lic. Luis Gilberto Martínez Sandoval, UTN.

Autor: MBA Lic. Bach. Luis G Martínez Sandoval,
Académico Universitario Titular Carreras Comercio Exterior, Administración Aduanera
Sede Central UTN www.utn.ac.cr 
Especialista en Relaciones Económicas y Políticas Internacionales,
MBA Administrador de Empresas énfasis Mercados Globales y Negocios Internacionales.
Ex Funcionario Banco Mundial IFC – Ecuador- y, América Latina,
Escritor, Científico Social
luis.martinez.sandoval@gmail.com

Nuestra alma mater no está al margen de liderazgos que sufrieron enfermedades mentales. Según la fuente consultada BBC: “Hitler que era un psicópata, padeció de histeria, paranoia, esquizofrenia y tendencias edípicas. Julio César padecía de ictus y era un depresivo. Enrique VIII de Tudor llego a ser un tirano obeso y deforme que se casó seis veces, decapitó a dos de sus esposas, separó a Inglaterra de la Iglesia Católica para casarse locamente enamorado de Ana Bolena (ejecutada sin miramientos después) y puso en el cadalso a todo aquel que osó a cuestionar su poder, incluido al filósofo Tomás Moro. Stalin sufría de paranoia: tal era así, que mandó fusilar a su guardaespaldas por arreglar el crujido de las botas que delataba su presencia. (…)” “Muchos líderes sufren del síndrome de Hybris cuando acceden al cargo y que se libran de él un tiempo después de dejar de ejercer que es una sintomatología que incluye estados de euforia, irritabilidad, poco sueño, exceso de autoconfianza, negación de la realidad, distracción y otros que acaban haciendo que gobiernen sin atender ningún consejo y de una forma narcisista.” El Dalai Lama, -líder del budismo tibetano- debe tener algún tipo de enfermedad y trastorno mental. Por eso, hay muchos psicólogos y psicólogas que opinan que los líderes o lideresas deberían someterse a test psicológicos periódicamente.

Si la salud mental se conceptualiza “como bienestar emocional, psicológico, físico y social, por tanto, afecta la forma en que se piensa, se siente y se actúa” entonces en la UTN estamos enfermos y con trastornos mentales. Muchas son afecciones que impactan en pensamiento, sentimientos, estado de ánimo y comportamiento. En algunos son ocasionales, p.ej. la megalomanía que se desarrolla al subir al poder y se calma al bajar del poder. Por supuesto, son visibles y afectan la capacidad de relacionarse con los demás. Otro ejemplo cercano, tenemos abiertos solo en esta administración cerca de 200 Órganos Disciplinarios a funcionarios más 550 Procedimientos Administrativos a estudiantes.  ¿Transparencia o acoso y hostigamiento laboral? – y, quien lo solicita y quienes los conducen no gozan de salud mental. ¿Bajo qué estrategia construir una salud mental institucional en la UTN? ¡Estamos en deuda!

Estamos llenos de trastorno de la personalidad antisocial, a veces llamado sociopatía, “que es una enfermedad mental en la cual una persona no demuestra discernimiento entre el bien y el mal e ignora los derechos y sentimientos de los demás.” y de psicópatas, “con defectos neurológicos producto del poco desarrollo del área del cerebro que se encarga de controlar los impulsos y emociones.” Lo grave es cuando se mezclan ambos trastornos mentales. Son visibles en todos los estamentos de la organización, “los trastornos de ansiedad, pánico, obsesivo-compulsivo, fobias, depresión, bipolaridad, de alimentación, de la personalidad, síndrome de burnout y otros trastornos psicóticos.” “Algunos vienen en sus genes y su historia familiar, otras de su experiencia de vida, el estrés o si ha sufrido de abuso, factores biológicos como desequilibrios químicos en el cerebro, una lesión cerebral traumática, su condición socioeconómica, la exposición de una madre a algún virus o productos químicos durante el embarazo entre otros.”

También, según especialistas consultados son parte del problema, el acoso y hostigamiento laboral y, sexual, la persecución y beligerancia, la implantación de la cultura del miedo y mentira a lo Paul Joseph Goebbels. Pero, ¡las causas son más profundas!

En nuestra alma mater una tal COMISIÓN PARA EL DESARROLLO DE LA SALUD MENTAL (CSM) – ¡Suena a CIS Miami! – nos invitó a llenar una encuesta de opinión para realizar un análisis de las necesidades relacionados con la salud mental que tiene como “finalidad conocer la opinión para desarrollar una estrategia que permita la implementación de buenos hábitos que promueva el bienestar físico y mental en el ambiente laboral de la Universidad.” Se plantean distintas preguntas: – citaremos solo unas- ¿Considera que es importante que la UTN enfoque esfuerzos en el trabajo de la salud mental?, ¿Se ha visto alguna vez afectado o afectada emocional o físicamente por alguna situación de salud mental?, ¿Considera que tener inestabilidad en condiciones de empleo afecta su salud mental?, ¿Usted ha necesitado algún apoyo profesional en psicología o psiquiatría por situaciones laborales? ¿Considera que la institución debe brindar apoyo en temas de salud mental?

Nos parece que la salud mental se ve afectada si no te reclasifican en puesto, no ejerces voto dado que eres interino, si juegan con tu dedicación exclusiva, si cobran carrera profesional, si no pagan las anualidades, si te acosan y hostigan laboralmente las Jefaturas y autoridades superiores, pues es obvio que te afecta la salud mental. Como también, es urgente que debemos enfocarnos en trabajar la salud mental institucional, PERO… ¿quién dará el apoyo? si los que lo darán tienen algún tipo de enfermedad y trastorno mental. Como bien dice el refrán usado por Jesús: “Médico, cúrate a ti mismo.” Nos preguntamos: ¿La organización UTN requiere ayuda de especialistas para salud mental? Por supuesto que ¡Sí!

A MODO DE CONCLUSIÓN

En la UTN, la DGDH, debería hacer formal solicitud a todos los funcionarios – empezando por las autoridades universitarias superiores que incluye Decanos de Sedes- y estudiantes para que busquen un dictamen médico certificado por los especialistas en salud mental y, en caso que se identifiquen trastornos y enfermedades mentales, inicien su debido tratamiento. Una alianza – convenio marco- entre UTN con la CCSS o Clínicas Privadas permitiría valorar individualmente la historia clínica, hacer exámenes físicos y pruebas de laboratorio y por supuesto una evaluación psicológica sobre pensamientos, sentimientos y conducta.

Nos parece estratégico contar con una Clínica de Servicios y Especialidades Médicas con especialistas en Psicología, Psiquiatría, Trabajo Social, Medicina Laboral otras, para atender toda la población universitaria. Universidades Privadas como ULACIT y, U Latina cuentan con dicha clínica.

No obstante, a modo de conclusión, para construir salud mental institucional también debemos cumplir 100% con el “Código de deberes éticos”, dejar el acoso y hostigamiento laboral y sexual, la beligerancia y persecución, dejar de estar abriendo Órganos Disciplinarios -casi 200 en esta administración – dejar de jugar con el tráfico de influencia, los nombramientos a dedo y por parentesco… Mientras, esperamos que eso suceda, las enfermedades y trastornos mentales seguirán caminando por los pasillos, oficinas y aulas universitarias. ¡La CSM debe ACTUAR!