El Gobierno de Costa Rica avanza hacia la desregulación y flexibilización de su normativa ambiental. Tras la reforma al Reglamento para la Calidad del Agua Potable, ahora se presenta una propuesta para modificar el Reglamento de Vertido y Reuso de Aguas Residuales.
Esta tendencia se evidencia en los argumentos oficiales, donde se afirma que:
“La simplificación de los trámites administrativos y la mejora regulatoria tienen por objeto racionalizar los procesos que realizan los particulares ante la Administración Pública, mejorar su eficiencia, pertinencia y utilidad, a fin de lograr mayor celeridad y funcionalidad en la tramitación, reduciendo las cargas para los administrados.”(Reglamento de Vertido y Reuso de Aguas Residuales – Ministerio de Salud, 2024)
Sin embargo, surge una pregunta clave: ¿Quiénes realmente se benefician de esta flexibilización normativa? La propuesta no incluye mecanismos efectivos para garantizar la participación de las comunidades que podrían verse afectadas por vertidos de aguas residuales, ni contempla medidas claras para mitigar su impacto en el medio ambiente y la salud pública.
La importancia de regular los vertidos en cuerpos de agua
Los cuerpos de agua son esenciales para la vida, no solo por su uso en actividades humanas como el consumo, la agricultura o la industria, sino también por su papel fundamental en la conservación de ecosistemas y especies. La contaminación por vertidos no regulados amenaza la biodiversidad, afecta la calidad del agua potable y genera riesgos a la salud pública. Regulaciones claras y estrictas no solo protegen estos recursos, sino que también garantizan el acceso equitativo y sostenible a un bien común vital.
Nuestra infografía analiza expone las principales ausencias de la reforma y busca abrir el debate sobre las implicaciones de esta política de flexibilización ambiental que está marcando la gestión pública en Costa Rica.
También recomendamos para profundizar la temática el libro «Calidad de agua: Salud de los ecosistemas y salud humana«, dónde se analiza cómo los vertidos de aguas residuales afectan la calidad del agua y los ecosistemas. Resalta la necesidad de regulaciones estrictas para mitigar la contaminación por nutrientes, metales pesados y contaminantes emergentes, promoviendo políticas sostenibles y tecnologías para el tratamiento adecuado de los vertimientos.
Agua es vida. Y también es generadora de energía, trabajo y fundamental para el desarrollo.
En Costa Rica, unos pocos disfrutan muchíííísima agua regalada.
Algunos se olvidan que es un bien público, es decir DE TODOS.
La administra el MINAE. Es agua potable, es agricultura, ganadería, salud, industrias, generación eléctrica, comercio, turismo, construcción y toda actividad económica requiere agua.
El Gobierno propone la venta de instituciones, a la que nos oponemos. Llamamos la atención al mal manejo de bienes públicos como el agua, las playas, los bosques, que se dilapidan.
EL AGUA produce hoy sólo 6.000 millones de colones a MINAE.
Aquí presentamos UNA PROPUESTA QUE GENERARÍA DESARROLLO.
Sabemos que habrá afectados. Afecta a Ingenio Taboga y la empresa del presidente de UCCAEP Azucarera El Viejo. Afecta a los generadores privados de electricidad. Afecta a la Cervecería y a Coca Cola. Afecta a los grandes latifundios y monocultivos.
Con SÓLO UN DECRETO firmado por el presidente y la Ministra de Ambiente, se puede ingresar a las arcas del ESTADO, igual o más dinero de lo pedido al FMI. Unos 2.000 millones de dólares, en colones 1.200.000.000.000 – CADA AÑO.
Eso es simplemente fijando nuevo canon para el agua concesionada por el MINAE. Hoy rige aún el Decreto 32868-MINAE que es de 2005. Esto no afecta al consumo de los habitantes.
De este decreto podemos mantener todos los considerandos.
Ahí por ejemplo se cita: “el artículo 31 de la Ley de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos, Nº 7593, establece la necesidad de incorporar el criterio de sostenibilidad ambiental a la hora de fijar tarifas, precios y tasas de los servicios públicos.”
Claro, proponemos terminar con los privilegios de los grandes derrochadores del recurso hídrico, impulsar el ahorro, la diversificación de productos, el mejor reparto y aprovechamiento del agua, para un mejor desarrollo, tan necesario para la reactivación de la económica.
Esta propuesta toma en cuenta cálculos y principios que fijó ARESEP en la Tasa Ambiental (expediente de ESPH). El agua es generada y almacenada en la naturaleza y debe cuidarse, aportando a los gastos de las zonas de protección (SINAC- MINAE). Y cerrar el círculo con un correcto tratamiento de la contaminación.
PROPUESTA BASE PARA CANON DE AGUA – colones /m3
El canon se fijará – no por concesión – sino por empresa o grupo empresarial.
Concesiones para riego agrícola, ganadería, piscicultura
para consumo del mercado interno del país.
Hasta 2 litros/ segundo 10 colones
Hasta 10 “ 30 colones
Entre 10 y 50 “ 60“
Entre 50 y 100 “ 100“
Más de 100 “ 200“
Las empresas para exportación hasta 20 l/s 60“
Mas de 20 l/s 100 “
Condominios- Turismo, ZONAS FRANCAS 300“
Industrias, bebidas y otras 250“
PYMES – comercio , industria – otros 35“
Fuerza Hidraúlica 0,25“
Empresas públicas servicio agua potable
(AyA, ESPH, Municipalidades, ASADAS) 1,00 colón
De esta forma, se valida el principio de prioridad del agua para consumo humano.
También se aplica un precio diferenciado a los grandes consumidores, en forma escalonada, lo que es un llamado al ahorro y al uso de tecnologías modernas.
Se da un justo valor al agua, que garantizará su conservación para las futuras generaciones.
Por otro procedimiento paralelo, deberá fijarse en ARESEP tarifas similares al agua ofrecida por los sistemas de riego de SENARA.
Falta aún definir, como se usarán los 2.000 millones de dólares anuales por recaudar. Como hoy una parte importante debe destinarse a la protección del agua, ampliación y cuido de áreas protegidas. También a promover la reforestación del país. Y principalmente a la gran deuda que tenemos con el medio ambiente que es, EL TRATAMIENTO DE AGUAS RESIDUALES. Nada ganamos con tener agua, si la contaminamos.
Pero, el agua aportará a la salud, la CCSS, al desarrollo de la agricultura, ganadería, la agroindustria y a la vida.
Ponemos este tema en la mesa, para analizarlo y lograr acuerdos.
P.D. A.- Podemos aportar toda la documentación, información y criterios que sustentan esta propuesta. B.- Esto debe completarse con legislación, ordenando a ARESEP a controlar el otorgamiento de las concesiones, el volumen entregado y los cobros realizados.
El 75 % de las plantas de tratamiento estudiadas hacen una remoción importante de indicadores de contaminación viral
El 11 de junio de 2020, la Universidad de Costa Rica (UCR) comunicó el trabajo que dos científicas del Instituto de Investigaciones en Salud (Inisa-UCR) están liderando a fin de cuantificar, en las aguas residuales de todo el país, la carga viral del SARS-CoV-2 (el virus que causa la enfermedad del COVID-19).
Las investigadoras son la Dra. Luz Chacón y la Dra. Kenia Barrantes y, al 21 de septiembre de 2020, ya se tienen los primeros avances.
Las profesionales, en conjunto con Eric Morales Mora, especialista en salud ambiental de la UCR; y el Laboratorio de Aguas del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA), efectuaron el muestreo de las aguas residuales en seis provincias de país.
Lo anterior ha permitido analizar el funcionamiento de las plantas con respecto a la eliminación de virus patógenos y obtener algunos resultados preliminares.
“Si bien, aún no se ha podido determinar la carga viral del SARS-CoV-2 debido a la carencia mundial de los insumos necesarios para hacer las pruebas, si se ha determinado que cerca del 75 % de las plantas de tratamiento estudiadas están haciendo una remoción importante de colifagos somáticos. Esto indica que esas aguas son seguras para su descarga en ríos”, afirmó la Dra. Chacón.
¿Colifagos somáticos?
Los colifagos somáticos son indicadores de contaminación viral que tienen la ventaja de ser más baratos y fáciles de analizar en los laboratorios.
Estos microorganismos no enferman al ser humano pero, al igual que los virus dañinos, se reproducen dentro del intestino y pueden llegar al ambiente de la misma manera que los virus que sí enferman a las personas. ¿Un ejemplo? El virus que causa la enfermedad de la hepatitis A.
Pero no solo eso. Ante los procesos de tratamiento de las aguas, los colifagos somáticos también tienen una respuesta de eliminación o supervivencia similar a los virus potencialmente dañinos. Esto los hace excelentes marcadores porque, en términos simples, si hay poca presencia de colifagos somáticos, es probable que también haya poca presencia de virus patógenos.
Por esa razón, las científicas, mientras esperan la llegada de los insumos para cuantificar el SARS-CoV-2, en estos momentos usan los colifagos somáticos para evaluar otros virus generadores de enfermedades como el Norovirus, Enterovirus y, el que ya se mencionó, el virus de la hepatitis A.
“En estudios realizados entre Inisa-UCR, el AyA y la Universidad del Sur de Florida determinamos que, después de un tratamiento de aguas, cuando se descargan menos de 3000 UFP/100 mL de colifagos somáticos, el riesgo de que esas aguas carguen virus patógenos es mínimo”, indicó la Dra. Chacón.
El aporte de este estudio genera una contribución fundamental en el marco de la pandemia ocasionada por el COVID-19.
Por lo general, las aguas residuales tratadas caen en los ríos, la cual luego es usada para otros fines. Ante esto, de acuerdo con la Dra. Chacón, es muy importante garantizar que el líquido que sale de esa planta de tratamiento realmente tenga cantidades mínimas de virus que se puedan diluir y no afectar la salud personas.
“Es muy importante que las instituciones públicas se unan y realicen proyectos conjuntos para el bienestar de la sociedad. En esta caso, la UCR con su trayectoria y el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), específicamente con el Laboratorio Nacional de Aguas, para trabajar en proyectos de interés con resultados de alto impacto y confianza. Trabajar con las doctoras ha sido muy gratificante y esperamos que siga siendo muy provechoso”, destacó Pablo César Rivera Navarro, microbiólogo especialista del Laboratorio Nacional de Aguas del AyA.
En la imagen se puede visualizar un cultivo de bacterias para identificar presencia de fagos. En este caso particular son colifagos, virus que infectan a una bacteria conocida como Escherichia coli. Si hay presencia, los fagos rompen las bacterias y hacen hoyos. En la imagen, los diferentes espacios que se ven en la capa (como de color gris) son los fagos.
Más allá de los virus
Las científicas también están analizando si existe la presencia de parásitos como el Cryptosporidium spp y Giardia sp en las aguas residuales. Estos microorganismos se encargan de generar diarreas muy fuertes en las personas y, si el individuo tiene un sistema inmune comprometido, su vida puede correr riesgo.
La Dra. Chacón mencionó que, en el caso de encontrar estos microorganismos o gran cantidades elevadas de virus patógenos, es probable que la remoción no sea óptima en esas aguas, lo que permitiría que agentes dañinos sean descargados.
Lo curioso aquí es que, si se encuentran esos virus, no necesariamente se hallaría al SARS-CoV-2. Justo por esta razón se requiere la prueba molecular que están esperando.
“En las aguas residuales se podrían descargar grupo de virus como rotavirus, Norovirus, Hepatitis A, por ejemplo, pero es poco probable que esto ocurra con SARS-CoV-2. La razón es porque la estructura viral lo hace más vulnerable a los procesos de tratamiento. Por ese motivo es necesario el análisis molecular”, dijo la Dra. Chacón.
Lo que sigue
Las científicas esperan que en el transcurso de un mes reciban los kits de extracción de ARN viral de muestras de aguas y los reactivos de biología molecular para realizar la determinación de SARS-CoV-2 y su carga viral.
Asimismo, planean incluir la provincia que hace falta: Cartago, en donde se prevé valorar una planta privada para tener la representatividad completa.
“Estamos realizando muestreos de acuerdo con un programa que se estableció con colaboradores estadísticos. Además, estamos realizando los análisis de virus indicadores y almacenando las muestras para que en el momento que se nos entreguen los reactivos necesarios iniciar el análisis de carga viral”, dijo la Dra. Chacón.
Cuando ese proceso culmine, lo que sigue es la divulgación de los resultados a las autoridades de salud, con el propósito de que estos puedan ser utilizados como insumos en la toma de decisiones asociadas a la pandemia.
Este proyecto es financiado por el Espacio Universitario de Estudios Avanzados (Ucrea) de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Jenniffer Jiménez Córdoba Periodista, Oficina de Divulgación e Información
El estudio en aguas residuales podría indicar sitios de circulación activa del virus aún en zonas sin casos reportados
Dos científicas del Instituto de Investigaciones en Salud de la Universidad de Costa Rica (Inisa-UCR) encabezan un estudio único en el país que permitirá cuantificar, en las aguas residuales de todo el territorio nacional, la carga viral del SARS-COV-2 (el virus que causa la enfermedad del COVID-19).
Se tratan de la Dra. Luz Chacón y la Dra. Kenia Barrantes. Ellas, en conjunto Eric Morales Mora, especialista en salud ambiental de la UCR, y el Laboratorio de Aguas del Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA) investigarán la cantidad de virus que está circulando en un ambiente determinado.
El trabajo de las científicas brindará un aporte trascendental en beneficio de la salud pública nacional. Si las investigadoras encuentran una elevada carga viral en las aguas residuales, el resultado podría asociarse a un mayor número de personas contagiadas que las reportadas.
Si ese hallazgo se da, el país tendrá datos científicos robustos para identificar sitios de circulación activa del virus y así poder realizar intervenciones localizadas.
“En algunos países, como Australia, han logrado correlacionar el número de casos de una población determinada con la carga viral en aguas residuales. En otros países, como Holanda, se ha podido encontrar el virus aún cuando no se ha observado un brote importante del mismo. Por esta razón, la vigilancia de la carga viral en las aguas residuales podría ser una herramienta muy apropiada para el manejo de la emergencia”, afirmó la Dra. Chacón.
Una vez localizado un foco de infección, y tomadas las medidas pertinentes, la disminución en la carga viral evidenciaría que las acciones tomadas han sido apropiadas. Por el contrario, si la carga viral se mantiene o aumenta, esto indicaría que las medidas han sido insuficientes para contener el virus.
El proyecto refleja una inversión en investigación de hace más de 10 años que le ha permitido al Inisa-UCR ser una institución pionera en el diagnóstico viral de las aguas residuales. Es el fruto de un trabajo colaborativo de casi dos décadas entre dos instituciones cuyo fin es mejorar la calidad de vida del país.
Un microorganismo ágil
Sin embargo, hay una pregunta clave en todo este proceso. ¿Realmente es posible que el SARS-COV-2 sobreviva en las aguas residuales que, además de otros desechos, contienen residuos de sustancias de limpieza como el jabón o el cloro que se supone destruyen al microorganismo? La respuesta es sí.
Ese dato incluso fue confirmado en la conferencia de prensa del 13 de mayo del 2020. En esa ocasión, el Ministerio de Salud, el AyA y la Caja Costarricense de Seguro Social confirmaron la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales del Centro de Aprehensión Regional Central (CARC).
Pero, ¿por qué el SARS-COV-2 puede ser tan resistente en las aguas residuales?
“Para que el jabón u otros desinfectantes actúen es necesario aplicarlos directamente y en cantidades adecuadas. Además, el cloro es un elemento muy reactivo que fácilmente se puede evaporar (es un gas) o combinar con la materia orgánica (lo cual lo inactiva). En aguas residuales las concentraciones de estas sustancias son mucho más bajas que las recomendadas para la desinfección, por lo que es posible que no se eliminen los virus que podrían estar en ellas”, explicó la Dra. Chacón.
Hasta el momento, las investigadoras suponen que el virus, al estar en un ambiente tan adverso, podría perder su capacidad de infectar. Pero es tan solo una hipótesis que requiere comprobarse.
Pero no solo eso. El SARS-CoV-2, al ser capaz de atacar las células intestinales, puede llegar a producir cuadros de diarrea. Esta característica hace que el virus sea fácilmente trazable en aguas residuales y obtener información certera.
Lo que aún no se sabe es la cantidad del virus en esas aguas y si el SARS-COV-2 presente tiene la capacidad de infectar a las personas. Precisamente, esos son los aspectos que están siendo investigados por la UCR.
“El trabajo de la UCR es diferente al del AyA. En los últimos días, el AyA se ha enfocado en realizar un monitoreo reactivo en las zonas con brote por COVID-19 ya identificadas. También, trabajan por detectar la presencia o ausencia del virus de forma cualitativa, pero no cuánto de ese virus hay. El Inisa-UCR aportará en esta materia”, recalcó la Dra. Chacón.
Riesgo latente
Los resultados que se logren no solo ayudarán a determinar la carga viral, sino también a analizar el riesgo que las descargas de aguas residuales puedan generar para la salud pública.
Por ejemplo, alguna vez se ha preguntado: ¿qué pasa con las aguas residuales que son tratadas? La respuesta es simple: mucha de esa agua termina en los ríos, cuyo líquido posteriormente se utiliza para otros fines. Por ejemplo, para la recreación o regar los cultivos.
Entonces, ¿qué pasaría si sobrevive una cantidad importante del SARS-COV-2 en las aguas residuales del país? La respuesta vuelve a ser sencilla: un claro peligro para la salud pública.
“Las aguas residuales tratadas por lo general caen en los ríos y se usan para regar vegetales. Entonces, es muy importante garantizar que las aguas que salen de esa planta de tratamiento realmente tengan cantidades mínimas de virus que se puedan diluir y que no afecten a las personas. Si están saliendo muchos virus después del tratamiento, se puede poner en riesgo a las personas”, afirmó la Dra. Chacón.
Para estimar el riesgo, Eric Morales Morales, especialista en salud ambiental de la UCR, será el encargado de efectuar un análisis cuantitativo de riesgo microbiológico.
“Estimar el riesgo es un proceso largo, pues es una cadena de análisis en la que primero hay que determinar la concentración ambiental, luego la dosis que potencialmente podría recibir una persona y, posteriormente, la dosis probable para que la persona desarrolle la enfermedad. Con base en esa información, se calcula el riesgo de una zona específica según las actividades de la zona: recreación, contacto directo con esa agua o que se utilice para riego”, indicó Morales.
La sinergia entre ambas instituciones (AyA y UCR) es un espacio propicio para aportar al manejo del COVID-19, así como de otros patógenos virales y protozoarios que por muchos años han sido obviados.
Numerosos aportes
Una de las cualidades más fuertes del estudio es que no solo cuantificará el SARS-COV-2, sino también evaluará otros virus generadores de enfermedades como el Norovirus, Enterovirus y parásitos como Cryptosporidium spp. yGiardia sp en aguas residuales.
Por el momento, ya se han recolectado muestras del Gran Área Metropolitana y de Puntarenas. La selección inicial de esos lugares de muestreo se dio, principalmente, porque son plantas de tratamiento que reciben el agua residual de gran parte de la población.
Con el reciente financiamiento de los fondos del Espacio Universitario de Estudios Avanzados (Ucrea), dentro de los próximos meses la UCR incluirá plantas residuales a lo largo de todo el territorio nacional.
“En esa primera etapa. Para seleccionar las plantas de aguas residuales se tomaron en cuenta varios factores. El más importante es garantizar que las aguas vengan de la población general, y no de una población particular, para evitar tener resultados alterados por las particularidades de la planta. Al tener resultados de población general, logramos una mejor idea del comportamiento general del virus”, dijo la Dra. Chacón.
Para efectuar los análisis, las investigadoras realizarán una concentración viral, seguida de extracción de ARN, síntesis de ADN y una posterior PCR cuantitativa en tiempo real que detectará la presencia del virus.
La técnica PCR tiene amplias ventajas, como la de obtener resultados en un tiempo corto. Otra es que no se requieren de pasos adicionales y posee la cualidad de detectar cantidades bajas de virus.
“Si bien ya iniciamos la toma de muestras, aún está pendiente que lleguen al país varios insumos para realizar la determinación de carga viral, razón por la cual desconocemos cuando tendremos los primeros resultados”, especificó la especialista.
La fase de muestreo se proyecta que durará un año en diferentes sitios. La idea es realizar un análisis mensual.
Jenniffer Jiménez Córdoba Periodista, Oficina de Divulgación e Información Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/
El Laboratorio de Calidad de Aguas (LCA) del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la UCR recibió un reconocimiento por la calidad de sus análisis de aguas residuales
El programa estadounidense “Fortalecimiento de Laboratorios de Aguas Residuales para CAFTA-DR” eligió entre 12 laboratorios de la región que participaron por sus análisis de aguas residuales. Foto: Karla Richmond.
Desde 1982, la Universidad de Costa Rica (UCR) alberga un laboratorio que realiza análisis fisicoquímicos para valorar la calidad del agua que se utiliza y desecha en el país. El pasado lunes 18 de marzo fue galardonado por su capacidad técnica en investigación y calificado como “Laboratorio referente nacional para análisis de aguas residuales 2018-2023”.
Se trata del Laboratorio de Calidad de Aguas (LCA), encabezado por científicos del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la UCR. Esta unidad de investigación se encarga de la detección de contaminantes que afectan la calidad del agua para consumo humano, las aguas residuales, los cuerpos de agua superficial y subterránea, y hasta el agua de mar.
El reconocimiento fue otorgado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
Ademas de su rol como unidad de investigación, al laboratorio se le reconoció su aporte al país por prestar servicios de análisis de contaminantes y caracterización de fuentes de agua a empresas públicas y privadas costarricenses.
Además, el Laboratorio Nacional de Aguas de Acueductos y Alcantarillados (AyA) también fue premiado por su competencia técnica en análisis de aguas residuales.
Investigación ardua, veraz y aplicable
Desde el año 2000, el CICA cuenta con un Sistema de Gestión de Calidad (SGC) y actualmente varios de sus ensayos se encuentran acreditados bajo la norma ISO/IEC 17025:2005, por lo cual el Laboratorio de Calidad de Aguas y los otros laboratorios, que funcionan dentro del SGC, garantizan la calidad y veracidad de los resultados generados en sus diferentes actividades de investigación y vinculación externa.
El trabajo de los investigadores en territorio nacional ha sido exhaustivo, al punto de que han realizado monitoreos de cuerpos de agua en la Zona Norte, el Pacifico Central, Pacifico Norte, Vertiente del Caribe y el Valle Central. Además, el LCA también forma parte de la Red de Laboratorios de Aguas Residuales de Centroamérica y el Caribe (RELARECC), la cual existe gracias a la cooperación de EPA y USAID.
Los investigadores del laboratorio confirman que la calidad del agua del país es la adecuada, aunque en ocasiones los análisis de aguas pueden variar según la temporada en que se realicen: época seca o lluviosa.Foto: Karla Richmond.
Actualmente, el LCA junto con los colaboradores de la unidad de muestreo y del Laboratorio de Análisis de Plaguicidas y Compuestos Orgánicos (LAPCO) del CICA trabaja en un proyecto que evalúa la calidad del agua de 15 cuencas hidrográficas de Costa Rica, considerando variables físicas, químicas y biológicas de los cuerpos de aguas superficiales. El estudio se lleva a cabo en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), la Universidad Nacional (UNA) y el Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
Johan Molina Delgado, coordinador del LCA, afirma que una de las principales problemáticas que han detectado en los cuerpos de agua es la alta carga de contaminación orgánica y materia fecal. Pero, ¿de dónde provienen estos desechos?
En los hogares se producen por restos de alimentos, aceites de cocina, productos de limpieza como detergentes, y en actividades industriales por residuos de pinturas, metales y compuestos químicos, así como residuos de la actividad agrícola y ganadera. Para que los microorganismos presentes en el agua puedan descomponer estos materiales, es necesaria una gran cantidad de oxígeno. El problema es que este oxígeno también lo necesitan los animales que viven por estas aguas.
«El exceso de carga orgánica produce una proliferación de crecimiento bacteriano, que a su vez conlleva un consumo alto del oxígeno disuelto que hay en los cuerpos de agua», señaló el investigador. El químico explica que entre menos oxígeno tenga el agua, más se degrada el ecosistema de los peces y otras especies que habitan ahí, complicando su vida a largo plazo e incluso erradicándolas por completo.
Materia prima para toma de decisiones
Molina agrega que el trabajo que se realiza en el laboratorio es vital para la creación de políticas públicas que atiendan problemáticas del agua en el país. Acorde a esto, en el Foro por el Día Mundial del Agua que se realizó este 22 de marzo en la UCR, se detalló la importancia de la investigación y acción social que ejercen las universidades estatales con proyectos en este campo.
Haydée Rodríguez Romero, viceministra de Agua y Mares, fue una de las expositoras del foro que enfatizó en la necesidad de impulsar tecnología desde las universidades para contar con la información necesaria para tomar decisiones y atender problemáticas ambientales como la distribución y el saneamiento del agua.
«Ahora podemos conocer la calidad de los cuerpos de agua y cuánta cantidad de agua subterránea tenemos. Eso nos permite identificar cuáles van a ser las prioridades (dependiendo de la cantidad y calidad de agua) que existen en determinadas zonas y saber quién se va a beneficiar, asumiendo siempre que la principal prioridad es el abastecimiento para consumo humano», aseveró la viceministra.
Por su parte, el director de la Dirección de Aguas del MINAE, José Miguel Zeledón Calderón, recalcó la importancia de tener contacto directo con la investigación que se realiza en la academia. «Todo el programa de calidad que estamos levantando a nivel nacional lo hacemos con las universidades, ya que la dirección no está para hacer esa innovación. Hay que tener aliados», aseguró Zeledón.
El MINAE aporta recursos al laboratorio cuando se realizan proyectos en conjunto. Esto porque a final de cuentas, es un tema de salud pública, para beneficio de todo el país y sus ciudadanos. Foto: Karla Richmond.
Tecnología de punta al servicio del país
Con la reciente obtención de nuevas instalaciones y equipos de la más alta tecnología, el LCA ha fortalecido su labor como uno de los laboratorios, a nivel nacional y regional, con mayor capacidad analítica para determinar sustancias contaminantes que se encuentran en el agua, incluso a niveles mínimos.
Además de contar con el equipamiento básico de un laboratorio dedicado a este tipo de análisis, el LCA cuenta con diversos equipos de alta tecnología utilizados para la cuantificación de una gran cantidad de elementos de la tabla periódica (entre ellos metales) a niveles de concentración muy reducidos.
Dentro de pocos meses, el CICA recibirá un Espectrómetro de Masas de Relación Isotópica (IRMS por sus siglas en ingles), el cual permitirá incursionar en nuevos proyectos de investigación enfocados a la caracterización de puntos de recarga de acuíferos, y averiguar entre los posibles orígenes (actividad urbana, agricultura, ganadería, entre otros) de diversos contaminantes que estén afectando cuerpos de agua superficial y subterránea.
Análisis de nitritos en el LCA. Foto: Karla Richmond.
Universidad Nacional, inauguró este 21 marzo de 2018 el Sistema Alternativo de Tratamiento de Aguas Residuales, SATAR-UNA, en el Campus Benjamín Núñez
Con la participación de: Dr. Rafael Ángel Vindas Bolaños, Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, Dr. Jihad Sasa Marín, Director de la Escuela de Química, Ing. Douglas Alpízar Villalobos representante del Programa de Mejoramiento de Infraestructura Institucional, PRODEMI y estudiantes y funcionarios
Uno de los principios que han destacado el quehacer académico de la Universidad Nacional a lo largo de sus 45 años de servicio al país, es el principio de responsabilidad ambiental ejercido en todas las formas de su quehacer sustantivo, promoviendo la protección de los ecosistemas a fin de conservarlos para las generaciones venideras. Con una política ambiental sólida que nos insta a promover actividades académicas que fortalezcan una cultura ambiental y que se ejecuten bajo principios amigables con el ambiente, hemos logrado que tanto los estudiantes como los funcionarios universitarios, sean personas sensibles a las temáticas ambientales tanto a nivel personal como profesional.
Este año 2018, ha sido declarado por la Universidad Nacional como el año por la autonomía, la regionalización y los derechos humanos. Entre otras cosas, esta declaratoria se dirige a promover los derechos humanos como eje central en todos los procesos de la vida universitaria y en el marco del evento que nos reúne es importante mencionar uno de ellos, tan importante como el resto, que es el derecho humano al agua y saneamiento. Este es un derecho reconocido por las Naciones Unidas desde el año 2010, en el entendido que un agua potable limpia y el saneamiento adecuado son aspectos esenciales para la realización de todos los derechos humanos. Es muy probable que aquellas personas que no disfrutan del derecho al agua y al saneamiento no disfruten tampoco del derecho a la vivienda, alimentación, educación y salud, por ejemplo. El principal reto en este tema consiste en poner a disposición de las personas cantidades suficientes de agua potable y de servicios de saneamiento que sean asequibles, accesibles, aceptables culturalmente, y que además se presten de forma participativa.
Por esta razón las Naciones Unidas hace un llamado a los países a que se destinen recursos financieros y que se promueva la capacitación y la transferencia tecnológica a lo interno y externo de los países para cumplir los requerimientos de un saneamiento adecuado y saludable y que cumpla además todos los requisitos que lo hacen un derecho humano. Y en este sentido es de especial importancia destacar el papel que la Universidad Nacional asume, poniendo en funcionamiento el Sistema Alternativo de Tratamiento de Aguas Residuales, SATAR-UNA, en el Campus Benjamín Núñez, sistema que hoy inauguramos y que tiene como objetivo la protección del recurso hídrico, pero que además tiene el respaldo de los académicos del Laboratorio de Gestión de Desechos de la Escuela de Química, quienes en forma visionaria y como resultado de las experiencias de investigación que han gestado desde el año 2006 en el tratamiento alternativo de aguas residuales, promovieron una idea diferente para dar solución al tratamiento de las aguas de la Escuela de Medicina Veterinaria, idea que hoy es una realidad.
Este proyecto coloca a la Universidad Nacional como la primera universidad del país que cuenta con un sistema alternativo de humedales artificiales para el tratamiento de las aguas residuales generadas en uno de sus campus, que a su vez será utilizado como módulo de investigación para favorecer el posicionamiento y promover la transferencia tecnológica de estos sistemas en el país.
Agradezco a los funcionarios del Laboratorio de Gestión de Desechos por idear una propuesta de tratamiento alternativo, a los funcionarios de PRODEMI por apoyar la idea y liderar el proceso constructivo, a la empresa constructora por la ejecución del proyecto y desde ya abrimos las puertas a otras instancias tanto internas como externas, a acercarse e idear temas de investigación y formación que aprovechen este recurso y permitan finalmente promover la salud y la protección del ambiente.
Daniel Rueda Araya.
Vicerrector de Investigación UNA
Fotografía: Eliécer Berrocal Sánchez. Oficina de Relaciones Públicas
Enviado por Efraín Cavallini Acuña, Asesor Comunicación, Rectoría UNA.
La Comisión Especial para la Gestión Integral del Recurso Hídrico-CEGIREH de Monteverde invita a la presentación oficial del “Diagnóstico de Situación de Aguas Residuales en Monteverde” este próximo sábado 17 de mayo de 2017 a las 10 a.m. en el Salón Multiuso del Centro Comercial Plaza Monteverde.
El diagnóstico involucró el análisis de laboratorio de ríos y quebradas del distrito de Monteverde asociado a las descargas de aguas residuales; encuestas a hogares y empresas e instituciones públicas y privadas.
Para confirmar su participación comuníquese con el Concejo de Distrito: 2645 6909 con la secretaria.
La Resolución Nº 2201-2016-SETENA rechazó el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) al Proyecto de Residuos Sólidos en La Garita de Alajuela analizado bajo el expediente administrativo Nº 9279-2012-SETENA.
Con base en unos 81 incumplimientos del EIA la SETENA ordenó el archivo y negó la viabilidad ambiental a la transnacional de la incineración Wastelectric S.A que pretendía instalar una planta en contiguo la Zona Franca en La Garita de Alajuela.
Entre las decenas de omisiones del proyecto la SETENA señala que no se presenta un adecuado Plan de Manejo de aguas residuales y pluviales sin el recibido por parte de la Municipalidad de Alajuela. Falta permisos y diseños de la planta de tratamiento y no se analiza que sucede con las aguas residuales generadas propiamente por la actividad. Con relación a la dotación de agua no existe claridad sobre la manera en que se suplirá la demanda de agua del proyecto.
Una de las preocupaciones de las comunidades son las cenizas toxicas que generan estos proyectos SETENA asegura que “con relación a la disposición final de desechos, no se indica el tipo de desechos que serán producidos, almacenamiento, manejo, transporte, tratamiento y disposición final. Relacionado con los desechos líquidos generados, no se indica la cantidad y calidad estimada que se generará. Tampoco se explica cómo serán tratados”.
Uno de los puntos de mayor discordia de estas tecnologías son las emisiones de gases perjudiciales para el ambiente como dióxido de carbono y para la salud como las dioxinas, furanos, policiclos aromáticos, los cuales son cancerígenos. En lo referente a las emisiones según SETENA: “no se explica con cual normativa se comparará o medirá, considerando que en Costa Rica no hay legislación en este campo. Tampoco se indica la normativa legal costarricense existente aplicable a este tipo de actividad, normas a cumplir, sistema de medición”.
En relación con el tema de percepción local no se explicó la metodología empleada para definir la muestra de la población a consultar. Tampoco se señala la percepción de la población sobre los potenciales impactos que puede generar el proyecto sobre dicha infraestructura.
Entre otros vacíos importantes es la falta el Análisis Costo – Beneficio del proyecto, que permita conocer la conveniencia socioeconómica del proyecto, ni estudio de impacto vial, no se respondieron inquietudes formuladas por la sociedad civil.
La compañía no pudo ampliar y evacuar observaciones de: Instituto Meteorológico Nacional, Dirección de Agua del Ministerio de Ambiente y Energía, Instituto Costarricense de Turismo, Comisión Arqueológica Nacional, Universidad de Costa Rica, Dirección de Protección al Ambiente Humano, del Ministerio de Salud, La Defensoría de los Habitantes, Colegio de Biólogos de Costa Rica, Dirección de Cambio Climático, Municipalidad de Alajuela, Vice ministro de Aguas, Mares, Costas y Humedales, del Ministerio de Ambiente y Energía, Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados, Escuela de Química de la Universidad de Costa Rica y Colegio de Químicos de Costa Rica.
Dos ejemplos, el Colegio de Geólogos de Costa Rica señala que existe una fragmentación en los temas de geología e hidrogeología, que el apartado de geología es muy pobre por lo que debe ser ampliado, se debe realizar un inventario de pozos y captaciones que existan en los alrededores y analizar la posible influencia del proyecto en la calidad y cantidad de agua. Se debe analizar con más detalle el posible riesgo de contaminación del agua subterránea y aguas superficiales. Mientras El Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (SENARA), específicamente se señala que el estudio hidrogeológico presentado no cumple con las especificaciones técnicas solicitadas por el SENARA.
Segundo proyecto archivado
En el caso del proyecto de Barranca en 2013, tras meses de protestas, manifestaciones y acciones legales, los vecinos lograron que la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) archivara el proyecto denominado “Puntarenas Waste Energy” (ver más ).