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Etiqueta: dignidad

II Manifiesto del Movimiento Transparencia

El Movimiento Transparencia, como iniciativa de escritores (as), comprometidos con la excelencia y transparencia en el sistema de premiación de los máximos galardones culturales financiados con fondos públicos, manifiesta su firme oposición al proyecto de reforma parcial a la ley 9211 “Ley sobre Premios Nacionales de Cultura”, que el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) tiene actualmente en consulta, porque no viene a resolver los problemas de la legislación existente, sino a agravarlos, con iniciativas poco sustantivas, antojadizas e inconvenientes. Además, no aceptamos el procedimiento empleado en el proceso de elaboración de este proyecto, por las razones que señalamos a continuación:

  1. SOBRE EL PROCEDIMIENTO

NO SE HIZO UNA CONSULTA AMPLIA A LOS SECTORES Y GREMIOS CONCERNIDOS

El proyecto de reforma fue elaborado apresuradamente sin una consulta adecuada al sector cultural amplio, ignorando las voces y experiencias de quienes mejor conocen las necesidades del ámbito artístico nacional.

De este modo, el proyecto no responde a las denuncia y necesidades expresadas por el sector, y luego, ante el reclamo de los gremios y personas concernidos, se está sometiendo a una consulta que resulta:

  1. Un proceso apresurado: no se está dando el tiempo indispensable para una adecuada respuesta.

Expresamos nuestro categórico desacuerdo con el tiempo insuficiente otorgado para una consulta de tal envergadura. Apenas dos semanas para analizar una reforma que requiere de estudio profundo, reflexión seria y debate amplio dentro del sector cultural constituye una falta de respeto hacia la comunidad artística y cultural del país.

Una reforma de esta naturaleza, que impacta directamente el reconocimiento a la excelencia cultural de nuestra nación, amerita el tiempo adecuado para su análisis, considerando la seriedad y trascendencia que estos galardones representan para el patrimonio cultural costarricense.

  1. Una consulta que se reduce a la respuesta a cuestionarios insuficientes y poco profundos, sin espacios participativos de reflexión, que deberían organizarse en cada provincia.

Por lo tanto, consideramos indispensable:

– Que la consulta tenga un plazo lógico y suficiente de dos meses, del 22 de mayo al 22 de junio.

-Que se mejoren los instrumentos de la consulta y se convoque en cada provincia a los escritores (as) y grupos literarios organizados a una reflexión en las casas de la cultura, u otro espacio afín, donde se recojan propuestas.

2. SOBRE EL FONDO DE LA PROPUESTA

La propuesta de reforma del MCJ actualmente en consulta presenta graves deficiencias que nos obligan a rechazarla en su formulación actual, por cuanto:

  1. Representa un retroceso en lugar de una mejora al sistema actual, alejándose de los principios de excelencia que deben regir estos reconocimientos, los de más alto nivel del campo artístico en Costa Rica, pues propone nuevos premios poco motivados y procedimientos que no ofrecen la debida credibilidad y no solucionan la permisividad e imprecisiones de la ley vigente.

  2. Pretende reducir a la mitad el monto económico otorgado a cada premio, desvalorizando así el reconocimiento y afectando directamente a los galardonados.

  3. No soluciona los problemas relacionados con la designación, perfil y deberes de los jurados, así como las sanciones a su mal proceder, asunto central en el lamentable estado de cosas actual, lo que estaría perpetuando las debilidades del sistema actual y hasta aumentándolos.

  4. La propuesta establece unos mecanismos que podrían aumentar el amiguismo, el uso de influencias, la endogamia y otros serios desviaciones éticas del presente al convertir a los premiados en jurados, creando círculos cerrados que comprometen la objetividad del proceso.

  5. Sobre la conformación del jurado, se lee en el Articulo 8 que: “El jerarca ministerial nombrará un jurado en representación del Ministerio de Cultura y Juventud para cada una de las categorías a galardonar”. Consideramos que no es justificable ni conveniente la designación discrecional de un jurado de parte directamente de la cabeza del Ministerio, por el riesgo de politización de las decisiones de los jurados y, por ende, la posibilidad de censura a posiciones políticas contrarias a la línea de gobierno. Los jurados deben de ser entes colegiados, especializados y despolitizados, para así asegurar la libertad de expresión de los productos culturales, que históricamente se han caracterizado por ser un medio para la expresión, criticidad y denuncia de su entorno político, económico y sociocultural.

  6. Preocupa especialmente que se disminuya la presencia de la academia en la participación de jurados, cuando precisamente son los académicos quienes poseen la preparación más sólida para evaluar el mérito cultural. Por el contrario, la ley debe excluir la presencia de jurados sin formación específica en el campo en el que va a evaluar y nunca un desarrollo profesional menor al de los evaluados.

  7. Asimismo, la reforma transforma el premio de gestión cultural hacia un enfoque neoliberal economicista inapropiado, distorsionando la naturaleza de este reconocimiento.

  8. Sorprendentemente, la propuesta no exige respaldo editorial para los participantes, lo que afecta gravemente la calidad de las obras presentadas, y promueve la mediocridad y daría lugar a formas cuestionables de autoría. Al establecer únicamente el ISBN como requisito mínimo, se rebajan los estándares de excelencia que deben caracterizar estos galardones nacionales. Por otro lado, no se resuelve la ambigüedad en la ley que da paso a portillos en los cuales se presente la misma obra por parte de una misma persona en varios años, pues al hablarse de “Primeras ediciones” no se establece el carácter de “inédito” de una obra.

NUESTRO ORIGEN Y PROPÓSITO

La conformación del Movimiento Transparencia surge tras la presentación de un recurso de nulidad por parte del abogado y escritor José María Zonta, quien denunció múltiples irregularidades en el proceso de premiación correspondiente al año 2024-2025. Este recurso, acompañado por un procedimiento administrativo ante el Ministerio de Cultura, pretende abrir un debate profundo sobre los mecanismos actuales de evaluación y la necesidad imperiosa de cerrar portillos legales que permiten el tráfico de influencias, la complicidad, la permisividad e intereses personales.

Exigimos una reforma integral al sistema de premiación que garantice transparencia, justicia y mérito como únicos criterios de evaluación.

NUESTRA PROPUESTA CONSTRUCTIVA

Anunciamos nuestro compromiso de elaborar un nuevo proyecto de ley que será analizado de manera pausada, seria y exhaustiva entre el sector cultural. Este proyecto tendrá como objetivo fundamental mejorar la transparencia, la justicia y el buen manejo de los Premios Nacionales de Cultura, garantizando que estos galardones reflejen verdaderamente la excelencia artística y cultural de nuestro país.

CONVOCATORIA AL DIÁLOGO

En los próximos días daremos a conocer las fechas de reuniones virtuales y presenciales para profundizar en este tema y concretar una propuesta sólida y consensuada.

Llamamos a los demás sectores representados en los Premios Nacionales a manifestarse.

Invitamos cordialmente al Ministerio de Cultura y Juventud a acompañar esta discusión encabezada por parte representativa del propio sector cultural, en un espíritu de colaboración y búsqueda del bien común y de la superación cultural del país.

Paralelamente, consideramos vital para las metas propuestas, desarrollar conversaciones activas con diferentes diputaciones, que permitan la articulación específica entre el sector cultural de todo el país y el poder legislativo en esta materia, para lograr una transformación real y duradera del sistema de los Premios Nacionales costarricenses.

Siendo un diálogo en que este grupo reivindica y denuncia actos y procedimientos, con afán correctivo, esperamos del MCJ:

Que no se produzcan represalias directas o indirectas hacia el movimiento o sus miembros.

NUESTRO LLAMADO

Hacemos un llamado a toda la comunidad cultural, artística e intelectual del país a sumarse a este movimiento por la transparencia. Los Premios Nacionales de Cultura deben ser un reflejo fidedigno de la excelencia artística y no el resultado de influencias ajenas al mérito.

La cultura costarricense merece un sistema de premiación digno, transparente y justo.


Movimiento Transparencia
Iniciativa Ciudadana por la Transparencia en los Premios Nacionales de Cultura

San José, 22 de mayo de 2025

El silencio de los Aquileos

Movimiento Transparencia
Martes 13 de mayo, San José, Costa Rica

MANIFIESTO

Ética y transparencia en la evaluación literaria: un llamado a la justicia en los Premios Nacionales Aquileo J. Echeverría

El abogado y escritor José María Zonta presentó, en 2025, una gestión de nulidad y abrió un procedimiento administrativo ante el Ministerio de Cultura debido a las irregularidades detectadas en los Premios Nacionales Aquileo J. Echeverría 2024. Este acto, realizado en un momento crítico, ha señalado con claridad las deficiencias estructurales que comprometen la imparcialidad y la legitimidad del proceso. En respuesta, se ha creado paralelamente el Movimiento Transparencia, conformado por un grupo de escritores, quienes han decidido respaldar la denuncia presentada por Zonta, uniendo esfuerzos para exigir una reforma inmediata en el sistema de premiación. Y si apelamos al ordenamiento jurídico debería repetirse todo el proceso desde la designación de nuevos jurados hasta el nuevo fallo.

Algunos vicios señalados en la Gestión de Nulidad

  1. Doble postulación de la novela Donde nadie de Carlos Villalobos[1]
    La novela Donde nadie fue premiada a pesar de contar con doble boleta de participación en los premios Aquileo (2023 y 2024), presentada bajo dos sellos editoriales diferentes: Diario Jaén, España (2023) y Uruk Editores, Costa Rica (2024). Ambas versiones comparten el mismo contenido y mismo título, siendo ambas catalogadas como primera edición. Este hecho cuestiona la legitimidad del proceso. ¿Es justo permitir la participación de una obra reeditada en un año diferente de su primera edición?

 

  1. Relaciones de conflicto de interés entre Jurados y autores premiados
    Se han descubierto vínculos estrechos entre varios jurados y autores premiados. Dorde Cuvardic y Carlos Villalobos, Laura Gómez y Edmundo Retana: estos vínculos han puesto en evidencia una falta de objetividad que afecta la integridad del proceso. ¿Cómo pueden estos vínculos influir en la imparcialidad del proceso de selección?[2]

 

  1. La editorial “Oro Viejo Ediciones”
    La editorial “Oro Viejo Ediciones”, responsable de publicar El incendio del ser de Edmundo Retana, no cumple con los requisitos legales mínimos para ser considerada una editorial formal. Aparece disuelta por Ley 9024[3] en certificación registral. No tiene página web, oficina física, presidente, consejo editorial ni catálogo actualizado (2023–2024). ¿Firmó un contrato editorial legítimo con Edmundo Retana para la publicación de esta obra? Esta situación genera dudas serias y plantea la pregunta de si el jurado fue inducido a error, creyendo que existía un filtro editorial previo.

 

  1. Filtración de los resultados[4]
    La filtración anticipada de los resultados (los nombres de los ganadores se filtraron semanas antes de la premiación) socava gravemente los principios de confidencialidad y justicia que deben regir un proceso de selección imparcial y transparente. Este tipo de filtración pone en riesgo la integridad del premio y genera incertidumbre sobre la validez de las decisiones tomadas.

 

  1. Idoneidad del jurado en dramaturgia
    Ningún miembro del jurado contaba con la formación adecuada para evaluar obras de dramaturgia, como establece el Reglamento vigente de los Premios Nacionales[5]. ¿Cómo es posible que se haya constituido un jurado sin cumplir los requisitos básicos de idoneidad? Este incumplimiento cuestiona la legitimidad del proceso y afecta la calidad de las decisiones.

Recomendaciones para restablecer la transparencia y la justicia

  1. Revisión del reglamento y criterios de evaluación
  • Establecer criterios claros, públicos y accesibles para garantizar que el proceso de selección sea transparente y justo para todos los participantes.
  • Incluir instrumentos de evaluación concretos, como rúbricas o guías temáticas, para reducir la subjetividad y asegurar el cumplimiento de estándares mínimos.
  1. Proceso de postulación
  • Incluir una declaración jurada obligatoria que garantice la autenticidad de las obras presentadas.
  • Verificar que todas las autopublicaciones cumplan con estándares editoriales formales, evitando el uso de sellos inexistentes.
  1. Acceso público a registros y actas
  • Asegurar que los videos, actas y listas de deliberación[6] estén accesibles al público una vez finalizado el proceso, garantizando un sistema auditable.
  1. Selección de jurados idóneos
  • Confirmar que cada miembro del jurado posea formación académica o trayectoria literaria probada, con documentos que respalden su idoneidad.
  • Rechazar currículos incompletos o sin atestados verificables.
  1. Subcategorías para mejor evaluación
  • Crear categorías específicas como crónica, literatura infantil o antologías, de modo que las obras se evalúen según sus particularidades estéticas y editoriales.

 

Sobre la objetividad institucional

La Comisión de Premios Nacionales y el Ministerio de Cultura deben evaluar los currículos de los miembros del jurado con objetividad y responsabilidad. Quienes integran un jurado se convierten en funcionarios públicos de hecho, y su trabajo debe reflejar ese compromiso. No puede aceptarse que alguien sin formación comprobada ni publicaciones relevantes decida sobre la obra de escritores que sí cumplen con altos estándares literarios.

Transparencia documental: un derecho ciudadano

Existen registros públicos (del 2024 y años anteriores) —videos, audios, actas— que pueden solicitarse como parte del derecho a la información. No basta con modificar estatutos: si no hay acceso a la documentación, la opacidad prevalece. Recordemos que el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría representa el único reconocimiento literario estatal y entrega un monto de ₡4.272.400 colones por categoría. Ese dinero es público. Exigir calidad y transparencia en su adjudicación no es un favor: es una obligación moral e institucional.

Detrás de la cortina

El 30 de noviembre de 2024 cerró la recepción de libros para el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría. Se presentaron 187 libros en total, correspondientes a los géneros: poesía, cuento, novela, ensayo y dramaturgia. Quienes deseen profundizar en el tema deberían revisar los videos de la sesión inicial del jurado (julio 2024) y las deliberaciones (enero 2025).

Los videos pueden verse en el siguiente enlace de YouTube:

https://youtube.com/playlist?list=PLkU7okEcz-nDiszU4ebZbyVdj1H-C-j9v&si=uNRk9LAp3o_ELG1G

En el video de la sesión inicial, los miembros del jurado Mijail Mondol, Neldys Ramírez y Mónica Zúñiga propusieron establecer criterios de evaluación claros, pero Laura Gómez y Dorde Cuvardic expresaron resistencia a dejarlos por escrito. Gómez abogó por un dictamen basado en la “opinión de alma”, mientras que Cuvardic apeló a su experiencia en los premios del 2015, cuando todo se resolvía mediante “conversaciones informales”, sin método ni instrumentos evaluativos. Jennifer Ureña, coordinadora del Colegio de Costa Rica, intervino para recordar la necesidad de establecer una línea de acción mínima, ya que el jurado representa un órgano colegiado. No se alcanzó consenso sobre un método de evaluación. ¿Existe algún video posterior donde se definiera?

Jennifer Ureña también informó que el plazo para entregar el dictamen era hasta febrero de 2025, reconociendo que diciembre y enero serían meses de intensa lectura. Sin embargo, la deliberación final se realizó el 13 de enero. ¿Leyeron todos los libros? ¿Se respetó el tiempo requerido para un análisis riguroso?

Evaluación por género

Ensayo

La deliberación fue breve y ligera. Duró apenas ocho minutos, pese a mencionar obras de Ana Lucía Fonseca, Carlos Cortés y Álvaro Rojas. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿Fueron suficientes los criterios y el tiempo para valorar estas obras con justicia?

Dramaturgia

Se discutieron Una herida en mi sangre, de Monthia Sancho, y Catástrofe y Abandono, de Gerardo Mena. Aunque ningún miembro del jurado tenía formación en dramaturgia, todos emitieron juicios. Se premió a Bernardo Mena, y se otorgó mención de honor a Sancho. Esta situación vuelve a poner en evidencia la falta de idoneidad mencionada anteriormente.

Poesía

Fue la deliberación más extensa. Se consideraron los libros Astilla de agua de Nidia Marina González, El incendio del ser de Edmundo Retana, y Yesca para el fuego de Paola Valverde. También se mencionaron autores como Carlos Calero, Paul Benavides y Carlos Villalobos, con su libro “del padre”, en palabras del jurado Dorde Cuvardic.

La discusión fue superficial: no hubo análisis temático ni lectura sistemática de los textos. Se eligieron poemas al azar y se utilizaron criterios ambiguos como “verdadera poesía” o “esencia de la poesía”.

La voz más crítica fue la de Mijail Mondol, quien señaló:

“A mí me preocupa mucho hablar de la verdadera poesía o de la esencia de la poesía… porque hay una diversidad de corrientes poéticas —metapoética, conversacional, filosófica— que han tenido su mérito”. Agregó: “No veo innovación (sobre el libro de Edmundo Retana) … yo esperaría que un Premio Nacional valore la ruptura, la novedad…”.

Sin embargo, no profundizó en las obras que no compartían el premio y terminó cediendo la decisión a sus colegas:

“Al menos yo no tengo un criterio suficiente para plantear un premio en poesía”.

Un ejemplo del argumento usado por Laura Gómez para premiar a Edmundo Retana es el siguiente:

«Mucha gente creería, o los que no tienen mucho estudio en la poesía, son poemas que la gente creería que son fáciles, todo lo contrario, escribir un poema corto como el que yo le escribí a mi hija por ejemplo, que es un poema de 4 líneas, yo en ese poema escribo todo lo que es ella, toda su personalidad, todo lo que es ella, desde donde viene y para dónde va y me costó un mundo poderlo hacer. Cuando uno escribe este tipo de poema uno dice esta es la verdadera poesía. Yo digo y se los dije a ustedes: les doy la certeza que nosotros premiar un libro como este es devolverle la dignidad a la poesía. Es darle a la poesía el verdadero sentido y la verdadera calificación».

Finalmente, el premio fue otorgado a El incendio del ser, con mención honorífica a Yesca para el fuego.

Novela

 

En la deliberación de novela pasaron más tiempo señalando las fallas estructurales del libro Donde nadie de Carlos Villalobos, pese a ello decidieron premiarla junto a la obra que desde el principio fue considerada como la novela ganadora por todos los miembros del jurado. Nos referimos a Una mujer insignificante de Catalina Murillo, novela ganadora, la cual, sin embargo, tuvo que compartir el premio con el libro de Villalobos “a pesar de sus fallas” como lo mencionó el presidente del jurado, Dorde Cuvardic (compañero de trabajo de Villalobos en la Universidad de Costa Rica). Algunos argumentos para que Villalobos compartiera el premio con Murillo fue la temática y el rescate histórico de la obra y la “trayectoria del autor”, en palabras de Cuvardic, quien, al finalizar la deliberación de dicha categoría, mostró una gran felicidad al dar las gracias por su colaboración”.

 

Cuento

 

En la deliberación de cuento se habló de los libros de Carlos Regueyra, Víctor Hugo Fernández, Alí Víquez y Rodrigo Soto. En dicha deliberación hubo un pulso fuerte, Laura Gómez se negó a premiar el libro de Carlos Regueyra porque al final del libro el autor expone, de forma honesta, que incluyó dos cuentos que ganaron premios en la Revista Nacional de Cultura (en 2018 y en 2021, respectivamente). Mijail Mondol debate con ella y argumenta su posición con el precedente que se marcó en 2020 cuando Mía Gallegos ganó el Aquileo en poesía con el libro Para alcanzar la espuma. Ese año también hubo disgustos con los resultados y el poeta Randall Roque interpuso una gestión de nulidad que fue rechazada, pues alegaron que la antología, la cuál incluía poemas premiados en otras ediciones del Aquileo, también incluía algunos poemas nuevos. Durante la sesión, todos los miembros del jurado revisaron en pantalla el Reglamento de Premios Nacionales de Cultura de Costa Rica, e hicieron una parada en el artículo 5[7] que establece que los premios consideran únicamente la producción escrita realizada entre diciembre y noviembre del siguiente año. El criterio final que utilizaron para premiar a Regueyra fue la calidad del libro y obviaron los dos cuentos publicados en años anteriores, ya que no involucran todo el libro.

 

Después de esa conclusión acerca de la importancia de premiar libros nuevos es inconcebible que tanto Dorde Cuvardic como Mijail Mondol guardaran silencio respecto a la novela de Carlos Villalobos que había sido publicada en 2023 por Diario Jaén y en 2024 por Uruk Editores (presentadas en sus fichas catalográficas como Primera Edición). Ambas ediciones comparten título y contenido (es el mismo libro). Cuvardic y Mondol felicitaron públicamente a Villalobos en una red social cuando el libro fue premiado en España (2023). Dorde Cuvardic, incluso, aparece en las fotografías de la fiesta que hicieron en la casa de Villalobos para celebrar la primera publicación del libro.

 

Otros acontecimientos

 

Este 2025 ha sido un año gris para la cultura. Salieron a la luz casos como el presunto plagio que empañó al cine con la acusación que se le hizo a la película Anora[8] (ganadora del Oscar). Asimismo la exposición del aparente caso de plagio llevado a cabo por la escritora costarricense María Musgo[9], con el que obtuvo el primer lugar en el certámen de poesía de la Revista Nacional de Cultura #82[10], de la EUNED (setiembre del 2024) y también la publicación del libro La piel del lenguaje (donde aparentemente se atribuyó la obra plástica de la portada y textos de otros autores). Además se dio el hallazgo del escritor e investigador costarricense Yordan Arroyo, al descubrir que la escritora colombiana Fadir Delgado (radicada en Costa Rica) había ganado el premio Tiflos en España con un libro que también obtuvo el certamen UNA Palabra, de la Universidad Nacional de Costa Rica (la autora cambió el título del libro y algunas palabras en varios poemas, pero hubo textos que quedaron exactamente igual). Ambos certámenes exigían en sus bases ser inéditos en su totalidad. El premio UNA Palabra lo ganó con el libro Cama de hospital vista desde abajo (octubre del 2020, dotado con $1671[11]) y el Tiflos lo ganó, cuatro meses después, con el libro La temperatura exacta del miedo (febrero del 2021, dotado con  €10.000[12]), el cual la hizo merecedora del Premio Nacional de Poesía en Colombia 2023 (en 2019 el premio fue dotado con 60 millones de pesos colombianos[13]). Si alguien quisiera profundizar en el caso puede comprar los libros en línea, en el artículo de Arroyo vienen los enlaces[14].

 

Debido a los últimos hallazgos, en plena investigación de los Premios Nacionales Aquileo J. Echeverría 2024, surgieron otras dos boletas de participación que generaron dudas. Hablamos de dos libros de poesía publicados por la Fundación Casa de Poesía y que fueron presentados a los Premios Nacionales Aquileo J. Echeverría 2024:

 

Desánimo del padre, de Carlos Villalobos (mencionado en la deliberación final de poesía)

Suturas, de Fadir Delgado

 

Ambos se presentaron como una unidad, un libro nuevo, y no bajo una figura de antología. En ninguna parte de los libros lo indica (ni en la portada, ni en los créditos editoriales o en alguna nota aclaratoria de los autores).

 

Desánimo del padre de Carlos Villalobos, es el compendio de dos libros: Fosario (Editorial Nueva York Poetry Press) y Un río sonámbulo (Editorial DALYA), que habían sido presentados a los Premios Aquileo J. Echeverría en 2022 y 2023, respectivamente. Desánimo del padre, de hecho, es el título del primer poema de Un río sonámbulo.

Suturas, de Fadir Delgado, es un compendio de textos incluidos en ediciones anteriores al año 2021 (incluyendo poemas de La tierra que se tragó el cuerpo (antología publicada por Ediciones Amargord en 2019), Cama de hospital vista desde abajo (2020)  y/o de La temperatura exacta del miedo (2021)).

Hasta que la transparencia nos alcance

La debacle de valores es sistémica, y los Premios Nacionales Aquileo J. Echeverría no escapan a esta realidad. No en vano se han debilitado las instituciones más sólidas del país —como la Universidad de Costa Rica, que atraviesa una fuerte turbulencia—. Las posiciones éticas han quedado en silencio, y quienes optan por la “compasión idiota” (como se llama en el budismo) para proteger intereses personales, familiares o de amistad, han traicionado a la verdad. La compasión es amor, pero poner límites también lo es.

Queremos enfatizar lo siguiente: toda práctica tramposa, tráfico de influencias o conducta irregular que sirva para obtener premios, recursos o prestigio literario —y que se disfraza de estrategia o astucia— debe ser denunciada, censurada y rechazada. Este tipo de acciones destruye la dignidad del oficio literario y deja en indefensión a quienes participan limpiamente, cumpliendo las reglas del certamen.

Acciones urgentes para restablecer la ética

  • Publicar un documento claro que explique el reglamento y las bases del concurso, accesible a todos los participantes.
  • Firmar una declaración jurada al presentar las obras, con implicaciones legales claras.
  • Aplicar filtros de postulación, donde se establezca que:
    • No se aceptarán obras ya postuladas en años anteriores.
    • No se aceptarán obras con indicios de plagio.
    • No se aceptarán compendios de textos previamente publicados sin aclaración editorial.
    • No se aceptarán autopublicaciones con sellos inexistentes.
    • Solo se aceptarán obras nuevas, auténticas y verificables.

 

  • Habilitar el acceso público a los registros oficiales: videos, actas y deliberaciones deben estar disponibles al cerrarse el proceso.
  • Seleccionar jurados idóneos, con trayectoria académica o literaria, y con especialización por categoría.
  • Eliminar argumentos que premien por trayectoria, y reforzar la calidad del texto como el único criterio determinante.
  • Crear un mecanismo de preselección de obras, para que el jurado evalúe con más profundidad solo las que cumplan con todos los requisitos.
  • Plantear subcategorías (crónica, literatura infantil, antologías).
  • Todo libro debe contar con el Depósito Legal en el SINABI[15] antes de postularse.

La gestión de nulidad interpuesta por Zonta fue un acto valiente. Gracias a él, hoy contamos con información que ilumina lo que antes se mantenía en la sombra. La información es un derecho constitucional y pertenece a toda la ciudadanía.

Invitamos a reflexionar a todos los actores del sistema cultural: autoridades académicas, profesores, estudiantes, investigadores, talleristas, gestores, editores, jurados, directores de revistas, escritores, funcionarios públicos y quienes nos gobiernan. Pitágoras habló de justicia y vida ética como forma de purificación. Solo así podremos alcanzar la libertad y entrar en armonía con la verdad.

Un llamado a la conciencia institucional

Llamamos a la reflexión de los funcionarios del Ministerio de Cultura que recibieron la gestión de nulidad presentado por José María Zonta. ¿Por qué el despacho ministerial respondió con una nota tan escueta  (documento MCJ-DM-0354-2025), sin fundamento jurídico, a un documento que ofrecía pruebas sólidas? ¿Por qué no se dictaron las medidas cautelares solicitadas por Zonta mientras se realizaba la investigación si se trataba de fondos públicos?

 

Resumen del documento MCJ-DM-0354-2025

  1. Autonomía del jurado. Se reafirma que los jurados de los premios nacionales son órganos independientes del Ministerio y sus decisiones no son revisadas por este.
  2. Rechazo de la gestión de nulidad. La solicitud es rechazada porque:
    – No se trata de un acto administrativo emitido por el Ministro.
    – No se considera una getión de nulidad “evidente y manifiesta”, ya que la argumentación del solicitante requiere interpretación compleja.
  3. Documentación en regla. El Ministerio asegura que existen expedientes que respaldan el cumplimiento del procedimiento normativo para la entrega del premio.
  4. Continuación del proceso. Se continuará con la entrega del premio y las actividades correspondientes.
  5. Se valorará remitir al Ministerio Público el accionar de una de las personas miembros del jurado.

¿No sería el propio Ministerio uno de los grandes beneficiados si depuramos la mediocridad y restauramos la confianza ciudadana?

Si un niño gana una medalla haciendo trampa, la responsabilidad ética de sus adultos responsables es pedirle que la devuelva. Por su bien y por el de toda la comunidad.

Llamado a la acción

La gestión de nulidad ante el Ministerio de Cultura presentada por José María Zonta ha dejado en evidencia graves irregularidades en el proceso de los Premios Nacionales Aquileo J. Echeverría 2024. La información es un derecho y la transparencia un deber. Desde el Movimiento Transparencia, instamos al Ministerio de Cultura a asumir su responsabilidad, reformar los procesos y garantizar un sistema ético, justo y coherente con el valor de la creación literaria en Costa Rica.

¿Qué mensaje queremos transmitir a las generaciones futuras?

Retomemos las riendas de la dignidad.

Volvamos al fuego de la palabra.

A la escritura.

MOVIMIENTO TRANSPARENCIA
Ética y dignidad en la literatura

Leda García, Paola Valverde, Rebeca Bolaños, Nidia Marina González, Andrés Briceño, Laura Vásquez, Guillermo Acuña, Anacristina Rossi, Dennis Ávila, Carlos Calero, Paul Benavides, Claire De Mezerville, Shirley Campbell, Leonardo Cruz, Guadalupe Urbina y Cristian Alfredo Solera.

[1] Artículo 5 del Reglamento: Este premio tiene como fin, el reconocimiento de las obras literarias que hayan destacado durante el año inmediato anterior, de entre sus homólogas, e impliquen un decidido nivel de aporte al fortalecimiento del entorno cultural costarricense.

[2] Artículo 21 del Reglamento:.-Responsabilidades de los Jurados. Los jurados, deberán cumplir a cabalidad los deberes y obligaciones establecidos en la Ley No. 9211 y el presente reglamento, y asumir con absoluta ética profesional, independencia e imparcialidad, la responsabilidad de su cargo. Queda expresamente prohibido aceptar cualquier tipo de relación, recompensa o compensación por parte de los postulados, o de alguna persona que tenga relación alguna con estos. De comprobarse estas irregularidades u otras similares, serán destituidos y quedarán inhibidos de participar nuevamente como jurados, sin exclusión de su eventual responsabilidad civil o penal, atendiendo la gravedad de la situación. Los Jurados Calificadores actuarán en la valoración de las postulaciones y en la selección de las obras y personas ganadoras, de acuerdo con su formación y experiencia profesional, apegados a criterios éticos, y gozarán de libertad de decisión, que, bajo ningún supuesto, será sometida al criterio de terceros, incluidas las Unidades Administradoras.

[3]https://www.rnpdigital.com/Reactivacion%20de%20sociedades%20y%20eliminacion%20de%20la%20clase%20012%20.pdf

[4] Artículo 14 del Reglamento:.-Funciones y deberes de los Jurados Calificadores. h. Elaborar un expediente que contenga todas las actas redactadas, en orden cronológico, debidamente foliado, así como cualquier otra documentación relevante para las deliberaciones. Durante el año en que se esté llevando a cabo la evaluación y consideración de propuestas y candidatos, este expediente será de conocimiento únicamente de los integrantes del Jurado Calificador, a fin de proteger el carácter secreto de las deliberaciones. i. Guardar confidencialidad del trabajo que se desarrolla y de las deliberaciones que realizan, durante el año de valoración de propuestas, a efecto de no vulnerar el proceso de escogencia de los premiados.

[5] Artículo 5.d del Reglamento: “Tomando en cuenta el premio en dramaturgia, al menos uno de los representantes de las universidades públicas, deberá ser un profesional con trayectoria en el campo de las artes dramáticas.»

[6] La Ley General de Administración Pública de Costa Rica (LGDAP) establece en el Artículo 50- Los órganos colegiados nombrarán un secretario, quien tendrá las siguientes facultades y atribuciones: a) Grabar el audio y video de las sesiones del órgano y levantar las actas correspondientes, las cuales constituirán una transcripción literal de todas las intervenciones efectuadas en apego a los principios constitucionales de razonabilidad y proporcionalidad, garantizando con ello la publicidad y el acceso ciudadano a todos estos registros.

[8] https://www.diariolibre.com/revista/cine/2025/03/11/acusan-de-plagio-a-anora-la-ganadora-del-oscar-2025/3029256

[9] https://culturacr.net/caso-de-plagio-poetico-en-costa-rica/

[10] https://simehbucket.s3.amazonaws.com/miscfiles/rnc-82-digital_h7fkfial.pdf

[11] https://www.unacomunica.una.ac.cr/index.php/mayo-2023/4625-certamen-una-palabra-2023-abre-convocatoria

[12] https://www.once.es/noticias/fadir-delgado-juana-cortes-y-rafael-ruiz-ganadores-de-los-premios-tiflos-de-literatura-de-la-once-2020-entre-las-cerca-de-1-500-obras-presentadas

[13] https://www.escritores.org/recursos-para-escritores/26365-premio-nacional-de-poesia-mincultura-2019-colombia

[14] https://revistaajkoki.com/index.php/ensayos/231-fadir-delgado-acosta-la-temperatura-exacta-del-miedo-y-cama-de-hospital-vista-desde-abajo

[15] El depósito legal permite a la Biblioteca Nacional captar la producción documental de Costa Rica, amparada en la Ley de Imprenta N° 32, y en la Ley de Derechos de Autor y Derechos Conexos N° 6683 https://www.sinabi.go.cr/servicios/depositoLegal/dep_publicaciones_elec.aspx

 

¿Por amor al arte?

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

El evento pasó inadvertido, quizá por que el primero de mayo fue más mediático lo ocurrido en la Asamblea Legislativa costarricense, con la elección del nuevo directorio encabezado de nueva cuenta por el diputado Rodrigo Arias.

Pasó desapercibido como suele pasar el arte y la cultura en tiempos neoliberales. Entre 2019 y 2022 el sector sufrió una reducción al presupuesto de cerca de un 13%. El último recorte fue brutal de cerca de 6.000 millones y fue legitimado como parte de las políticas de salvamento a las finanzas públicas costarricenses en el marco del impacto de la pandemia sanitaria global desarrollada por aquellos años.

Entre 2020 y 2022 el sector artístico paralizó sus encuentros presenciales: conciertos, presentaciones, museos, eventos fueron clausurados, obligando a las personas artistas a reinventarse desde las plataformas virtuales que por entonces empezaron a predominar como medio.

Fue un recurso, pero no suficiente.

Esta situación afectó a cerca de 45.000 personas que viven directamente de la actividad, cerca de un 2% de las personas ocupadas del país. Lo que no se dice a viva voz es que le generan un nada despreciable 2% del PIB al país, incluso por encima del 1% que generado a nivel mundial.

Lo que pasó desapercibido, casi anecdótico, fue la propuesta de la regidora liberacionista Marcela Quesada Zamora por el cantón de Escazú, de solicitar a las personas artistas de esa localidad que donaran su trabajo a las juntas educativas. Incluso apelando al “buen corazón” de muchos de ellos que estarían, según su visión, felices de trabajar sin paga.

Esta noción de la regidora es eco de una idea popular. Es común la creencia que la persona artista no vive. Por alguna extraña razón no se alimenta, no paga recibos ni alquileres. No es, digámoslo así, una subjetividad con derechos.

Quizá esta idea está arraigada bajo la la básica suposición que quien se dedica al arte lo hace como pasatiempo, como hobby. Y entonces surge la pregunta: ¿estas 45.000 personas que dependen directamente de su arte lo harán por puro divertimento?

En una época regresiva para el arte y la cultura, propuestas como la indicada poco contribuyen a fortalecer el sector. Bien harían autoridades nacionales e institucionales en volcar de nuevo su interés en considerar estas actividades como factores intrínsecos al cambio y el desarrollo.

Empezar por ahí: devolverle al sector artístico y cultural su dignidad como punto de partida.

Sin pan y sin alma: la guerra del neoliberalismo progre contra los de abajo

Mauricio Ramírez Núñez
Académico

Mauricio Ramírez

La clase trabajadora y media en Occidente sufre hoy un doble castigo que no solo deteriora sus condiciones materiales, sino que desintegra su equilibrio espiritual y mental. No es casual que sociólogos como Oliver Nachtwey hablen de sociedades del descenso para describir una época en la que el futuro ya no promete ascenso ni mejora, sino degradación constante. Esta crisis no surge del vacío: es producto de una convergencia perversa entre el neoliberalismo económico y el progresismo cultural hegemónico. Aunque se presentan como fuerzas antagónicas, en la práctica actúan en equipo, imponiendo sobre las mayorías populares una doble condena: explotación económica por un lado, y desarraigo cultural e identitario por el otro.

Para nadie es un secreto que el neoliberalismo ha generado décadas de precarización, destrucción ambiental, desempleo disfrazado de emprendimiento, debilitamiento de sindicatos, recortes al Estado social y concentración obscena de la riqueza. Para millones de trabajadores, la vida se ha reducido a sobrevivir. Ya no se lucha por vivir mejor, sino por no hundirse más. Las condiciones materiales se erosionan y el ascenso social es cada vez más un espejismo.

Pero a este castigo económico se le suma uno cultural (espiritual): el progresismo dominante, desde sus posiciones de poder simbólico e institucional, impone un modelo identitario y moral que desarraiga a la clase trabajadora de sus raíces culturales, espirituales y comunitarias. En nombre de una supuesta liberación individual, se promueve un discurso que margina las formas tradicionales de vida, ridiculiza los valores religiosos y comunitarios, y despoja a las clases populares de su sentido de pertenencia. Se les exige adaptarse a códigos culturales ajenos (que vienen curiosamente de aquellos centros de poder neoliberales), hablar un lenguaje que no es el suyo y aceptar una moral que no nace de su experiencia de vida. Nada más ajeno al espíritu original del marxismo, que nunca separó la lucha material de las realidades culturales del pueblo.

El resultado es devastador: crisis de identidad, depresión colectiva, fragmentación de comunidades, colapso espiritual. Estas clases ya no solo sienten que han perdido el control sobre su presente económico, sino también sobre el relato de quiénes son. Se enfrentan al vacío existencial de quien no puede reconocerse en el espejo de la cultura dominante. ¿Entonces? Esta ruptura entre la vida material y la vida simbólica, entre el cuerpo explotado y el alma desarraigada, explica en parte el desapego de estas clases hacia la política institucional (tradicional) y, al mismo tiempo, su creciente atracción por discursos populistas o extremistas que al menos les hablan en un idioma comprensible y les devuelven una (falsa) ilusión de identidad.

Este fenómeno no es accidental. Tanto el neoliberalismo como el progresismo cultural, que de izquierdas realmente tiene poco, comparten un desprecio estructural por lo comunitario, por lo espiritual, por las tradiciones populares. Ambos promueven una radical individualización: el primero convierte al ciudadano en consumidor precarizado; el segundo en sujeto identitario aislado, obligado a reinventarse constantemente según los dictados de una cultura de élite cosmopolita “moderna”. En ambos casos, lo que se rompe es la posibilidad de una vida común, de una historia compartida, de una lucha colectiva.

La identidad espiritual, tan presente en las comunidades trabajadoras y populares, ha sido una fuente histórica de resistencia, de dignidad, de sentido. No es un simple conjunto de creencias privadas: es el lazo que une, el refugio que sostiene, la memoria que guía. Destruir esa identidad es debilitar su capacidad de lucha, reducirlas a individuos desconectados, agotados y fácilmente manipulables. ¡Creo que dimos en el blanco!

Denunciar este doble castigo no es un gesto retórico, es una necesidad política. La clase trabajadora y media no solo necesita pan y techo: necesita también ser reconocida, valorada en su cultura, y fortalecida en su identidad espiritual. Sin raíces, ningún árbol resiste la tormenta; y hoy, millones son arrancados de su suelo simbólico por vientos ideológicos que los debilitan más que la propia miseria material. Ante un sistema que los exprime económicamente y los vacía espiritualmente, urge construir una alternativa que articule justicia social con respeto profundo por la cultura popular y su dimensión espiritual. No hablamos de nostalgia, sino de resistencia. No de pasado, sino de presente y futuro.

Solo recuperando su centro (material, simbólico y espiritual) las clases trabajadoras de occidente podrán romper el cerco que las asfixia. Sin esa reconexión espiritual profunda, no habrá cambio posible. Y sin ellas, no habrá transformación real ni futuro digno para nuestros pueblos.

El Arte como voz de los trabajadores migrantes: un mensaje de dignidad y justicia

Frank Ulloa Royo

El arte ha sido una herramienta poderosa para representar la lucha, los sueños y la resistencia de los migrantes, quienes, a menudo, son tratados como mercancía desechable o criminales. Esculturas como «Angels Unawares» (Ángeles inadvertidos), instalada en el Vaticano por Timothy P. Schmalz (2019), desafían esta visión. Timothy Schmalz lleva 25 años esculpiendo grandes obras de bronce que se han instalado en todo el mundo. El tema de la mayoría de ellos se refiere a cuestiones actuales de justicia social, como los sin techo, los migrantes y la trata de seres humanos.

La obra muestra una barca repleta de migrantes de diversas épocas y culturas, con alas de ángel emergiendo en el centro, recordando el pasaje bíblico: «No olvidéis la hospitalidad, pues por ella algunos hospedaron ángeles sin saberlo» (hebreos 13:2). La barca parece flotar en un mar de incertidumbre, cargada de esperanza y temor, simbolizando el viaje forzado de quienes buscan una vida digna lejos de su patria. Este monumento es un llamado urgente a la solidaridad y la acogida.

“Sean acogedores”, obra de Timothy P. Schmalz en la Iglesia Santa María del Lago en Chicago.

El Papa Francisco ha sido un defensor incansable de los derechos de los migrantes, y en su mensaje para la 109ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado), expresó: «Los migrantes escapan de una pobreza terrible, de la imposibilidad de asegurar la supervivencia de sus familias, de situaciones de violencia y explotación. No debemos olvidar que el progreso de nuestras naciones se ha construido en gran parte sobre el sudor y el sacrificio de millones de migrantes.» (Papa Francisco, 2023)

Mientras tanto, en Costa Rica, a pesar de la enorme contribución de los migrantes, especialmente la comunidad nicaragüense, no existe un monumento que visibilice su esfuerzo. La única escultura que reconoce el aporte de la migración china, iniciada hace 168 años, es el Monumento a la Convivencia, creado por Juan Carlos Abarca (2023), en el Barrio Chino de San José. Sus figuras de bronce parecen conversar con el viento, contando la historia de quienes dejaron su país para construir un nuevo hogar. Sin embargo, miles de nicaragüenses trabajan en el campo y la construcción sin ningún reconocimiento artístico que honre su labor. Esta ausencia pone en evidencia la falta de reconocimiento y la xenofobia que aún persiste. (Universidad, 2023).

En contraste, la migración española ha sido homenajeada en esculturas como la Puerta del Atlántico, en Vigo, España, de Silverio Rivas (1991). Paradójicamente, mientras generaciones de españoles buscaron oportunidades en América, hoy muchos sectores políticos y sociales en España rechazan la migración latinoamericana con argumentos racistas. En los últimos años, el discurso antinmigrante ha cobrado fuerza en algunos grupos, promoviendo la idea de que los migrantes latinoamericanos representan una carga para el país (ACI Prensa, 2019). Sin embargo, la realidad es que han contribuido significativamente a la economía y la cultura española, desempeñando roles clave en sectores como la construcción, la hostelería y el cuidado de personas mayores (Vatican News, 2021).

Otros ejemplos como “Los Viajeros”: Escultura del migrante, obras del escultor francés Bruno Catalano, se encuentran en Marsella, Francia, y evocan poderosas emociones relacionadas con la migración y la búsqueda de identidad. Esta serie presenta figuras de individuos fragmentados, como rotos o incompletos, cada uno con sus distintas ropas y siguiendo su propio camino.

Frente a este panorama de contradicciones y exclusiones, la obra «Ángeles inadvertidos», promovida por el Papa Francisco, cobra aún más relevancia. Al representar a migrantes de distintas épocas y culturas en una barca, donde también viajan José el obrero, María y el niño Jesús, inmigrantes por necesidad, esta escultura recuerda la importancia de la hospitalidad y la solidaridad, desafiando las narrativas de exclusión y discriminación que persisten en nuestras sociedades (Papa Francisco, 2023).

El arte puede cambiar narrativas y romper barreras. Obras como «Angels Unawares» y el Monumento a la Convivencia y “Los viajeros”, dignifican la experiencia migratoria, pero Costa Rica aún tiene una deuda pendiente con los migrantes nicaragüenses.

Es hora de que la historia de quienes han construido con esfuerzo los campos y ciudades sea visibilizada en el espacio público.

Marchamos y rimamos: un collage de bombas y voces del 1° de mayo en Costa Rica

Observatorio de Bienes Comunes, UCR

Este 1° de mayo de 2025, miles de personas salieron a las calles en Costa Rica para reivindicar derechos, denunciar injusticias y celebrar la lucha histórica del movimiento obrero. Desde ese caminar colectivo nace este collage sonoro, un recorrido que les invitamos a hacer a través de distintas voces, ritmos, pasos… y bombas.

Sí, bombas: esas cuartetas improvisadas que detienen la música para soltar una verdad, una crítica, una chispa que enciende la conciencia. A lo largo de este montaje, las bombas populares se entrelazan con consignas, intervenciones espontáneas y reflexiones de personas que participaron en la manifestación. Juntas nos llevan por las calles de la capital, donde se alzaron denuncias contra la violencia institucional y el abandono de los intereses populares.

Entre las principales demandas, se expresó el rechazo a las políticas del poder ejecutivo y de buena parte del legislativo, acusadas de erosionar derechos y empobrecer a las mayorías. Se cuestionó la criminalización de personas privadas de libertad y sus familias bajo una nueva política carcelaria punitiva y excluyente. También se denunciaron la venta de instituciones públicas, la tecnocratización de la gestión financiera, y el debilitamiento deliberado de los sistemas de salud y educación.

La marcha reunió una pluralidad de voces: pueblos indígenas que alzaron la bandera de la autonomía y la defensa del territorio, trabajadoras domésticas que exigieron condiciones laborales dignas, sindicatos de distintos sectores, colectivos estudiantiles comprometidos con la defensa de lo público, y personas que expresaron su solidaridad con la lucha del pueblo palestino. También se escucharon denuncias contra el proyecto de armonización eléctrica, señalado como parte de la mercantilización de los bienes comunes. Las voces que aquí se entrelazan defienden otra lógica: la del cuidado, la justicia y la dignidad.

Puede escuchar el collage aquí.

Galería

Ni uno solo nunca más

Por Memo Acuña
Sociólogo y escritor costarricense

En 1999 Javier Zamora tenía 9 años. Su vida transcurría entre sus conversaciones con la Tía Mali y su entorno absolutamente rural, ubicado en el El Salvador de entonces. Sus padres no estaban con él.

Por diferentes circunstancias habían migrado hacia Estados Unidos, como tantas personas de ese país que han salido buscado mejores oportunidades, acceso a un mejor empleo o una adecuada educación. También lo han hecho motivados por la violencia que, en los últimos años, ha sido factor expulsor predominante en la mayoría de los países centroamericanos.

La expectativa de Javier era encontrarse con sus padres en Estados Unidos. Por eso ellos y el resto de su entorno familiar prepararon lo que llamaron “el viaje”, que consistía en la contratación de un coyote o pollero, denominación endosada a quienes han conducido a miles de personas por décadas en sus entradas a México y Estados Unidos, por caminos no autorizados.

El de Javier sería un caso más de lo que la literatura especializada en el tema ha llamado “migración por motivos de reunificación”. Pero no fue un caso cualquiera.

No para esa persona llamada Javier Zamora, que pudo contar la historia ya siendo adulto y compartirla en un conmovedor relato en el que el niño que fue entonces, relata sus emociones, sus preguntas, sus dudas, sus fantasías, sus miedos, sus impactos corporales, sus enojos, sus frustraciones, sus ganas de un hogar, sus ganas de un refresco de la abuela en medio del desierto, su contacto visual con las botas de un oficial de la migración estadounidense, su olor a polvo, a días sin baño, su deseo irrefrenable de encontrarse con sus padres finalmente.

Veinte años después de un viaje de siete semanas, dos intentos de entrar a Estados Unidos, tres grupos diferentes de coyotes y cerca de 200 personas migrantes que formaron grupos en diferentes momentos de su tránsito, Javier pudo verbalizar desde la memoria, con ayuda de su compañera y el reiki, así como la que el mismo Zamora llamara su mejor editora: su terapeuta.

Recién termino de leer “Solito”, el producto de esas memorias. Constituye su novela autobiográfica y sentida que me ha devuelto al principio de mis conocimientos en materia migratoria. Existe algo más poderoso que el dinero y el sueño americano: el amor es el motor que mueve las ganas y el deseo más allá de su ausencia.

Ahí cuando el cuerpo flaquea, el cuerpo de un niño de nueve años apenas, enfrentado a las maquinarias de barbarie de la seguridad migratoria en México y Estados Unidos, el amor mueve sus hilos de una forma insospechada. Javier lo hizo. Y lo contó magistralmente en ese relato en primera persona.

Había leído anteriormente alguna literatura (cuentos, crónicas) sobre migración de niños y niñas hacia Estados Unidos: Yo tuve un sueño, de Juan Pablo Villalobos (2018), Los Niños perdidos, de Valeria Luiselli (2018) y La Bestia, de Sofía Nayeli Bazán (2020).

Pero esta narración pudo llevarme a la emoción más profunda tratándose de la voz de un niño que cuenta su historia. Es cierto. Hablamos de hace 25 años, cuando el contexto de violencia y exterminio contra las personas migrantes en tránsito por México no había cobrado la fuerza que tiene hoy. Hoy en 2025, el año de la instalación de esa otra barbarie racista y xenofóbica en La Casa Blanca.

En los días que termino de leer este libro que, recomiendo, se conoce que el Estado costarricense fue condenado por no garantizar los derechos humanos mínimos a los niños y niñas que se encuentran en una situación de práctica privación de libertad en el CATEM en zona sur. Son niños y niñas deportados desde Estados Unidos hace algunas semanas, para los cuales la situación continúa siendo incierta.

En esta hora de la humanidad, los sistemas de protección de los países deberían accionar la consigna de que un niño o niña no debiera quedar solo nunca más.

Eso pasa por recuperar la dignidad en las políticas sociales, flanquear la violencia con estrategias como el arte y la cultura y garantizar acceso a educación y salud en nuestros países. Es el último llamado que nos hacen estas generaciones. Acudamos a honrarlas.

Hoy, sus ideales resuenan más vivos que nunca

Comunicado del Partido Acción Ciudadana

A 169 años de la Batalla de Rivas, honramos el valor de Juan Rafael Mora Porras y Juan Santamaría, quienes enfrentaron con coraje y dignidad la amenaza al proyecto de libertad centroamericano.

Hoy, sus ideales resuenan más vivos que nunca.

Desde Acción Ciudadana reivindicamos su lucha por la soberanía, la paz y la convivencia democrática. Porque los enemigos de la libertad no solo visten uniforme: también se esconden en discursos de odio, en la polarización, y en los ataques a nuestras instituciones.

Entre la fuerza del Ejecutivo y la debilidad del sistema

José Rafael Quesada J.
Movimiento Humanista

La política de nuestro país atraviesa un momento definitorio y pareciera crucial. Los partidos políticos, que fueron pilares de un sistema democrático que parece cansado, lucen hoy fragmentados, sin liderazgo claro, ni capacidad de conexión con una ciudadanía cada vez más desencantada. En este medio vacío, ha emergido con fuerza un gobernante que no solo goza de apoyo popular sólido, sino que ha hecho de la confrontación con las estructuras e instituciones tradicionales, su bandera principal.

Este presidente y su escudería, cuya figura divide, pero no deja indiferente a la gente de todos los niveles, ha logrado interpretar de alguna forma el hartazgo con las instituciones que, en teoría deberían proteger y servir a los destinatarios de sus servicios, pero que en la práctica responden a intereses muy opacos, burocracias inamovibles y una élite política que juega a la democracia sin consecuencias reales para su ineficiencia y corrupción.

La oposición está lejos de construir una alternativa programática o ética y ha optado por tácticas usadas en otras naciones, como buscar en el Poder Judicial y en el Ministerio Público las herramientas para frenar el liderazgo duro del Ejecutivo. No utiliza el ejercicio saludable del contrapeso sino una lógica de resistencia partidista contra todo tipo de cambios y muy a menudo sin legitimidad ni transparencia. Las acusaciones cruzadas, las filtraciones en los medios a la medida, las investigaciones selectivas (olvidando las muy graves del pasado cercano), y los fallos judiciales con aroma político, no han hecho sino aumentar la desconfianza de la ciudadanía en las instituciones.

Los choques entre poderes no son nuevos, pero sí adquiere en esta época un carácter o cariz particulares: no se trata solo de una disputa por el poder, sino por la dirección misma del Estado Nacional. El Ejecutivo y los nuevos medios parecen cuestionar el “status quo”, no solo en quehacer político, sino en lo administrativo, lo cultural y en lo institucional. Los nuevos liderazgos y cabezas de las instituciones del Ejecutivo, interrogan a un sistema de salud que no cura o no llega a tiempo, un sistema educativo que ya no educa y a las estructuras de seguridad que tampoco protegen.

¿Para qué sirve un Estado que no funciona para los ciudadanos comunes, sino para sus propios funcionarios o sectores con poder real?

Esta crítica conecta en lo profundo con sectores amplios de la población que, aún sin compartir todos los métodos del presidente, sí sienten -y lo expresan- que alguien por fin dice lo que muchos piensan. La pregunta entonces no es si el gobernante tiene razón en sus diagnósticos (porque muchas veces parece tenerla), sino qué tipo de soluciones plantea al conjunto social: ¿más concentración de poder?, ¿más personalismo?, ¿menos controles?

Al mismo tiempo, la crisis de esta democracia “participativa” y nada de Democracia Real, con partidos totalmente aislados de la base social, parece una anécdota política de país pequeño; donde tenemos graves síntomas de una democracia que perdió sus canales naturales de debate, propuestas, renovación y aceptación de los cambios mundiales. Si los partidos no lograr reformarse, recuperar el diálogo con la sociedad y ofrecer opciones creíbles, están condenados a la irrelevancia. Y en ese vacío, surge la tentación de líderes fuertes o de mesianismos partidarios (todos salvadores), con discursos con poco pensamiento, se vuelve muy atractiva para la ciudadanía común.

Estamos, en suma, ante una encrucijada. Ni el inmovilismo de las instituciones ni el autoritarismo de los líderes institucionales ni de los controles, son viables a largo plazo. Se requiere una reconstrucción de profundidad o la creación de un nuevo contrato social, una nueva forma de entender la política, que ponga en el centro de la política pública a las personas reales, con sus problemas y necesidades concretas y su legítima expectativa de vivir con dignidad mínima

La fuerza del presidente puede ser un motor de cambio, pero también un riesgo si no se equilibra con instituciones legítimas y funcionales. La debilidad de los partidos es una oportunidad para refundar, pero también una amenaza por este clima político de bajo nivel opositor con características obstructivas, que aumenta su volumen con muchas acciones para judicializar la política. La ciudadanía observa, exige y- cada vez más- decide fuera de los moldes tradicionales y antiguos. Ojalá los actores políticos busquen y se ubiquen a la altura del momento histórico.

Para todo esto, un Enfoque humanista: el ser humano como centro y razón de ser.

No habrá oposición creíble, ni sociedad movilizada, ni instituciones legítimas, si el sistema sigue ignorando una verdad elemental: el ser humano debe ser el valor central, por encima del Estado, de la religión, del dinero o de cualquier interés particular. Las instituciones —sean partidos, sindicatos, iglesias o el propio gobierno— pierden sentido cuando se convierten en maquinarias de poder autorreferenciales, sordas al dolor concreto de la gente.

¿De qué sirve un Ministerio de Educación si los niños no aprenden? ¿Para qué existe un sistema de salud si las familias se endeudan para curarse? ¿Qué legitimidad tiene un sindicato que defiende privilegios de unos pocos mientras los trabajadores precarios sobreviven al día?

El Estado no es una abstracción: somos todos, hombres y mujeres de hoy y del futuro, con necesidades urgentes, sueños aplazados y promesas incumplidas. Cuando las estructuras fallan, no es solo un problema técnico, sino una traición al pacto social. La política, en su esencia, debería ser el arte de construir caminos para que la vida sea más digna, no un juego de egos entre élites desconectadas. Si las instituciones no recuperan esa brújula ética —si no recuerdan que existen para servir, no para servirse—, ninguna reforma será suficiente. La verdadera resistencia no vendrá de un partido o un discurso, sino de ciudadanos que, cansados de ser espectadores, exijan que cada decisión, cada ley, cada peso invertido, tenga un rostro humano.

Defender la dignidad personal del Dr Yebrail Hadad Linero

Por Carlos Meneses Reyes

El Dr. Yebaril, se desempeña como abogado encargado de Asuntos Internacionales de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado Colombiano – ANDJE, dirigida por el Dr. Cesar Palomino, ex consejero de Estado. Resulta que el ex senador Jorge Robledo ha lanzado temerarias acusaciones contra el actuar del abogado Yebrail Hadad Linero, considerado uno de los más excelsos profesionales con que cuenta la ciudad de Ocaña, como quiera que es abogado y magister en Derecho de la Universidad Externado de Colombia. Se ha desempeñado como profesor universitario, asesor del Consejo Nacional Electoral, director de Procesos Judiciales y Administrativos de la Gobernación de Cundinamarca, personero y alcalde de Ocaña, director del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, Asesor de Gobernabilidad para la Paz del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, secretario de Gobierno y Gobernador encargado de Norte de Santander; así como Magistrado Auxiliar del Consejo de Estado. Produce alteración de ánimo en la opinión publica provincial y departamental, una carta dirigida por el citado ex senador, al señor presidente, en que le alerta sobre un posible delito de tráfico de influencias en la ANDJE, en relación con un contrato procesal arbitral por denuncia incoada por la empresa multinacional minera Continental Gold, portadora de un título sobre la mina de oro en Buriticá, Antioquia, considerada una de las minas de oro subterráneo a gran escala más prolíficas del mundo; pretendiendo una indemnización de más de 430 millones de dólares, unos 1.7 billones de pesos, alegando que Colombia habría permitido la apropiación ilegal de terceros sobre varios sectores de la mina, hablando hasta de un 100% de «ocupación ilegal» en el túnel de Yaraguá, un 40% del túnel Rampa Sur y un 30% en el túnel Higabra; por parte de mineros ilegales, anunciándose que la Mina de oro Buriticá, en Antioquia, paró sus operaciones por ataque con explosivos de mineros ilegales…

Al ex senador denunciante le genera suspicacias de un posible episodio de corrupción en un millonario contrato que adjudicará la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado -ANDJE-, dirigida por el exconsejero de Estado César Palomino y que será adjudicado en los próximos días a la multinacional jurídica con sede en Nueva York Hughes Hubbard & Reed (HHR), que asumirá la defensa del Estado colombiano en una controversia internacional de inversión que promovió la multinacional minera Continental Gold ante el CIADI Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones . Grupo. Banco Mundial y ante quien es el Director de Defensa Jurídica Internacional de Colombia el Dr. Yebrail Haddad Linero.

No existe justificación para tamaño agravio. En su carta al señor presidente, el denunciante Jorge Robledo, dice que le asisten “razones” para creer una alianza presuntamente ilícita de la Agencia de Defensa del Estado y una firma de Abogados Litigantes de la ciudad de Cúcuta, conocida como Astrea Abogados Asociados S.A.S ,pidiendo a los contratistas extranjeros Hughes Hubbard & Reed, con sede en USA, que sean ellos los colaboradores nacionales en el litigio arbitral, advirtiendo que ese proceso puede estar viciado con delitos como tráfico de influencias e interés indebido en la celebración de contratos. Pero no se trata de razonamientos; no aporta prueba alguna.

Con fecha, Bogotá D.C. 26 de marzo de 2025. La Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado -ANDJE- descartó que se haya elevado una alerta o que exista algún indicio de corrupción dentro del proceso de contratación que adelanta la entidad para escoger la firma internacional de abogados que representará los intereses del país en el pleito que adelanta Continental Gold contra el Estado colombiano. La ANDJE defiende la transparencia y selección objetiva en los procesos de selección de firmas internacionales para representar los intereses de Colombia en arbitrajes de inversión. La Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado tiene la expectativa de contratar a la firma Hughes Hubbard & Reed y resaltó que la transparencia, la publicidad y la selección objetiva son principios de aplicación permanente en la entidad y que, aunque la Entidad tiene la potestad legal de escoger y de contratar directamente la firma de abogados que considere idónea para representar los intereses de Colombia en los arbitrajes, en esta ocasión se adelantó un proceso de invitación pública a cotizar a firmas internacionales.

Valga recordar que existe el Consejo del SDJE, como instancia de orientación y alto nivel de Estado, el cual está integrado por:1. El (la) ministro (a) del Interior 2. El (la) ministro (a) de Hacienda y Crédito Público. 3. EI (la) ministro (a) de Justicia 4. El (la) secretario(a) Jurídico(a)de la Presidencia de la República. 5. EI (la) director (a) del Departamento Nacional Planeación. 6. director (a) del Departamento Administrativo de la Función Pública. 7 EI (la) director (a) de la Agencia de Defensa del Estado. De tal manera que el inescrupuloso Robledo afirma que los doctores Palomino y Hadad se hubieren saltado todo el ordenamiento jerárquico para contratar. De mala fe no menciona que se está en una etapa de precontrato sobre un litigio eventual, y en el que predomina el derecho alternativo de la conciliación. Ni obras, ni amores y mucho menos buenas razones le asisten al atrevido libelista. Este se oculta en su ojeriza y obtusa posición opositora al gobierno progresista. A todo cuanto signifique diligencia y cuidado del actual gobierno. Porque, además, mediante la articulación de instrumentos jurídicos, la Agencia de Defensa Jurídica del Estado cumple primordial papel en el Plan Nacional de Desarrollo hasta el 2.026 y el engreído “denunciante” opositor hace eco con los medios corporativos de la desinformación para contradecir el gobierno progresista del cambio y de contera afectar la suerte de medidas de conmoción interna, en favor del Departamento de Norte de Santander y el sur del Cesar.

Robledo no sabe que la experiencia de 15 años, para un a firma litigante defensora del Estado colombiano en asuntos de Arbitraje Internacional se predica para aspirantes a defensoría por parte de personas jurídicas internacionales. No de una firma nacional de destacados juristas nortesantandereanos, jóvenes, que han recién creado una firma de servicios de asistencia y defensa, calificados y acreditados en diferentes disciplinas jurídicas y contando con equipo versado en asuntos de arbitraje internacional. Quienes hemos litigado en esos estrados sabemos cuál es la dedicada capacitación profesional para llegar hasta allá. En el sitio web de Astrea Abogados se señala que en su equipo jurídico se encuentran William González Tarazona, quien ejerció como defensor del Pueblo en Ocaña, Norte de Santander, en 2016; y Oscar Leonardo García, ex personero del municipio de Pamplonita, Norte de Santander, entre otros abogados ligados al departamento. Basta resaltar sus apellidos: Ibáñez, Ortega Ortiz, Pérez, Portilla Galvis, García Antolínez, Toro Serrano, Yanes, Maldonado. En una palabra, como no son de su círculo y como protector del sindicato empresarial de Medellín, he ahí la inquina

Robledo manifiesta que resulta un elemento suspicaz el que Yebrail Haddad, el funcionario de la Agencia Jurídica que firmaría el contrato con HHR, en alianza con Astrea, haya tenido un cargo público como secretario de gobierno en el departamento de Norte de Santander, entre los años 2016 y 2017, y que haya sido personero de Ocaña en 2004 y alcalde de dicho municipio entre 2008 y 2011. Olvida las excelsas cualidades del Dr. Yebrail Hadad Linero; de quien se predica que se alejó de una potencial “carrera política”, luego de haber experimentado el nauseabundo mundo del sistema electoral clientelista, corrupto y de casino que impera en la Provincia de Ocaña y en el Norte de Santander; se alejó del mundanal ruido politiquero y optó por dedicarse al estudio, la investigación y práctica jurídica administrativa. Es esa la motivación para loar de su personalidad sumado al conocimiento que tengo del entorno de su apreciada familia. Y como sé que es un dedicado lector, concluyo esta especie de panegírico citando un pasaje de la obra, tomado de la carta del inmortal escritor Emilio Zola en 1889: “Un hombre nefasto ha conducido la trama; el coronel Patry de Clam entonces comandante. Él representa por sí solo el asunto Dreyfus. No se le conocerá bien hasta que una investigación legal determine cada acto y sus responsabilidades. Aparece como un espíritu borroso, complicado, lleno de intrigas novelescas, complaciéndose con recursos de folletín, papeles robados, cartas anónimas, citas misteriosas en lugares desiertos, mujeres enmascaradas. Él imaginó lo de dictarle a Dreyfus la nota misteriosa…. Yo declaro sencillamente que (Él, agrego)) …es el primer culpable del espantoso error judicial que se ha cometido”. “Yo Acuso”.