La Facultad de Ciencias Agroalimentarias demostró sus contribuciones a la seguridad alimentaria de Costa Rica
El arroz y los frijoles, junto a la ciencia y la innovación, fueron los protagonistas en la feria del 50 aniversario del Centro para Investigaciones en Granos y Semillas (CIGRAS) que se realizó el 30 de setiembre en la Facultad de Ciencias Agroalimentarias de la UCR.
Allí se mostraron las contribuciones que hace el CIGRAS al sector productivo y a la seguridad alimentaria del país, así como los resultados del trabajo que realizan los otros centros de investigación, fincas experimentales y unidades académicas que conforman la Facultad y otras relacionadas.
Durante el acto inaugural, el Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta, rector de la UCR, destacó la amplia vinculación con el sector productivo y la sociedad, la amplia trayectoria de divulgación de los resultados y las actividades sustantivas que realiza este centro en docencia, investigación y acción social en beneficio de la población costarricense.
«Han permitido que las personas consumidoras nacionales cuenten con un respaldo mediante la verificación de calidad e inocuidad de granos y alimentos asociados”, mencionó Gutiérrez.
“El aporte que hace el CIGRAS nos permite ver la importancia de la inversión que tiene que hacer un país en las universidades públicas. Muy contrario a lo que se cree, no se trata solo de docencia, aquí tenemos un ejemplo muy claro de un centro que hace investigación de primer nivel… y es gracias a una inversión pública que el país ha hecho”, acotó el decano, Dr. Enrique Montenegro.
La feria titulada «Granos y semillas de calidad, seguridad alimentaria para la comunidad» fue declarada de interés institucional por tratarse de un espacio que permitió analizar los retos y reforzar colaboraciones en relación con el estudio y producción de los granos y semillas, un tema de gran importancia para la seguridad alimentaria del país.
Esta actividad contó con la participación de destacados científicos y científicas, estudiantes, representantes de instituciones públicas y empresas del sector semillerista, así como productores y productoras agrícolas de comunidades como San Carlos y Guácimo.
Katzy O`neal Coto Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
Desde 1972, Costa Rica cuenta con un centro de investigación único que aporta al desarrollo del sector agroalimentario costarricense y a la buena alimentación de los consumidores
La evaluación de la calidad de las semillas y de los granos es una actividad fundamental para la seguridad alimentaria de un país. El Centro para Investigación de Granos y Semillas (Cigras) creado en 1972, por acuerdo de la entonces Facultad de Agronomía de la Universidad de Costa Rica (UCR), realiza esta importante labor desde hace cincuenta años.
Este centro, fundado por el Dr. Ronald Echandi, cumple con dos funciones esenciales otorgadas por Ley de la República. La Ley N° 5029 lo denomina Laboratorio Oficial para realizar los análisis de calidad de las semillas y la Ley N° 5079 le otorga a la UCR el mandato de analizar la calidad de los granos que se comercializan en el país. Además se complementa con las áreas de investigación en micotoxinas y biotecnología y la acción social en comunidades productoras.
Su trabajo permite determinar el valor de las semillas para la siembra y contribuye a que las personas consumidoras adquieran granos básicos como el arroz y los frijoles de buena calidad y seguros para su alimentación. Todo ello, bajo estrictos controles de calidad (con ensayos acreditados bajo la norma ISO17025) y utilizando modernas técnicas de análisis.
El laboratorio le provee información confiable a la Oficina Nacional de Semillas (OSN) que es el ente encargado de la regulación y aseguramiento de la calidad de las semillas.
«Para los agricultores, el análisis de semillas: garantiza que las semillas satisfagan las normas mínimas de calidad en cuanto a la pureza física y el porcentaje de germinación; •reduce al mínimo el riesgo de pérdida de cosechas; y evita los problemas derivados de la utilización de semillas contaminadas con malezas nocivas, semillas infestadas de enfermedades o insectos, y semillas poco viables», según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO).
Por otra parte, el análisis de la calidad de los granos que se realiza en el Cigras brinda un beneficio directo a los consumidores. Allí se analizan los frijoles y el arroz que son alimentos de consumo masivo en la población costarricense siendo una de las principales fuentes de proteína y calorías.
Para la comercialización y consumo de estos granos es de suma importancia cumplir con los estándares de calidad requeridos para garantizar que el producto posee los atributos para satisfacer las necesidades nutricionales y los gustos del consumidor.
Desde 1974, el Cigras también realiza investigaciones relacionadas con procesamiento de semillas, almacenamiento de granos con alta humedad y micotoxinas en arroz y otros granos. El análisis de micotoxinas aporta a la prevención de enfermedades causadas por la ingesta de alimentos que podrían venir contaminados, ya sea desde el campo o durante largos periodos de almacenamiento.
“Las micotoxinas son compuestos tóxicos producidos de forma natural por algunos tipos de mohos. Los mohos productores de micotoxinas crecen en numerosos alimentos, tales como cereales, frutas desecadas, frutos secos y especias. Las micotoxinas pueden tener diversos efectos negativos en la salud y suponen un grave peligro para la salud humana y del ganado. Dichos efectos pueden ser de carácter agudo (intoxicación) o crónico (inmunodeficiencia y cáncer)”, según advierte la Organización Mundial de la Salud.
Este laboratorio procesa las muestras tomadas por el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) en los cargamentos de arroz, frijoles, maíz y otros granos que entran al país para revisar si contienen aflatoxinas. Con sus resultados, que son altamente confiables, los entes reguladores que son el SFE y el Ministerio de Salud deciden si eso se comercializa o no.
Desde su creación, hace 50 años, el Cigras ha contribuido con el desarrollo del sector agroalimentario y con la sociedad costarricense mediante la realización de diversas investigaciones, muchas de ellas, con el propósito de brindar soluciones a problemas agrícolas del país. Allí se desarrollan investigaciones con técnicas y equipamiento modernos y con personal altamente calificado.
En el 2022 este centro de investigación tiene la meta de alcanzar los 300 trabajos publicados. Entre sus principales temas de investigación están: la germinación de semillas, el cultivo y regeneración de plantas in vitro.
Actualmente, el Cigras ha incursionado en la investigación de temas como almacenamiento y procesamiento de semillas y granos, métodos de propagación clonal in vitro y caracterización de compuestos con propiedades nutracéuticas y funcionales. Además, se trabaja en la caracterización de plantas y otros organismos utilizando técnicas moleculares, genómicas, histología e imágenes digitales.
En complemento a sus actividades de investigación y docencia, este centro contribuye en proyectos de acción social, con lo cual lleva a los agricultores y población en general los resultados de la investigación que desarrolla.
Por medio de un Trabajo Comunal Universitario, el centro y los estudiantes ofrecen conocimientos a las personas producturas sobre cómo almacenar adecuadamente, tanto los granos para su consumo o venta, como las semillas que guardan para siguientes ciclos de producción. De esta forma, también apoyan la seguridad alimentaria en las zonas rurales y la salud al evitar posibles infestaciones en los granos y semillas almacenadas.
En este 2022, el Cigras cumple sus 50 años y lo celebrará con una gran feria titulada «Granos y semillas de calidad: seguridad alimentaria para la comunidad». La actividad se realizará el vienes 30 de setiembre en la Facultad de Ciencias Agroalimentarias. Para ver el programa presione este enlace: Feria Cigras.
Katzy O`neal Coto, Periodista, Oficina de Divulgación e Información, UCR
Un grupo de padres de familia del Colegio Indígena de Rey Curré se ha puesto manos a la obra y han sembrado en las extensas áreas de la institución, granos básicos como maíz, frijoles, frijolillo así como diversos árboles frutales y tubérculos de gran consumo local.
La idea es asegurarse que sus estudiantes tengan a disposición estos valiosos recursos en caso de ser necesario.
La seguridad alimentaria ha sido desde siempre una iniciativa bastante común entre los pueblos originarios para el autoconsumo familiar que se ha vuelto útil en nuestros días ante el constante riesgo de pandemias y tiempos difíciles.
Universidad cuenta con laboratorio oficial para evaluar la calidad de los granos y semillas que forman parte de la dieta básica de los costarricenses
El arroz y los frijoles que los costarricenses cocinan para preparar un buen gallo pinto deben ser de calidad. Por eso, el Centro de Investigación en Granos y Semillas (Cigras) de la UCR se encarga de verificar la calidad de los granos que se comercializan en Costa Rica para asegurar que cumplan con los estándares que se ofrece a los consumidores.
En el Laboratorio de Granos del Cigras, ubicado en la Sede Rodrigo Facio, los expertos se encargan de verificar, a solicitud de empresas y productores, que los principales granos de consumo en Costa Rica: el arroz, los frijoles y el maíz tengan propiedades físicas y culinarias adecuadas antes de llegar a los hogares costarricenses.
Estos análisis son vitales para las compañías que se dedican a la compra o venta de granos, ya que así pueden dar fé de la calidad del producto que venden. Además, los informes que emite este laboratorio les permite resolver disputas a nivel comercial cuando existen lotes que vienen con algún daño, lo cual puede significar una gran pérdida económica para el productor o el comprador.
Salud de los consumidores
En el Laboratorio de Micotoxinas se realizan otro tipo de pruebas que permiten detectar compuestos que podrían afectar la salud humana llamados micotoxinas, que han sido reportadas como sustancias cancerígenas. Éstas son producidas por hongos que crecen en los granos como el arroz, el maíz, los frijoles, el trigo y el maní.
Allí se reciben las muestras que envía el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) de los cargamentos de granos que ingresan por los puertos y las fronteras costarricenses. En caso de que se determinen niveles de contaminación por encima de la norma, el SFE informa al Ministerio de Salud para tomar las medidas del caso y así proteger la salud de los consumidores. También algunas empresas costarricenses que desean garantizar la calidad de su producto solicitan al Cigras este tipo de análisis.
El consumo de granos contaminados con micotoxinas ha sido relacionado con diferentes tipos de cáncer y directamente con el cáncer de hígado. Por eso, los científicos del Cigras además están desarrollando un diagnóstico a nivel nacional que permita brindar a las autoridades del sector agroalimentario información confiable sobre estas toxinas con el objetivo de proteger la salud de la población costarricense.
Semilla de calidad para los agricultores
Los expertos del Cigras también están detrás de las semillas certificadas de alta calidad que utilizan los agricultores costarricenses. Su papel en determinar la sanidad y el vigor de la semilla es escencial para los productores pues ésto es el primer paso para definir si un cultivo o una actividad agronómica será productiva y rentable.
En el Laboratorio de Semillas del Cigras, que es Laboratorio Oficial de Análisis de Calidad de Semillas para todo el país, verifican que las semillas puedan germinar adecuadamente, mediante análisis físicos y fisiológicos. Además allí se realiza investigación sobre fisiología, almacenamiento y procesamiento de semillas de hortalizas, forestales tropicales, pastos y cereales.
Laboratorio de semillas
Del 6 de junio 2017 al 6 de junio 2018, ingresaron 1635 muestras, lo que equivale a 2690 ensayos. Dentro de lo analizado se encuentran arroz, frijol, hortalizas, forrajes, forestales, y café entre otros.
Más allá de garantizar la calidad de los granos y las semillas, el Cigras también busca contribuir en la mejora genética de plantas de relevancia agronómica para Costa Rica como las plantas ornamentales, el banano, la soya y el arroz para brindar a los productores materiales superiores.
Este centro además colaboró en la elaboración de la Política Nacional de Semillas de Costa Rica que busca potenciar las capacidades que tiene el país de ofrecer y utilizar semillas de calidad. Esta política incluye a los sectores involucrados en la producción de nuevas variedades, conservación de germoplasma, producción de semillas, comercialización, entre otros tanto públicos como privados.
Investigadores del CIGRAS realizan diagnóstico en todo el país
En el arroz, el maíz y los frijoles que se consumen diariamente en Costa Rica podrían estar presentes las aflatoxinas, consideradas el cancerígeno natural más potente que se conoce
Katzy O`neal Coto,
Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR
Con equipo de alta tecnología un grupo de científicos del Centro de Investigación en Granos y Semillas (Cigras) de la Universidad de Costa Rica (UCR) están detectando la presencia de micotoxinas producidas por hongos en granos para consumo humano como el arroz ,el maíz y los frijoles que se producen y comercializan en todo el país.
Estas toxinas representan una amenaza para la salud humana, reconocidas por Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO como un problema a nivel mundial, ya que el consumo de granos contaminados ha sido relacionado con diferentes tipos de cáncer y directamente con el cáncer de hígado. Sin embargo, en Costa Rica el monitoreo oficial de aflatoxinas se realiza únicamente en granos importados, mientras que la regulación en productos producidos localmente es muy baja o no existente
Por eso, los científicos de la UCR están desarrollando un diagnóstico a nivel nacional que permita brindar a las autoridades del sector agroalimentario información confiable sobre estas toxinas con el objetivo de proteger la salud de la población costarricense.
“Estamos recolectando muestras de maíz, arroz, frijoles y maní de productores nacionales y de los supermercados para determinar en qué grado está expuesta la población a estas toxinas tan peligrosas” explicó la Dra. Adriana Murillo Williams, investigadora principal y coordinadora del Laboratorio de Micotoxinas del CIGRAS.
Las micotoxinas son producidas por hongos de los géneros Aspergillus y Fusarium. Estos hongos atacan el arroz, el maíz y los frijoles que forman parte de la dieta básica de los costarricenses, así como otros granos y cereales como maní, café, y cacao. La contaminación puede ocurrir en el campo, durante la cosecha o en los lugares de almacenamiento.
Otros tipos de toxinas como las fumonisinas y las ocratoxinas, posibles cancerígenos para humanos, así como la zearalenona y la T-2 que tienen efectos nocivos en los animales también pueden estar presentes en granos de consumo frecuente en el país.
Para hacer el análisis de las toxinas el equipo del CIGRAS ha desarrollado una nueva metodología que permite hacer un análisis más eficiente y de manera muy precisa utilizando un equipo de alta tecnología (cromatografo líquido de alta resolución acoplado a un detector de masas). Con esta metodología se pueden detectar múltiples toxinas producidas por estos hongos que son problemáticos para la salud humana y animal en muy poco tiempo.
Este estudio se lleva acabo en el Laboratorio de Análisis de Micotoxinas de Centro de Investigación en Granos y Semillas (CIGRAS) donde se han realizado investigaciones previas que demuestran las altas concentraciones de aflatoxinas presentes en el frijol y en el maíz. Los resultados preliminares ya se han presentado tanto entre académicos como a los productores de granos en encuentros a nivel nacional.
Como parte del diagnóstico a partir de este año se inició la recolección de muestras de la zona central sur y la zona norte del país. Los muestreos se extenderán a otras zonas por un periodo de tres años para contar con suficiente información que permita obtener resultados concluyentes. “Ocupamos tener una visión amplia, eso significa más tiempo y diferentes localidades para tener una mejor idea de lo que estamos expuestos” acotó Murillo.
Paralelamente a este diagnóstico en el CIGRAS se desarrolla otro proyecto enfocado en la búsqueda de controladores biológicos que ayuden en la reducción de la contaminación de granos con micotoxinas. Como primer paso, recientemente se realizaron los análisis moleculares de 1.300 aislamientos de hongos Aspergillus para identificar cuáles tienen mutaciones que impiden que se produzcan las toxinas.