La educación debe ser inclusiva por lo que es necesaria una cultura musical que incorpore el conocimiento de los himnos nacionales de todos los países especialmente los que comparte nuestra independencia centroamericana.
La directriz de un director regional de incluir luego de cantar el himno nacional de nuestro país el de la República de Nicaragua, ha despertado niveles de odio que van desde la amenaza de muerte a funcionarios, como acusaciones de “socialistas” a las autoridades gubernamentales, así como algo similar a vender patrias y traidores a la soberanía nacional.
Quienes hemos luchado por mantener la soberanía nacional frente a los intereses extranjeros de las corporaciones y sus socios nacionales, no nos queda más que enfurecernos de la doble moral de los “patriotas callejeros”, esos que ni se saben bien los himnos, que apoyan a UBER, que votaron por Si al TLC, que solo se indignan un rato ante los escándalos de corrupción de los gobiernos de turno pero no hacen nada por cambiar esa realidad, patrioteros que recupera un nacionalismo en la fantasía de que somos los más blancos –sinónimo de españoles- como si eso fuera digno de orgullo.
Nuestras anteriores generaciones cantaban en escuelas y colegios muchos de los himnos patrios nacionales y extranjeros, porque quizás comprendían que los pueblos somos hermanos, desde el sindicalismo clasista consideramos hermanos con los mismos derechos y deberes a quienes por razones económicas, políticas, religiosas, orientación sexual escogieron este pedacito de tierra en medio de dos mares.
El papel de reconocer a Costa Rica como un país pluricultural y multiétnico es en primer lugar del Ministerio de Educación, pero hay que lograr que la totalidad de la población interiorice esos hermosos conceptos, dejando radicalmente las posiciones de odio por aquellos que no nacieron aquí, posición ridícula cuando nuestra herencia es una mezcla de muchísimas nacionales y grupos sociales.
El odio injustificado a lo nicaragüense se le agrega el tema del Gobierno de ese país, como si los migrantes tuvieran alguna extraña mezcla molecular con su gobierno, un pueblo es un pueblo diferente de su gobierno, eso es claro para nosotros que tenemos una larga cultura democrática.
Incluso en nuestra historia patria, desde la redacción de la constitución hasta la música típica hay claros ejemplos de nuestra mezcla cultural entre ambos países, sin olvidar a que otras nacionalidades comienzan a enriquecer lo que somos, contribuyendo a desarrollar nuestro país.
(*)Secretario General, Central General de Trabajadores.
Imagen con fines ilustrativos tomada de www.elcomercio.com
Constitucionalmente Costa Rica ya se reconoce multiétnica y pluricultural
Eduardo Muñoz Sequeira,
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
Indígenas, chinos, italianos, afrodescendientes y hablantes de diversas variaciones del español y el inglés son parte de la realidad multicultural costarricense, expresada en la diversidad de lenguas que se hablan en Costa Rica. Esto ya fue ratificado el pasado 24 de agosto mediante la reforma del Artículo 1 de la Constitución Política, que ahora reza que “Costa Rica es una República democrática, libre, independiente, multiétnica y pluricultural”.
En ese sentido, la Universidad de Costa Rica ha respondido a las inquietudes de las comunidades lingüísticas mediante proyectos de investigación y de extensión cultural y docente, bajo la concepción que somos una nación diversa. Como institución Benemérita de la Educación y la Cultura la UCR ha liderado procesos de reconocimiento de nuestra pluriculturalidad.
En la década de los años setenta del siglo anterior, gracias a un grupo de científicos liderados por el Dr. Adolfo Constenla Umaña, lingüista de reconocimiento mundial, en la UCR se creó la escritura de la lengua bribri, y se han dado pasos para la conservación de otras. En esa misma materia, otros proyectos en marcha, como el Diversidad Lingüística de Costa Rica, coordinado por el Dr. Carlos Sánchez Avendaño y un grupo de estudiantes muy comprometidos están creando espacios de visibilización de las comunidades que aún preservan sus milenarias lenguas. Gracias a ellos, recientemente la UCR donó materiales didácticos en lenguas bribri, malecú y térraba para escolares; y otros de apoyo docente. Igualmente, colabora con jóvenes que se han aventurado a musicalizar sus composiciones en idioma malecu.
Asimismo, mediante el programa de Estudios de Lexicografía Hispano-Costarricense se ha elaborado diccionarios de uso escolar y académico que recogen la riqueza de la variación del español costarricense. Cada vez más los investigadores de la UCR trabajan porque se reconozca los aportes nacionales al español. Por otra parte, otros estudios revelan la influencia de migración, como la investigación del Dr. Mario Portilla Chaves, del Instituto de Investigaciones Lingüísticas, que revela los aportes africanos al español costarricense.
Capacidades multiculturales
En el campo educativo, la UCR ha llevado sus iniciativas a las aulas para instalar capacidades entre los docentes para el proceso de enseñanza-aprendizaje de otras lenguas, como el inglés o el francés. Cada año, se donan materiales didácticos de apoyo creados por estudiantes y se les capacita en innovación educativa aplicada a la enseñanza de los idiomas. Otros proyectos universitarios capacitan docentes de secundaria en lenguas extranjeras que beneficia a estudiantes de la zona sur, y a niños del área metropolitana. Y como parte de estos apoyos, un grupo de investigadores creó la plataforma digital CyberL@b, un programa en línea para el aprendizaje del inglés dirigido a niños y estudiantes de secundaria, con múltiples recursos pedagógicos.
Otras de las iniciativas emprendidas desde la UCR son las tutorías ofrecidas por estudiantes universitarios a niños, niñas y jóvenes, en comunidades con preocupantes índices del bajo desempeño académico y deserción escolar. Una de ellas es La Carpio, donde se trabaja en conjunto con agrupaciones de vecinos y Cueva de Luz, proyecto de la organización no gubernamental Sifais. Como fruto de estos esfuerzos ha mejorado el desempeño académico en las clases de lenguas extranjeras, como el inglés y el francés; igualmente en otras materias.
Además, la Escuela de Lenguas Modernas dirige el Programa para la Difusión de la Cultura China, que ha establecido lazos con la comunidad china costarricense. Actualmente se imparten cursos, talleres, charlas y ofrece oportunidades académicas. La meta de la UCR es responder al reto de lograr un equilibrio en medio de la gran diversidad lingüística para la construcción de una identidad multicultural y multiétnica, aseguró la Dra. Gilda Pacheco Acuña, directora de la Escuela de Lenguas Modernas. “Respetando la diversidad cultural y fomentando la integración internacional, nuestra unidad académica es gestora de importantes iniciativas, estrategias, investigaciones, convenios y congresos que están orientados al estudio de idiomas extranjeros y su impacto social”, agregó Pacheco.
Seguir educando
Para la Dra. María Eugenia Bozzoli Vargas, profesora emérita de la Escuela de Antropología, y reconocida antropóloga sobre sociedades indígenas, la reforma del primer artículo de la Constitución Política es solo el primer paso en un proceso de cambio en el que la UCR ha sido protagonista desde la década de los años sesenta del siglo anterior, con la fundación de la Escuela de Antropología.
“Trabajamos para reformar la celebración del 12 de octubre, para cambiar la idea de raza por el encuentro de las culturas; y cambiar el énfasis étnico en lo español y más bien girar hacia lo multiétnico”.
Al respecto, la antropóloga recalcó que la humanidad es resultado de la mezcla, no existe ningún pueblo que pueda autodenominarse como puro, con las pocas excepciones de sociedades aisladas que aún existen.
Pese a nuestra diversidad, el proyecto político que sustentó la idea de nación fue el de la homogeneidad, que subrayó en lo que podía unirnos y dejó de lado las diferencias. En ese proceso, la blanquitud y los valores culturales asociados se convirtieron en aspiración para la mayoría.
Aunque la Dra. Bozzoli alabó la reforma constitucional que define a Costa Rica como multiétnica y pluricultural acentuó este es un primer paso. “En los programas educativos siempre se ha dado por un hecho que somos diversos culturalmente, pero hay que seguir educando en la tolerancia y respetar nuestras diferencias. Esta es una tarea constante”, concluyó la antropóloga.