Recreador de la vida hoy cuando festejamos su muerte

En Memoria de Rolf W. Ruge

Por Mauricio Álvarez, ecologista.

Recreador de la vida hoy cuando festejamos su muerte

Rolf W. Ruge.*

Con una sonrisa, tan ancha que le escondía los ojos, y un gran abrazo con manos grandes y abiertas, solía recibir Rolf a la gente en la Feria Verde, uno de sus más importantes legados que celebramos en la fiesta de su partida.

Sí, celebramos y festejamos porque Rolf tenía una energía intensa y alegre que sigue viva aún ausente, creó y recreó la vida que pocos logran.

Hoy es un ejemplo para los que coleccionamos años y hemos intentado resistir/vivir la vida tratando de reducir nuestras contradicciones y tener alternativas que no solo sean propias si no un proyecto de cambio colectivo.

Cuando fuimos vecinos, fuimos compañeros de luchas contra un mega edificio sobre la cuenca de la quebrada los negritos, buscamos como proponer otros modelos de habitar la urbe. También defender un árbol de higuerón, que para Rolf formaba con sus ramas un ojo, frente a su casa de las podas “tala raza” de las cableras.

Recuerdo pasear con mi hija en brazos por el barrio y tener animadas conversaciones de sus proyectos de diseño y su crítica y propuesta frente a la sociedad de consumo. También como fue influenciado por la arquitectura de la naturaleza para su creación profesional.

La casa de Rolf fue un lugar de visita y peregrinación para las tribus organizadas, Bloque verde, Feria verde y los soñadores y creadores de la arquitectura verde. Algunas fiestas creativas para armar los toldos de la feria verde y otras que permanecen en el inconsciente colectivo de muchos y muchas.

Sorprende y nos impacta su partida, ahora parece entenderse que la opción de vida epicúrea que tomó nuestro amigo era un presagio espiritual de que había que vivir intensamente como manda la vida… entregándose a lo que uno le gusta.

¡Danzar la vida! ¡Vivir bailando! Contagiaba pasión de verlo en un concierto de Sonámbulo en primera fila de principio a fin en trance de alegría desbordante y sin complejos, parecía entregarse a fuerzas sobrenaturales y sin afán de show contagiaba el virus de la libertad, la vida de verdad.

Su fiel acompañamiento en diferentes luchas y convocatorias del Bloque verde enseña que el activismo no es para y de jóvenes si no para y de los enamorados de la vida. Rolf fue activista de su propio destino y no un espectador de la masa o del sistema.

A pesar de no conocer otras facetas de Rolf y su historia, la que conocimos inspira y trasmite una lección trascendental de cómo vivir siendo uno mismo, pero pocos se atreven a romper trayéndose abajo los esquemas de lo “normal” y que el “deber ser” que una sociedad de consumo e individualista nos impone.

Como legado vivo está el proyecto de la Feria Verde, donde le extrañaremos pero seguiremos celebrando la vida con el abrazo, con la gran mano y con la sonrisa amplia que entrega el corazón y olvida la razón.

Hoy cuando reina el individualismo, la incondicionalidad al sistema normalizante, héroes de plástico barato hechos por manos de niños esclavos, hace falta almas como la de Rolf, que quieran dar pruebas de vida, rebeldía de amor y una apuesta a la defensa a los bienes comunes, de la vida misma.

Salud y hasta siempre Rolf.

 

*Foto tomada de Feria Verde.

 

Enviado a SURCOS Digital por FECON.

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