Desarrolladores deforestan bosques y ponen en riesgo el acceso a agua en Dominical

Por: Programa Kioscos Socioambientales

Habitantes de Dominical en el cantón de Osa denuncian con gran preocupación la creciente actividad de deforestación en la zona por parte de empresas desarrolladoras que se dedican al mercado inmobiliario y turístico, afectando no solo la gran biodiversidad existente sino también, poniendo en riesgo el acceso e incidiendo en la escasez del agua.

Desde los años cincuenta las personas pobladoras de la zona se encargaron de gestionar la distribución del agua -para ese momento no potabilizada-, construyendo así, un tanque de captación que en primera instancia estuvo a cargo de la Asociación Recreativa Club de Pesca de Pérez Zeledón, posteriormente se trabajó mediante la figura de Acueducto Rural, más adelante del 2000 al 2008 estuvo bajo responsabilidad de la Asociación Pro-construcción y Administración del Acueducto de Dominical, período en el que todavía el agua seguía siendo no potable. En julio del 2008, fue asumido por Acueductos y Alcantarillados (AyA) permitiendo iniciar el proceso de potabilizar el agua de consumo, lo que en la actualidad es dichosamente una realidad. La infraestructura del acueducto se ha mantenido en el mismo lugar desde hace 72 años, si lo referenciamos hoy está ubicado sobre carretera Interamericana 300 metros al sur del Supermercado Plaza Pacífico.

La creciente gentrificación en Osa ha supuesto que gran parte de las tierras pasen a manos de inversionistas extranjeros y a su vez, se generen conflictos con la población local debido a que las prácticas de dichos inversionistas muchas veces atentan contra la naturaleza y el agua en específico. Tal es el caso de DOMI FARM SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA, cédula jurídica 3-102-855834 quienes desde el 2023 hasta el presente, han realizado grandes deforestaciones y movimientos de tierra, afectando nacientes y quebradas de agua que si bien se encuentran en su propiedad, tienen un impacto directo en el ambiente y en el acceso al agua para toda la población de la zona.

El 14 de marzo del año en curso, miembros del Comité Comunal de Emergencias realizaron una visita al lugar para registrar los daños provocados y a raíz de ello, se logró que el director de la Sección de agua potable del AyA para la Región Brunca, se apersonara para validar la información del Comité así como para iniciar un proceso legal ya que tanto la deforestación como los movimientos de tierra se están realizando sin los debidos permisos, claramente, según señalan las personas pobladoras, “sin planificación y de manera antojadiza para su propio beneficio”.

Ante la preocupación y las repercusiones de este tipo de acciones, se han realizado consultas formales a la Sub-Región Diquís del Área de conservación Osa, a la Municipalidad de Osa y a la Dirección de aguas del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) y en ninguna de esas instituciones se encuentran a marzo de este año, solicitudes tramitadas por parte de dicha sociedad para realizar tales acciones.

Por primera vez en 16 años desde que el AyA asumió el acueducto, el pasado 22 de marzo Dominical no tuvo agua por más de 10 horas y desde entonces el estado de limpieza y purificación de esta se ha visto comprometida pues el color a tierra diluida da alerta de que hay gran sedimentación en el pozo, ligado a esos movimientos de tierra que la sociedad en mención ha realizado en las últimas semanas. Esta situación dio pie a que iniciarán un proceso formal de denuncia.

Si bien el procedimiento administrativo es fundamental, para la comunidad de Dominical la mayor preocupación es que los desarrolladores reinciden en estas prácticas que devoran el territorio de forma acelerada y en ocasiones con impactos irreversibles. Para la comunidad, “es importante que hagamos todo lo formal, ir a las instituciones, pero nos dimos cuenta de que en el 2023 unos vecinos de esa propiedad pusieron una denuncia en el MINAE y de ahí no ha pasado”.

Desastres ambientales como el que se logró evidenciar en días pasados provocados por DOMO FARM, no solo perjudican el derecho humano al agua potable sino también, produce escasez lo que evidentemente vulnerabiliza a las personas que dependen de estas fuentes de agua para la vida.