Dos años moviditos

Óscar Madrigal

Óscar Madrigal

¿Se ha comprado la bronca el presidente Chaves? Desde luego que sí. La tiene con el Poder Legislativo, el Poder Judicial y la prensa, que él llama canalla.

En esa bronca no le ha ido tan mal.

Prueba de ello es que Rodrigo Arias Sánchez, que ahora se rasga las vestiduras, y todo el resto de los candidatos a la presidencia de la Asamblea, corrieron a su despacho en busca de su apoyo. Prueba de ello es que también tiene “comprados” al partido de los neopentecostales de Fabricio y a una parte de la Unidad.

La bronca contra la llamada elite política por lo menos no es desaprobada por un grupo cercano a la mitad de la población; pelear contra los políticos, sus partidos y los jueces y legisladores, tan venidos a menos, no es tan negativo en cuanto a opinión pública.

Chaves, además, se presenta como el adalid contra la corrupción de los políticos y contra los grandes negociados de algunos, lo cual se asienta en una verdad. Sin embargo, lo que él oculta es que lo que propone es eliminar procedimientos para saltarse los procesos de contratación pública y con ello otorgar las contrataciones millonarias con mecanismo poco claros, lo que aumentaría aún más la corrupción. O sea, propone un sistema más corrupto.

Pero Chaves mete gato por liebre, hace que algunos ciudadanos se vayan por la forma, mientras propone liquidar el Estado de Bienestar. La bronca, el escándalo, distraen, oculta y desorienta de lo esencial o fundamental: la aprobación de medidas contra el pueblo.

La agenda que ha propuesto Chaves para las sesiones extraordinarias de la Asamblea Legislativa es el mejor ejemplo: propone vender el Banco de Costa Rica, imponer las jornadas 4×3, quitar la dirección del sector electricidad al ICE, imponer la renta global que es aumentar los impuestos de renta a las micro y pequeñas empresas, a los asalariados y las personas físicas sin toca a las compañías, empresas o personas jurídicas, reformar leyes para reducir los mecanismos de contratación administrativa, así como una serie de proyectos de seguridad encaminados a aumentar penas y reducir garantías.

Esto es lo que este gobierno propone a los diputados. Claramente solo proyectos contra el pueblo. Es un programa del más rancio neoliberalismo.

En esta agenda profundamente regresiva y neoliberal es muy posible que estén de acuerdo, con algunos arreglos y matices, los de Nueva República, los de Eli, los de Pilar, la Unidad y una parte de Liberación Nacional, probablemente comandados por Rodrigo Arias. Ya los amenazó y chantajeó: me aprueban eso o voy a referendo, les dijo Chaves el pasado dos de mayo.

Habrá que movilizarse contra esta agenda de Chaves que está en la Asamblea Legislativa.

Si no prefiero el referéndum. Y a ganarlo.

Lo que sí está claro es que nos esperan dos años bastantes moviditos.