Entre dos Rodrigos

Oscar Madrigal

Óscar Madrigal

Ordenaba la tradición que, al cumplirse cada año de gobierno, La Nación hacía una entrevista al presidente del poder ejecutivo de turno. Este año, este periódico entrevista no al presidente Rodrigo Chaves, sino a su tocayo, Rodrigo Arias Sánchez. Me tiene sin cuidado eso de guardar la tradición o que se entreviste a Chaves o no. Pero si llama la atención lo que tiene entre manos Rodrigo Arias y su grupo oligárquico. ¿Qué traman, qué persiguen?

Su obsesión por ser presidente de la Asamblea Legislativa fue síntoma de algún propósito oculto: buscó desde el apoyo de Rodrigo Chaves, el enemigo de la institucionalidad según Arias, hasta el ofrecimiento de promesas de todo tipo, como facilitar la venta de FANAL al grupo de Eli y ayudar a Fabricio -según se comenta- con la deuda de ese grupo con Pedregal. ¿Tanto empeño solo para no ser un simple diputado de oposición?

Tal vez Arias quiera intentar ser el candidato a la presidencia de la República, de un conglomerado de fuerzas anti-chavistas. Ya lo intentó en el pasado reciente con muy poco éxito. Pero la ambición arista es infinita.

El mensaje chavista se facilita con Rodrigo Arias: Rodrigo Chaves es el cambio, Rodrigo Arias es la defensa del statu quo. Chaves quiere recuperar la institucionalidad que ha sido cooptada por los grupos oligárquicos corruptos que representa Arias. Chaves quiere sacar al pueblo del estupor, los otros como Arias quieren mantener al pueblo dormido, por eso propone un referéndum. La táctica política es clara. Y ante este panorama pintado por Chaves, solo cabe enfrentar enérgicamente a ese grupo político oligárquico.

Ese “enfrentamiento” oculta las pretensiones de Rodrigo Chaves de impulsar medidas privatizadoras de empresas públicas, aumento de la explotación laboral, irrespeto por el ambiente, destruyendo instituciones, promoviendo la minería y la explotación petrolera, aumentando la carga tributaria a las pequeñas y medianas empresas, eliminar lo poco del ICE y muchas más; se trata de promover un programa más neoliberal que el de algunos grupos conservadores nacionales. Es decirles: ustedes oligarcas tradicionales, son unos pendejos que no quieren aplicar el neoliberalismo de manera consecuente.

Esa es la contradicción planteada a nivel de nuestras clases dominantes.

Estamos en una importante encrucijada. Evidentemente Rodrigo Arias Sánchez, representante la rancia derecha neoliberal, no es la alternativa ante el embate de la derecha del grupo de Rodrigo Chaves.

Los que no estamos en ninguna de esas alternativas, ¿qué hacemos?

¿Le seguimos apostando a unos cuantos diputados?