Escuela Indígena de Rey Curré, una institución que combina educación y cultura ancestral

Uriel Rojas

Tras el paso de la pandemia, el personal docente y administrativo de la escuela indígena de Rey Curré se ha propuesto redoblar esfuerzos con tal de ir recuperando poco a poco la normalidad del ritmo y calidad del proceso educativo.

Pero no solo se ha dedicado a rescatar la educación general sino de la mano con los elementos que caracterizan a la comunidad indígena local y por eso trabajan arduamente en el rescate y fortalecimiento de la identidad cultural.

La primera escuela de Rey Curré data mediados de 1950 y era un rancho con techo de palma, paredes de madera y piso de tierra.

La escuela actual construyó sus primeras aulas en 1997, gracias al aporte de los Países Bajos de Holanda, en coordinación con la Asociación Regional Aborigen del Dikés (ARADIQUES) y la Junta de Educación de la Escuela Indígena de Curré. El presupuesto estimado para esta infraestructura fue de 1, 000,000 de colones.

El lote adquirido por la Junta de Educación de Curré fue de 2 hectáreas, el cual se divide en dos partes. Una hectárea para la infraestructura y otra hectárea para bosque, los cuales fueron reforestados gracias al aporte de ARADIQUES, quien donó los árboles a la zona.

La escuela actual de Rey Curré cuenta con seis aulas disponibles, un salón comedor y una caseta de seguridad en donde permanece el oficial durante las horas lectivas.

Aparte de las asignaturas ordinarias, se imparte clases de inglés, cultura brunca e idioma local.

Los estudiantes que vienen de otros lugares cuentan con servicio de transporte y en ello se brinda un guía que los acompaña, les atiende y les protege.

Este centro educativo posee amplias instalaciones que le brindan a profesores y estudiantes un ambiente confortable, rodeado de un contexto natural y cultural.

En esta escuela indígena después del año dos mil en adelante, se ha venido desarrollando un proceso de enseñanza de la cultura indígena local y también del idioma ancestral.

Posee un gimnasio cuya construcción se empezó en el 2019 y desde entonces se ha invertido aproximadamente 25 millones de colones, sin que hasta el momento se haya podido atender la segunda parte de su construcción.

Esta obra de infraestructura escolar se hizo con el fin de satisfacer necesidades propias de la comunidad estudiantil ya que no había podido tener un lugar donde pudiera realizar de manera confortable sus actos cívicos, actos culturales y demás actividades que requieran un mayor espacio que sus mismas aulas.

En la actualidad, este centro educativo se proyecta a tener un mayor protagonismo en el mejoramiento de la infraestructura física y fortalecimiento de su identidad cultural.

Sus aulas están decoradas con máscaras de su comunidad y otros elementos propios de su identidad y en sus afueras, conservan celosamente tres petrograbados que son parte del legado arqueológico de la comunidad.

 De acuerdo con su directora María Victoria Lázaro Ortiz, este 2023 año van con más fuerza a trabajar por los objetivos prioritarios que tiene pendiente la institución en beneficio de la comunidad estudiantil.