“La educación en la construcción de una nueva ciudadanía”

Por Marjorie Hernández Delgado

Paulo Freire dijo que: “La educación no cambia el mundo: cambia a las personas que van a cambiar el mundo”.

Cuando tratamos el tema de Educación, por lo general visualizamos masas no individuos, incluso la imagen que se nos viene a la mente es una escuela, universidad o libros, pero no pensamos que existe educación en cualquier ámbito en el que se desenvuelve la persona. Asumimos que lo que es bueno para todos, es bueno para cada individuo masificando el aprendizaje, es aquí donde omitimos las diferencias, potencialidades y necesidades individuales.

Es hasta el 21 de noviembre del 2016, que el Consejo Superior de Educación, según acuerdo #03-65-2016, decide que se elabore una nueva política educativa basada en estudios que consideren la participación de los diferentes actores del sistema educativo y que se ajuste a la nueva realidad nacional e internacional. Así nace en el 2017 esta innovadora política educativa denominada “La persona: centro del proceso educativo y sujeto transformador de la sociedad” la cual se comienza a implementar en el 2018.

Tomando en consideración tan visionario instrumento y todo el proceso de consulta e investigación que se realizó incluyendo el ámbito legal y político, podemos decir que es legítimo y veraz, pues promueve la construcción de una nueva ciudadanía basada en nuestra Carta Magna (artículos 9 y 11), en la cual se le confiere un grado participativo al ciudadano en las políticas públicas y lo convierte en eje transformador de esa nueva ciudadanía que se pretende. La participación ciudadana implica no solo el ejercicio de derechos sino también responsabilidades, no podemos pretender que el Estado nos resuelva todo, pero esto es precisamente lo que se ha inculcado siempre. Existe una errónea concepción de qué es el Estado, es necesario, por tanto, que se eduque desde la premisa de que la ciudadanía es uno de los elementos que conforman el Estado. De tal manera, y a la luz de la Constitución Política, el ciudadano es el soberano, entendiendo que soberano es el ser superior, es quien tiene el poder de decisión (Jean Jacques Rousseau,1762), por lo que todos los ciudadanos somos iguales, y cada individuo es soberano y súbdito a la vez. Siendo así que tenemos la responsabilidad y el derecho de participar en las políticas públicas y la rendición de cuentas.

El Licenciado Carlos Campos Rojas, sociólogo y creador de la Dinámica de los Triángulos, opina respecto a la capacidad transformadora del individuo y la educación como elemento forjador de una nueva ciudadanía: “…la sociedad tiene que reeducarse y la tarea del Ministerio de Educación es formar a la persona del futuro, pero la educación no la hace el Ministerio de Educación, la hago yo desde mi participación en la sociedad… la sociedad se educa a partir de ese yo que se descubre y empieza a entender lo que hay que hacer. La sociedad de consumo ha venido educándonos en el concepto del individualismo para romper la solidaridad… el individualista tiene que tener una concepción de poder de dominio sobre los otros…” Es en este punto donde se debe dar la verdadera transformación. Si como ciudadanos somos soberanos y tenemos derechos, pero también responsabilidades, si la constitución política nos otorga este sublime poder, entonces ¿por qué dejamos en manos de otros los destinos de nuestra nación? ¿por qué permitimos que pensamientos mezquinos e individualistas prevalezcan y destruyan los nobles ideales de igualdad, fraternidad y libertad?, y más aún, ¿por qué dejamos que unos cuántos se arroguen el poder que nos corresponde a cada uno y a todos a la vez?

Por otro lado, y también es una interrogante en el tema tratado, ¿Qué papel juega el docente en esta nueva política educativa? Precisamente el educador es un agente de cambio, y tiene toda la capacidad para realizar acciones que trasciendan en el espacio y el tiempo, tenemos sobrados ejemplos: Omar Dengo, Emma Gamboa, Carmen Lyra, Uladislao Gámez, Angela Acuña, Roberto Brenes Mesén, Centeno Güel, para mencionar algunos. Por tanto, el educador será siempre el facilitador por excelencia en la construcción de esta nueva ciudadanía, consciente de sus derechos y deberes como ciudadanos, lo cual fortalecerá nuestro Estado de Derecho y abrirá el portal a un futuro promisorio a las nuevas generaciones.

 

Imagen ilustrativa tomada de la página oficial de la UCR.

Enviado por la autora.

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