LARGA ESPERA

León Triba, en el onomástico de todas las aves

De madrugada,
la manada, en el escaño de la noche,
espera paciente el alba
para robar el maíz,
un poco de luz
para la curación del sufrimiento,
del hambre.

El universo es un juego de sorpresas,
diálogos de voces sordas,
entretejidos en la hojarasca seca,
incertidumbres en las madrigueras,
caminos lentos
en busca de las gambas amorosas.

Abre el sol sus nuevas palabras,
se camina sigilosamente,
a lo largo, los peces se columpian
en los rizos del agua.

Sí, el hambre no tiene fronteras,
se quiere sembrar, pero la tierra
está zurcida de infranqueables cercas.
Los rótulos devienen cansados,
zombis colgando en su cuello
sucios letreros que dicen:
“Propiedad privada”.

Avanza la manada,
se destejen las murallas de la ceguera,
de la somnolencia,
los pequeños son los primeros
en amasar la ternura del maíz
en la tibieza de sus corazones.

Es temporada de pandemias.

¿Alguien puede colgar un letrero
abriendo el espacio al amor?

 

Imagen tomada de https://masaryk.tv

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