German Masís
La Ley de Fortalecimiento de la Competitividad Territorial para Promover la Atracción de Inversiones Fuera de la Gran Área Metropolitana, sus limitaciones para generar un desarrollo equitativo y sostenible en las regiones periféricas.
En una de sus últimas actividades la Administración Alvarado, ratificó la aprobación de la “Ley de Fortalecimiento de la competitividad territorial para promover la atracción de inversiones fuera de la Gran Área Metropolitana”.
La iniciativa, aprobada por una mayoría de diputados en la Asamblea Legislativa, busca fomentar la generación de oportunidades de empleo y desarrollo en estas zonas y cerrar brechas persistentes que dificultan su reactivación económica.
“El desarrollo económico y los beneficios que generan las zonas francas deben expandirse fuera del Gran Área Metropolitana para multiplicar las oportunidades de empleo y bienestar a todas y todos los costarricenses. Es urgente aprovechar el régimen de zonas francas para fortalecer polos de desarrollo fuera del GAM” señaló el presidente de la República, Carlos Alvarado.
El ministro de Comercio Exterior y presidente de la Junta Directiva de PROCOMER, indicó que esta ley, “sin duda trascenderá como una pieza fundamental en la estrategia para promover más oportunidades de crecimiento en Costa Rica, que no dejen a nadie atrás”.
Por su parte el director de CINDE, destacó: “Este es un esquema de incentivos de nueva generación para la atracción de inversión en nuestro país y, por primera vez, fuera de la GAM. Es reflejo de un trabajo que venimos realizando por más de 7 años, de la mano de 20 comunidades, e impacta al 49% de la población o lo que representa 2,5 millones de personas, para que logren dinamizar la reactivación económica y empleabilidad en las zonas más necesidades”.
El presidente de la Red Nacional de Agencias de Desarrollo Económico Local (RENADEL) destacó que, “esta nueva ley significa un gran impulso para las comunidades fuera de la GAM, para generar empleo y reactivar su economía. (El País.cr,4-5-2022).
Previamente en el mes de noviembre, se habían presentado los resultados del Índice de Competitividad Nacional (ICN) de los 82 cantones del país, en el que se establecen los diferentes niveles de competitividad y las barreras y brechas que existen entre los cantones de la GAM y los de las demás regiones periféricas.
En esa ocasión los miembros del Consejo de Promoción de la Competitividad Nacional entidad que elaboró el estudio, afirmaron que “las barreras en materias como el acceso a la tecnología y la educación, así como el deficiente desarrollo en la infraestructura que enfrentan los cantones más alejados de la región central, asfixian sus niveles de competitividad en comparación con los territorios ubicados en el interior.
Mencionaron que en un total de 48 cantones (59% del total), incluidos todos los ubicados en las provincias costeras (con excepción de Esparza), apenas tienen condiciones que se calificaron como emergentes, limitadas o deficientes del todo.
La medición de ICN evidencia una marcada distinción entre cantones centrales y periféricos del país. “Sigue un patrón de adentro hacia afuera”, al igual que la mayoría de los indicadores de progreso o desarrollo social de Costa Rica, según detalló el informe. (nacion.com,11-11-2021).
El estudio del INC, reveló que las barreras que explican las principales brechas para la competitividad entre regiones son muy variadas. Una de las más importantes es la educación.
La publicación señala que un elevado número de personas adultas no concluyeron sus estudios de educación secundaria a nivel nacional. Sin embargo, también establece que el registro de personas con ese grado supera el 50% en los cantones de desempeño excepcional, en contraposición con los cantones de desempeño deficientes o limitados (30% y 35%, respectivamente).
Esto implica que una de las formas en las que un cantón puede obtener ventajas competitivas respecto a otros es precisamente mediante el impulso a la formación del talento humano; primero, mediante la adquisición de competencias básicas y, en un segundo momento, mediante la adquisición de habilidades técnicas y profesionales.
En el caso de los cantones peor evaluados, también existen explicaciones relacionadas con acceso a servicios básicos como agua potable o electricidad.
La inversión per cápita en servicios comunitarios y obras de capital, por ejemplo, es cinco veces mayor en los cantones con niveles de competitividad excepcionales que en los cantones de desempeño deficiente.
Por su parte, según el informe el despliegue de infraestructura de telecomunicaciones en los territorios con menor acceso es uno de los factores más determinantes para mejorar los niveles de competitividad en los municipios costarricenses.
Así, por ejemplo, las conexiones a Internet fijo también caen, gradualmente, como proporción a la cantidad de viviendas por cantón, ya que existe un promedio de suscripciones del 101,6% respecto a cada vivienda en los 12 cantones de desempeño excepcional (tomando en cuenta que estos servicios también son contratados por empresas); el número cae a 76,1% en cantones de desempeño competente, a 49,7% en emergentes, a 40,4% en limitados y a solo 17% en deficientes.
El elemento medular entre el centro desarrollado y la periferia poco desarrollada es según Andrés Fernández, investigador a cargo del informe del INC, que existen diferentes factores que explican esta situación y que en su mayoría corresponden a cuestiones estructurales, que no precisamente se resuelven en una sola administración gubernamental o municipal.
Este elemento explica a su vez, por qué proyectos o programas gubernamentales impulsados en algunos gobiernos no logran revertir los bajos indicadores y los rezagos del desarrollo de cantones y regiones periféricas. (alterdescr.com, noviembre,2021).
De este comentario se desprende una de las razones por las que se considera que existen limitaciones para que la iniciativa para llevar la inversión extranjera a los cantones fuera de la GAM como lo pretende el proyecto de ley en cuestión, tenga éxito y trascienda los buenos propósitos de los legisladores.
La posibilidad de ofrecer incentivos para la atracción de inversión extranjera hacia las regiones periféricas, sin la existencia de una estrategia de desarrollo regional, que indique cuáles serían los cantones prioritarios hacia los que se dirigiría esa inversión y que condiciones de infraestructura, servicios y recurso humano se necesitaría crear en ellos, es una apuesta aventurada y puede malograr la puesta en ejecución de la ley.
Así mismo, sería necesario analizar los efectos que tendría el establecimiento de zonas francas, sobre la estructura productiva y el tejido empresarial del cantón o región y en particular los encadenamientos que se podrían generar con las empresas locales, para no convertir a esas zonas en verdaderos enclaves industriales.
Por lo indicado en las conclusiones del ICN sobre las principales brechas para la competitividad entre cantones, sería imperativo y urgente la atención de las barreras en el acceso a la tecnología y la educación existentes en los cantones y regiones, lo que involucraría al MEP, a las Universidades y en particular al INA en los programas de formación técnica regional, en momentos en que se ha confirmado el rezago educativo y tecnológico precisamente de las zonas periféricas más pobres.
Si no se crean las condiciones educativas, de formación técnica y de acceso a la tecnología, las empresas estarían trasladando buena parte de la mano de obra requerida desde las provincias de la GAM hacia sus lugares de localización, excluyendo y marginando a la población local del establecimiento de las zonas francas como ha ocurrido en otros lugares.
También, es fundamental articular la eventual instalación de zonas francas cantonales, con el desarrollo de los gobiernos locales y las organizaciones productivas de los cantones, para generar sinergias con el potencial y los esfuerzos de éstos y no simplemente facilitar la instalación de empresas interesadas en ubicarse en tal o cual área geográfica, provocando mayor desigual entre cantones y regiones.
Aún más importante que los aspectos mencionados, estaría la contribución que dichas zonas francas brindarían a un desarrollo productivo más diversificado, inclusivo y sustentable, al mejoramiento de la infraestructura social y productiva, a la generación de capacidades y capital social en las poblaciones locales y en la reducción de la pobreza y la desigualdad en los territorios fuera de la GAM.
La creación de zonas francas en regiones periféricas debe articularse a un modelo económico que produzca desarrollo local, que dinamice la producción regional y que provoque un efecto multiplicador en la generación de empleo, si no fuera en esa dirección, sería sólo un espejismo para los cantones costeros y fronterizos del país.