24 DE AGOSTO DEL 2023
PRONUNCIAMIENTO SOBRE LA REALIDAD DEL PAÍS
El Instituto Ágora Siglo XXI tiene como uno de sus objetivos, plantear a la ciudadanía sus puntos de vista sobre la realidad del país, y a partir de ahí, ofrecer ideas y propuestas para colaborar con los actores sociales y políticos representados por la institucionalidad y poderes del Estado, así como por los ciudadanos organizados, en procura del bien común.
Es en ese contexto, que el Instituto ha venido examinando en los últimos meses, con absoluta independencia y objetividad la realidad nacional, llegando a las siguientes conclusiones.
LA COMPLEJIDAD DE LA COYUNTURA Y LA PREOCUPACIÓN POR EL DEBILITAMIENTO INTEGRAL DEL CUERPO SOCIAL.
Es evidente que la sociedad costarricense atraviesa un alto nivel de complejidad derivada por una parte de las tendencias y características que impulsa la realidad global, y por otra parte, de un entrelazamiento al mismo tiempo con condiciones internas propias, que hacen que nuestro país se encuentre actualmente en una crisis histórica de múltiples dimensiones.
La civilización contemporánea ha hecho una mercantilización generalizada del ser humano, donde las mercancías cosifican a las personas, al mismo tiempo, que también las cosas se personifican.
Existe a nivel global una tendencia a la devaluación de los valores, lo cual es complicado porque sin valores que valgan por sí mismos, no puede haber humanidad civilizada. La dictadura de lo rentable como valor superior ha relativizado la verdad, lo justo y la dignidad. A consecuencia de las dos tendencias anteriores, el mundo en general transita por un sinsentido, estando todo el planeta invadido por enfrentamientos, absurdos y confusiones, que comprometen la viabilidad de las naciones.
En ese mundo de la dictadura de la rentabilidad y del acaparamiento, de la irrupción de nuevos mercenarios en las guerras convencionales, mediáticas y políticas, del ensanchamiento de la desigualdad, de las migraciones desplazadas, de la tecnología en su máxima expresión con la inteligencia artificial, de los sistemas financieros y económicos al servicio de las minorías, de las verdades y posverdades, en ese escenario donde además el poder político se ha desnacionalizado y deteriorado, para citar algunos ejemplos, es en ese contexto en el que está inserto nuestro país.
Comprender esa realidad es fundamental para tener un punto de partida en el entendimiento de nuestra situación. Costa Rica se desenvuelve en un mundo movedizo, y confuso, en medio de una transición relacionada con un viejo orden que no termina de morir y un nuevo orden que no termina de nacer.
A partir de ese contexto es que observamos con enorme preocupación un debilitamiento progresivo de la democracia así reflejado en las más recientes mediciones, debilitamiento también de las instituciones y del sistema de partidos representado tanto por las agrupaciones políticas tradicionales como por las nuevas, que padecen patologías de gestión y de corrupción que son cuestionadas con severidad por la opinión de los ciudadanos.
Costa Rica está padeciendo una atrofia, es decir un desgaste con niveles de deterioro muy preocupantes como es el caso de la seguridad con el arribo del narcotráfico, de la educación, de la desigualdad creciente, de la pobreza y del endeudamiento del Estado, de la disfuncionalidad de los poderes del Estado y de la institucionalidad, así como de sectores gremiales y privados, incluso del rol de los medios de prensa.
Hay un progresivo avance de la marginalidad en el país, sustentado en la carencia de políticas públicas y de una adecuada gestión institucional. Además, es notorio que toda esa problemática se asienta en una cultura ciudadana que tiene altos niveles de indiferencia, de división, de ausencia de espíritu crítico, y de entendimiento del rol protagónico como soberano que los ciudadanos están llamados a participar en los grandes desafíos que enfrentamos y en la construcción del país.
¿CÓMO SE ENFRENTAN LOS PROBLEMAS?: DE MANERA REACTIVA O PROPOSITIVA?
En ese marco de complejidad, de crisis y de deterioro en todos los órdenes del quehacer nacional, es muy desafortunado que la atención a la problemática fundamental del país sigue siendo reactiva, en vez de propositiva. Se busca atender los problemas que brotan o que son visibles con márgenes de improvisación evidentes, que resultan ser parches y ocurrencias que no resuelven los problemas de fondo que los sustentan. Se ataca muy a menudo los efectos, pero no las causas de los problemas.
Hay coincidencia en que existen tendencias de control del aparato público y de la sociedad, por medio de la centralización y del autoritarismo que muestran algunas acciones y decisiones del gobierno, así como de atención improvisada a problemas visibles, inmediatos y circunstanciales que tiene el país, y que, por tanto, no llegan a resolver las causas estructurales y reales de los mismos. Se observa poca claridad de quienes conducen los hilos del Poder en orientar al país hacia una hoja de ruta que conduzca realmente al bienestar de todos, por medio de una clara visión de conjunto, integral y sostenible para desarrollar el país de modo coherente, con los equilibrios sociales, políticos, económicos y ambientales que se requiere para generar bienestar.
Asimismo, el Instituto identifica un reacomodo parcial de las diversas corrientes políticas y de intereses económicos, marcado por una pugna visible y permanente entre el Poder Ejecutivo y sus brazos políticos, frente aquellos que han ejercido anteriormente el poder, y de los grupos económicos que se sienten amenazados, y que se han visto beneficiados por políticas públicas ajustadas a sus intereses particulares. El futuro dirá si ese acomodo en ciernes tendrá implicaciones beneficiosas para la población, o si podría ser simplemente un cambio de élites con nuevos intereses económicos y políticos, como ha ocurrido en otros países con procesos de recambio político.
Se identifica también una pugna y una reacción de la prensa tradicional especialmente, al nuevo modo de comunicar las acciones y decisiones del presidente y de su gabinete, interpretando esa prensa que muchas de ellas son
contrarias a la libertad de expresión y de información, y que se utiliza el poder político para amedrentar y socavar esa libertad y, eventualmente, la democracia.
Es especialmente preocupante el tiempo valioso que se está destinando a enfrentamientos constantes del Gobierno con los actores políticos que no forman parte del círculo del poder gubernamental, y con la prensa, que con razón o sin razón, critica el desempeño del gobierno. Del mismo modo es sintomático el enfrentamiento casi patológico de cierta prensa con todo lo que surge de la Presidencia y del gobierno de la República. Se percibe a menudo desinformación derivada de ambos lados y por varias vías que afectan la comprensión objetiva de la ciudadanía sobre la realidad del país.
Hay grupos que atacan a mansalva al Ejecutivo y hay grupos que defienden a mansalva al Ejecutivo. Existe la sensación de que esa pugna es estéril para el desarrollo nacional, porque tiende a desviar la atención del gobierno y los poderes del Estado, lo que les impide concentrarse en su quehacer constitucional, y a partir de ahí, en mejorar las condiciones de los habitantes, en vez de estar en pugnas permanentes que distraen a los actores de las sustanciales responsabilidades que tienen con la sociedad.
También el Instituto identifica como una característica sui géneris la degradación de la investidura presidencial, en virtud de manifestaciones verbales a menudo irrespetuosas e innecesaria, poco constructivas de forma recurrente, y de un relato en general permanentemente ofensivo que baja el nivel y la calidad del debate político que debería tener le país, donde desearíamos tener un marco de respeto tanto a las ideas del Gobierno, como del Gobierno hacia quienes adversan su gestión.
Se observa asimismo con claridad la ausencia de una capacidad de escucha y de diálogo constructivo, transparente y sincero entre los actores políticos, e incluso, entre las mismas organizaciones sociales en procura de acercar posiciones y llegar a acuerdos de fondo entre todos los sectores que permiten al país superar las dificultades.
UN LLAMADO AL DIÁLOGO SINCERO Y A LA CORDURA
En ese contexto enrarecido y confuso, donde reina la desconfianza, la división y la confrontación como elemento emocional negativo, el Instituto hace un llamado a todos los responsables políticos y sociales para que generen una actitud de tolerancia, realmente democrática y un diálogo auténtico, a fin de buscar soluciones viables e inteligentes a los graves problemas que enfrenta el país. Sin un cambio de actitud nada será posible. Una sociedad no se construye con enfrentamientos todos los días. El país merece una pausa. Llegar a acuerdos sinceros y patrióticos es una exigencia nacional en estos momentos.
Costa Rica tiene que sentarse a conversar en vez de seguir perdiendo el tiempo en culpas del pasado, o enfrentamientos del presente. Eso no va en contra del debate democrático, ni de la discusión firme y sincera de las diferentes posiciones.
Nuestro Instituto cree que es evidente que hay muchos problemas sobre los cuales pronunciarse, pero realmente lo que urge en el momento actual, es que todos los actores, y en especial el gobierno, tengan capacidad de escucha, de superar la confrontación permanente y desgastante, por una actitud constructiva y de integración, que solo el diálogo sincero y directo puede lograr.
La actitud debe cambiar. Ninguna familia tiene futuro en medio de reproches constantes y divisiones, y verbos incendiarios. Según la enseñanza más autorizada, todo reino dividido caerá.
Hay que volver a la búsqueda de la armonía, de la tolerancia, y de las coincidencias; porque es más lo que nos une a los costarricenses que lo que nos separa. Solo así será posible atender los desafíos que tiene el país en esta etapa del siglo XXI.
Acerca de la organización:
Ágora Siglo XXI es un instituto de pensamiento y formación política que buscar analizar, proponer e incidir en las decisiones país a partir de un reflexión metódica y no partidaria que busca del bien común y el fortalecimiento de la democracia.
Para contactarnos escriba al correo info@agorasiglo21.ong
Será un gusto conversar con usted.