No hay plazo que no llegue, ni deuda que no se pague

La Caja Costarricense de Seguro Social no salió de un sombrero ni fue la ocurrencia de Calderón Guardia en los años 40 del siglo pasado, es parte de una estructura que en boca de las generaciones de sangre y cultura “Tica” es nombrada como las Garantías Sociales. Esa estructura de Pensamiento y acción fueron parte de reformas progresistas en los planos intelectual, político e institucional del Estado costarricense; requirió cambio y comprensión social pero además una metamorfosis económica.

Coinciden a inicios de la década de los 40 líderes políticos y religiosos, que dieron el impulso con una alianza a la institución que es vital entre nuestra sociedad costarricense, misma que con el pasar de los años ha destacado como una compleja institución para la salud, la dignidad y la paz social de nuestro país.

Sin la CAJA Costa Rica tendría que involucionar en la historia de la Salud, máxime que posterior al año 2000 asumió por entero los tres niveles de atención, más por imposición que por una estrategia propia de Salud.

Tenemos que indicar que parte del problema económico que ronda a la CAJA no es nuevo; ya en el gobierno de Mario Echandi Jiménez al universalizar el seguro social encontró la falta de pago del Estado, situación que se resolvió con un impuesto.

En 1996 el traspaso del primer nivel de atención no incluyó el dinero de parte del Estado para su ejecución, actualmente deben ser unos 500 millones la deuda del Estado; aspecto que tiene un capítulo más una demanda del Diputado Villalta cuyo fallo a su favor exige pago de ese dinero a la CAJA.

Pero las deudas no quedan ahí, la deuda del Estado a la CAJA llega a los 2 billones de colones, deuda histórica que sigue haciendo un hueco enorme en la institución. Con sobrada razón los políticos no quieren pagar y se han escudado en decir que la CAJA gasta mucho, haciendo creer a la gente que el financiamiento de la salud es un gasto cuando en realidad es la inversión social más grande y fuerte que puede realizar un pueblo.

Los empresarios privados también tienen deuda de millones de colones sin contar las que son incobrables por declararse en quiebra y hasta desaparecer; razón de sobra tienen las cámaras de empresarios en cubrir la deshonrosa deuda disparándole a la institución benemérita y atacándola.

Para un campesino al entender lo que sucede su frase es clara estamos “rodeados de sin vergüenzas” y lo peor NO QUIEREN PAGAR… El Estado en la figura vacilante del presidente, el envalentonado Ministro de Hacienda y el mal-encarado presidente del Banco Central, hacen coro como la lora del anuncio y dicen “no hay plata”. Este país es único, no por ser democracia modelo o jardín de América, sino porque es el único país donde el que debe se hace el enojado, justifica con vacilaciones su irresponsabilidad y el pueblo se lo tolera.

Señor presidente asegure y cumpla con el pago de la deuda, su garantía en palabras sin respaldo no son de importancia y menos de seguridad para el pueblo, hacemos uso de su frase fugada… Es una oportunidad para hacer cosas con la Caja, pues hágalo pague el dinero adeudado, acabe con la morosidad y para que lo entiendan todos “suelte el perro, porque el que debe tiene que pagar”.

Rodrigo López García

Secretario General de A.N.P.E.

 

Compartido con SURCOS por Óscar Rodríguez.

Sea parte de SURCOS:
https://surcosdigital.com/suscribirse/