Prometeos del siglo pasado

“No puede haber democracia donde la igualdad política no se basa en la igualdad económica.” (Aniceto Montero)

Manuel Hernández

El 16 de junio de 1920, después de la huelga de febrero del mismo año, un concurrido movimiento de ebanistas, carpinteros, panaderos, zapateros, costureras, maestros, maestras, tipógrafos, sastres y otros obreros se reunieron en el Teatro América.

Las lúcidas intervenciones del Dr. Aniceto Montero y el diputado Gerardo Matamoros elevaron el nivel de las revoluciones del rabioso encuentro josefino.

Sin pensarlo dos veces, salieron de la reunión y marcharon por la Ave. Fernández Güell, con rumbo implacable hacia el Congreso que estaba sesionando en secreto.

Los diputados se aprestaron a salir de la sesión, confrontados por los protestantes, quienes fueron escoltados por la Policía hasta la famosa Estación del Atlántico, resultando que una fortuita lágrima caída del cielo, se estrelló contra la humanidad frontal del Presidente del Congreso.

El informe de la Comandancia, como es común en estos menesteres, atribuyó a los manifestantes la colocación de piedras y palos para descarrillar el tren donde viajaban los diputados de regreso a sus respectivas provincias.

Al final de la jornada, en las cercanías de Mata Redonda, unos perros murieron infartados por el estruendo de las detonaciones de varios balazos, y en la Calle Real, seguía escuchándose el retumbo de las consignas obreras contra el Gobierno, el Congreso y los patronos.

Ahora, un siglo después, ¡no los puedo imaginar! -como solemos expresar-, o tal vez sí, en el moderno boulevard de la Ave. Central, protestando contra el ignominioso proyecto de ley que, en definitiva, prohibió el ejercicio del derecho fundamental de huelga.

No los puedo imaginar, o tal vez sí, desfilando a todo lo ancho de la Ave. Segunda, protestando contra el préstamo del FMI, que terminará de hipotecar el futuro de las próximas generaciones.

Los puedo también imaginar apostados al frente de la nueva mole legislativa de 21 pisos, que desde el último nivel se verían como pequeños titanes y titánides, plantando cara a la soberbia de los Benavides, y al Dr. Aniceto Montero, desmontando la demagogia política de los Morales y sus compacñías.

¿De qué se habrá construido esa raza de luchadores y luchadoras sociales?

Prometeos sociales de hace un siglo, que no podemos dejar muertos en el pasado.

17/01/2021