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Etiqueta: desarrollo sostenible

Deforestar no es indicio de desarrollo y progreso…

Bernardo Archer Moore

Por Bernardo Archer Moore

Es una coartada para el rápido enriquecimiento de unos pocos a expensas del sufrimiento de los demás.

La deforestación, el desarrollo y el progreso son conceptos muy diferentes. 

Por su parte, la deforestación conlleva impactos negativos en el medio ambiente, como la sequía, pérdida de biodiversidad y el cambio climático (cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos: Como huracanes, inundaciones, incendios forestales, etc.). Lo anterior,  contrario a lo establecido en la Agenda 2030.

Por otro lado, y congruente con la Agenda 2030 citada supra, el desarrollo se refiere al crecimiento económico y social de una sociedad, mientras que el progreso implica avances positivos en diferentes aspectos de la vida cotidiana de los habitantes.

Siendo los  tres elementos  necesarios, es importante encontrar un equilibrio entre el desarrollo y la conservación del medio ambiente para lograr un progreso sostenible.

Sin ello, las familias de menores recursos económicos estarán condenadas a el hambre, la miseria y al desarraigo continuo, en busca de una mejor calidad de vida.

Así las cosas, lo que tenemos entre manos no es un desacuerdo, sino, un desequilibrio entre la  protección ambiental y el derecho humano a progresar en su propia tierra que lo vio nacer.

La urgente necesidad de proteger el medio ambiente en beneficio de la humanidad  y los recursos financieros e institucionales que respaldan tales esfuerzos, han generado un frenesí de defensores del medio ambiente en todas partes; eclipsando así, las pocas voces a favor del derecho humano al libre uso y usufructo de su posesión de tierra.

La causa fundamental de tal desigualdad no es culpa de las organizaciones ambientalistas, sino, la falta de un mayor número cuantitativo y cualitativo de defensores de los derechos humanos; y por el otro lado, el uso inapropiado por parte del Estado de los recursos económicos generados por la conservación de Bosques y Recursos Naturales.  Así como su ineficacia en velar por el cumplimiento de los compromisos de protección.

Por ello, previo a la adquisición de esos compromisos, es crucial considerar el impacto que las medidas de conservación pueden tener en las comunidades locales que dependen de estos recursos para su desarrollo humano, e incluso subsistencia.

Desde esta óptica, es imperativo el proporcionar un desarrollo social, económico y humano diferenciado a los Distritos como Cahuita, Colorado, Tortuguero,  Matina y Limón, con altos índices de conservación de bosques, humedales  y otros recursos naturales.  

Lo anterior ayudaría a equilibrar la protección del medio ambiente con el bienestar de las personas que viven en esas áreas.

Por esta razón, los ingresos que está conservación genera para el país deben destinarse a promover una estrategia de desarrollo a través de Planes Reguladores, que proteja a las comunidades locales de ser perjudicadas por medidas que limiten el uso de sus tierras. En lugar de la monstruosidad burocrática creada en las últimas décadas.

Sin ello, jamás se encontrará un equilibrio entre la conservación ambiental y el desarrollo humano, donde se asegure que las políticas y acciones implementadas sean inclusivas y sostenibles a largo plazo.

Turismo y desarrollo sostenible en Guanacaste

Freddy Pacheco León

¿Quién podría afirmar que hay otro lugar en el planeta, con un ramillete de bellas playas como las que muestra el litoral guanacasteco? Las habrá más extensas, como la matancera de 21 kilómetros de Varadero, Cuba, o de arenas más blancas, como son tan usuales en el Caribe mexicano, por ejemplo, o con sitios ideales para surfear, como en el Pacífico central y sur de nuestro país. En fin, hay para muchos gustos y caprichos, pero, mis amigos, un conjunto de playas extraordinarias y diversas, donde la exuberante flora y la fauna son parte de ellas, solo en Costa Rica se pueden encontrar, y en Guanacaste en particular. Además, el litoral Pacífico, con instantes de extraordinaria e indescriptible belleza multicolor, nos ofrece las puestas del sol más deslumbrantes que alguien se podría imaginar.  Y si a ello le sumamos, como uno de sus mayores bienes, el buen trato, amabilidad y simpatía de los guanacastecos que se esmeran por atender a los turistas nacionales y extranjeros, que visitan las siempre cálidas aguas, durante los 12 meses del año, pues habrá poco que agregar.

Ya sea en temporada verde, con sus refrescantes lluvias, usualmente matinales, y en temporada seca, cuando precisamente en los Estados Unidos, Canadá y Europa, las temperaturas árticas invitan a huir hacia el país que está siempre en “primavera”, la receta está completa; pocos condimentos habría que agregar.

Sin embargo, y esto hay que anotarlo, nos atrevemos a afirmar que la mayoría de los costarricense, no somos conscientes de esta riqueza nacional. Del deber que tenemos de preservarla, de la necesidad de velar por ella constantemente. De tratar de dormir, ojalá, con un ojo abierto, como hacen nuestros delfines, para evitar que se le dañe.

Ha sido noticia que, un solo cantón, con 94 km de costa, como es Santa Cruz, se está mostrando un crecimiento urbano muy significativo, como nunca antes había sucedido. Por lo resumido al inicio, es muy comprensible que ello esté sucediendo, pues sin desmerecer en lo más mínimo e injustamente, el resto de litoral guanacasteco (y costarricense en general), en los 289 km2 de Santa Cruz, se concentran varios de los más valorados atributos humanos y ambientales de nuestra querida provincia.

Sobre ello, cabe una observación de especial relevancia. Todas las muchas construcciones que se están desarrollando en el cantón, un récord nacional, tienen aprobadas las correspondientes viabilidades ambientales, por la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena). Así lo ordena la Ley Orgánica del Ambiente aprobada en 1995 (Ley Nº 7554) que, por cerca de 29 años, se ha constituido en la columna vertebral de la conservación ambiental de Costa Rica. Legislación visionaria, que vino a regular muy oportunamente, el desarrollo que se vislumbraba hace más de tres décadas, después de que nuestro país había mostrado, vergonzosamente al mundo, la más alta tasa de deforestación del planeta, y una sobrepesca que había hecho descender las poblaciones marinas a niveles irracionales. Legislación que determinó la creación de la Setena y otros organismos especializados en la preservación ambiental, que evitaron, cual si fuesen “vacunas”, fundamentales para enfrentar virus dañinos como el del Covid-19, el avance de la destrucción ambiental que ya hacía notar sus consecuencias. Aunque, paradójicamente, el liberiano ministro de Ambiente en ese entonces, René Castro, se opuso a su aprobación y luego a su ejecútese, éste se logró y por eso valoramos grandemente sus virtudes. Tanto que, muy seguramente, sin ella, hoy quizá estaríamos lamentando la destrucción de ese “ramillete de playas” que nos enorgullece y muchos otros ecosistemas.

Pues bien, resulta que informa la prensa, el año pasado cerca de 950 mil metros cuadrados de construcción, equivalentes a más del 10% de todos los proyectos de desarrollo en el país, se asentaron en Santa Cruz. Y como acotamos, en su totalidad con sus correspondientes estudios de evaluación ambiental, diseñados precisamente, para prevenir, controlar, mitigar y compensar, si así fuere posible, los impactos negativos sobre el ambiente, inherentes a todo proyecto de desarrollo. Sin esos instrumentos, no cuesta imaginar lo que habría sucedido en Costa Rica y su ambiente, durante los últimos 30 años.

Es pues incorrecto argumentar que las normas de la Ley Orgánica del Ambiente, sean un obstáculo para el progreso; que no son más que zancadillas para el desarrollo; que es algo que impide la inversión en proyectos; que hasta para hacer una casita, “a la señora de Purral le exigen así tanate de papeles”, como dijo Chaves, para justificar la presentación de un proyecto de ley (¡que no firmara su ministro de Ambiente!), donde se desplaza al principal órgano multidisciplinario, técnico – científico, que dirige la Setena, sustituyéndolo por un único funcionario de tinte político. Proyecto que, insólita e inconstitucionalmente, fue visto y aprobado, en la comisión legislativa de “Reforma del Estado” (presidida por el diputado Eli Feinzaig), cuyas funciones ¡no tienen nada que ver con los asuntos ambientales!, como sí lo es la Comisión Especial de Ambiente, de la Asamblea Legislativa, donde debió de haberse tramitado.

Legislación ambiental que, se sabe ampliamente, es parte del desarrollo sostenible que busca garantizar la sostenibilidad ambiental, y en el caso particular que provoca este comentario, la salud ambiental de nuestras playas y el resto del litoral guanacasteco.

Finalmente, los ticos todos, pero particularmente los jóvenes, han de reafirmar su compromiso con la preservación ambiental. Y los guanacastecos, en particular, el deber de velar porque su tierra siga siendo asiento de la belleza natural que la caracteriza, para lo cual es imprescindible, que el nuevo proyecto de la Ley Orgánica del Ambiente jamás sea aprobado en el plenario de la Asamblea Legislativa.

Costa Rica en la COP 28: el concepto de transición ecológica

Alberto Salom Echeverría

“El Concepto de transición ecológica abarca, el conjunto de medidas y

estrategias adoptadas en la esfera política, económica y social para la

lucha contra la contaminación y el cambio climático y para la protección de

la biodiversidad y de los recursos naturales.”

Costa Rica, nuestro “pequeño-gran país” había conquistado un gran prestigio en el contexto mundial de naciones, por haber apostado a un desarrollo verde, ambientalmente sostenible en gran parte de su pequeño territorio. El sexto informe del Estado de la Nación constata con datos fehacientes que, más del 50% del territorio costarricense está cubierto de ecosistemas naturales y adicionalmente un 26% de éste lo constituyen agroecosistemas arbolados y forestales. Con escasas excepciones, todos los gobiernos anteriores al actual del presidente Chaves, han permanecido adheridos a esta determinación sin alterarla en lo medular, aunque ha habido doblez, como cuando se ha permitido a particulares incursionar en los territorios indígenas, o se ha vuelto la vista al lado para disimular la tala de árboles en parques nacionales para robar madera.

En febrero del 2020, el gobierno costarricense del presidente Carlos Alvarado Quesada, dio un paso trascendental adelante al dar a conocer el “Plan Nacional de Descarbonización para el 2050”; una estrategia orientada a demostrar como dijera el presidente Alvarado que: “El plan de descarbonización consiste en mantener el crecimiento económico en una curva ascendente y al mismo tiempo generar una curva descendente en el uso de combustibles fósiles, para dejar de contaminar.”

En su momento esta estrategia recibe el apoyo de los más amplios sectores sociales y políticos costarricenses, independientemente de las diferencias que hubiesen tenido unos y otros con el gobierno. Se trata de uno de esos vértices cruciales del alma costarricense que refleja nuestros sueños e identidad única. Es uno de esos objetivos de largo aliento que distinguen una nacionalidad, cuyos antecedentes son la declaratoria de la gratuidad de la enseñanza pública, las garantías sociales y el código del trabajo, la justicia social, la garantía de la libertad en general y de la libertad electoral en particular, la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la no discriminación a los derechos de las minorías y, ¡cómo no!, la abolición del ejército para consagrar la vocación de paz y la civilidad.

Fue por eso, por la apuesta a un desarrollo sostenible y sustentable, por lo que, nuestro país recibió ese año el premio “Campeones de la Tierra” del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Un reconocimiento singular que dio pábulo a los esfuerzos de Costa Rica por convertirse en un colíder, junto a Chile, de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 25) que se llevó a cabo en Santiago de Chile, en diciembre del 2020.

Sin embargo, desoyendo la resonancia planetaria del decantado consenso nacional alrededor de la sostenibilidad eco ambiental, del estilo de desarrollo sustentable que se estableció a lo largo de décadas de esfuerzos previsores, el actual gobierno del señor Chaves Robles y su equipo de trabajo, se separaron abruptamente de esta tradición, al optar por la pretensión de recorrer el pedregoso y desprestigiado camino de la exploración y explotación del petróleo y del gas natural. No solo quiebra una tradición, de acometer esa ruta, también rompe con las enormes posibilidades que poseemos como nación de desplegar un desarrollo sostenible y sustentable para alcanzar la carbono neutralidad en el 2050, tal como se estableció en el mencionado Plan Nacional de Descarbonización al 2050. Un aporte de ejemplo valeroso de una pequeña nación como la nuestra, ante las tribulaciones que padecemos como humanidad por el calentamiento global y el cambio climático.

¿Podemos prescindir de las energías fósiles en este momento? Está claro que se trata de una transición ecológica, por lo consiguiente no podemos desprendernos por completo de estas energías contaminantes súbitamente. Pero la estrategia en la transición debe implicar el objetivo de potenciar las energías limpias -como en gran parte lo había venido haciendo Costa Rica- y al mismo tiempo disminuir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. Si no es ese el objetivo cardinal de esta época de transición, entonces no quiere decir nada. Se trata de continuar moviéndonos hacia una nueva política económica y social, así como una nueva cultura con la vista puesta en un desarrollo limpio, verde, sostenible y sustentable que, también ha demostrado ser rentable.

La nueva política en la transición conducente a la descarbonización debe implicar como se señala en el Plan de Descarbonización, una reforma ambiental para crear nuevas instituciones modernas, digitales y flexibles para gestionar la transformación en el estilo del desarrollo. Ha de implicar una reforma al sistema de transporte público reitero, basado en energías limpias; el plan también dejó establecido el propósito de crear mecanismos eficientes para la recolección, separación, reutilización y eliminación de residuos; deberá producirse un incremento de la cobertura forestal a un 60%; en la política fiscal se estableció la meta de aumentar los impuestos a aquellas actividades económicas que continúen utilizando combustibles fósiles y también a aquellas otras que produzcan contaminación ambiental. Antes de la COP 25, de diciembre 2020, Costa Rica propuso al cónclave mundial tres prioridades: “ciudades y movilidad sostenibles, soluciones basadas en la naturaleza, y economía azul.”

¿Cuánto de estos propósitos y metas loables que se habían formulado se han programado por parte del gobierno actual? Todo indica que fueron echadas por la borda, cuando revisamos la actuación silenciosa de los representantes del actual gobierno en la reciente COP 28 de Dubái. Tampoco se promovió la participación de Organizaciones No Gubernamentales, como lo venía haciendo Costa Rica en las anteriores conferencias dedicadas a buscar acuerdos estratégicos para combatir el cambio climático. Y luego, se produce el gazapo conducente al descrédito de nuestro país, en que se incurrió tras haber anunciado la intención de encaminarse a la exploración y explotación del petróleo y del gas. Todo indica que el gobierno actual acometerá un camino errático, que asombró al mundo, ya que, entre otras cosas, se abstuvo de firmar la declaración de los países agrupados bajo las siglas de BOGA, (Beyond OIL & GAS Alliance, por sus siglas en inglés), una alianza de la que formaba parte nuestro país, encaminada a abandonar progresivamente la explotación de los hidrocarburos, del petróleo y gas; algo exactamente opuesto a las nefastas pretensiones señaladas por el Gobierno de Chaves más recientemente.

A este gobierno, o desgobierno lo llamo yo, carente de planes, excepto este desafortunado, sin políticas claras para la transición ecológica, le restan unos dos años y medio; un largo trayecto todavía, que amerita una seria atención por parte de los sectores democráticos que tengan la mira puesta en el progreso y en el desarrollo sostenible y sustentable con la ecología, con la Naturaleza en su conjunto y con la vida. Se impone una gran alianza para impedir un daño a nuestro país como el que se produciría si se le permite actuar en la dirección indicada por Chaves y sus acólitos. No podemos mantener una actitud pasiva o expectante. El futuro para una economía limpia, de colores verdes y azules, está en las manos de los amplios sectores sociales y políticos que se identifiquen con este vértice que significa el desarrollo ambientalmente sostenible y sustentable.

Compartido con SURCOS por el autor.

UCR. Innovación verde: el imán para la atracción de inversión extranjera y turismo

La mejora en procesos y herramientas tecnológicas, junto a una buena situación socioeconómica del país, son tan fundamentales como el cuido de la naturaleza para la atracción del turismo y las inversiones transnacionales, argumentó Borrás.

Experta: Costa Rica es fuerte en desarrollo sostenible, pero tiene mucho aún por mejorar

La especialista española Susana Borrás ofreció una serie de charlas en el país sobre las oportunidades que ofrece una economía en armonía con el ambiente

Ser un país ambiental y económicamente sostenible no solo beneficia al planeta y a la calidad de vida de su población: también es una oportunidad para hacer negocios con empresas multinacionales e incrementar la cantidad de visitantes que llegan a su territorio para observar sus maravillas naturales y corroborar su responsabilidad ecológica.

Así se puede resumir el pensamiento de la experta española Susana Borrás sobre la aplicación de la innovación verde en Costa Rica. Ella es profesora del Copenhagen Business School de Dinamarca y doctora en Sociología del European University Institute de Florencia (Italia), entre otros cargos.

Desde el 27 de noviembre y hasta este viernes 8 de diciembre, la especialista brindó diversas conferencias en la Universidad de Costa Rica (UCR) y la Universidad Nacional (UNA) sobre la gobernanza y la innovación sostenible, así como sobre las formas de involucrar a las organizaciones y a la sociedad en la implementación de cambios ambientales beneficiosos.

Según define Borrás, la innovación verde es una serie de procesos y productos (que incluyen tecnología de punta) para aplicarlos a soluciones ecológicas y económicas para la población. Además, impulsa la regeneración del planeta frente a la contaminación emanada por la acción humana en las últimas décadas, e incluso, siglos.

Esta innovación no es pura teoría. Al contrario, ya se aplica en el primer mundo con políticas y herramientas que llevan a los países a mejorar sus oportunidades económicas. Todo esto, sin olvidar el valor de las “soluciones verdes”, que ahora tienen una gran importancia competitiva para las empresas y para las oportunidades de negocio.

Susana Borrás, experta española: la importancia de la innovación verde para los países, los mercados y las empresas

El reto del país: demostrar sostenibilidad ambiental en la atracción de capital y turismo

Si bien el país lo hace bastante bien en materia ecológica (en comparación con la región latinoamericana), no debe atenerse a ese único aspecto. Borrás advirtió que Costa Rica debe integrar más sus buenas “políticas verdes” a las estrategias de atracción de inversionistas y turistas que deseen visitar el suelo nacional.

La especialista española adujo que cada vez es más frecuente que las empresas transnacionales tomen en cuenta las facilidades de inversión que ofrece un país, aunado con su compromiso ambiental (algo por lo que Costa Rica es bien conocida a escala internacional), para colocar sus operaciones en un determinado territorio.

Similar es la situación con el turismo, que suele valorar la riqueza y protección ecológica, pero sin dejar de lado el contexto económico y social, por lo que Costa Rica no debe despreocuparse por estos otros dos aspectos, si quiere seguir siendo un destino apetecido a nivel internacional, indicó Borrás.

Susana Borrás, experta española: la innovación verde es fundamental para atraer empresas extranjeras y turismo

Además, para la experta, el Atlas nacional de innovación 2022presentado recientemente por el Consejo Nacionla de Rectores (Conare), es una evaluación muy oportuna para saber cómo está el país en esta temática en general, sobre todo porque este análisis evidencia los desafíos que aún debe resolver Costa Rica para conseguir y ejecutar acciones económicas y sociales que potencien sus posibilidades en este tipo de innovación.

Una advertencia que también lanzó Borrás es que el país no debe ver necesariamente a sus vecinos centroamericanos como competencia en el campo de la innovación verde, sino que tendría que colaborar con las naciones vecinas en promover prácticas en beneficio del ambiente y de la economía.

Susana Borrás, experta española: Costa Rica debe integrar más a América Central en temas de innovación verde

Las conferencias impartidas por Borrás fueron organizadas por la Escuela de Administración Pública y el Laboratorio Colaborativo de Innovación Pública (Innovaap) de la UCR, realizadas tanto en la Sede Rodrigo Facio, en San Pedro; como en la Sede del Caribe, en Limón, y en la Universidad Nacional.

Pablo Mora Vargas
Periodista Oficina de Comunicación Institucional, UCR

El Ciedes UCR recibe un reconocimiento por sus aportes a la sociedad costarricense

Una parte de las y los funcionarios que trabajan en el CIEDES UCR participaron en la ceremonia de entrega del premio Aportes al Mejoramiento de la Calidad de Vida. Foto cortesía VAS UCR.

Se trata del premio Aportes al Mejoramiento de la Calidad de Vida 2023, que organiza la Defensoría de los Habitantes en conjunto con el Conare

El Centro de Investigación en Estudios para el Desarrollo Sostenible (Ciedes) de la Universidad de Costa Rica (UCR), fue galardonado con el prestigioso premio Aportes al Mejoramiento de la Calidad de Vida, en su edición 2023.

Este reconocimiento se otorga a personas, proyectos y organizaciones que realizan contribuciones significativas al mejoramiento de la calidad de vida de la población, a través de actividades económicas, sociales, ambientales y productivas.

El Ciedes UCR es un centro de investigación dedicado a promover el desarrollo sostenible. Su enfoque multidisciplinario aborda la interacción entre las sociedades y el medio ambiente, con el objetivo de identificar soluciones que satisfagan las necesidades actuales, sin comprometer a las futuras.

Su misión es ser líderes en la promoción de la cultura del desarrollo sostenible, tanto en el ámbito nacional como internacional, dando impulso al uso eficiente y sostenible de los recursos. Un ejemplo de este trabajo son los proyectos que llevan a cabo en Abangares, Guanacaste, para mejorar el acceso al recurso hídrico para las comunidades locales.

El galardón que recibió el CIEDES UCR significa un reconocimiento a su labor y un impulso a sus esfuerzos por promover los principios del desarrollo sostenible en el país. Foto cortesía VAS UCR.

Todas y todos sus funcionarios trabajan para armonizar el desarrollo social, económico e industrial con los sistemas naturales, para garantizar el bienestar de las generaciones futuras.

Por su parte, este reconocimiento tiene como meta destacar los aportes positivos realizados por distintos sectores de la sociedad, promoviendo valores como la solidaridad contributiva, la seguridad social, la protección, la conservación y el uso sostenible de los recursos, así como la integración del concepto de equidad de género en los programas y proyectos presentados.

Este galardón fue creado en 1992 y posteriormente pasó a ser organizado por la Defensoría de los Habitantes, en conjunto con las universidades estatales y el Consejo Nacional de Rectores (Conare); de esta manera, se reconoce el compromiso del Ciedes UCR con el bienestar de la sociedad costarricense.

Dicha premiación se dio en la categoría Organización de la Sociedad Civil, en donde el Ciedes UCR ha destacado por su continuo esfuerzo en la promoción del desarrollo sostenible, como un modelo que contribuye significativamente al mejoramiento de la calidad de vida de todas las personas.

La ceremonia de premiación se realizó en la sede de la Universidad Técnica Nacional (UTN), que se ubica en Alajuela, el pasado mes de octubre.

Alejandro Vílchez
Asistente de comunicación en el Ciedes UCR

Las universidades públicas ante al cambio climático

MBA Lic. Bach. Luis G Martínez Sandoval
Académico Universitario Titular
Carreras Comercio Exterior, Administración Aduanera
Sede Central UTN www.utn.ac.cr
Especialista en Relaciones Económicas y Políticas Internacionales,
MBA Administrador de Empresas énfasis Mercados Globales y Negocios Internacionales.
Ex Funcionario Banco Mundial IFC – Ecuador- y, América Latina,
Escritor, Científico Social

luis.martinez.sandoval@gmail.com

Luis G. Martínez Sandoval.

La Tierra es nuestro hogar y el daño a la Madre Tierra es irreversible. Los límites del crecimiento (Meadows:1972) han sido superados y hemos talado el árbol de la ciencia del bien y del mal.  El Huerto del Edén creado por Dios para que el ser humano lo “labrara y lo guardase” (Génesis: 2:15) no solo está devastado y destruido sino también hemos eliminado los querubines (Génesis: 3:24) que con sus espadas encendidas guardaban el árbol de la vida.

Hoy, a veintitres años del Siglo XXI y la Tierra con más de 8 mil millones de seres humanos guiados por la sociedad capitalista hiperconsumista global como las sociedades de economia planificada que depredan sin límites los seres vivos de los reinos biológicos, la academia e investigación científica debe dar las respuestas a los problemas desde los centros de educación superior universitaria pública.

Las Universidades Públicas ante el cambio climático tienen la responsabilidad de asumir el liderazgo para crear seres humanos diferentes, que le hagan frente al calentamiento global inducido por: los seres humanos cuyos impactos (IPCC: 2023) son generalizados y severos con emisiones globales que alcanzarán su punto máximo antes de 2025 en las trayectorias alineadas a 1.5 °C y que son producto de la quema de combustibles como el carbón, petróleo y gas. La detonación de más de 2.500 bombas nucleares o dispositivos con carga atómica desde 1945 a nuestros días encabezados por EUA, ex URSS y Francia. La deforestación de selvas y bosques, el excesivo uso de fertilizantes, los residuos y  la ganadería.

Este cataclísmo guiado por ese “atlas del sufrimiento humano y una acusación incriminatoria del fallido liderazgo climático” obliga a  las universidades públicas a cumplir con la Carta de la Tierra y sus pilares: Respeto y Cuidado de Vida, Integridad Ecológica, Justicia Social y Económica, Democracia, No violencia y Paz para cuidar la Pachamama, o Madre Tierra. Están llamadas a liderar, guiadas por sus principios de la conservación, mejoramiento del medio ambiente y el fomento del desarrollo sostenible.

Desde la academia, la extensión, la acción social, la investigación, el movimiento estudiantil y el Consejo Universitario deben contribuir en la búsqueda de soluciones concretas y de corto plazo a los desafíos del cambio climático. Esa es su razón de ser en el Siglo XXI dado, que tienen el deber de desarrollar programas especiales para construir sociedades guiadas por la responsabildad social ambiental y la economía circular. Asimismo, deben estimular la indagación y la construcción de nuevos conocimientos y el impulso del modelo de desarrollo socio económico autosostenible.

En este momento crítico de la humanidad, las universidades públicas tienen el compromiso de hacer suyo el gran mensaje del Jefe indio Seattle, de la tribu Suwamish (1854) y la Carta de la Tierra (lanzada formalmente el 29 de junio de 2000) y sus pilares, para no solo ayudar a enfrentar el cambio climático sino la gran soledad espiritual que permea al ser humano, desde que perdió su misión de labrar y guardar el Huerto del Edén y proteger el árbol de la ciencia del bien y del mal y el árbol de la vida.

Segundo Foro Anual sobre Defensoras y Defensores de los Derechos Humanos en Asuntos Ambientales de América Latina y el Caribe

El Segundo Foro Anual sobre Defensoras y Defensores de los Derechos Humanos en Asuntos Ambientales de América Latina y el Caribe se realizará entre los días 26 y 28 de septiembre de 2023, en la Ciudad de Panamá, Panamá

Organizan: CEPAL, en su calidad de Secretaría del Acuerdo de Escazú, en alianza con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Gobierno de Panamá, y el apoyo del Banco Mundial.

En el Segundo Foro que tendrá lugar en la Ciudad de Panamá entre el 26 y el 28 de septiembre, se abordará la situación de las personas defensoras de derechos humanos en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe, se compartirán experiencias y buenas prácticas en la promoción, prevención y protección de las personas defensoras del ambiente, y se continuarán las discusiones y consultas del Plan de Acción.

  1. Objetivos del Segundo Foro Anual

a. Reflexionar y sensibilizar sobre la situación y riesgos que enfrentan las personas defensoras de derechos humanos en asuntos ambientales de América Latina y el Caribe.

b. Conocer los mecanismos e iniciativas de promoción, prevención y protección de personas defensoras, existentes en el mundo y en la región.

c. Contribuir a fortalecer las capacidades y la cooperación entre las Partes, del público y otros actores clave en la materia.

d. Discutir y recibir propuestas para el Plan de Acción en las mesas de trabajo con todas las personas participantes.

Las conclusiones del foro y las mesas de trabajo se plasmarán en un informe final que servirá como insumo para la elaboración y revisión del plan de acción por parte del Grupo de Trabajo.

  1. Modalidades de trabajo

El día 26 de septiembre habrá espacio para reuniones preparatorias previas al Foro. El 27 de septiembre se dará inicio al Foro y tendrá un formato de plenaria, donde a través de paneles de expertos, mesas redondas de discusión y testimonios seleccionados se buscará profundizar en la temática y dar a conocer el estado de situación de las personas defensoras en la región, identificar nuevos desafíos y las iniciativas o mecanismos nacionales y regionales de protección existentes en la materia.

Durante el día 28 de septiembre, se llevará a cabo una discusión focalizada del plan de acción, donde habrá mesas de trabajo centradas en cada uno de sus ejes y que reportarán sus resultados al pleno.

El foro será presencial con transmisión en vivo. 

Las mesas de trabajo serán presenciales y virtuales, las cuales funcionarán en forma paralela.

Habrá interpretación simultánea español-inglés.

  1. Panelistas y público objetivo

En el Segundo Foro participarán las Partes del Acuerdo de Escazú, especialistas reconocidos en el tema, actores clave, y el público en general, especialmente, personas defensoras de derechos humanos, pueblos indígenas y comunidades locales y personas o grupos en situación de vulnerabilidad que defienden el medio ambiente.

  1. Participación y registro

Habrá cupos para la participación del público de manera presencial en todo el Foro (incluidas las mesas de trabajo), previo registro y confirmación de su acreditación, según el espacio disponible en el recinto del evento.

Adicionalmente, se habilitará la participación virtual del público en las mesas de trabajo durante el segundo día del Foro (28 de septiembre), previo registro.

REGISTRO PARA PARTICIPAR DE MANERA PRESENCIAL EN EL TODO EL FORO (INCLUIDO MESAS DE TRABAJO) AQUÍ

REGISTRO PARA PARTICIPAR EN LAS MESAS DE TRABAJO DE MANERA VIRTUAL AQUÍ (SÓLO 28 DE SEPTIEMBRE)

 

Fuente: https://www.cepal.org/es/eventos/segundo-foro-anual-defensoras-defensores-derechos-humanos-asuntos-ambientales-america-latina

Los ODS y las U Públicas

Por Ma. Elena Fournier Solano. Extensionista universitaria/ambientalista mefourniercr@gmail.com

El origen de conceptos como: desarrollo sustentable, sostenible, sostenido, fue a raíz del informe Nuestro Futuro Común, 1987 para la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, Río de Janeiro, Brasil, 1992.

Eduardo Galeano en su libro: Úselo y tírelo, 1997, expresó:

«Las empresas gigantes de la industria química, la industria petrolera e industria automovilística han pagado buena parte de los gastos de la Eco-92, la conferencia internacional que en Río de Janeiro se ocupó de la agonía del planeta. Y esa conferencia, llamada Cumbre de la Tierra, no condenó a las transnacionales que producen contaminación y viven de ella, y ni siquiera pronunció una palabra contra la ilimitada libertad de comercio que hace posible la venta del veneno».

Estos conceptos han sido ya discutidos, cuestionados desde hace más de 20 años, superados, implica un desarrollo y crecimiento económico sin límites, extensiva, intensiva, infinito en sociedades desiguales nos decía un profesor de derecho que son una justificación para permitir, por ejemplo, la declaratoria de «interés público» secar y destruir humedales. Ejemplo: La Trocha 1856 Juan Rafael Mora Porras, de la expresidenta Laura Chinchilla.

Desde 2015, se imponen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Asamblea General de la ONU 2015, aprobando la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible como un instrumento.

Costa Rica fue el primer país del mundo en firmar el pacto nacional (¡pero no ratificamos ni firmamos el Acuerdo de Escazú!), entonces estamos obligada-os a terminar con el hambre, luchar contra la pobreza, la desigualdad, promocionar la educación, salud, protección del ambiente y fortalecimiento de la justicia (UCR: Desarrollo sostenible aportes de la UCR para el alcance de la Agenda 2030, de Henning Jensen y Yamileth Angulo).

Nuestra autonomía universitaria es violentada:

La Procuraduría General de la República, dictamen C-147-1994, indica sobre la autonomía política que «es la capacidad de autogobernarse o autodirigirse políticamente, de fijarse el ente a sí mismo sus propios objetivos fundamentales, dentro del marco de su competencia constitucional o legal».

La posición de la señora Mirian Vilela, representante de la Carta de la Tierra de la ONU, en entrevista realizada acerca de los ODS, expresa que es un agente de cambios, en donde menciona valores, principios, fuente de transformación social y en dónde señala que las universidades públicas debemos de repensar nuestro papel, entre otras ¿sugerencias?

Como muchas personas y colectivos, sentimos estos lineamientos como una imposición, un adoctrinamiento de la política de la Agenda 2030 con una versión sencilla, popular y engañosa.

No debemos de trabajar la agenda de la muerte, tenemos la opción de construir la filosofía o cosmovisión indígena de muchos países del mundo, incluyendo los nuestros acerca del “Buen Vivir”.

Producir sí, pero ecológicamente, como el mensaje inspirador del activista francés Jean-Luc Mélenchon en París, Unión Popular Ecológica y Social en una de las grandes manifestaciones contra el neoliberalismo: «la clave de un futuro ecológico es trabajar mejor y trabajar menos, si producimos ecológicamente, vamos a tener tiempo y ejercer el derecho para vivir, amar, no hacer nada, cuidar a los nuestros, descansar, pintar, cantar, hacer poesía, el cansancio podrá ser repartido equitativamente entre todos”.

Se han manifestado un colectivo costarricense de mujeres amas de casa, técnicas y profesionales:

Objetivos oficiales

Objetivos reales

1. Fin de la pobreza.

1. Reducción de la población.

2. Hambre cero.

2. Monopolio de los alimentos.

3. Salud y bienestar.

 3. «Vacunación» cíclica obligatoria.

4. Educación de calidad.

4. Adoctrinamiento.

5. Igualdad de género.

 5. Feminización y división de la sociedad.

6. Agua limpia y saneamiento.

 6. Privatización de toda el agua del Planeta.

7. Energía asequible y no contaminante.

7. Energía cara e impuestos verdes abusivos.

8. Trabajo decente y crecimiento económico

8. Explotación laboral y esclavitud fiscal.

9. Industria, innovación e infraestructura.

 9. 4ta. Revolución Industrial.

10. Reducción de las desigualdades. Transhumanismo.

 10. Leyes únicas para todos los países.

11. Ciudades y comunidades sostenibles.

 11. Vigilancia y control absolutos. Totalitarismo.

12. Producción y consumo responsable.

 12. Alimentos transgénicos. Granjas de insectos.

13. Acción por el clima.

 13. Geoingeniería climática

14. Vida submarina.

14. Control absoluto de los alimentos marinos.

15. Vida de ecosistemas terrestres.

15. Control absoluto de los recursos naturales.

16. Paz, justicia e Instituciones sólidas.

 16. Estados policiales. Fin de la libertad.

17. Alianzas para lograr los objetivos.

17. Gobierno global: Nuevo Orden Mundial.

Entre los reclamos contra ODS está que no incluye el apoyo a las luchas indígenas, campesinas por sus tierras, agua (…), pero no se menciona nada acerca del final de los paraísos fiscales, continúa el modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico, sometiendo a la dimensión económica, la social y ecológica. 

Comparto para esta reflexión del Dr. Jenaro Diaz Ducca: «(…) nunca ha sido la costumbre en las universidades públicas aceptar a ciegas políticas impuestas desde organismos internacionales que nos comprometen sin tener completamente claro a qué estaremos obligados desde la enseñanza, la investigación y la acción social como «conciencia lúcida de la Patria», según lo definiera el prócer Rodrigo Facio».

No permitamos que nos adoctrinen, que nos impongan agendas externas, que nos amenacen.

 

Imagen ilustrativa, UCR.

La batalla que no podemos perder

Alberto Salom Echeverría

“No solo los pobres y oprimidos deben liberarse. Hoy deben ser liberados

todos los seres humanos. Todos somos rehenes de un modelo de comportamiento

que nos sitúa, en contra del sentido del universo, por encima de las cosas, en vez de

estar con ellas dentro de la gran comunidad cósmica.”

Fazenda Sossego, Santana do Deserto, MG.

“…la esperanza [es de que] el futuro común no se construirá

sobre las ruinas del planeta y de la humanidad. Así como del caos originario

surgió la cosmogénesis, la litosfera, la hidrosfera, la atmósfera, la biosfera y

la antroposfera, también habrá de surgir la noosfera -la comunión de mentes

y corazones- en un centro de vida, de solidaridad y de <<amorización>> común.”

Fazenda Sossego, Santana do Deserto, MG.

Introducción

Estas dos, para mí, extraordinarias citas, que comparto con usted amigo y amiga lectora, se encuentran en la sucinta pero enjundiosa introducción al maravilloso libro del teólogo Leonardo Boff, “Grito de la Tierra, Grito de los Pobres, hacia una conciencia planetaria.”

Me enorgullezco al contarles que tanto el teólogo Leonardo Boff como Frei Beto, fueron invitados de honor en la Universidad Nacional (UNA) durante el ejercicio de mi rectoría e impartieron sendas conferencias de gran calado, alrededor de la temática del calentamiento global y el cambio climático, con un énfasis en una ética ecológica y desde una perspectiva cristiana. En el caso de Frei Beto fue galardonado como profesor Emérito de la UNA.

Muchos de nosotros, académicos, administrativos y estudiantes, adultos y jóvenes, nos vimos enriquecidos con sus reflexiones ora filosóficas y teológicas, ora éticas y ecológicas y creemos haberlos honrado (en mi caso tras haber llegado a la etapa jubilatoria en junio del 2020), al fundar una organización de la sociedad civil que denominamos: “Madre Tierra por el desarrollo sostenible y sustentable.”

En mi caso, les cuento que estaba -y estoy todavía- plenamente convencido de que la lucha por un desarrollo sostenible y sustentable con la Naturaleza, con la vida y los ecosistemas que la contienen, es la principal tarea de nuestros tiempos, so pena si no lo hacemos de sufrir nuestra generación o las próximas en un futuro inmediato, la hecatombe más mortífera y desastrosa que haya experimentado la humanidad y la vida de todas las especies de plantas y animales sobre la faz de la tierra, pudiendo llegar hasta su desaparición completa, es decir su extinción. Esta posibilidad es real y, los científicos más connotados de todos los países que, se han congregado varias veces desde 1972, en el estudio y profundización de investigaciones transdisciplinarias e interdisciplinarias, lo han constatado y han dado fe y certeza de ello a toda la humanidad. Los signos son evidentes, ominosos y patéticos. Sin embargo, veremos que la “batalla” para defendernos de semejante catástrofe no ha resultado tan eficaz ni eficiente, como lo hubiésemos creído originalmente y, por ende, estamos transitando por un camino inmensamente escarpado y difícil de alcanzar.

Nos llegó la hora de la verdad.

Procuro mantenerme bien informado respecto de la evolución de la enfermedad de la tierra. Es un deber autoimpuesto, desde que tomé la decisión de fundar junto con otras académicas y académicos, estudiantes, trabajadores en general, la Asociación Madre Tierra. Leo todos los libros que pueda, muchas personas amigas, mis hermanos, como saben que el tema es de mi particular interés e incumbencia, me regalan buenos libros; además me he dado a la tarea de leer muchos excelentes reportajes, seleccionando la fuente de la información, porque ‘está de dios’ en estos días que circulen también por las redes una abrumadora cantidad de noticias falsas, por lo que hay que agudizar el lente.

Siempre he vivido lleno de esperanza en la humanidad, ahora ya como adulto mayor, me he ido dotando de una buena dosis de realismo que combino con mi inveterada costumbre de ver el lado bueno de las cosas. Esto lo expreso porque casualmente en estos últimos días circula un buen cúmulo de información preocupante sobre el estado del paciente, nuestra Madre Tierra.

Para escribir este ensayo he seleccionado una investigación internacional, que me ha parecido veraz y cuyo contenido por tanto quiero compartir con mis amigos lectores. Se trata de un estudio realizado por investigadores del Centro Vasco de Investigación sobre el ‘Cambio Climático’, publicado la semana anterior en la revista Nature, según lo escrito por la científica Noelia Zafra. (Cfr. https://cadenaser.com/nacional/2023/05/31/una-investigación-internacional-revela-que-ya-se han-sobrepasado-siete-de-los-nueve-umbrales-que-permiten-la-vida-en-la-tierra-cadena-ser/):

El informe no puede ser más preocupante, ya que el Planeta en su conjunto ha sobrepasado siete de los nueve umbrales que permiten la vida en la tierra. Suena escalofriante, no es cierto (¡!). Se nos advierte, como lo he repetido en mis ensayos sobre la temática, que los daños no son idénticos en todas partes, sino que se mantienen los efectos desiguales de acuerdo con la exposición de las diferentes regiones a los efectos de la contaminación, la falta de agua y el clima, para citar tres de los siete baremos que han provocado que hayamos cruzado ‘las líneas rojas’ acerca de la habitabilidad de nuestra ‘Casa Común’. El documento también señala que desde el 2009, un grupo de científicos identificó los nueve indicadores que no deben traspasarse, para que la Tierra no se transforme en un lugar ‘hostil’ para la vida. Como puede verse ya hemos traspasado en muchas partes siete de esos nueve indicadores.

Por el lado de la contaminación, se señala el uso abusivo de elementos químicos como el fósforo y el nitrógeno que están presentes en muchos de los pesticidas utilizados en la agricultura. Un informe reciente señala problemas serios en el registro de plaguicidas en el caso de Costa Rica. (Cfr. gustavo.ortega@nación.com. Aparecido en el diario esta misma semana el 6.06.2023). La página consultada señala que pese a haberse emitido en los últimos 17 años diez decretos ejecutivos encaminados a regular y agilizar el registro de agroquímicos, persisten una extensa lista de componentes pendientes de inscripción y cuestionamientos por la amenaza del rezago de casi dos décadas, lo que pone en verdadero riesgo la salud humana, la de los animales y el propio medio ambiente. Además, cita el profesional que, de acuerdo con lo dicho por Ileana Sánchez, presidente de la Asociación de Profesionales en Registro, las normativas se elaboran sin tomar en cuenta la opinión de los especialistas. Imaginémonos semejante desaguisado. La señora Sánchez habría afirmado que la eficacia del registro de agroquímicos en Costa Rica está puesta a prueba, después de más de 20 años de estudios plagados de fallas. En el 2004, la Contraloría General de la República, advirtió que el mismo Servicio Fitosanitario del Estado, incumplía la normativa tanto nacional como internacional en materia de registro de plaguicidas. (Cfr. Ibidem. Pag.21). El propio jerarca del Ministerio de Agricultura del actual gobierno, Víctor Carvajal afirmó que en este país tenemos leyes aprobadas, sin que contemos con la mínima información acerca de si los químicos que están aplicando los productores pasaron por pruebas de impacto ambiental, puesto que no pasaron por el suministro de información indispensable. Por último, en un estudio del PNUD (Naciones Unidas), realizado por el Ing. Agrónomo Elidier Vargas en el 2021, se afirman transgresiones sorprendentes, como que, a esa fecha se contabilizaron 1.884 plaguicidas cuyos registros ya habrían vencido y algunos tenían hasta 37 años de tener sus registros vencidos, a otros ni siquiera se les había asignado una fecha de vencimiento. Por añadidura, otros 16 agroquímicos empleados en el país arrojaban un 44% de factores de alerta alta y 50% de alerta moderada para la salud humana, el medio ambiente y especies animales.

Vuelvo al informe original del Centro Vasco de Investigación, para contarles que la vida natural de la biosfera es otro de los límites sobrepasados, debido a que la gestión de los ecosistemas falla en el mantenimiento y conservación de su integridad funcional, puesto que, cada vez poseen menos área merced a modificaciones y desbarajustes introducidos por el ser humano. Por otro lado, el límite del clima, al cual nos hemos referido tantas veces, estamos a punto de transgredirlo, puesto que estamos 1,2 grados por encima de la era preindustrial y el límite señalado por los científicos ecologistas es de 1,5 para el 2050. Sin tan solo haber llegado a este punto, estamos experimentando eventos extremos catastróficos de sequía que llevan rumbo a la desertificación y, por otra parte, el planeta debe soportar lluvias torrenciales desbordantes, huracanes, ciclones y otros fenómenos semejantes que nos azotan. En cuanto al agua, en grandes extensiones de territorios densamente poblados, nos encontramos ya en situaciones críticas de escasez tanto en el agua superficial como en la subterránea.

Los mínimos vitales de nuestra batalla por el rescate de la Madre Tierra.

1. Estratégicamente, la humanidad ha de prepararse para librar una persistente lucha por modificar la crisis de dimensión civilizatoria; habida cuenta de que en el mundo predomina un modelo consumista que hemos instalado, sobre todo a partir de la época industrialista, el cual se ha convertido en un modo productivo cada vez más depredador de los ecosistemas y de todos los entornos marítimos y terrestres, como lo comprobamos diariamente. Fazenda Sossego, lo ha expresado magistralmente en la introducción al libro citado del teólogo Leonardo Boff, como lo dejamos expresado en la primera cita y repetimos ahora: “todos somos rehenes de un modelo de comportamiento que nos sitúa en contra del sentido del universo, por encima de las cosas en vez de estar con ellas dentro de la gran comunidad cósmica.” Por eso afirmo que se trata de una lucha universal que nos comprende e implica a todos.

2. En vista de que los pobres de la Tierra son los seres más amenazados, por estar dotados de menos recursos económicos, culturales y sociales, la lucha debe orientarse con prioridad a establecer la justicia social con equidad y como ha dicho Noelia Zafra, este es un eje transversal que debe cruzar todo nuestro comportamiento. Debemos convertirla por lo tanto en una ética universal. Profiere la investigación de los vascos una frase que me ha encantado: “Cuando se superan determinados umbrales, no todas las personas, países o grupos sociales se van a ver afectados de la misma manera.” En efecto, tales desigualdades ya se observan en determinados epifenómenos del cambio climático. Por eso Noelia Zafra remata con una idea que me gusta más todavía, arguyendo que: “…hay que mantener un mínimo, no solamente para que sobreviva el planeta, sino para que todos los seres humanos que habitamos en él podamos vivir.” Para que ello sea posible -agrega Noelia parafraseándola- hay que mantener el umbral de superficie del planeta en estado virgen entre un 50 y 60%; hoy nos encontramos muy por debajo de estos umbrales. (Cfr. Zafra, Noelia. Op.cit.)

3. Debemos luchar con denuedo por cambiar la mentalidad de todos, en el sentido de que entendamos que la Tierra es suficiente para todos los seres humanos y demás animales que conviven con nosotros; pero como dijo Gandhi, no es suficiente y nunca lo será ya más para la voracidad de los consumidores.

4. Es menester asimismo que aprendamos a convivir con la idea del primer formulador de los estudios ecológicos, según lo dijo Boff, que fue Ernst Haeckel (1834-1919): “…la ecología es el estudio de la inter retro-relación de todos los sistemas vivos y no vivos entre sí y con su medio ambiente.” [añade L. Boff], “No se trata de estudiar el medio ambiente o los seres bióticos (vivos) o abióticos (inertes) en sí mismos. La singularidad del discurso ecológico no está en el estudio de uno u otro polo, tomados por sí mismos, sino en la interacción y en la interrelación mutua. Eso es lo que forma el medio ambiente…” (Cfr. O.cit. Boff, Leonardo).

5. En consonancia con lo anterior Boff propone recuperar una visión global de la naturaleza y, dentro de ella, de las especies y sus representantes individuales. Así, afirma el teólogo, la ecología es un saber acerca de las relaciones, interconexiones, interdependencias e intercambios de todo con todo, en todos los puntos y en todos los momentos. La ecología atañe por lo tanto antes que, a objetos de conocimiento, a las relaciones entre los objetos de conocimiento. Me gusta decir junto a Leonardo Boff y Frei Beto que, se trata de un ‘saber de saberes’ relacionados entre sí. Las ciencias particulares no quedan suprimidas, la física, la matemática, la geología, la oceanografía, la biología, la termodinámica, la biogenética, la zoología, la antropología, la astronáutica, y la cosmología etc. Sino que deben seguir construyéndose, pero atentas unas respecto de las otras, por la interdependencia que los objetos de estudio de cada una de ellas guardan entre sí. El ‘saber de saberes’, no es una suma de ellos, sino que constituye una totalidad orgánica y abierta a la realidad y al saber acerca de esa totalidad, constituyéndose en una cualidad nueva. Todo esto de extraordinaria lucidez a mi parecer se encuentra en la visión de Leonardo Boff, y hoy yo lo he querido retrotraer para presentarlo ante ustedes. Porque sí constituye una visión que, por haberla hecho muy mía, deseo compartirla y someterla constantemente a la consideración de mis contertulios por doquier. Por fin Boff llega a la convicción, junto al mayor de los ecólogos brasileños, según su criterio, se trata de José A. Lutzenberger, que la ecología, “…es la ciencia de la sinfonía de la vida, es la ciencia de la supervivencia.” (Cfr. Concepto de ecología: Revista Vozes -enero febrero de 1979- pag.64). Por esa sola razón, remata L. Boff, la ecología se ha transformado en una crítica radical del modelo de civilización que hemos construido y seguimos construyendo…altamente consumidor de energía y desestructurador de todos los ecosistemas.

6. La última propuesta que deseo formular hoy es la de que, en esta urgente batalla, cada ser humano tiene un importante papel que jugar. Un papel consciente, a diferencia del modelo destructor que está instalado, en el que una minoría mundial es poseedora del dominio político y de los recursos del planeta. Esta minoría es la que mueve todo y a todos seres vivos y materia inerte, como si fuesen fichas, como si se tratasen todos de objetos inertes, puesto que los pobres, los trabajadores en todo el mundo, las minorías sojuzgadas, las mujeres vilipendiadas, en el mejor de los casos han adquirido conciencia de su situación, sin haber podido desmontar el modelo civilizatorio que nos oprime y propende a la destrucción de la vida.

De ahí que cada uno tenga asignado y autoasignado un papel en la medida de su consciencia, hasta llegar a formar parte de un inmenso movimiento regenerador del planeta. Cada uno es responsable de su huella ecológica, y se las debe ver con ella; del mismo modo que las grandes corporaciones, que son la punta de lanza de este modelo civilizatorio destructor de la naturaleza, de los ecosistemas y de la vida que debe ser reemplazado, les compete asumir la responsabilidad por seguir devastando al planeta con su producción de hidrocarburos, o combustibles fósiles, los cuales son los grandes propulsores de la contaminación ambiental y de la destrucción de los ecosistemas, igual que de la explotación de las clases trabajadoras.

El tiempo apremia, cada persona tiene un papel y en ello nos va la vida; es urgente contribuir a echar a andar esa rica energía creadora, ética y moralizadora de la consciencia y de la vida, antes que nos consuman las fuerzas destructoras. La esperanza está inextricablemente ligada a ello. La esperanza no es por lo tanto una quimera, es la confianza en el potencial creador de la especie humana cobrando consciencia de sí misma y de su entorno.