Al estar cerca el cambio de autoridades municipales en el país, volvemos nuestra mirada al cantón de Guatuso, y en especial a las personas vecinas de Maquengal que ya desde años atrás vienen avisando sobre el agotamiento al que Río Frío está siendo expuesto por la extracción de materiales, sin embargo, las autoridades municipales siguen defendiendo que esta actividad extractiva es una de las más grandes herencias que le puede quedar al cantón.
Por esta razón, nos dimos a la tarea de consultarle a la comunidad de Maquengal para conocer con más detalle ¿Qué tipo de herencia está quedando en este pueblo?
Les compartimos esta infografía que nos ayuda a resumir los «grandes» aportes de esta herencia:
-Daños en el equilibrio del río.
-Erosión de la ribera.
-Afectaciones en la parte alta del río.
-Destrucción de los modos de vida de la comunidad para actividades económicas y de recreación.
-Amenaza en la fauna y los entramados de la vida que sustenta el río.
Esto nos hace pensar ¿realmente estamos entendiendo la importancia de la Tierra para sostener los tejidos de la vida?
Nos reunimos con Yadira, Juan, Deula, Ofelia y Emigdio sobre la propuesta del Diagnóstico ambiental que propone el Alcalde electo Carlos Sequeira, y lastimosamente tuvimos un fallo técnico y perdimos alrededor de 10 minutos, los cuales retomamos a partir de colaboraciones mediante audios que pedimos posterior a nuestro encuentro el 17 de febrero del 2024. En esta segunda se unen Renato Paniagua para conocer en breve sobre el estado de Caño Negro y Minor Atencio de Maquengal, conversamos en esta parte sobre el estado de la promoción turística, ¿Cómo está el turismo en Maquengal? y ¿Qué implicaciones tiene la extracción de material para esta actividad?
Un proyecto de Acción Social del CONARE creó alianzas con productores agrícolas y agroturísticos
Autoría: Eduardo Muñoz-Sequeira (Vicerrectoría de Acción Social)
El Territorio Norte-Norte costarricense es una de las zonas del país con enormes potenciales para el crecimiento económico, social y productivo, pero que requiere el acompañamiento técnico para que el talento humano adquiera las habilidades y conocimientos que complementen los saberes que han aprendido a lo largo de generaciones.
Con ese fin en la mira, el proyecto de Acción Social denominado “Innovación y valorización de productos agroalimentarios y turísticos, vinculados a sistemas asociativos en los territorios de Upala, Guatuso y Los Chiles”, que tuvo su origen en una solicitud del Consejo Territorial de Desarrollo Norte-Norte (CTDNN) al CONARE a finales del año 2020, ya rinde sus frutos.
Tras la aprobación de dicha iniciativa, el CONARE realizó reuniones con representantes comunitarios y grupos de personas productoras de la región para diseñar una propuesta de intervención de intercambio de saberes y experiencias entre las universidades y dichas comunidades.
Y como una manera de compartir los avances en el proyecto, el pasado 29 de noviembre se reunieron delegaciones en el Campus Tecnológico, en el cantón de San Carlos, donde se expusieron diversos temas relacionados a las iniciativas que se han impulsado desde el inicio del proyecto.
Personas que se dedican a la producción de cacao, raíces, tubérculos y emprendimientos turísticos compartieron, se reencontraron y siguieron definiendo una ruta para el mejoramiento de su región, con el objetivo último de ofrecer más y mejores posibilidades de organización comunitaria, empleo y comercio justo de la producción de esa rica zona.
MANO A MANO
Desde la aprobación por parte del CONARE a la solicitud del CTDNN, las universidades públicas realizaron jornadas de trabajo para sistematizar una propuesta de intervención a partir de proyectos en ejecución en la zona, y finalmente se agruparon en nueve temáticas, a saber: emprendimiento, turismo, cultura, educación, gestión ambiental, migración, modernización del aparato municipal, infraestructura, capacitación y asistencia técnica a productores, y gestión del riesgo de desastres.
Las cinco universidades públicas: la de Costa Rica (UCR), la Nacional (UNA), la Técnica Nacional (UTN), la Estatal a Distancia (UNED) y el Tecnológico de Costa Rica (TEC) articularon un plan de trabajo para diseñar protocolos y planes estratégicos a partir de procesos de cocreación, innovación y transferencia tecnológica para la implementación de los sectores productivos y turísticos.
En este proceso las universidades, además de aportar los saberes de docentes e investigadores, contaron con el apoyo de estudiantes comprometidos con la Acción Social. Con el trabajo del estudiantado se realizaron los mapeos de actividades grupos de productores, talleres y capacitaciones y brindaron apoyo en la evaluación de los procesos realizados.
RESULTADOS COMPARTIDOS
Entre los logros se destacan la construcción de redes entre cantones, mismas que han favorecido las relaciones entre personas productoras y emprendedoras, que se constituyen en un factor para futuras colaboraciones comerciales y oportunidades de crecimiento para las comunidades involucradas.
Además, mediante el intercambio de experiencias se han fortalecido los canales de distribución y comercialización, gracias al conocimiento adquirido en las capacitaciones y las discusiones entre las organizaciones sobre las mejoras formas de colocar lo producido y promocionar los atractivos del Territorio Norte-Norte.
Para Rebeca Marchena Quirós, representante de la comunidad indígena Maleku y una de las líderes de la plataforma del cacao, este proceso “ha sido todo un reto, ha implicado días de sacrificio para trabajar juntos, nos hemos hecho una comunidad y tenemos grupos que nos pasamos información indiferentemente de la comunidad. Esa iniciativa de conformar una plataforma fue eficaz para nosotros porque a veces tenemos escasez de cacao, y ahora puedo contactar a compañeros de Upala y decirles ‘no tengo cacao, necesito semilla para poder abastecer a un cliente’”.
“Yo soy una mujer cacaotera, de 25 años, y hace tres años no sabía nada sobre el cacao y poder unirme con todas estas personas que tienen muchos conocimientos ha sido de mucho enriquecimiento no solo a nivel personal, sino de trabajo. He tenido ‘toures’ de cacao, y no sabía las variedades, pero ahora nos ayudamos y no estamos en esa rivalidad que teníamos antes de este proyecto de CONARE; ahora Upala, Guatuso y Los Chiles estamos en una sola plataforma”, agregó Marchena.
Por su parte, Marta Alvarado, vecina de Upala e integrante de la Asociación de Productoras y Productores de Tubérculos y Raíces, recalcó que “ser productora, madre, jefe de familia y estudiante es bien difícil, hay que hacer estrategias para sacar todas estas tareas”. Además, afirmó, que “todo esto ha sido de gran aprovechamiento porque hemos aprendido cómo manejar los suelos y sacar provecho de los recursos naturales. Nos capacitamos en muchas áreas, y nos integramos porque a veces no estamos acostumbrados a compartir con otra gente, antes de esto estábamos carentes de conocimiento lo cual es como una herramienta sin filo que no puede funcionar; pero ahora somos como una herramienta con filo que ya puede utilizarse”.
Coincidiendo con Alvarado, el productor Vicente Rojas Ortiz comentó que aunque tenían conocimientos básicos para la producción de tubérculos, gracias al apoyo brindado por las universidades públicas lograron “comprender que los análisis de los suelos nos ayudan a ahorrar en fertilizantes, que podemos producir insumos naturales y planificar nuestras cosechas para tener una mejor comercialización. Como grupo organizado nos beneficiamos porque nos conversamos entre nosotros y buscamos la manera en que podemos innovar, dándole valores agregados a nuestros productos, y con el acceso de las semillas mejoradas que nos han dado las universidades tenemos menores riesgos en las cosechas y así volver a cosechar otras cosas que no hemos cultivado antes por las enfermedades y plagas”.
CON MIRAS AL FUTURO
Fernando Sandí Castro, expresidente de la Cámara de Turismo y Comercio de Los Chiles (CATUCHI), indicó que uno de los aspectos destacados de este trabajo entre universidades y comunidades fue “la formalización del destino turístico, de las microempresas que están naciendo y otras que ya están pero les faltaba alguna cosa, pero ya se habla de pensar en más grande y tener las pólizas de seguros y todos los permisos al día, así como mejorar la seguridad para visitantes. Lo que estamos buscando es calidad de primera porque en turismo no hay segunda oportunidad y estamos agradeciendo a las universidades públicas que nos han ayudado y esperamos que este 2024 y 2025 sigan pensando en la importancia de este acompañamiento que ustedes dan a la zona”.
Durante su participación Campus Tecnológico, en el cantón de San Carlos, el pasado 29 de noviembre, y con la llegada del CONARE se empezó a discutir sobre las necesidades y aspiraciones para impulsar los emprendimientos turísticos y darles un nuevo rumbo. “El Territorio Norte-Norte está lleno de atractivos históricos, naturales, gastronómicos, de ríos, montañas, volcanes. Estamos buscando su visibilización para lo que se hace necesario la formación del recurso humano y que las personas se vayan con ganas de regresar; y en esto las universidades han sido un aliado importantísimo en este trabajo”.
El proyecto “Innovación y valorización de productos agroalimentarios y turísticos, vinculados a sistemas asociativos en los territorios de Upala, Guatuso y Los Chiles”, además de vincular a asociaciones de personas productoras y turísticas contó con el acompañamiento de aliados estratégicos como el Ministerio de Agricultura y Ganadería, el Instituto de Desarrollo Rural, el Instituto Costarricense de Turismo; así como cámaras locales de Turismo Local, de Exportadores de Raíces y Tubérculos, y diversas organizaciones no gubernamentales que aportaron su experiencia.
Según informan los vecinos “acá en Caño Negro en este momento se está extrayendo arena del río para aprovecharla. Hay unos bancos de arena que están dificultando la navegación. En este momento es imposible bajar después del Caño Los Patos en una embarcación mediana, la poca agua, los troncos expuestos y los bancos no permiten transitar. La sedimentación de arena y de barro o lodos está afectando bastante al humedal. Los lodos se acumulan en los bordes de los cuerpos de agua y la arena en el fondo.”
Desde hace varios años la comunidad de Maquengal de Guatuso viene denunciando en torno a la situación que está amenazando al Río Frío. Esta comunidad está a 15 kilómetros del Centro de Guatuso donde el turismo, la lechería, la agricultura familiar compiten con el monocultivo y la minería no metálica.
Esta región ha vivido una expansión de diversas actividades económicas que han empezado a presionar la salud del río, entre ellas los monocultivos y la ganadería, que están asociados a los procesos de deforestación, erosión y compactación de suelos, pero también ha empezado a tener mayor presencia la Minería no Metálica.
El Río Frío, ese vecino que ha sido testigo de muchas de sus alegrías, han hecho fiestas, se han bañado y pescado, y hasta es motivo que desde otros lugares lleguen visitarlos para disfrutar de sus aguas.
Sin embargo, lo que fue el Río Frío hoy resulta lejano, desde finales de los noventa se conocen las concesiones para la extracción del material en este río. Situación que ha venido intensificándose cada vez más, al reconocer el buen negocio que puede significar para unos pocos amparados por la institucionalidad municipal.
Eddy Alberto López Mora de la Asociación de Desarrollo de Maquengal de Guatuso, participando del Programa Voces y Política de Radio Universidad comento “El Río Frío es una fuente vital de economía turística y agrícola de la zona, pues es el principal afluente del Humedal de importancia mundial de Caño Negro, sin embargo, la minería desregulada lo acaba de a poco”.
En este caso las vecinas y vecinos señalan que la Municipalidad de Guatuso no monitorea las acciones de las empresas extractivas, “esto ha venido a matar el río” aseguró López sobre la cantidad de material que tienen concesionado y concluyó diciendo “Le estamos vendiendo al mundo un sitio RAMSAR un humedal que no estamos cuidando.”
Esta actividad extractiva de materiales del río no sólo cambia su curso y afecta su caudal, sino que también genera procesos de erosión en las riberas y la sedimentación del mismo. La agudización de estos efectos nos lleva a diversos daños ambientales, como el rompimiento de los ciclos de reproducción de muchas especias o la agudización de los efectos de los fenómenos naturales cuando vemos las crecidas del río y las inundaciones.
Muchas personas que son vecinas dan testimonio de las afectaciones, pero también recuerdan la belleza e importancia que ha tenido para sus vidas, por esta razón es un río que resiste al abandono de la institucionalidad que procura seguir explotándolo, porque como nos recuerdan estas mismas personas a pesar del daño que ya muestra, sigue teniendo visitación y sigue alegrando la vida, por esta razón lo defienden y siguen señalando que estamos a tiempo de salvarlo.
Además de esto, ¿Qué pasa con la vida comunitaria? Sucede algo, en el territorio se da la erosión de la calidad de vida, que ven cómo sus espacios de encuentro e intercambio empiezan a desaparecer, ¿a dónde quedaron las pozas? ¿dónde quedaron las corrientes del agua? ¿a dónde vamos después de la escuela? Es decir ¿a dónde van a ir a disfrutar?
Observatorio de Bienes Comunes Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) y con apoyo el proyecto Geografía y Diálogo de Saberes: Análisis de la conflictividad socioambiental en territorio rurales de Costa Rica (ED-3526) del Programa Kioscos socioambientales y la Escuela de Geografía de la Universidad de Costa Rica.
El pasado 16 de noviembre compartimos en el programa de Voces y Política con Yadira Campos, Eddy Alberto López y con las intervenciones de Minor Atencio, Juan Castrillo y Eli Artavia del Comité de Vecinas y Vecinos de la comunidad de Maquencal de Guatuso en el programa titulado “Extractivismos al descubierto: Maquencal y la minería no metálica”.
Maquencal, ¿cuanto sabemos de este lugar? A 15 kilómetros del Centro de Guatuso podemos encontrar esta comunidad en donde el turismo, la lechería, la agricultura familiar compiten con el monocultivo y la minería no metálica.
Maquencal o Maquengal sigue dando que decir, cuál de las dos formas puede levantar revuelo si se les pregunta a una o otra persona, pero lo que si es seguro es el cariño entrañado que sienten muchas de las familias por el Río Frío, ese vecino que ha sido testigo de muchas de sus alegrías, han hecho fiestas, se han bañado y pescado, y hasta es motivo que desde otros lugares lleguen visitarlos para disfrutar de sus aguas.
Sin embargo, lo que fue el Río Frío hoy resulta lejano, desde finales de los noventa se conocen las concesiones para la extracción del material en este río. Situación que ha venido intensificándose cada vez más, al reconocer el buen negocio que puede significar para unos pocos amparados por la institucionalidad municipal.
Esta actividad extractiva no sólo cambia los cursos del río y la disminución de su caudal, sino que también genera procesos de erosión en las riberas y la sedimentación del mismo. La agudización de estos efectos nos lleva a diversos daños ambientales, como el rompimiento de los ciclos de reproducción de muchas especias o la agudizan de los efectos de los fenómenos naturales cuando vemos las crecidas del río y las inundaciones.
Además de esto, ¿Qué pasa con la vida comunitaria? Sucede algo, en el territorio se da la erosión de la calidad de vida, que ven como sus espacios de encuentro e intercambio empiezan a desaparecer, ¿a dónde quedaron las pozas? ¿dónde quedaron las corrientes del agua? ¿a dónde vamos después de la escuela? Es decir ¿a dónde van a ir a disfrutar?
¿Hasta cuánto y cuando se puede extraer material? ¿Qué lugar tienen nuestras comunidades en esos proyectos de supuesto desarrollo? ¿Qué relevancia tiene el disfrute de nuestros bienes comunes en esas iniciativas económicas? Estas son algunos de los cuestionamientos que llevaron a la comunidad de Maquengal a organizarse y empezar a evidenciar las afectaciones que este tipo de proyectos extractivos hacen a la espalda de la vida comunitaria, pero sus costes los pagan las comunidades.
Gracias a las intervenciones de Eddy, Yadira, Minor, Juan Castrillo y Eli contribuyeron a caracterizar la situación que atraviesa el Río Frío, por esta razón les compartimos las ideas principales que se presentaron:
Afectaciones evidenciadas por personas de la comunidad a raíz de la extracción:
Ganadería: Los finqueros que colindan con el río sufren pérdidas de terreno que provoca la erosión de las orillas cuando este crece. Debido a la erosión, se hacen recortes en el terreno, lo que dificulta que los animales bajen a tomar agua.
El río está dejando sin paso a los finqueros de la zona, porque se hace cada vez más ancho y profundo el cauce del río.
Erosión: Los suelos y los árboles han sufrido una erosión debido al daño que se hace al ingresar con las maquinarias al río. También, para realizar la extracción están destruyendo las isletas que hay dentro del río, donde hay muchos árboles grandes y fauna.
Recreación: Antes había un gran número de pozas que podían visitar en familia y muchas de ellas ya hoy no existen.
Parte turística: En el río se practicaba rafting y tubing y debido a la forma que ha tomado el río y al caudal tan bajo, no se puede realizar dicha actividad porque es peligroso.
Por muchos años en Guatuso se hizo el torneo de pesca que reunía a personas de todo el país, pero desde hace unos 10 años no se ve esa actividad.
El Refugio Silvestre Caño Negro se ve afectado por la sedimentación de los ríos, en especial Río Frío lo que afecta la actividad del turismo. Tememos que próximamente sea el humedal de los Chiles.
Navegación: Hace aproximadamente 15 años, Río Frío era un río navegable, muchas personas de Guatuso tenían pangas y las podían utilizar sin problema.
Peces: Río frío era río con mucha variedad de peces, entre ellos se podían ver el pez sierra, róbalo, roncadores, sábalo real y la famosa machaca que ahora es difícil de encontrar.
Ha bajado el caudal del río.
Sedimentación: Al extraer tanto material y al reforestar los árboles para esto, el río va perdiendo los retenes naturales como las piedras grandes. Las pangas se anclan en cualquier lado por la sedimentación.
Cuando llueve muy fuerte, las partes bajas del cantón de Guatuso se inundan con más frecuencia en los últimos años.
¿Qué ha pasado con esa extracción de materiales?
Este río ha tenido varias concesiones, en el año 1987 fue la primera concesión y desde entonces ha habido como unas 6 más.
Cuando sucedieron los desastres por el huracán Otto, se dieron más concesiones con la finalidad de arreglar todas las carreteras del cantón que se habían deteriorado, y desde entonces hemos visto a mayor escala el deterioro del río.
Están haciendo extracción de material sin ningún control, provocando terribles daños para el cauce del río y a su alrededor.
Ya se han puesto denuncias a las autoridades competentes, pero no se han tenido respuestas positivas y se ha ignorado la situación.
Desde la municipalidad, ellos señalan abiertamente que gracias al Río Frío cuentan con una concesión permanente para el desarrollo del cantón, entonces ellos están felices, nosotros somos los que no estamos felices porque podemos ver el daño. Para ellos la prioridad es extraer material, el problema es que no se sabe si se está haciendo con medida o no, porque cuando se pregunta si hay daño ambiental, las personas funcionarias de la municipalidad señalan que no hay prueba física que lo compruebe, pero nosotros como integrantes de la comunidad lo podemos ver.
Necesidades:
Orientación sobre qué medidas podemos tomar, porque Río Frío es uno de nuestros tesoros. Como se ha visto el avance del daño, las personas temen que ese río se vaya a destruir totalmente y desaparezca.
Necesitamos el apoyo y orientación a través de las experiencias de personas y comunidades que se hayan organizado para la defensa de sus ríos y humedales, para saber a dónde dirigirnos para asegurar la protección del río.
Necesitamos dar a conocer lo que pasa, para poder hacer conciencia y así evitar este tipo de prácticas para conservar la vida de nuestro río y la nuestra. Que las personas comprendan qué estamos demandando, por qué y para qué lo estamos haciendo.
Queremos concientizar que las acciones que están emprendiendo generan consecuencias que perjudican a las comunidades y a la fauna.
Nosotros como comunidad que somos los afectados, no estamos en desacuerdo con que hagan las extracciones, menos con paralizar el progreso del cantón, como nos tachan. Reconocemos que es la única fuente que tiene el cantón para reparar los caminos, lo que solicitamos es que se regule la cantidad de material que se extrae, de manera que sea amigable con el río y la vida que depende de estos como los humedales y la fauna.
Se supone que las extracciones son para el cantón, pero no vemos reflejado las extracciones con las reparaciones de caminos, la red vial no está asfaltada, los caminos no se ven arreglados, las extracciones no llegan a las comunidades. Lo que sí se ve reflejado es el daño ambiental que se le hace al río.
No contamos con un geólogo que de forma desinteresada y neutral pueda comprobar que hay daño ambiental en el río. Tampoco contamos con el dinero para pagar un abogado que nos pueda orientar y defendernos.
Necesitamos que esta situación se comprenda no sólo como un problema local, sino regional y más que esto nacional. El potencial turístico de Caño Negro es enorme, pero no recibe la protección que debería. Como se vende sobre su belleza, uno de los refugios más importantes de la zona norte, debemos así difundir su protección. Es ilógico pensar en mostrar este lugar como una zona turística si en unos años va a terminar desapareciendo.
No estamos luchando para nosotros mismos, sino para nuestros hijos y nietos, para que puedan vivir en un lugar tranquilo y seguro.
Como cierre de sus participaciones, Yadira nos recordaba que
“Para Maquengal Río Frío es como un tesoro para nosotros, en él se desarrolla la ganadería, la recreación y el turismo. Podríamos decir que es lo más valioso para Maquengal”.
“Si el creador nos ha dado un planeta para cuidarlo, donde nos puso para vivir, debemos de cuidarlo, porque qué haremos en un futuro nuestros hijos, nuestros nietos qué va a ser de ellos, por ejemplo en esta zona. Con quizás grandes carreteras pero sin agua. El mundo depende y la vida depende del agua”.
De esta manera, los y las vecinas de Maquengal nos llaman la atención sobre la difícil situación que a traviesa la comunidad, ante una institucionalidad pública que mira para otro lado, que prioriza el interés económico de unos cuantos, sobre el sentir de los ciudadanos.
Y a pensar de esto, la comunidad de Maquengal renuncia a darse por vencida, y siguen día a día recordándonos que nuestros ríos son más que recursos, son bienes comunes donde se reproduce la vida.
Una vez más salimos a la calle, y nos fuimos por invitación de la comunidad de Maquengal a conversar sobre ¿Qué está pasando con el Río Frío? ¿Cuáles son las implicaciones de la Minería no Metálica en la salud del río y de la comunidad?
Nos invitan a reflexionar sobre la importancia del involucramiento comunitario para el cuido y vigilancia de los bienes comunes naturales. A través de la conversación encontramos las pistas que nos refuerza que los bienes comunes existen en el tanto nos unamos y procuremos trabajar en colectivo. Con sus palabras nos llevan a cuestionar ¿Vale el desarrollo de unos pocos a cualquier precio?
En el artículo titulado “Realidad indígena de Guatuso: Resistencia cultural y derechos humanos”, del académico Trino Barrantes Araya, se ofrecen algunos rasgos que sirven para enriquecer el debate acerca del proceso de occidentalización que viven hoy los malekus.
Aunque históricamente los pueblos originarios de América han resistido por más de 500 años, la sistemática violación a sus derechos humanos se convierte en una norma del mundo occidental. Por eso, parte del objetivo de esta investigación es conocer en términos concretos cuáles son esos derechos fundamentales que enfrentan los palenques del Sol, Margarita y Tonjibe. Por eso, un primer paso de esta gran tarea es conocerla más a fondo, involucrarnos en el «ser» -problema ontológico-, hacer, pensar, sentir y hablar de nuestro pueblo. Por esta razón, se aborda un primer nivel teórico-metodológico y se toma como referente empírico a los «indios» Malekus, ya que constituyen una de las etnias más afectadas por la occidentalización de su cultura.
El autor señala los factores, muchas veces xenófobos, con los que la cultura occidental señala a los pueblos originarios. Por ejemplo, llamarles ignorantes, vagos, primitivos, salvajes, mientras que lo español y lo europeo, suponía educación, civilización y desarrollo, con el fin de entender la realidad que viven esta población aún en la actualidad.
Se le invita a leer el análisis completo en el siguiente PDF:
Desde el 2019, la Coordinación de Acción Social ha realizado una serie de visitas a las comunidades, asociaciones de desarrollo y gobiernos locales
El M.M. Mauricio Araya Quesada, coordinador de Acción Social, ha visitado diferentes comunidades y gobiernos locales para lograr un trabajo en conjunto.
Con la firme convicción de que hay que poner la Universidad al servicio de la comunidad, el M.M. Mauricio Araya Quesada, coordinador de Acción Social se ha dado a la tarea de hacer un recorrido por los gobiernos locales de la región de Occidente con el fin de promover la importancia de invertir en temas relacionados con el desarrollo cultural y el educativo, y a la vez, poner a disposición de las comunidades todos los proyectos con que cuenta la Sede de Occidente.
Hasta el momento Araya ha visitado las municipalidades de Sarchí, Zarcero, Palmares, Naranjo, San Ramón, Grecia, Atenas, San Mateo, Río Cuarto, Los Chiles y Guatuso; en las cuales ha estado reunido con alcaldes y concejos municipales.
Araya mencionó que el primer objetivo con estas visitas es sensibilizar a los líderes comunales que representan a las comunidades, ya que ellos junto con los regidores propietarios y los alcaldes, son quienes están a cargo de todas las iniciativas para el desarrollo. “Evidentemente ellos necesitan atrapar oportunidades y la Universidad es una gran oportunidad si la saben aprovechar y si aprovechan el alcance de los proyectos que tenemos” aseguró.
De esta forma, en cada visita se ofrece una charla sobre la importancia de la educación y la cultura para el desarrollo de las comunidades, una exposición de los proyectos que ofrece la Coordinación de Acción Social, y los alcances y resultados de los proyectos de investigación.
Araya afirmó que la experiencia ha sido satisfactoria, ya que se logra poner a disposición de los gobiernos locales todas las posibilidades de capacitación con que cuenta la institución como: Cursos libres; Programa de la persona adulta mayor; Programa de educación continua; Jornadas de acción social que este 2021 estará enfocada a ofrecer cursos, talleres y charlas; así como las que ofrecen la mayor parte de los proyectos con que cuenta la coordinación.
El interés de trabajar de forma conjunta con las municipalidades se viene gestando desde antes de la pandemia, pero el contexto actual ha abierto la posibilidad de ofrecer estas oportunidades de forma virtual y de llegar a más comunidades al mismo tiempo.
Félix Esquivel, regidor de la Municipalidad de San Ramón se mostró complacido por el acercamiento de la Sede de Occidente. Destacó que es muy valioso que el conocimiento generado en la sede sea trasladado a las comunidades por medio de los proyectos de acción social, en los que participan docentes y estudiantes avanzados.
Aseguró que el trabajo en conjunto es fundamental para el desarrollo de las regiones “todo ese conocimiento que genera la Universidad es importante transmitirlo a la población, evidentemente los gobiernos locales cuentan con plataformas para canalizar de una mejor forma las capacitaciones que se pueden ofrecer a las comunidades”.
Actividades específicas
Esta iniciativa ya ha logrado sus frutos ya que en los meses de marzo y abril se realizó el proyecto Caravanas de Esperanza, llevando el arte a seis comunidades de los cantones de Naranjo y Palmares, proyecto que se pretende retomar en época seca.
Además, los Cursos libres ofrecerán una oferta de 50 actividades virtuales dirigidas a diferentes públicos, y se realizarán del 28 de junio al 10 de julio.
Por su parte, las Jornadas de Acción Social para este 2021 estarán enfocadas en actividades de capacitación dirigidas a las comunidades, y la matrícula se realizará del 7 al 9 de julio.
Grettel Rojas Vásquez Periodista, Sede de Occidente
La grave situación que por décadas han venido sufriendo nuestros pueblos originarios por causa del despojo de sus tierras ha sobrevenido en una peligrosa situación que ha llegado al grado de asesinato de líderes y hasta quema de sus posesiones. Inaceptable realidad que, a pesar de existir una ley favorable a las posesiones de las personas indígenas, no se ha respetado por personas no indígenas que, incluso de mala fe, han acaparado esas tierras.
Consideramos que el anuncio del Gobierno de que ha dispuesto una reserva económica en el INDER para pagar la tierra a terratenientes no indígenas de buena fe, aunque es buena iniciativa, no han logrado evitar la violencia, el despojo y maltrato de nuestros pueblos originarios, que cada día se tornan en más violencia, y que más bien no dudamos de tildar de terrorismo.
Las excusas de la Fuerza Pública de no poder evitar la violencia por no contar con una orden judicial que les permita ingresar a los predios nos parece absurda, insostenible jurídicamente pues ante la comisión de un delito la policía está legitimada a ingresar, sin necesidad de una orden judicial.
Ante estos factores, y para una pronta y eficaz solución del conflicto y que las personas propietarias recuperen sus predios, pedimos que el Poder Ejecutivo haga una declaratoria de emergencia ante el conflicto y así pueda resolverlo más con más eficiencia, eficacia, energía y a la brevedad posible.
Los derechos deben respetarse, los pueblos originarios deben recuperar sus tierras. Recordemos que la vida y la paz deben prevalecer, para que nadie se quede atrás.
San José, 12 de agosto de 2020. Marco Castillo Rojas. Presidente Linford Patterson Regato. Vicepresidente
Programa Kioscos Socioambientales para la Organización Comunitaria, Universidad de Costa Rica. Analizan situación actual de personas migrantes y transfronterizas de la Zona Norte de Costa Rica en conversatorio internacional sobre inmovilidades cartográficas por COVID-19
El pasado lunes 10 de agosto se llevó a cabo el VII conversatorio virtual “(In)movilidades cartográficas en tiempos de Covid-19: fronteras, trazos y narrativas espaciales”, organizado por FLACSO-Guatemala y por Ecosur-México. La actividad planteó como interrogantes ¿Qué relación hay entre los mapas y las migraciones? ¿Cómo contribuye la ciencia de la cartografía al estudio de las movilidades humanas? ¿Cómo se han transformado los territorios durante la pandemia? ¿Cómo se vislumbra el panorama post pandemia? Las personas invitadas trataron de contestar a estas preguntas en un ambiente tipo conversatorio, donde se fueron tejiendo distintos temas alrededor de la cartografía, la migración-movilidad y sobre todo de este contexto actual de pandemia que estamos viviendo de forma muy impactante en América Latina.
Participamos en esta actividad representantes del colectivo Raya-Montaña de Monterrey, México, del CIIECRe, CESMECA-UNICACH, CONACYT y ECOSUR de Chiapas, México, de Cartografías de los Bosques del Pueblo de Panamá, de FLACSO-Guatemala y del Programa Kioscos Socioambientales para la Organización Comunitaria de Costa Rica. Cada una de las participaciones fue exponiendo de dónde surgió su interés por la cartografía, cómo definen el trabajo cartográfico que realizan en sus organizaciones o colectivos, cuáles son los actuales retos para el territorio o territorios donde trabajan en este contexto y cómo incorporan los conocimientos y experiencias territoriales de las personas que lo habitan y transitan.
Para el caso de Costa Rica, expusieron dos docentes del Programa Kioscos Socioambientales de la Universidad de Costa Rica. El conversatorio contaba con dos bloques de participación, en el primero Kioscos contó del trabajo que ha realizado utilizando Cartografía Participativa desde el año 2013 en varias comunidades como el territorio bribri de Talamanca, Paraíso de Sixaola, las Fincas de Palmar Sur de Osa y los cantones de Upala, Guatuso y Los Chiles de la Zona Norte. Para el segundo bloque, desde Kioscos se analizó la situación actual que están viviendo las personas migrantes y transfronterizas trabajadoras de plantaciones (de piña, yuca y cítricos) en la Zona Norte del país, ya que estas personas se ven afectadas por violación de sus derechos laborales, marginalización, estigmatización por xenofobia y racismo y finalmente por empobrecimiento de sus condiciones materiales, al estar sometidas a lógicas de flexibilización del trabajo bajo condiciones bastante cuestionables.
Desde el Programa Kioscos, el reto está en seguir acompañando a estas comunidades de la Zona Norte del país en este contexto actual de pandemia, ya que las condiciones actuales aún no permiten un acercamiento con estas personas. Es necesario ir pensando en otras formas de vinculación con las comunidades rurales en un momento tan delicado como este. La construcción de redes nacionales e internacionales son una excelente forma de ir pensando estos nuevos retos de forma colectiva.