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UCR, Voz experta: ¿Por qué debemos ampliar el área protegida del Parque Nacional Isla del Coco?

Dr. Jorge Cortés Núñez, profesor de la Escuela de Biología e investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar). Foto: cortesía del Cimar.

La ampliación del territorio del Parque Nacional Isla del Coco es crucial para seguir protegiendo uno de los patrimonios marinos mejor conservados a nivel mundial.

Costa Rica es un país marino, el 92 % de su superficie es mar y, de este, la mayor parte es mar profundo. El 88 % del territorio nacional está por debajo de los 500 metros de profundidad y poco más de un tercio por debajo de los 3 000 metros de profundidad.

La riqueza de nuestros mares está apenas comenzándose a conocer y lo que hemos descubierto es que la biodiversidad es extraordinaria, pero a la vez frágil. Hemos podido ver a más de 1 000 metros de profundidad, en montes submarinos, corales negros que miden dos metros de alto, los cuales calculamos que podrían tener 4 000 años de edad.

Tanto las aguas poco profundas como las más profundas de Costa Rica son muy productivas y están todas interconectadas. El Parque Nacional Isla del Coco (PNIC) es el más grande del país, no solo en área, sino también en riqueza marina y en generación de divisas. Además, la Isla del Coco es estratégica en términos geopolíticos.

El área terrestre del PNIC, la cima del volcán más grande de América Central, puede considerarse pequeña, pues tiene apenas 24 kilómetros cuadrados; es decir, aproximadamente la mitad de la Isla de Chira. Y aunque su área marina es más grande, necesita ser mucho mayor.

La Isla del Coco es un oasis verde en medio océano azul. Sus bosques son exuberantes por la cantidad de lluvia que cae allí, lo que la hace única en todo el océano Pacífico de América.

Pero la mayor exuberancia de la Isla del Coco es su mar y los montes submarinos que la rodean. El PNIC es uno de los mejor conservados biológicamente a nivel mundial y es visitada todos los años por buzos que han recorrido el mundo. Muchos lo hacen de manera recurrente, porque después de bucear en Indonesia, el Caribe y Australia, regresan a la Isla del Coco repetidas veces. Estos visitantes dejan millones de dólares en el país.

La Isla del Coco, ubicada a poco más de 500 kilómetros de la costa, le proporciona a Costa Rica un área marina gigantesca (cerca de 12 veces su área terrestre), de allí que seamos el país más extenso de América Central. Nos da fronteras no solo con Nicaragua y Panamá, sino también con Colombia y Ecuador.

El PNIC es estratégico en la conservación de especies marinas de todo el Pacífico Tropical Oriental, junto con las Islas Galápagos y otras islas de la región. Estas áreas marinas protegidas son la fuente de riqueza pesquera de la zona, porque son los criaderos que van a abastecer las áreas de pesca. De allí su gran importancia y la necesidad de conservarlas y protegerlas al máximo.

¿Y cómo se puede hacer eso? Primero, no permitir ningún tipo de pesca dentro del área marina protegida y, segundo, hacer más grande, expandir el área de protección absoluta.

El mejor regalo que podemos hacer para comenzar de forma excelente el tricentenario de nuestra independencia es ampliar el área de protección alrededor de la Isla del Coco.

¡Hagamos más grande el Parque Nacional Isla del Coco para seguir haciendo historia y grandiosa a Costa Rica!

 

Dr. Jorge Cortés Núñez Profesor de la Escuela de Biología e investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR)

UCR: Niños y niñas liberaron peces en el Pacífico

  • En el contexto del 40 aniversario de la Isla del Coco

  • Alevines de pargo manchado fueron liberados para devolver recursos al mar

El Parque Marino del Pacífico realiza liberaciones constantes de diferentes especies marinas, como tortugas y peces. Foto: Angélica Castro.

El Golfo de Nicoya se pobló con 500 nuevos alevines de pargo manchado, que fueron liberados como una forma de devolver recursos al mar. Los encargados de la liberación fueron niños y niñas de Puntarenas, Naranjo y Liberia, quienes pasaron todo el día aprendiendo sobre la vida marina en el Parque Marino del Pacífico.

La liberación de peces se realizó en el marco del proyecto de acción social Redescubriendo Puntarenas (EC-415) de la Sede del Pacífico de la Universidad de Costa Rica (UCR). Este establece un vínculo entre la universidad y el Parque Marino del Pacífico, enfocado en acercar a la población a la provincia y fortalecer la formación sobre la protección marina.

“Queremos que la población vea a Puntarenas desde otra perspectiva, con otros ojos. Que empiece a redescubrir qué elementos hemos dejado de lado y empiece a sentirlos como propios”, explicó Stefanny Fórester Delgado, coordinadora del proyecto. En esta ocasión se unieron con la ONG Misión Tiburón y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC), en el marco del 40 aniversario del Parque Nacional Isla del Coco.

Las personas visitantes disfrutaron un recorrido por cuatro estaciones, en las que aprendieron sobre las manta rayas, tiburones, tortugas y peces que habitan la costa puntarenense. Se dio un énfasis especial a conocimientos generales sobre la Isla del Coco, aprovechando la exposición llamada “Travesía por la Isla del Coco”, que fue donada al Parque Marino por el Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) y el Museo +UCR.

“La Isla del Coco es sumamente fascinante, porque es oceánica”, explica Geiner Golfín Duarte, guardaparques y encargado del Proyecto de Manejo de Recursos Naturales de la Isla del Coco. “El objetivo nuestro era traer información básica a los niños de puntarenas para que ellos entiendan y sepan la dimensión de tener el Parque Nacional Isla del Coco dentro de uno de sus distritos”. agregó.

Algunas de las cosas que las personas visitantes aprendieron es que la Isla del Coco amplía los límites terrestres, ya que nos permite tener como fronteras a Colombia y. Ecuador y está a 36 horas en barco de Puntarenas. También hay 14 especies de tiburones y abunda el tiburón martillo y es uno de los diez puntos de buceo más importantes del planeta. Además, ¿sabía usted que fue un centro penal?

Kiany Álvarez Vega está en sexto grado de la Escuela José Ricardo Orlich Zamora, en Chacarita y es parte del proceso educativo que lleva el proyecto de acción social. No es la primera vez que visita el parque y ha participado en otras liberaciones.

“Usted primero que todo tiene que ir rápido al mar, porque los peces quedan con poquito oxígeno porque es muy poquita agua. Hay que ir rápido a echarlos en el agua. Si le queda uno abre rápido la bolsa y le echa agua. Espera un ratito para que vuelvan a consumir el agua y después lo vuelve a tirar”, explicó Kiany.

Los peces que libera el Parque Marino son especies que se producen en su propia área de investigación y producción. Se liberan en el Golfo de Nicoya porque son de valor comercial muy alto y están siendo sobreexplotados en el área.

“Si uno quiere le pone nombre a los peces y se siente bello, porque uno va a saber que el Parque Marino está soltando animales que están sanos, que ya no están contaminados de nada, porque siempre cuando los traen vienen con algo dañado. Como una tortuga que está mala porque se le enredó lo que traen las cervezas y le tuvieron que cortar las aletas”, agregó Kiany.

“Hemos tratado de que la gente perciba esto de forma integral, perciba la importancia, se sensibilice sobre este recurso y también vea a la Isla del Coco como algo propio. La Isla es el décimo distrito del cantón central de Puntarenas y los porteños desconocen eso. Estas actividades permiten que la gente sepa a dónde pertenece la isla, que somos más grandes en el mar que en la tierra y sirve para evidenciar que existe una deuda importante en todo el sistema educativo con la temática de conservación y protección marina”, concluyó Fórester.

 

Angélica Castro Camacho

Unidad de Comunicación Vicerrectoría de Acción Social

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Descifrando oleajes únicos desde la Isla del Coco

  • El oleaje de la costa pacífica del país tiene la particularidad de venir desde Nueva Zelanda y es modificado en su trayectoria por las islas Galápagos

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Entre los participantes en la instalción y revisión en la Isla del Coco, estuvieron Maikeel Pérez (guardaparque) y Ronald Víquez (Imares) (foto cortesía de Geiner Golfín).

Los modelos matemáticos más conocidos y utilizados para predecir oleajes y tormentas alrededor del mundo tienen un coeficiente de correlación del 0,99; en otras palabras, son 99 % correctos. Sin embargo, para la costa del Pacífico de Costa Rica su efectividad ronda el 0,70.

Esto se debe a que las olas que llegan a la región entre Guatemala y Panamá inician en Nueva Zelanda y Australia, es decir, atraviesan medio planeta y se convierten así en el oleaje más distante del mundo.

En este recorrido, antes de llegar a Costa Rica, las olas se encuentran con las islas Galápagos, las cuales funcionan como un rompeolas, modifican las ondas y dejan al país dentro de lo que se denomina “zona de sombra”.

Por este motivo, investigadores de la Unidad de Ingeniería Marítima de Ríos y Estuarios (Imares) del Instituto de Investigaciones en Ingeniería (INII), de la Universidad de Costa Rica (UCR), trabajan en la medición del oleaje que llega a la costa pacífica, para poder mejorar el modelo matemático y predecir con mayor exactitud las tormentas y oleajes que afectan dicha área.

Tal estudio, titulado Medición y caracterización del clima de oleaje en el Área de Conservación Marina Cocos, ya contaba con equipos de medición colocados en el puerto de Caldera, Puntarenas, y en Cabo Blanco, en la Península de Nicoya. Ahora, se cuenta con un equipo de monitoreo AWAC en el Parque Nacional Isla del Coco para recolectar más datos sobre el comportamiento del oleaje en la mencionada zona de sombra.

Las olas del Pacífico son bastante desconocidas a nivel mundial, explicó Georges Govaere Vicarioli, director del IINI, y aclaró que el problema es que “la zona de sombra no la pueden resolver los modelos matemáticos, hay modelos que pueden resolverla, pero si se usa a todo el planeta como formato de cálculo sería demasiado lento de calcular. Entonces se usan modelos simplificados que no calculan bien la zona de sombra”.

Govaere expresó también que las primeras veces que midieron y utilizaron equipo especializado se dieron cuenta de las fallas en las ecuaciones del modelo, ya que según estas, los buzos iban a poder estar tranquilos a 20 metros de profundidad, con el sedimento firme luego de 15 metros de la superficie. Sin embargo, en la práctica se enfrentaron a sedimento suspendido -que les dificultaba la visión- y a oleajes fuertes.

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Mejores predicciones

La investigación genera conocimiento útil para la toma de decisiones acerca del desarrollo de las costas del Pacífico. “El beneficio de conocer mejor el oleaje es que podemos hacer mejores predicciones de corrientes de resaca, de oleajes sobre las playas, si hay zonas de la operación de barcos con agitación en los puertos, si en algún lado el oleaje va a rebasar las calles cercanas y también estudiar la seguridad de las estructuras”, añadió Govaere.

Un ejemplo de lo anterior es el rompeolas de Caldera, que matemáticamente debería ser correcto y soportar el oleaje, pero que en la práctica ha sido destruido casi tres veces; esto es incluso objeto de análisis internacional.

“Si queremos construir puertos, rompeolas y demás estructuras, lo primero que tenemos que hacer es entender el oleaje”, concluyó el director del INII, pues no se conoce el origen de alrededor del 30 % de este fenómeno. Esto causa que en ocasiones se esperen tormentas grandes que no llegan, o tormentas pequeñas que resultaron más fuertes de lo que se calculó.

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Luego de 36 horas de viaje, los investigadores llegaron a la Isla del Coco, punto estratégico entre las Islas Galápagos y Costa Rica (foto cortesía de Imares).

Por otro lado, las mediciones que se van a recolectar servirán para alimentar una base de datos que en el futuro podría utilizarse para otros estudios, como la investigación sobre energía undimotriz, aquella que se genera a partir del movimiento de las olas. Aunque la tecnología actual no está diseñada para soportar las condiciones del particular oleaje del Pacífico en la región centroamericana, el potencial del país para producir este tipo de energía es alto.

Los investigadores prevén recoger cada año los datos del equipo instalado en la Isla del Coco, mientras que la información obtenida por el equipo en Caldera se recibe por medio de ondas de radio, debido a la cercanía con la costa.

El proyecto Medición y caracterización del clima de oleaje en el Área de Conservación Marina Cocos está previsto para que continúe por tres años más, incluso los investigadores de Imares afirmaron que mientras tengan recursos seguirán realizando las mediciones.

Las mediciones

El equipo AWAC instalado tiene distintas formas de medir el oleaje: la primera es por medio de un sensor de ultrasonido que mide las ondas al rebotar con la superficie libre del agua; la segunda es gracias a un sensor que calcula la velocidad de partículas de agua a distintas alturas, según se mueve la partícula se relaciona con el oleaje; y la tercera forma es por medio de un sensor que valora las olas en función de si hay mayor o menor presión del agua.

Este tipo de mecanismos se consideran redundantes, ya que tienen procesos de medición de respaldo activos para evitar que se pierdan datos, en caso de que alguno falle por factores externos como, por ejemplo, un pulpo descansando encima del equipo –situación que ya ha ocurrido, comentaron los encargados del estudio–.

El proyecto ha contado con apoyo del Servicio Nacional de Guardacostas y del Cuerpo de Bomberos, además del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), por medio del grupo de guardaparques destacados en el Parque Nacional Isla del Coco, de los cuales cinco son coinvestigadores y colaboran con la seguridad del equipo instalado.

 

Francesca Brunner Alfani

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Los tesoros de la Isla del Coco serán analizados desde distintas ciencias

  • En el 40 aniversario de su creación
  • Simposio internacional reúne a expertos de diversos países que han estudiado este parque nacional, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad

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La Universidad de Costa Rica ha aportado al conocimiento científico de la riqueza natural y de la conservación del Parque Nacional Isla del Coco (foto Felipe López Pozuelo).

La Isla del Coco ha sido objeto de estudio desde hace varios siglos. A finales del siglo XIX y principios del XX se llevaron a cabo las primeras expediciones científicas, con una mayor participación de científicos nacionales a partir de la década de 1980 y hasta la fecha.

Producto de esas investigaciones, el conocimiento acerca del patrimonio natural del Parque Nacional Isla del Coco creció hasta convertirse en uno de los sitios de Costa Rica más estudiados.

Para intercambiar, analizar y debatir este saber generado desde distintas disciplinas sobre la Isla y sus aguas adyacentes, la Universidad de Costa Rica (UCR) realizará un Simposio Internacional sobre la Isla del Coco, del 13 al 15 de febrero de 2018 en el auditorio de la Ciudad de la Investigación.

En la actividad participarán expertos de diferentes áreas y de diversos países como Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Argentina, México, España, Venezuela y Chile, con el objetivo de divulgar la información producida por más de 100 años de investigación científica, en su mayoría por especialistas de la UCR.

Asimismo, con este encuentro académico se busca identificar los vacíos de información y las posibles estrategias para conocer mejor dicho parque nacional desde distintos campos, expresó el Dr. Jorge Cortés Núñez, investigador del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), de la UCR, responsable de la organización de la actividad.

De igual manera, agregó el científico, mediante el enfoque multidisciplinario, el Simposio busca acercar a los distintos sectores involucrados en el quehacer del Parque Nacional Isla del Coco, con el fin de presentar una visión integral de la importancia de la Isla.

En el simposio participarán como expositores, además de académicos, funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), así como de la Fundación Amigos de la Isla del Coco (Faico).

En el Simposio se analizarán aspectos históricos, geológicos, meteorológicos y climáticos, ecosistemas terrestres, oceanografía física de las aguas adyacentes, ambientes y biodiversidad costera y marina, así como aspectos sociales.

Algunos de los temas que se abordarán en las ponencias son el impacto de El Niño en los arrecifes coralinos del Pacífico de Costa Rica, la evaluación y restauración del bosque de la Isla, la avifauna, las anémonas, las poblaciones de tiburones, los peces óseos de aguas profundas, la biodiversidad microbiana y el impacto de lapresión pesquera que sufre la Isla desde hace más de una década.

Este año se celebra el 40o aniversario de la creación del Parque Nacional Isla del Coco y el 20o aniversario de la declaratoria de la Isla como Patrimonio de la Humanidad.

 

Patricia Blanco Picado

Periodista Oficina de Divulgación e Información

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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UCR: Tiburones son indicadores de la buena salud del mar en la Isla del Coco, afirman expertos

  • Abundancia de tiburones en la Isla del Coco no debe asustar, sino más bien debe alegrar

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En el Parque Nacional Isla del Coco abundan diversas especies de tiburones, lo cual es indicativo de la buena salud de los ecosistemas marinos gracias a las medidas de conservación efectivas que se han llevado a cabo en ese sitio (foto Gaspar Rabadan).

La presencia de tiburones en la Isla del Coco, más que asustar, debe alegrar, pues es indicativo de la buena salud de los ecosistemas marinos, cuyo sano equilibro se debe gracias a las medidas de conservación que se han llevado a cabo en ese parque nacional del Pacífico costarricense.

“Estos lugares remotos, prístinos y únicos son como máquinas del tiempo que ofrecen la oportunidad de observar los océanos sin la mano del ser humano”, aseguran en un comunicado los especialistas en biología marina Mario Espinoza Mendiola, del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), de la Universidad de Costa Rica (UCR); José Carlos Hernández, de la Universidad de La Laguna, España; Edgardo Ochoa, de Conservación Internacional, Estados Unidos y Christopher Lowe, de la Universidad del Estado de California, en Long Beach, Estados Unidos.

Por lo tanto, el incidente ocurrido el 30 de noviembre pasado en la Isla del Coco, que cobró la vida de una turista estadounidense y heridas en su acompañante, es un caso aislado y el primero en la Isla del que se tenga constancia, señalan.

Los incidentes trágicos a raíz de la interacción de los buceadores marinos con tiburones son poco comunes en el mundo. Según la International Shark Attack, en el 2016 se registraron 150 incidentes a nivel global y solo cuatro de ellos resultaron en la muerte de la persona atacada.

La Isla del Coco es conocida como la “isla de los tiburones” al ser uno de los pocos “refugios” en el mundo donde aún es posible observar una gran abundancia de varias especies de tiburones, razón por la cual es visitada por miles de turistas cada año, quienes “pueden disfrutar de un mar lleno de vida y saludable, gobernado por tiburones”, agregan.

Uno de ellos es el tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), una especie de gran tamaño y llamativa, que tiene una serie de rayas oscuras en el dorso y costados de su cuerpo. Este tiburón solitario ronda las aguas de la Isla y visita con frecuencia los diferentes puntos de buceo.

Sin embargo, expresan los investigadores, “como seres humanos tenemos que tener muy presente que siempre va a existir un riesgo asociado a ‘nadar’ con tiburones”, aunque las probabilidades de tener accidentes son muy bajas y no deberían generar miedo o impulsar acciones en contra de estos depredadores tan importantes para la salud de los mares.

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Los incidentes trágicos a raíz de la interacción de los buceadores marinos con tiburones son poco comunes en el mundo, afirman los especialistas. El ocurrido en la Isla del Coco es el primero del que se tiene constancia (foto cortesía Cimar).

Estos depredadores no se alimentan de carne humana, enfatizaron los expertos, por lo que los incidentes con humanos que se han registrado hasta la fecha han ocurrido cerca de la superficie y se deben a la incapacidad del tiburón para distinguir la silueta humana vista a contra luz, que la suelen confundir con sus presas principales como focas, leones marinos y tortugas.

Otras causas de incidentes pueden ser comportamientos defensivos o territoriales de estos animales, que pueden resultar en mordiscos ocasionales, como lo haría un perro que se siente amenazado, agregan.

Espinoza y sus colegas también manifiestan que los buceadores deben interactuar con los tiburones con respeto y nunca gobernados por el miedo. “Los tiburones no son una amenaza y es fundamental cambiar nuestras actitudes e imagen de los tiburones como símbolos de terror”, advierten.

Asimismo, indican que antes de sumergirse se debe tener pleno conocimiento de las normas estrictas que se deben cumplir, como mantener siempre la distancia del animal y estar al tanto de su comportamiento, lo cual disminuye el riesgo de cualquier tipo de incidente.

“Los incidentes con tiburones suelen estar precedidos por señales corporales evidentes, como pueden ser el posicionamiento de las aletas pectorales, rodeos agresivos o movimientos rápidos, claramente una actitud de defensa. Por ejemplo, si notamos que exhiben estos comportamientos, empiezan a darnos vuelta o investigarnos un poco más de lo usual, o si comienzan a mover su cuerpo en muchas direcciones, es mejor alejarnos y finalizar el buceo”, aseguran.

También es muy importante realizar las inmersiones con guías especializados que tengan una gran experiencia en la zona de buceo donde habiten tiburones.

“El buceo controlado y regulado debe continuar en el Parque Nacional Isla del Coco, puesto que es una fuente de ingresos muy importante que repercute directamente en su conservación y mejora”, concluyen los biólogos.

 

Patricia Blanco Picado

Periodista Oficina de Divulgación e Información, UCR

 

Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/

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