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Etiqueta: mujer

En el Día de la Madre, las Madres, las Mujeres, las Trabajadoras, las Esposas o Compañeras y las Abuelas…

Vladimir de la Cruz

Los inicios de la celebración del día de las Madres

Cuenta la tradición y la leyenda histórica y mitológica que la celebración del Día de la Madre tuvo origen en la Grecia antigua, con motivo de festejar a Rhea o Rea, la madre de Júpiter o Zeus, Neptuno o Poseidón y Plutón.

Rea había tenido a estos, y otros hijos, de Cronos, su hermano, quien había sucedido en el Trono de los dioses a Urano, y según esa tradición Cronos sería igualmente depuesto del Trono por uno de sus hijos.

Por este motivo Cronos, para evitar ser depuesto, se tragó a sus primeros cinco hijos cada vez que nacían.

Cuando llegó el sexto hijo, que era Zeus, Rea, su esposa, y hermana, se propuso salvarlo y para ello engañó a Cronos, con una piedra tallada en forma de niño envuelta en mantillas, aparentando su reciente nacimiento. Cronos de esa manera se lo tragó pensando que evitaba así el crecimiento de su hijo que le depondría cuando llegara la edad y el momento.

Rea se encargó que Zeus fuera llevado a la Isla de Creta, donde fue ocultado en una cueva del Monte Ida, donde fue cuidado por Ninfas y alimentado con leche de una cabra, llamada Amaltea y con miel de abejas, y los sirvientes de Rea tenían la obligación de estar haciendo ruido y bulla para evitar que los llantos del niño llegaran a los oídos de Cronos.

Ya adulto Zeus convenció a Cronos de que devolviera a la luz a sus hermanos, incluida la piedra que se había tragado, que fue puesta en Delfos en memoria de todos los tiempos.

Los hermanos, después, aliados todos, de común acuerdo, expulsaron a Cronos del trono y llevaron a ese sitio a Zeus.

Con este cambio inició una historia de dioses y de guerras entre dioses, porque Zeus admitido por los dioses fue rechazado por los Titanes del Monte Otris, mientras Zeus habitaba el monte Olimpo, saliendo Zeus triunfante de estas batallas.

En la Isla de Creta se iniciaron festividades relacionadas con los dioses y sus actividades, donde no había límites para la alegría y los placeres.

Rea en estas condiciones, de Madre Salvadora de su hijo, empezó a adorarse, veneración que se extendió geográficamente en el Mediterráneo y Asia Menor.

Con los romanos, más tarde, Rea se asimiló a la diosa Cibeles, considerada Madre de los dioses o la Gran Diosa Madre.

Así, Rea aunque representó la naturaleza, la madre protectora y la civilización pacífica, su festividad se hacía con ruido, bulla, música, canciones. A Rea se le representaba en Roma como una mujer fuerte y grande. En Roma, la celebración del Día de la Madre, en honor a Rea, se realizaba iniciando el 15 de marzo, por tres días.

El simbolismo del Día de la Madre también se puede relacionar con el mar y la tierra, como receptáculos de vida, como matrices de vida, como cuerpos maternales, como símbolo de fertilidad. La Madre, como símbolo también significa la vida, el nacer, el salir a la vida.

La Madre es símbolo de seguridad, de protección, abrigo, ternura y alimento.

Con el cristianismo la idea de la Madre no solo se ubica en la Madre de Cristo, María, y no en su abuela Ana, sino que también se lleva a la idea de la Iglesia como Madre, entendida la Iglesia como el espacio o la comunidad donde se goza de la Gracia de Dios.

La Madre de Dios como dogma religioso es un concepto religioso de realidad histórica y no un símbolo, donde se conjuga la teología histórica y la teología simbólica.

En la India, por ejemplo, cuando se habla de Madre Divina se mezclan los conceptos de mitología, teología, filosofía y metafísica, representando una fuerza vital universal.

La Madre Divina es en cierta forma todo el Universo, todo lo real y existente.

Cuando se entiende a la Madre como “divina” también se idealiza en su perfección en el instinto más profundo del amor.

La universalización de la celebración

La celebración del Día de las Madres se extendió en los distintos países donde se establecieron diversos días para exaltarlo.

A principios del Siglo XVII se estableció en Inglaterra el cuarto domingo de la Cuaresma, “Domingo de las Madres”, como la celebración a todas las Madres Trabajadoras, a las Operarias.

Con el cristianismo católico se estableció su celebración el 8 de diciembre, Día de la Inmaculada Concepción.

En 1870 la poetisa y activista de movimientos feministas, Julia Ward Howe, escribió una Proclama del Día de las Madres, con contenido pacifista y con un llamado al Desarme.

En 1873 en Estados Unidos, 18 ciudades celebraron un Día de las Madres, que lo sostuvo en tradición la ciudad de Boston por una década.

El 12 de mayo de 1907 se atribuye a Ana Jervis la realización de la celebración del Día de la Madre, para recordar a su madre fallecida, dos años después de su deceso, evento que impulsó la celebración en todos los Estados Unidos.

En 1914 el Presidente Woodrow Wilson estableció el segundo domingo de mayo como Día de la Madre.

A partir de esta fecha se impulsó su celebración en distintos países, prácticamente en todo el mundo. Veamos.

El Segundo domingo de febrero en Noruega

El 3 de marzo en Georgia. El 8 de marzo en Albania, Bosnia y Herzegovina, en la República de Macedonia, en Montenegro, en Rumanía, en Serbia, en Bulgaria y en Rusia, fecha que se asocia también a la celebración del Día Internacional de la Mujer. El 21 de marzo en Arabia Saudita, Egipto, Líbano, Marruecos, Palestina, Siria.

El 10 de mayo se celebra en El Salvador, los Emiratos Árabes Unidos, en Guatemala, en la India, en Malasia, en México, en Omán, en Pakistán, en Catar. El 14 de mayo en Samoa. El 15 de mayo en Paraguay, simultáneamente con el «Día de la Independencia», considerando a su Patria como la Madre Patria. El 26 de mayo en Polonia. El 27 de mayo en Bolivia, asociada la fecha a las Heroínas de la Coronilla mujeres que en Cochabamba participaron activamente en la luchan por la Independencia en 1812. El 30 de mayo en Nicaragua, fecha establecida en honor al cumpleaños de Casimira Sacasa de Debayle, la suegra del dictador Anastasio Somoza García.

Primer domingo de mayo en España, Hungría, Lituania, Portugal, Sudáfrica y Rumanía. El segundo domingo de mayo en Alemania, Australia, Austria, Bélgica (excepto Amberes), Brasil, Chile, China, Canadá, Colombia (excepto en Cúcuta), Croacia, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Estados Unidos, Estonia, Filipinas, Finlandia, Grecia, Países Bajos, Honduras, Italia, Japón, Letonia, Liechtenstein, Nueva Zelanda, Perú, Puerto Rico, República Checa, Suiza, Taiwán, Turquía, Ucrania, Uruguay y Venezuela.

El último domingo de mayo en República Dominicana, Suecia, Colombia y en Francia el primer domingo de junio si coincide con Pentecostés.

El Cuarto domingo de cuaresma en Irlanda y en el Reino Unido, el llamado Mothering Sunday, que es cuando se levanta la cuaresma para hacer un homenaje a la mujer como Madre.

El 12 de agosto en Tailandia, fecha que se asocia a la celebración del cumpleaños de la reina Sirikit Kitiyakara.

El 15 de agosto, Día de la Asunción, en Bélgica, en Amberes (Bélgica), y en Costa Rica.

El Tercer domingo de octubre en Argentina y Bielorrusia.

El 8 de diciembre en Panamá, asociado al Día de la Inmaculada Concepción y el 22 de diciembre en Indonesia

Las mujeres en la tradición y en la vida actual costarricense

Las mujeres en la Historia Nacional han tenido su papel. Obviamente, en el marco del desenvolvimiento institucional en sus distintas épocas, bajo esquemas machistas, excluyentes, misóginos y opresivos de distintas maneras, según los momentos más dominantes, pero también liberadores en otros.

Su reserva y colocación social principalmente se señalaba en el hogar, en el “corazón del hombre”, como se afirmaba, bajo influencia católica, hasta principios del siglo XX.

Pero, en el campo, en las zonas agrícolas y rurales, la mujer siempre estuvo vinculada también a las tareas, faenas y trabajos agrícolas. Su reserva estratégica era el “trabajo doméstico”, el “trabajo en el hogar”, que la hacía trabajar más que los hombres.

Ellas, las mujeres, atendían toda la administración del hogar, de la casa, cocina, limpieza, atención de niños, de familiares y de los esposos, colaborando en las faenas agrícolas de las milpas, de los solares y de las parcelas cuando las tenían. Cumplían las funciones de maestras iniciales de sus hijos e hijas, en todo sentido, y de maestras de religión, cuando de transmitir los valores religiosos imperantes se trataba, en íntima colaboración con la Iglesia, de asistentes de sus hijos y de instructoras domésticas de las obligaciones escolares que les dejaban, y aún les dejan a los hijos e hijas, para realizar en la casa después de las jornadas diarias de escuela o de colegio.

El marco general de la violencia institucional contra la mujer fue establecido desde la Conquista y la Colonia, heredado de esa forma al sistema republicano que le siguió.

Aún así, en la colonia, a finales, hubo mujeres a las que se les reconocieron derechos de propiedad, de herencia y de administración de tierras en su condición de viudas.

En el siglo XIX con la Independencia empezó la marcha de reconocimiento de derechos y libertades, y del camino hacia la igualdad con los hombre en todos los campos. Inició con su inserción en la educación tempranamente y en el trabajo. Durante la Campaña Nacional contra los filibusteros norteamericanos su papel fue estratégico en la producción, para mantener la economía de guerra y el abastecimiento de los soldados.

Poco a poco se fue insertando más en el proceso educativo, laboral e institucional.

Desde finales del siglo XIX en virtud de su participación en las luchas por la defensa del sufragio, en 1889, se empezó a hablar de reconocer su Derecho al voto. Le siguió esta lucha institucionalizada y organizada popularmente hasta que se logró dicho reconocimiento en 1949. A partir de allí esta lucha siguió hasta la plena igualdad de participación político electoral en las últimas elecciones.

En el siglo XX se incorporó más decisivamente en el proceso económico productivo nacional, constituyendo hoy la tercera parte de la fuerza productiva nacional, de la población económicamente activa.

Como parte de la fuerza laboral actual se ha convertido igualmente en el factor más estratégico de la estabilidad social nacional. Poco más de la mitad de la fuerza laboral femenina es considerada “cabeza de familia”, lo que significa que es el principal ingreso de sus hogares aún cuando tienen esposo o compañero, lo que equivale a que más de 300.000 mujeres tengan esta condición de “cabezas de familia”, de ser las timoneles de sus hogares.

Si el país tiene, en el 2018, poco más de 200.000 desempleados, estas “cabezas de familia”, “sostienen” a esos “desempleados” como abuelas, como madres, como esposas o compañeras, como hijas, o como todas ellas juntas, haciendo menos gravosa la situación social y económica de esas familias, y neutralizando en mucho las luchas sociales y las luchas sociales de la calle.

Esto ha hecho que hoy tengamos un ejército amplio de mujeres que tienen dobles y triples trabajos, como mujeres, como amas de casa, como trabajadores asalariadas directas, como madres y esposas, en las que se recarga casi el 100% de las tareas del hogar y de la familia.

Vemos violencia contra las mujeres, expresada en el bulling, en los feminicidios, en la agresión que sufren en sus propios hogares, en la calle, en sitios públicos, en los propios establecimientos escolares y de educación, en las instituciones públicas, en las empresas y establecimientos privados, en templos religiosos, especialmente, cristianos no católicos donde se han denunciado agresiones sexuales de sus pastores contra sus ovejas, y se han denunciado hasta agresiones de este tipo en los estrados e instituciones judiciales.

La mujer y la familia costarricense hoy no son la tradicional.

La vida institucional y el proceso económico social ha impuesto formas de familia que no descansan en la tradicional imagen de papá, mamá e hijos. Hoy, esa familia sigue existiendo, pero coexiste con otras formas reales de familias, las familias constituidas solo por los papás, solo por las mamás, la de las abuelas y abuelos atendiendo hijos y nietos, la de las abuelas o abuelos en la misma condición de atención de hijos y nietos, la de las madres trabajadoras, las de las madres solas trabajadoras, que son miles, la de las madres jóvenes y madres jóvenes solteras, que también son miles. Mas del 50% de los nacimientos de los últimos ocho años son de madres jóvenes, solteras, trabajadoras, estudiantes y menores de edad.

A esto se suman las familias que se han venido constituyendo de nuevo tipo, las monoparentales, las de los bisexuales, las de los homosexuales y lesbianas, sin hijos, y las que también crían hijos porque los aportan a sus relaciones familiares, de uniones o matrimonios anteriores, o porque los procuran por sistemas modernos de fertilización. Igualmente se suman las familias que se constituyen con adopciones, tanto de parejas heterosexuales como homosexuales, y de los hombres y mujeres que solos también tratan de constituir familias con adopciones, y también tenemos las familias de los inmigrantes con sus particularidades.

La tradición también se ha roto en cuanto a la velocidad de los jóvenes para buscar el matrimonio, la relación de pareja estable y la procreación.

Si en nuestros abuelos normal fue que tuvieran más de 10 hijos, la generación a la que pertenezco, que me casé relativamente joven, un primer matrimonio, a los 20 años y un segundo matrimonio a los 26, solo me llevó a tener una hija en el primer matrimonio, y tres hijos en el segundo, y espaciados, todos ellos, cada cinco años, por razones de trabajo y estudio, mías como de las madres de mis hijos. Yo tuve cuatro hijos de dos matrimonios, dos de mis hijos tienen tres hijos, más o menos seguidos, uno tiene dos hijos y mi hija tiene una hija.

A mi madre la hice abuela a los 41 años. Pero mis hijos nos hicieron abuelos, por primera vez, a mi esposa y a mí, cuando yo tenía 57 años y mi esposa 52.

De mis nueve nietos que tengo, el mayor hoy de quince, y los restantes nietos, menores de 7 años, empezaron a llegar cuando yo tenía 57 años y mi esposa 52. De hecho hemos sido “abuelos viejos”, y mis hijos han sido “padres viejos”, porque empezaron a tener sus hijos cuando estaban sobre los 30 y 35 años, lo que parece ser la tendencia o la “regla” hoy, especialmente entre jóvenes profesionales y que ya trabajan.

En lo particular me hubiera gustado haber sido abuelo más joven porque me parece que pude haber sido un mejor abuelo. Ahora hago el esfuerzo, con entusiasmo, de compartir el máximo posible con los nietos, dentro de las posibilidades que se den.

De mantenerse esta tendencia, mis hijos, ¿a qué edad podrán ser abuelos, si hoy los muchachos postergan sus matrimonios, y su propia vida de hogar, por razones de estudio, de trabajo, de estabilidad material, de seguridad personal y económica ante la vida?

Me temo que no voy a conocer bisnietos, como yo tuve la oportunidad de conocer una bisabuela, la paterna, y de haber compartido intensamente con mis dos abuelas, paterna y materna, y con un abuelo materno, y de los nietos de mi abuelo paterno solo yo lo conocí hasta los dos años que yo tenía cuando él falleció.

Dichosamente pertenecí a dos familias, la paterna como la materna, que rendían culto por sus antepasados, se les veneraba, se les recordaba con cariño y afecto cotidianamente, y ese vínculo con el pasado familiar enriquecía mucho el concepto de familia en el que me crié, y fue un factor determinante de valoración de las “otras” familias, las que no eran la mía, para comprender que si mi familia valía por la honradez y honestidad de mis antepasados, las otras también.

Mis Mujeres, mis “madres”

En este Día de la Madre costarricense, hago homenaje a mi familia inmediata, tanto paterna como materna, donde las mujeres desempeñaron un papel muy importante. En ambos casos como gestoras de vida, y de muchos hijos.

Fueron mujeres especiales y en cierta forma excepcionales. Mis dos abuelas, Carmen Martínez Iglesias y Ofelia Rodríguez Rodríguez, fueron mujeres Alfas. Yo me crie más con Ofelia. Fueron los sostenes de sus familias. Una por viudez, Carmen, con un esposo que le llevaba 30 años, muy propio de su época, que la dejó con 11 niños, nueve de ellos sobrevivientes, pues dos fallecieron infantes, que mi Abuela Carmen los sacó adelante a todos, haciéndolos profesionales y personas muy responsables y honorables. La otra por divorcio, Ofelia, tuvo que enfrentar igualmente la vida, sacando adelante a todos sus hijos, y cuidando a quien escribe, su nieto mayor, mientras mi madre trabajaba.

Ambas abuelas de una cocina exquisita, de una “mano” para cocinar que aún recuerdo, para “chuparse los dedos”, como se dice. Ambas con manos maravillosas para la pintura. Incursionaron en el arte. Mi abuela Carmen con más éxito. Mi abuela Ofelia, discípula de Tomás Povedano, no pudo desarrollarse con el éxito de su habilidad por razones económicas que le impidieron dedicarle más tiempo al arte…tenía que cuidar y sacar adelante a la familia.

Mi madre, Zayda de Lemos Rodríguez, joven madre a los 20 años, de su único hijo, que a los 22 años la atrapa la Guerra Civil del 48, que obliga a mi padre, de 22 años a marchar al exilio forzado por su militancia comunista, y que por razones de una enfermedad que tuvo que atenderme no pudo seguirlo a Venezuela, y terminó divorciándose. Mi padre hace en Venezuela, su segunda Patria y una nueva familia que me dio seis hermanos, uno de ellos ya fallecido.

Mi madre atendiéndome a mí, velando por su trabajo en condiciones adversas en esos años inmediatos a la Guerra Civil, trabajando de día y estudiando de noche. Vivíamos con gran austeridad sin sentir el hambre. Recuerdo cuando terminó sus estudios secundarios graduándose del Colegio nocturno Carlos Gagini.

Ingresó a la Universidad de Costa Rica, donde se graduó de Microbióloga, mejorando nuestra condición económico social, que había sido estrecha.

Siempre me apoyó en todos los proyectos que empecé a asumir desde muy joven, como estudiante, como deportista, nadador de competencia que fui, y en mis actividades políticas, así como en el apoyo que me dio para atender mis obligaciones familiares que muy joven asumí, sustituyéndome en esa responsabilidad, apenas empezando la Universidad, para que la pudiera terminar. Cuando tuve hijos ayudó atendiendo y cuidando, en sus ratos disponibles, a algunos de mis hijos, dos nietos principalmente, que por razones de trabajo y estudio teníamos que dejarlos con ella. También vió en muchos aspectos mis obligaciones con mi hija mayor

Recién casado, de mi segundo matrimonio, todavía estudiante en la Universidad, su apoyo fue muy importante.

Como Madre Padre, que fue, su presencia fue muy importante, enriquecedora. Gran lectora, que me inculcó ese hábito desde pequeñito, cuando todas las noches me leía. Ya pensionada dedicaba cerca de 6 horas diarias a leer, con una disciplina asombrosa. Terminaba los libros aún cuando desde el arranque, o empezada su lectura, sentía que no le gustaba. Cuando no pudo leer por razones de la vista, le suministré audiolibros, hasta que cerca de sus 80 años se jubiló de la lectura, por afectación de su audición. Jugadora de chances sin pegar nunca. Pero no creía que por esa vía se salía adelante…para ella la vía era el trabajo.

Profesional competente, seria, responsable, honrada y honesta en su trabajo a toda prueba.

La madre de mi primera hija, María Elena Figueroa García, y la madre suya, Carmen, fueron muy importantes para la formación de mi hija Yalena, como de su hermano Jorge, de su segundo matrimonio. Sin lugar a dudas jugaron un papel extraordinario en su desarrollo afectivo, intelectual y educativo, como en los valores que les inculcaron, que también se hicieron profesionales, mi hija Odontóloga, Jorge, Ingeniero.

Mi esposa Anabelle Picado Lagos, ha sido sin lugar a toda duda, el pilar y motor del hogar formado con ella. Estudiante ella, yo terminando la Universidad y empezando a trabajar cuando nos casamos. Tuvimos que espaciar los hijos a razón de uno cada cinco años, para que pudiera terminar su carrera de Medicina, su ingreso a la carrera, su internado y su especialidad en Patología, campo en el que ha brillado, ha sido muy exitosa, y sigue iluminando con su conocimiento, experiencia y profesionalismo, pero sobretodo con el amor y la pasión con que ha cultivado su Profesión de Médico, amor que inició al lado de su padre, el Dr. Bernardo Picado Prendas, con quien colaboraba desde su tiempo de estudiante, ayudándole en su consultorio y en la preparación de vacunas antialérgicas, que mi suegro por una de sus especialidades, de alergista, tenía que hacer. También fue pediatra y el médico de cabecera de nuestros hijos.

Para ella esa etapa fue dura por la misma naturaleza de sus estudios y trabajo que iba asumiendo. Dichosamente yo podía colaborar en la atención de los niños que iban naciendo.

Deportista ella, montadora de caballos y nadadora, como yo, hicimos que los hijos practicaran el deporte de la natación hasta que casi terminaron sus estudios secundarios, base muy importante para alejarlos de los vicios y del fumado. Cantante ella, con voz privilegiada, llegando a ser discípula y participante en actividades con el Maestro Oscar Scaglioni, que llegó a Costa Rica por el amor a una mujer costarricense dejando su Italia, con lo que le podía ofrecer, pero que nos dejó escuela de canto y tradición en la Opera. El canto de Anabelle la tuvo en el Coro Universitario, que le dio la beca para facilitar sus estudios, y participó en otras experiencias corales, donde yo la seguía. Practicó el Karate sin terminarlo en todas sus fases… el estudio demandaba casi 16 horas diarias o más de atención…fue además Reina de Belleza en su etapa estudiantil.

Empezó su especialidad de Patología en el Hospital San Juan de Dios, con grandes maestros y médicos. Se especializó en el Hospital Karolinska de Estocolmo y en la Clínica Mayo, en Estados Unidos. Se desarrolló en estos Hospitales con grandes médicos, y en el San Juan de Dios con los de otros Servicios Médicos. Obtuvo un Premio Nacional en un Congreso Médico, en su campo, con el Dr. Rodrigo Cordero Zúñiga, hoy Benemérito de la Patria, como coautora.

Anabelle sigue cultivando su gusto por la música, por el buen canto, por la ópera, por sus tenores y divas favoritos, porque es muy exigente con sus cantantes. Le gusta oír a todo volumen la música, que combina en distintos géneros.

Lectora igualmente infatigable de novelas y autores, como Francisco Herrera Luque, que le permitió describirle al Vicecanciller de Venezuela, cuando presenté credenciales de Embajador ante el Presidente Chaves, el Palacio de Miraflores, sin haber estado nunca allí, con tal rigurosidad, que le sorprendió, y por ello tuvo la amabilidad de “darnos” un paseo por la Casa de Gobierno venezolana precisando rincones y detalles, en rica conversación con Anabelle, que parecía una experta en ese edificio, que había conocido por lecturas.

Tiene un agudo sentido de la visión de la realidad social y el análisis político, lo que enriquece su compañía, y la convierte en una fuerte crítica de mis escritos. Fue militante política de la izquierda estudiantil, y militante de mis compromisos políticos y partidarios posteriores hasta el Partido Fuerza Democrática, donde nos tocó recorrer el país varias veces, y muchas absolutamente solos “buscando” en los pueblos remotos apoyos, situación que disfrutamos montones.

Fiel, leal, solidaria, generosa a toda prueba. Madre y esposa ejemplar. Sus “cachorros” la hacen actuar como leona atenta frente a cualquier situación que amenace sus crías, y hoy también a los hijos de sus crías, sus nietos.

Con clara visión de su vida, de su futuro, de lo que realmente quería para ella, y su familia, fue la que marcó siempre el derrotero de hacia donde ir como equipo, como familia, como grupo.

Frente a sus nueras, sus otras hijas, ha sido igualmente respetuosa.

Yalena, mi única hija, la mayor de todos los hijos, inquieta y estudiosa desde chiquitita, brillante en sus estudios, activista estudiantil durante la Universidad, situación que la llevó al Consejo Universitario y a dar peleas importantes en defensa de los estudiantes. Desarrolló también especial gusto por escribir comentando distintos asuntos nacionales, hasta que la invitaron a formar parte permanente de la página de escritores de opinión del periódico La Nación. Con casi una docena de libros, resultado de su pasión por investigación de la historia de la salud y medicina nacional, se desarrolla entre su práctica privada de la Odontología, la docencia universitaria y la Página de La Nación.

Hoy enfrenta nuevos retos con su familia y una niña pequeña, Sofía, la última de mis nietas, quien apenas “gatea”, a quien ya tiene activamente en diversas actividades de formación de vida y de carácter, de hábito y disciplina deportiva.

Junto a Sofía, están mis otras mujeres, las otras nietas, Elena, Emma y Constanza. Ellas, dos de diez y una de siete años, totalmente volcadas al estudio, a las disciplinas de diversas actividades deportivas, ya bilingües Elena, Emma, aprendiendo el segundo idioma como parte integral de sus vidas. Constanza va en ese camino. Las tres vinculadas al arte, la música, en el piano, y el canto, la gimnasia, el ballet, el baile flamenco, a la pintura donde me parece que heredan las venas artísticas de sus tatarabuelas Carmen y Ofelia, y más ancestralmente al Gran Lico Rodríguez, abuelo de mi abuela Ofelia.

Mis otras Madres

A esta familia de “mis” mujeres, mis “madres”, se suman mi suegra Martha Lagos Aquino, de origen salvadoreño, maestra de profesión, quien también jugó un papel trascendental, por el apoyo, la ayuda, que nos dieron, junto con mi suegro, recién casado con su hija Anabelle, que de igual manera lo hicieron con todos sus hijos.

Su casa no solo era nuestra casa, en toda la expresión del término sino que era el jardín de infantes, el área de juegos, el “restaurante” las 24 horas, el sitio de encuentro de esa familia, con todos sus hijos y los hijos de mis cuñados que con dos vivimos contiguo a mis suegros por varios años, enriqueciendo en ese sentido los lazos y sentimientos familiares de los niños, entre ellos y con sus abuelos maternos.

La Doña, como le decíamos cariñosamente a mi suegra, fue como una Madre para mí…de paso me chineaba bastante, especialmente con comidas y cafés, jugadora de chances y lotería y con una suerte sorprendente en ese campo, aunque jugaba numeritos sueltos.

Las otras mujeres, importantes para mí y para Anabelle, han sido las esposas de nuestros hijos, trabajadoras y madres a la vez, que como Madres han sido y son de todo terreno. En lo personal grandes trabajadoras, inteligentes, responsables en sus trabajos, extraordinarias, cuidadosas, y en cierta manera abnegadas madres.

Para mí también han estado rodeándome positivamente mis tías paternas y maternas, toda la vida, así como las otras tías, las esposas de mis tíos…y mis primas, extraordinarias en su calidad humana, responsables trabajadoras, excelentes profesionales, Damas de sus hogares.

Finalmente, en un día como hoy, no puedo dejar de señalar también a todas las mujeres, que me acompañaron en mi vida profesional, como Secretarias y Asistentes, que sin ellas, su inteligencia, su dedicación al trabajo, su responsabilidad, honestidad y compromiso institucional, no me hubieran permitido salir exitosamente adelante como me ha tocado en la vida.

En el Día de las Madres, de la Madre costarricense, exalto a la mujer, a la compañera o esposa, a la madre casada o soltera, divorciada o viuda, a la estudiante, a la trabajadora, de las instituciones públicas o de las empresas privadas, de cuenta propia, del trabajo formal o informal, a la profesional, en cualquier campo que se desempeñe, a la joven madre, a las abuelas que cumpliendo su función de ser dos veces mamás, siguen jugando ese papel tan especial y enriquecedor en nuestras vidas, a las madres que tratan de salir adelante en las dificultades de sus vidas, a las madres inmigrantes que han llegado a Costa Rica soñando con su oasis de Paz, Democracia, Justicia Social, Derechos Humanos, en procura de una nueva y mejor calidad de vida para ellas y sus familias.

A todas las Madres de Costa Rica mi gran abrazo fraternal, en este día, con el deseo real y sincero de que todas tengan las mejores posibilidades y oportunidades de salir adelante en sus propósitos de vida, de familia y de trabajo, de sacar adelante de la mejor forma posible a ellas mismas y a sus familias, de contribuir con ello a lograr una mejor Sociedad Democrática Nacional, más próspera, más justa, más inclusiva, cada vez más igualitaria, con mayores Libertades y mayor ejercicio de Libertades y Derechos Ciudadanos como de Derechos Humanos.

Post scriptum

La Pandemia ha puesto de relieve a las mujeres costarricenses. El número de desempleados que llegó a ser de 600.000 a finalizar el 2020, que está en 440.000 hoy, que ha reducido a las mujeres cabezas de familia en casi 100.000, haciendo que hoy casi 300.000 desempleados no tengan ese apoyo familiar, siguen siendo el sostén principal de esas miles de familia, y en cierta forma de la estabilidad social nacional.

Sobre las mujeres, en estos dos años, se han recargado todos los trabajos que ya tenían invisibilizados, de sus dobles y triples trabajos, agregando el de mayor cuido de niños, en sus tareas escolares a distancia, y el de más personas mayores concentradas en sus hogares, por el desempleo provocado, y por la limitaciones de carácter sanitario que se han impuesto.

Entre los héroes y heroínas de esta situación, de atención a la Pandemia, están todos los trabajadores de la salud, pero, particularmente destacan todas la mujeres de los hogares costarricenses.

Artículo publicado en el periódico La República el miércoles 15 de agosto del 2018, compartido con SURCOS por el autor.

Los otros juegos

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

La imagen dura unos segundos porque a la producción de la televisión internacional poco le importan las acciones afirmativas, las protestas simbólicas, los actos reivindicativos. Más aún en un escenario amplificado en el que las audiencias alcanzan miles de millones en todo el planeta.

En primer plano, durante una exhalación, lo que dura el ojo reteniendo la imagen, aparece la atleta estadounidense Raven Saunders en la ceremonia de premiación de la disciplina de lanzamiento de bala. Con una distancia de 19,79 metros, Saunders se hizo acreedora de la medalla de plata.

Allí, justamente al momento de colgarse la presea en su pecho, levanta las manos cruzadas y las suspende durante unos segundos en el aire, quizá los segundos que le tomó a la producción de la señal internacional decir: “vamos a otra cosa”. Y fueron a otra cosa. Y la acción simbólica no volvió a aparecer en pantalla. Al menos en la transmisión en vivo.

El gesto de la mujer reivindicaba la lucha contra la depresión y colocaba en primer plano la condición de las personas afroamericanas y de los colectivos LGTBI a nivel global. Una interseccionalidad que Raven representa y por la que ha experimentado discriminaciones durante muchos años, al punto de haber intentado acabar con su vida luego de los Juegos Olímpicos de 2016.

La imagen duró unos segundos, su lucha, acaso, le tome toda su vida.

Lo que no pudo editar ni evitar la televisión internacional fue el gesto con que la gimnasta costarricense Luciana Alvarado cerró su participación en su rutina.

Pie al piso, puño en alto y la cabeza inclinada en reverencia hacia atrás, hizo un homenaje al movimiento “Black Lives Matters” que tomó auge luego del asesinato de George Floyd en Estados Unidos en 2020.

“Todos somos iguales y todos somos hermosos e increíbles” diría Alvarado al preguntársele sobre la acción final de su ejercicio, un acto bien planificado, incorporado de modo que la organización, a menudo inmaculada para estas cosas, no levantara resquemores por su significado político.

Levantó su puño como miles de puños levantados en el mundo.

Lo que no deja de ser político es el permanente sentido de humanidad cuando la persona decide simplemente ser. La disruptividad de algunas, porque han sido mujeres las de las acciones, ha sido quizá la marca registrada de los recién terminados juegos y quedó patentada una vez más con un acto de representación de la diversidad.

Contra las protestas de sus propias competidoras y entrenadores adversarios, Japón mostró por primera vez la participación de una atleta transgénero.

La neozelandesa Laurel Hubbard formó parte de la Halterofilia, actividad en la que no pudo pasar más allá de la primera fase con tres resultados negativos. Las protestas de sus contrincantes se basaban en una supuesta ventaja que tendría por su configuración muscular. “La terapia de transición rebaja las diferencias físicas y coloca a todos en un nivel parecido” han comentado algunos especialistas en estos temas.

Luego de su participación, Hubbard ha considerado retirarse del deporte. Durante años tuvo que soportar las protestas y negativas para que su participación fuera efectiva. Pero también sus tratamientos contra los dolores musculares le han mermado su potencia física para los pesos que debe levantar.

Sin embargo, otros kilos más importantes fueron superados por ella. Su trabajo fue hecho: visibilizar el derecho de los y las atletas transgénero a participar en los juegos olímpicos.

De ahora y en adelante, todas, todos, tendrán participación.

Al momento de escribir esta nota, se conoce de la presencia de cerca de diez mil personas provenientes de países africanos, asiáticos, suramericanos y caribeños en la frontera entre Colombia y Panamá. Algunos grupos ya han ingresado a Costa Rica por su frontera sur. Buscan transitar la región para llegar a Estados Unidos como destino final. Con suerte, serán reconocidos y reconocidas en los países de tránsito y aún en el destino, si es que lo logran, como personas refugiadas.

Desde los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro 2016, el Comité Olímpico Internacional consideró prestar atención a este tema y conformó un equipo especial con personas refugiadas, representando a esa población.

En una cifra que crece, a junio de 2021 alcanzó 84,2 millones a nivel global, según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidad para los refugiados (ACNUR).

Una evidencia de que el ritmo depredador de sistemas políticos, religiosos, heteronormativos y los impactos de la acción de modelos económicos sobre el medio ambiente que provoca desastres y desplazamientos poblacionales ha venido en aumento, lo marcan justamente los cambios cuantitativos de este equipo olímpico entre unos juegos y otros: de 10 atletas en Río, pasó a 29 en Tokio.

El rostro de la joven siria Yusra Mardini ha sido tal vez el más representativo de este particular conjunto. Nadadora olímpica en las dos últimas ediciones, se convirtió en deportista de alta competencia luego de salvarse, salvar a su hermana y a un grupo de personas que buscaban refugio en las costas mediterráneas y estuvieron a nada de morir ahogados.

Ese fue quizá su mejor representación en el agua: preservar la vida.

Las historias compartidas nos reflejan esas otras marcas, los otros tiempos, las otras luchas, otras biografías que quizá no inundarán de gloria los abordajes mediáticos globlales por sus triunfos deportivos. Tal vez sus objetivos personales fueron otros: visibilizar, sensibilizar, acercar.

En estos, los otros juegos, lo han conseguido.

Programa Alternativas: Genética y cáncer de mama

El pasado viernes 30 de julio a las 6:00 p.m., el Programa Alternativas realizó la charla “Genética y cáncer de mama”. Se contó con la participación de:

  • Dr. Gustavo Gutiérrez Espeleta. Rector UCR, genetista.
  • Dr. Oldemar Bultrón Chaves. Médico Área de Salud de Grecia.

En la charla se habló sobre la genética del cáncer de mama y se explicó sobre qué es el cáncer de mama, qué lo caracteriza y cuáles son sus causas. Se realizó el análisis, tanto con estadísticas nacionales como mundial, se habló sobre los tipos de mamas y los síntomas del cáncer y se explicaron los tipos de riesgos modificables y no modificables.

Se invita a ver el vídeo completo en el siguiente enlace: https://www.facebook.com/AlternativasGrecia/videos/160796382819556/

BENEMÉRITA

Por Memo Acuña (Sociólogo y escritor costarricense)

Recientemente, justo en medio de una discusión acalorada acerca de la representación de la mujer deportista y su invisibilización por la narrativa hegemónica masculina a propósito de las Juegos Olímpicos desarrollados en Japón, fueron anunciadas en Costa Rica 14 mujeres como Beneméritas de la patria.

Representantes de distintos campos y actividades políticas, sociales y culturales, son quizá un punto distante en una sociedad que todavía hoy discute el tipo de vestimenta que una mujer debe llevar en una actividad deportiva o si es bueno para el espectáculo industrial del entrenamiento que mujeres deportistas de élite muestren su humanidad, su miedo, su incertidumbre por encima de la disciplina que realizan y las obliga a la perfección constante.

El anuncio de las 14 mujeres Beneméritas prácticamente pasó desapercibido en el medio nacional salvo algunas consideraciones vertidas en redes sociales a favor y en contra acerca de sus logros y sus biografías. Confieso que, en estos tiempos, escuchar algunos nombres incluidos en una lista así, me llena de satisfacción por lo que hicieron, lo que aportaron en sus luchas personales y colectivas, por su trabajo incansable, por lo que significan en una sociedad como esta.

Quisiera recordar en esta oportunidad un breve pasaje compartido, para mi dicha, con una de ellas. Para presentarla me valgo de la querida poeta costarricense María Montero que la resume así:

“Soy la gran Virginia Grütter, ¿la recuerdas?
la que escupe tabaco en las esquinas
y está ronca de pegar gritos
y camina como una estela pintarrajeada y tambaleante”

Exactamente ese esencia del personaje, como se suele decir en las artes escénicas respecto a la construcción del papel de parte de quienes les interpretan, es lo que guardo en mi memoria como resultado de ese breve encuentro con la gran Virginia, esa poeta y actriz descomunal de nuestra historia artística.

Era octubre de 1991. La fecha no tendría nada de especial si no contextualizamos y la ubicamos en la gran jornada que librábamos entonces las cuatro universidades públicas por defender nuestro presupuesto.

Eran otros tiempos. Eran los primeros años de fiereza neoliberal en Costa Rica y a un Ministro de Hacienda, fiel representante del monetarismo y las ideas sobre la reducción del Estado (de esos abundan ahora y siguen estando en los poderes Ejecutivo y Legislativo, por cierto) se le ocurrió la genial idea de meterse con las universidades públicas. Y nos encontró. Vaya que nos encontró.

Ahí nos tuvo en las calles de San José por varias semanas. Cerca de 20.000 universitarias y universitarios le hacíamos visitas diarias a sus oficinas ubicadas en las inmediaciones del Hospital San Juan de Dios. Eran marchas multitudinarias, alegres, artísticas por toda la ciudad capital. Que lograron al menos contrastar, retrasar con mística, el gran músculo del pensamiento economicista en boga.

Por aquellos días, en la vieja Facultad de Ciencias Sociales de la UCR, instalamos un “comando de lucha”: La Radio 24 de Abril sonaba desde el 4 piso, ubicada en los ventanales de las asociaciones estudiantiles. Desde allí se informaba a la comunidad universitaria el curso de los acontecimientos. Las aulas se convirtieron en talleres de confección de mantas, pancartas, consignas. A la entrada del edificio, una tarima convocaba tanto discursos políticos como propuestas de arte, de toda expresión posible.

Cerca de esa tarima, una tarde de octubre de 1991, esa estela de pintorrejeos y voz profunda se acercó para solicitarme un cigarro y café. Los conseguí en el acto. Sus risas rebeldes de esa tarde y su rostro ya curtido me han acompañado todos estos años, desde entonces, en mis recuerdos sobre mis primeras intromisiones en varias luchas que he acompañado.

Termina mi querida María su texto:

Soy yo
la del cuerpo grabado en la piedra
la que consume sus ojos en la arena
la que ya no puede hablar de amor tan fácilmente.

La Grütter, como el medio literario y cierto sector político la llama familiarmente, acaba de ser condecorada por un país que se está quedando sin memoria. Hoy, Virginia, más allá de tu benemeritazgo que obligará a las nuevas generaciones a conocerte, las luchas continúan aún más fuertes contra esto que ya no no solo es fiera sino torbellino insaciable por terminar con todo lo que del Estado Social se encuentre a su paso. Universidades públicas incluidas.

Más allá del merecido reconocimiento estatal a Virginia Grütter, permanecen intactas otras formas de aprender de sus luchas personales, buscando, encontrando, liberando. Ese personaje, tantas veces encarnado en su vida como si fuera una puesta teatral en la que participara como actriz principal, es el que devela su anchísima estatura a la vuelta de los años.

Me quedo con el recuerdo de esa tarde de octubre. Me quedo con su vozarrón fuerte, su carcajada insolente, su alma profundamente maquillada por la ternura y la permanente vocación de rebeldía y de lucha, la igualdad, la apuesta por la cultura. Dice Jenny, mi compañera de vida, que recuerda haberla escuchado en esa tarde invitarme a su casa a leer poesía. Ahora, a la vuelta del tiempo, con toda seguridad le hubiera aceptado la invitación. Y mucho café.

Benemérita, pero sobre todo la Grütter. ¿Cómo no despedir este recuerdo con uno de los textos más evocadores de su biografía?

Tú llegarás oliendo a madrugada
a musgo y a camino.

Traerás aún hojas desconocidas
enredadas al pelo
y no estarás cansado.

Pero yo besaré
tus ojos de cóndor
hasta secar la última lágrima,
la última gota de sangre,
y con ramos de veranera y de bellísima
limpiaré la pólvora
que aún quede entre tus manos.

Imagen: http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/costa_rica/virginia_grutter.html

Mujeres negras, activismo y teología negra feminista

El Departamento Ecuménico de Investigaciones le invita el próximo viernes 30 de julio al conversatorio virtual «Mujeres negras, activismo y teología negra feminista» una actividad organizada en el marco de la conmemoración del Día de las Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora.

Las tres invitadas conversarán sobre la realidad, retos y desafíos de las mujeres afrodescendientes y también sobre las luchas del activismo y la teología negra feminista, desde susMujeres negras, activismo y teología negra feminista

 diversas miradas y acercamientos. 

Hora del evento:

5:00 p.m. hora de Centroamérica

6:00 p.m. hora de Colombia, México y Perú

7:00 p.m. hora de Cuba, Bolivia y Venezuela

8:00 p.m. hora de Argentina y Brasil 

Transmisión Facebook Live del Departamento Ecuménico de investigaciones

Gobernanza y desarrollo integral de las organizaciones con perspectivas de género

La Red Latinoamericana de Mujeres de la Economía Social y Solidaria ha puesto a disposición de todas las mujeres de la región de Latinoamérica un Trayecto de Capacitación y Formación con un temario amplio y variado que incluye temas de gobernanza y gestión de las organizaciones mutuales y cooperativas.

Para la preinscripción se puede ingresar al siguiente enlace: http://es.research.net/r/REDTrayecto

Para mayor información ingresar al siguiente enlace: https://bit.ly/3hDQstB

 

Compartido por Yasy Morales Chacón.

Mujer mapuche es elegida presidenta de la Convención Constitucional chilena

Elisa Loncón fue elegida presidenta de la Convención Constitucional en Chile. Entre sus labores la profesora mapuche tendrá encabezar la redacción de una nueva carta magna para Chile con una base democrática y participativa.

Su base pretende ser un marco que rompa con los esquemas políticos chilenos y enfocarse en uno de igualdad, de respeto, de sustentabilidad, de libertad, de reconocimiento, de justicia y de verdad, entre tantos otros principios sobre los que la esperanza colectiva sueña construir un nuevo Chile.

Elisa Loncón, presidenta de la Convención Constitucional de Chile ha comenzado su primer discurso al país y al frente de sus colegas convencionales, en Mapuzungún, su lengua originaria.

Hizo referencia al agradecimiento con las coaliciones para cambiar la historia. Desde la participación de mujeres, naciones originarias, la diversidad sexual y el papel de crear un Chile contra los sistemas de dominación que sea plural, participativo y plurinacional.

Además, dedicó palabras de solidaridad con los pueblos originarios de Canadá frente al horror que han enfrentado al encontrar miles de cadáveres de los niños indígenas asesinados y abusados en ese país y «mientras las iglesias arden en llamas».

Elisa Loncón Antileo de 58 años fue elegida en uno de los siete escaños mapuche en las elecciones de mayo con 11.714 votos dentro del distrito indígena de las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y el Maule. Ella es firme partidaria de la restitución de tierras mapuches y sobre la situación en La Araucanía ha dicho que “la violencia estatal contra los mapuche es más profunda”.

Es académica de la Facultad de Humanidades del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago y profesora externa de la Facultad de Letras de la Universidad Católica de Chile. Se tituló como profesora de inglés de la Universidad de La Frontera, con cursos de postítulo en el Instituto de Estudios Sociales de la Haya (Holanda) y en la Universidad de Regina (Canadá). Posee un Magíster en Lingüística de la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa UAM-I (México), un PhD en Humanidades de la Universidad de Leiden (Holanda) y un Doctorado en Literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile.

 

Fuente: Pressenza, International Press Agency.

La lucha Palestina y la cultura islámica – Una mirada desde la mujer

La Red de Solidaridad con Palestina organiza e invita al conversatorio “La lucha Palestina y la cultura islámica – Una mirada desde la mujer” el día sábado 12 de junio del 2021, a las 2 p.m., se contará con la participación de: Daniela Tames, Mujeres Musulmanas de CR; Tamara Alemán, Comunidad Indo Islamica; y la moderación será por Celina García, Estudiosa del tema árabe.

Se podrá ver este conversatorio por vía Facebook live y zoom

Facebook: Red de Solidaridad con Palestina/Costa Rica

Zoom: ID: 818 0509 5136 Contraseña: CEPPA

Feria de la salud

MUSADE celebra el 28 de mayo Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer con una Feria de la Salud del 24 al 29 de mayo del 2021, en la feria se cuenta con diversas actividades, en las mañanas se pueden encontrar actividades físicas y en las tardes se cuentan con charlas educativas.

Para más información a los contactos:

2445-4885
musade1986@gmail.com
www.musade.org

¿Mujeres como candidatas a la Presidencia, en la cercanía del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres?

Vladimir de la Cruz

Me preguntan con frecuencia sobre la posibilidad de una mujer candidata a la Presidencia de la República, y eventualmente ganadora de las elecciones. Mi respuesta, que en mucho deja en asombro a quienes me interrogan, porque están prejuiciados del Gobierno de Laura Chinchilla, es que es posible que eso vuelva a suceder. Y algunos quienes hasta aquí han leído podrán pensar parecido. Pero, veamos.

Las mujeres en general, y las costarricenses también, fueron marginadas históricamente de la vida pública, económica, cultural, social. Fueron una población excluida de Derechos y posibilidades sociales y políticas como las que tenían los hombres. Fueron una población marginal en la vida de nuestras sociedades en sus escenarios públicos y de relaciones sociales públicas. Estaban recluidas a su vida hogareña, donde se decidía incluso su matrimonio, como parte de las relaciones y negocios económicos de sus padres.

La religión católica y la Iglesia contribuyó a este papel de la mujer, que la señalaba, como se dijo a principios del siglo XX en Costa Rica, cuando se trataba de que niños y niñas fueran a educarse en una misma aula, a lo que la Iglesia se oponía, señalando que eso contribuiría a que las mujeres se masculinizaran y los hombres se afeminaran, porque el papel fundamental de la mujer era “el corazón del hombre”, el hogar.

En la colonia incluso carecían de derechos sustantivos, que a la muerte de sus esposos, los adquirían para su administración los hermanos de sus esposos o sus hijos mayores.

En los inicios de la vida republicana fue parecido. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, 1789, y poco tiempo después, la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, 1793, no llegaron con la fuerza institucional de igualarla realmente.

En materia de Derecho Civil estaban fuera hasta 1870, en muchos aspectos. En materia de herencias igual, hasta 1870, cuando empezaron a reconocerse esos derechos, con limitaciones. En materia de matrimonio, en las causales de divorcio, establecidas en 1888, las mujeres llevaban el peor peso y la mayor discriminación y opresión. En materia política peor era la situación.

A pesar del papel que jugaron las mujeres en la Campaña Nacional contra los filibusteros norteamericanos, sustituyendo a los soldados y voluntarios que fueron a combatir, salidos de los campos de trabajo, porque había que seguir produciendo para mantener la economía durante la guerra y para alimentar la tropa de casi 10.000 soldados. Igualmente, por el papel movilizador que tuvieron en los sucesos del 7 de noviembre de 1889, lo que motivó que el Presidente José Joaquín Rodríguez, 1890-1894, propusiera la posibilidad del voto femenino en las elecciones, lo que no se alcanzó hasta 1949, debiendo pasar varias décadas de luchas organizadas por obtener el Derecho de Voto, y participar en procesos electorales, de manera directa, con su voto, en 1951, y con sus candidaturas y elección, a diputadas, en 1953, y en adelante, hasta candidatas a la Presidencia y ser electa Presidenta una mujer.

La sociedad machista, misógina en muchos aspectos, marcó el ADN de mucha gente y ciudadanos hasta hoy. Por eso no se ve bien y se rechaza sutil, o francamente, la participación real y efectiva de las mujeres disputando puestos para diputados o la Presidencia.

Desde el primer Gobierno de Oscar Arias, 1986-1990, hasta su segundo gobierno 2006-2010, el papel de las mujeres se fortaleció en el campo político electoral. Se dictaron y aprobaron las leyes para asegurar, cada vez más, la mayor, real y efectiva participación. En el primer Gobierno fue nombrada la primera mujer Presidenta de la Asamblea Legislativa, ya había habido diputadas desde 1953, y la primera en ser Vicepresidenta de la República. Y, en su segundo gobierno escogió e impulsó a su Vicepresidenta para la candidatura presidencial, que lo logró, Laura Chinchilla Miranda, por mérito propio y por la buena imagen que había al final de su Administración, de su gestión gubernamental, a la que llegó con 40% de votos, y salió con el 48% de votos obtenidos por y para Laura Chinchilla, las votaciones más altas obtenidas para ganar la Presidencia de la República, después de muchas elecciones

Las mujeres históricamente han sido mayoritarias en la población. En términos generales hay más mujeres que hombres, aunque sea poca la diferencia. No recuerdo un caso estadístico en que la población haya sido mayor de hombres que de mujeres. En este momento hay más mujeres que hombres en la sociedad costarricense, y en el padrón electoral también. Mueren más hombres que mujeres a causa del COVID-19. En carreras universitarias, consideradas hace algunos años masculinas, o de preferencia de hombres, hoy tienen matriculadas más mujeres que hombres.

Hoy las mujeres compiten y desplazan a los hombres de sus reductos tradicionales, y también de la política, aunque todavía con mayores dificultades.

La legislación electoral ha avanzado en Costa Rica fuertemente para asegurar de manera real y efectiva, en condiciones de igualdad la participación y la nominación de mujeres a puestos de elección popular. ¿Por qué, entonces, desdeñar la participación de mujeres candidatas a la Presidencia para el próximo proceso electoral? Esa sigue siendo una posibilidad.

En el Partido Liberación Nacional los candidatos que suenan son masculinos. De nuevo Oscar Arias, propuso recientemente, una mujer que no aceptó su nominación, con lo cual en esa tienda política pareciera que, en esta ocasión, no juega ninguna candidata. En la Unidad Social Cristiana apareció Lineth Saborío Chaverri, que fue Vicepresidenta en el Gobierno de Abel Pacheco, en el Partido Acción Ciudadana suenan varias mujeres como candidatas, Marta Zamora, Carolina Hidalgo y la Embajadora en España, Ana Elena Chacón, que también fue Vicepresidenta de la República, 2014-2018. Milagrosamente Epsy Campbell no renunció a su Vicepresidencia actual, para ser candidata presidencial, y tampoco puede ser ya candidata a diputada. A ministra de un nuevo Gobierno del PAC, si ganan las elecciones del 2022, si puede llegar a ser.

En los Libertarios la que suena es Natalia Díaz, en el Frente Amplio suenan Rocío Alfaro, Sofía Guillen, Patricia Mora. No recuerdo, en este momento, otras candidatas que se oigan.

Mujeres hay para ser candidatas. Posibilidades presidenciales para ellas son iguales que las de los hombres. Unas más que otras, según el Partido al que pertenezcan, con más historia electoral y con mejores resultados electorales, que las potencia con mayor posibilidad, como es el caso de Ana Elena Chacón, que de serlo sería la candidata oficial del Partido de Gobierno que alguna ventaja le da.

Ahora el elemento subjetivo de todo este proceso. Soy de la idea, por lo que veo y he estudiado, que la sociedad costarricense, en general, y los hombres en particular, es muy apegada a la Mujer, como Abuela, como Madre, como Esposa, como Hijas. En lo particular los hombres en Costa Rica tienen “mamitis”, están muy ligados afectivamente a sus mujeres, especialmente están muy pegados a sus madres y abuelas.

Las mujeres cabeza de familia son muy importantes para una parte significativa de la población. Antes de la Pandemia había 350.000 mujeres cabeza de familia, que eran el principal ingreso de los hogares aun cuando tenían esposo o compañero. Los dos millones de mujeres que no están incorporadas al proceso productivo nacional atienden, cuando no son estudiantes, y muchas estudiantes lo hacen también, sus hogares, llevan las principales cargas y tareas de sus hogares, desde la buena administración de sus hogares, con los pocos recursos económicos que tienen, o que les dan sus maridos o compañeros, para sacar adelante, en sus dificultades y posibilidades su núcleo familiar. Tenemos más Mujeres Alfa en este sentido que Hombres Alfa, que lo pueden ser en otras dimensiones, pero no en su hogar.

En mi experiencia de vida he estado rodeado de Mujeres Alfa, mis abuelas, la materna y la paterna, mi madre, mis tías maternas y paternas, mi esposa, mi hija, mis nueras, mis primas, y siento que mis nietas están siendo formadas para ser Mujeres Alfa, lo que alegra y enorgullece mucho. Ha sido una experiencia maravillosa haber vivido en este contexto.

Por ello ante la inquietante pregunta, que originó esta reflexión, no veo por qué no pueda haber otra Presidenta en el próximo Gobierno, como posibilidad. Lo que me impide verla en concreto es que hasta hoy no está a la vista pública, ni se le conocen sus planteamientos políticos y hacia el nuevo Gobierno, ni de cómo va a enfrentar la grave situación que tenemos en todos los órdenes de la vida social, económica y política. Pero, como posibilidad, existe la candidata y la Presidenta de Costa Rica, al margen de la valoración subjetiva que se pueda tener del Gobierno de Laura Chinchilla Miranda. Todavía no se ha hecho la valoración histórica de ese Gobierno. Sobre él hay leyenda, nebulosa y mala memoria.