El acontecimiento mundial más importante de este año es la conmemoración del 80º aniversario de la victoria soviética en la “Gran Guerra Patria” y su importancia en la derrota nazi-fascista.
El próximo 9 de mayo no sólo el pueblo ruso conmemorará lo que fue la gran hazaña, conocida como la “Gran Guerra Patria”, lucha que encabezó la Unión Soviética para librarnos de lo que fue, sin duda, el principal enemigo de la humanidad en el siglo XX, el nazismo. También desde este sur del mundo saludamos la derrota de la ideología nazi/fascista, que aunque derrotada logró sembrar su germen en América Latina en los años que vendrían.
No soy historiador, y no les voy a contar la historia de la segunda guerra mundial y el rol del ejército soviético, esa la pueden encontrar en cualquier enciclopedia, pero sí quiero – humildemente – rememorar y analizar lo que significó para millones de personas la derrota de la Alemania nazi, y no como lo cuentan las películas de Hollywood en el cine o como lo cuenta la propaganda de los “vencedores”, en la que obviamente ellos son los héroes y los protagonistas, tergiversando los hechos para cambiar a su conveniencia la historia.
A 80 años de finalizada la guerra más despiadada que haya vivido la humanidad, surgen voces, imágenes, archivos, testimonios, verdades que cuestionan una realidad establecida como tal, porque Estados Unidos se declaró el vencedor, utilizando para ellos todos los medios a su disposición.
De hecho, finalizada la II Guerra Mundial, la Unión Soviética fue vista como uno de los principales protagonistas en la derrota del nazismo y el fin de la guerra. Pero con el paso de los años, su papel se fue empequeñeciendo en favor de los Estados Unidos, el último de los aliados que ingresó en el conflicto. Por lo mismo hoy no soy neutro, y quiero reconocer a los verdaderos vencedores.
Los ejemplos son innumerables, desde el descubrimiento y conquista de América, con el exterminio de sus pueblos originarios, los procesos de industrialización con el empobrecimiento de campesinos y el saqueo de los recursos naturales, las frágiles democracias a cambio de pactos de silencio, la justicia en la medida de lo posible, las amnistías para los violadores de derechos humanos y la apertura salvaje al capitalismo, tantas historias contadas a medias, tantos actores excluidos de su rol.
La Unión Soviética hizo la mayor contribución a la victoria sobre el nazismo, destruyendo más del 80% de los soldados y oficiales enemigos y el 75% del equipo militar total en el Frente Oriental. Como resultado de la guerra, la URSS se convirtió en una de las dos principales potencias mundiales
¿Fue importante el desembarco en Normandía? Sí, ese 6 de junio de 1944 marcó un hito importante en el posterior desarrollo de la guerra, pero no hay que olvidar que el punto de inflexión fue la batalla de Stalingrado, finalizada un año antes, que frenó la ofensiva alemana en territorio soviético debilitado las fuerzas del Eje.
La percepción generalizada sobre el desembarco en Normandía es que esa victoria se debió únicamente al poderío militar de Estados Unidos, sin embargo, fue un esfuerzo conjunto de los aliados, bajo el liderazgo británico. Recordemos que la entrada de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial fue en diciembre de 1941, tras el ataque a Pearl Harbor y 6 meses después de la Unión Soviética.
Es muy fácil reducir la victoria soviética contra la ofensiva alemana en su territorio al efecto de los duros inviernos, es una reducción perversa que despoja de toda trascendencia al ejército rojo, los líderes y al valiente pueblo ruso que combatió y contra todo pronóstico derrotó al ejército nazi.
Reivindicando roles
A partir de un breve recuento de las extraordinarias victorias alcanzadas por la Unión Soviética en las batallas de Moscú, Stalingrado y Kursk, así como en las grandes ofensivas de los años 1944 y 1945, que liberaron a un numeroso grupo de países y condujeron a las acciones decisivas en Berlín, se fundamenta el protagonismo de los soviéticos en el desenlace de la contienda y se refutan las interesadas falsificaciones de la verdad histórica occidental.
¿Qué hacían las otras potencias occidentales en Europa mientras la Unión Soviética detenía el avance alemán en Moscú y Leningrado?
Prácticamente nada. A pesar de la insistencia de Stalin de abrir un segundo frente, los aliados dejaron a Rusia sola: el desembarco en Sicilia se produjo el 10 de julio de 1943, cuando los soviéticos habían vencido en Stalingrado el 2 de febrero, fecha de rendición de los alemanes y en la batalla de Kursk a mediados de julio. El tan esperado desembarco de Normandía no se realizó hasta el 6 de junio de 1944, cuando los primeros soldados soviéticos ya estaban cruzando el río Vístula y entrando en Polonia el 16 de julio del mismo año y el 22 de junio iniciaron la operación Bragation que destruyó el grupo del ejército centro alemán, entre 25 y 28 divisiones, 350.000 hombres en total, su más grande derrota en la guerra.
El precio pagado por el pueblo soviético para librar a la humanidad del nazismo fue enorme: 27 millones de muertos entre combatientes y civiles, 2 millones de desaparecidos y casi 20 millones de heridos, muchos con incapacidad total; la desaparición de más de 80 mil ciudades y poblados y cientos de miles de kilómetros de vías férreas, carreteras y puentes destruidos. Esto es una verdad histórica, que se ha manipulado a propósito con el pasar de los años. Las casualidades no existen y ha sido un largo trabajo de inteligencia en el que han gastado ingentes recursos económicos, esos que no gastaron en la guerra para librarnos del nazismo, y el responsable sabemos quién es, una de las naciones más poderosas del mundo, que tiene la capacidad de crear y ocultar verdades.
No hay vergüenza en el reconocimiento de la verdad, eso deberíamos tenerlo claro en Chile. En un país en el que después de 50 años seguimos buscando a nuestros desaparecidos y desaparecidas, en un país en que después de 50 años no hay verdad, justicia ni reparación; reconocer el rol del Estado soviético en la derrota del nazismo es una reserva moral para seguir luchando, para no olvidar, para combatir cualquier forma de glorificación del nazismo que intente instalarse en nuestras aún frágiles democracias.
Villach. El 27 de enero se conmemora el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, declarado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en 2005, al recordar la liberación de los judíos cautivos en el campo de concentración de Auschwitz; recién en 2015 se instauró el 2 de agosto como el Día Europeo de Conmemoración del Holocausto Gitano, para visibilizar una historia de genocidio olvidada por décadas que dejó alrededor de 200 mil muertos del pueblo sinti romaní, a manos del nazismo alemán. Puede ver la nota completa en La Jornada https://www.jornada.com.mx/2025/01/26/mundo/018n3mun
Dietrich Bonhoeffer (4 de febrero de 1906 – 9 de abril de 1945) fue un teólogo y pastor luterano alemán y un activista contra el régimen de Adolf Hitler que pasó los dos últimos años de su vida en prisión, antes de ser ejecutado en un campo de concentración nazi.
Durante su encarcelamiento, una de las preocupaciones sobre las que reflexionó fue la siguiente: ¿cómo fue posible que uno de los pueblos más educados de Europa, que dio al mundo grandes filósofos, científicos y poetas, haya sido presa de la ideología y de la violencia extrema llevada a cabo por el fascismo nazi? Encontró una respuesta en la estupidez, pero vayamos con calma.
La teoría de la estupidez de Dietrich Bonhoeffer no es realmente una teoría (en el sentido científico del término), pero sí una reflexión profunda sobre la naturaleza humana y cómo la estupidez puede ser más peligrosa que la maldad y más extendida que la ignorancia.
Para Bonhoeffer, la estupidez no es simplemente una falta de inteligencia o torpeza para comprender las cosas, sino una condición humana que puede ser influenciada por factores sociales y políticos. Las personas estúpidas se vuelven manipulables, pierden su independencia y dejan de pensar por cuenta propia, lo que las hace especialmente peligrosas porque no pueden ser persuadidas con argumentos racionales. Entonces, la estupidez sería un problema sociológico más que psicológico, y se manifiesta cuando las personas son sometidas a la influencia de inmensos poderes externos o de ideologías extremistas que buscan la manipulación y el control total de la población, a través de medios como la propaganda y la desinformación, como ocurrió en la Alemania de su tiempo bajo el régimen nazi.
Hoy en día estas causas no son suficientes para explicar la estupidez a la que se refiere Bonhoeffer, pero aun así, sus reflexiones nos pueden orientar para explicar lo que está pasando en el mundo frente a líderes de extrema derecha como Trump o Milei, e incluso, en el caso particular de Rodrigo Chaves en Costa Rica.
Pero ¿qué causa esta estupidez socialmente determinada?
Bonhoeffer reflexionó sobre las causas de la estupidez, especialmente en el contexto del ascenso del nazismo en Alemania. Sus observaciones no solo son relevantes para entender ese período histórico, sino que también ofrecen pistas valiosas para analizar fenómenos similares en otras épocas y sociedades.
Bonhoeffer creía que la estupidez surge cuando las personas renuncian a su capacidad de pensar y actuar de manera autónoma. En lugar de cuestionar y reflexionar, se dejan llevar por opiniones mayoritarias, por alguna ideología o por algún líder carismático o con cierta autoridad. Esta renuncia no es tanto intelectual como moral: es una elección de no asumir la responsabilidad de pensar por uno mismo.
Además, en situaciones de crisis, incertidumbre, temor o desesperanza, muchas personas prefieren la comodidad de seguir a otros antes que enfrentar la dificultad de pensar críticamente. El miedo al aislamiento o al castigo puede llevar a la gente a actuar de manera estúpida, incluso cuando saben que están haciendo algo incorrecto.
De manera especial, Bonhoeffer observó cómo el régimen nazi utilizaba la propaganda a gran escala para manipular a las masas y cómo la estupidez se generaliza cuando las personas aceptan pasivamente los mensajes de líderes o medios de comunicación sin cuestionarlos. La propaganda aprovecha los prejuicios, los miedos y los deseos de las personas para anular su pensamiento crítico.
No menos importante, para Bonhoeffer, la estupidez florece en sociedades donde las relaciones humanas auténticas se han debilitado o fragmentado. Cuando las personas están aisladas o se relacionan de manera superficial es más fácil que caigan en la estupidez, porque no tienen una comunidad real que les cuestione o les ayude a pensar de manera crítica. Este elemento es mucho más importante hoy en día, cuando las llamadas redes sociales y los algoritmos pulverizan la convivencia real entre las personas, las vuelve adictas al entretenimiento superficial y las hace incapaces de cuestionar su propia realidad.
Como teólogo, Bonhoeffer veía la estupidez como un problema espiritual. Creía que cuando las sociedades pierden sus fundamentos éticos y espirituales, las personas se vuelven más susceptibles a la estupidez, porque carecen de un marco de referencia para discernir entre el bien y el mal. Un efecto similar ocurre cuando nos gobiernan antivalores como el individualismo exacerbado y la competitividad compulsiva del capitalismo globalizado.
¿Se puede enfrentar la estupidez cuando esta se generaliza?
Bonhoeffer creía que el primer paso para enfrentar la estupidez es recuperar la capacidad de pensar y actuar de manera autónoma. Esto requiere, entre otros: i) cuestionar las narrativas dominantes; ii) no aceptar pasivamente lo que dicen los líderes, los medios o las masas, sino analizar críticamente la información; iii) asumir responsabilidad personal, tomando decisiones basadas en principios éticos, incluso cuando esto implique ir contra corriente.
Y como la estupidez florece en entornos donde el pensamiento crítico es desalentado, para combatirla, es esencial: i) educar en la reflexión, enseñando a las personas a cuestionar, analizar y debatir ideas, en lugar de aceptarlas sin más (de ahí la importancia central de una educación que potencie el pensamiento crítico); ii) promoviendo el diálogo, creando espacios donde las personas puedan discutir abiertamente temas difíciles, sin miedo al rechazo o al castigo.
Como ya mencionamos, Bonhoeffer enfatizaba la importancia de la comunidad como antídoto contra la estupidez. Una comunidad auténtica fomenta la solidaridad, ya que las personas se apoyan mutuamente para resistir la presión del conformismo.
Además, en una comunidad sana, sus miembros se ayudan a reconocer y superar la estupidez, tanto individual como colectiva.
En situaciones donde la estupidez se generaliza, es necesario actuar con coraje y valentía. Esto exige: i) denunciar incansablemente la injusticia, no quedarnos callados ante lo que nos parece mal, incluso cuando esto implique riesgos personales; ii) resistir activamente, siendo el mismo Bonhoeffer un ejemplo vivo de esto, ya que participó en la resistencia contra el nazismo, a pesar de las consecuencias.
Y como para Bonhoeffer la estupidez es en última instancia un problema espiritual, enfrentarla también requiere reconectarse con principios éticos, volviendo a valores como la justicia, la compasión, la solidaridad y la dignidad humana.
Pero ¿puede esto funcionar en la práctica?
Bonhoeffer no solo teorizó sobre cómo combatir la estupidez, sino que también lo puso en práctica. Algunas de sus incansables acciones incluyeron:
– Educar y concienciar: como profesor y pastor, Bonhoeffer trabajó para formar a personas críticas y éticas.
– Crear redes de resistencia: participó en la Iglesia Confesante, un movimiento cristiano que se oponía al control nazi de las iglesias.
– Actuar con integridad: aunque sabía que su oposición al régimen nazi podía costarle la vida, Bonhoeffer nunca renunció a sus principios.
Bonhoeffer nos enseña que la estupidez no es invencible. Aunque puede generalizarse en ciertas situaciones históricas, siempre hay formas de combatirla: recuperando la autonomía moral, fomentando el pensamiento crítico, construyendo comunidades auténticas, actuando con coraje y reconectando con valores éticos y espirituales. Estas herramientas no solo son relevantes para el contexto del nazismo, sino para cualquier situación en la que la estupidez amenace con dominarnos.
Ciertamente, las formas actuales de dominación cultural que nos ciegan y nos llevan a la estupidez son hoy más complejas y diversificadas: la adicción al entretenimiento, el declive intelectual y cultural, el hedonismo y el individualismo radical, el populismo, el mesianismo, el ocaso de pensamiento crítico, la cultura del espectáculo y la distracción, la primacía de la inmediatez, la sumisión voluntaria, la mentira sistemática, el anonimato de las redes sociales, la censura y manipulación sofisticada de los algoritmos, etc. Aun así, las reflexiones de Bonhoeffer nos brindan un marco conceptual básico para comenzar a entender el problema y buscar soluciones.
El pasado 17 de diciembre en la Asamblea General de la ONU se votó, como todos los años, la moción contra la glorificación del nazismo, que además de condenar y rechazar el horror que provocó, busca evitar el renacimiento de grupos que busquen ensalzar, difundir y reconocer el legado de esa ideología.
Desde 2005 la Federación Rusa presenta esta resolución ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la que, a pesar del constante voto en contra de Estados Unidos, siempre ha sido aprobada mayoritariamente. En 2024 – ante la incredulidad de muchos – 119 países votaron a favor, 10 se abstuvieron y 53 países la rechazaron, número no menor si consideramos que entre las abstenciones y los rechazos se encuentran varios países fundadores de la ONU, es más, también se encuentran varios países que vivieron en carne propia el horror de la II Guerra Mundial.
La glorificación del nazismo es una forma de racismo e intolerancia que se combate en gran parte del planeta, nos parece lo mínimo en un mundo que se declara civilizado. En el caso de América, Latina se está observando – deberíamos con temor – el surgimiento de movimientos y organizaciones que escondidos detrás de una “democracia liberal” que todo lo soporta, promueven un nacionalismo extremo. Como ejemplo Chile, con las ideas del diputado Joanes Kayser que a 360º (radio, tv y diarios) invita y seduce a sus seguidores con proclamas contra los extranjeros, contra el voto de las mujeres y contra las diversidades sexuales con la justificación de “salvar la nación”.
De mal en peor
El consenso sobre la valoración internacional del nazismo y el fascismo como ideología totalitaria, sanguinaria, capaz de genocidio, se alcanzó en 1945 como resultado del trabajo del Tribunal de Nuremberg, y en ese momento histórico, fue absolutamente aceptado por el peligro que representó para la humanidad. Casi 80 años después, frente al rechazo de Estados Unidos y varios países de la Unión Europea a la moción, nos preguntamos qué razones hay detrás de sus votos: ¿un cambio en la ética, intereses geopolíticos, superficialidad? Cualquiera sea la respuesta, nos parece peligrosa, porque de una forma u otra, sugiere que quieren cambiar la historia, que se olvidaron o quieren olvidar lo que fue el nazismo, y sus consecuencias.
Dentro de los 53 países que votaron en contra se encuentran Estados Unidos, Ucrania, Canadá, Italia, Polonia, Austria, Alemania, Bélgica, Australia, Dinamarca, Francia y Finlandia, Irlanda y Japón, entre otros. Curiosamente, en muchos de ellos, hoy gobiernan políticos de derecha o de extrema derecha. Quizás por ello, la memoria se ha vuelto tan corta.
Quizás por eso hoy escuchamos declaraciones egoístas e interesadas de parte del presidente electo de Estados Unidos, quien ha dejado claro que los intereses de su País están por sobre el resto. No cuentan los compromisos ni las alianzas cuando ellos tienen mucho que ganar. Así hemos visto a Trump declarando con mucha soltura que en sus planes podría estar el control de Groenlandia, la anexión de Canadá y recuperar el control del Canal de Panamá. Nada más y nada menos mostrando que a él no le complica el expansionismo de su país, sólo le preocupa el de los demás.
En este juego de simplificaciones, de grandes y pequeños, de buenos y malos, de vencedores y vencidos, ya casi nada parece sorprender, pero aún hay algunos que sienten vergüenza frente a países ayer enemigos y hoy aliados contra un “enemigo” común. Cuesta entender, por ejemplo, que Polonia parece haber olvidado el verano de 1943, cuando el Ejército Insurgente Ucraniano (UPA), fundado por los partidarios de Stepán Bandera inició una masacre en las regiones de Volinia y Galitzia Oriental (en ese entonces parte de la Polonia ocupada por Alemania), asesinando se calcula a unos 100.000 civiles.
Ejemplos hay muchos, demasiados para nuestro gusto, incluso en el fútbol. Sí, sucedió hace unas semanas en Italia durante un partido de la segunda división italiana, donde Romano Floriani Mussolini marcó el gol de la victoria para su equipo la Juve Stabia contra el Cesena. Los hinchas celebraron haciendo gestos fascistas en honor a Benito Mussolini, bisabuelo del jugador, este los manda a callar
Y no es de tontos graves preocuparse por lo que pasa en los estadios, es irresponsable no entender que el nazismo nunca ha dejado de estar presente en nuestras sociedades. Y los votos en contra de la resolución de la glorificación del nacismo – que es de sentido común – sólo demuestran la incapacidad de los gobiernos y de las instituciones internacionales de frenar el descontento frente a una realidad internacional que no es capaz de integrar, acoger y asegurar un futuro cierto a sus ciudadanos.
Y entonces es simple, es fácil, es de perogrullo que surjan discursos de odio hacia el extranjero, hacia las diversidades, hacia el progresismo, hacia el cambio. Se necesita un enemigo al que culpar por la falta de oportunidades, por el estancamiento de la economía, por la falta de servicios… la lista es interminable y el enemigo será siempre el más débil.
Chile lo vivió con la dictadura de Pinochet, Chile dio refugio a fugitivos nazis, Chile permitió que nuestro Sur se manchara de una Colonia Dignidad, Chile también sufrió en carne propia el odio hacia el que no pensaba como el sistema; y hoy, hoy sólo podemos afirmar y reafirmar nuestro compromiso con los derechos humanos, exigiendo a nuestro gobierno de turno, votar una y otra vez, hasta el cansancio e incluso en soledad, contra la glorificación del nazismo. ¡Lo exigimos, como exigimos que Nunca Más!
Esta noche tuve el enorme gusto de asistir al Teatro De La Danza Costa Rica, para presenciar el espectáculo «Advertencia: Perro Bravo» coreografía de mi querido Gustavo Hernández e inevitablemente y de inmediato me trasladé a la década de los años treinta, cuando una Alemania moderna, libre y más que adelantada para la época; sufre el ascenso espantoso del Partido Nacional Socialista y su líder Adolph Hitler.
Ante ese peligro el Ballet Joss, crea su icónica pieza » La mesa verde», que le cuesta al coreógrafo y al grupo el exilio o la muerte…
Por cierto, Hans Züllig y Lucas Hoving (con quienes tuve el honor de estudiar) pertenecían a ese elenco y estrenaron dicha obra. Tiempo después estando todo el elenco en Londres donde además de la mesa verde, bailaban la Consagración de la Primavera de Ígor Stravinsky, ¡Londres es bombardeada! y el Ballet Joss se desmiembra en una diáspora por todo el mundo…
La Danza puede ser divertida, lúdica, dubitativa, abstracta, y siempre experimental entre muchas formas. Más aún con las nuevas e ineludibles tecnologías.
Pero ante el período de oscuridad que atraviesa Costa Rica, prácticamente en todos los campos, Danza Universitaria levanta la voz y denuncia y nos narra de una forma clara y concisa, el actuar de un «perro de traba» y sus monigotes: tan corruptos como el titiritero, que los maneja y que los usa y desecha a su antojo (cualquier paralelismo con la realidad, es mera coincidencia).
Un elenco maduro, cohesivo, de gran solvencia en términos de los movimientos y de una expresividad necesaria en esta obra y necesaria ante la sobredosis kinética de la danza hoy.
La banda sonora es tremenda, maravillosa y justa para esta pieza, la iluminación en escenario aforado proporciona ambientes perfectos entre el claro oscuro de este acto político.
Esta segunda función de esta breve temporada pone el dedo en la llaga de la realidad que vivimos y pone una vez más por qué Danza Universitaria es necesaria en nuestra cultura, más allá de los titubeos de la Universidad de Costa Rica sobre su necesidad y de la mezquindad de los monigotes del Perro Bravo en temas de educación y cultura.
Finaliza esta coreografía con una tremenda premonición: al marchitarse el Perro Bravo y decaer… ¡vendrá otro!
El excandidato presidencial Edmundo González y María Corina Machado, se distanciaron de los daños ocasionados en la República Bolivariana de Venezuela por sus seguidores, tras desconocer el Consejo Nacional Electoral (CNE) durante una “video llamada” realizada al presidente costarricense Rodrigo Chaves.
El gobernante dijo en conferencia de prensa el miércoles siete de agosto que lo habían llamado “llorando” para pedir apoyo para la causa de ellos.
Posteriormente se miran en un video “colgado” en redes sociales, donde ambos venezolanos dialogan con el mandatario, sin que en ningún momento asumieran responsabilidad alguna por la intentona de golpe de estado, los daños materiales y los muertos ocasionados en Venezuela, luego de desconocer el CNE y los datos oficiales emanados de éste en relación con las votaciones del 28 de julio.
Tanto el actual Jefe de Estado, como ocho expresidentes sobrevivientes desde 1986 a la fecha de los partidos Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana, “desaparecieron” toda “oposición” y “profundas “diferencias” ideológicas y económicas, entre sí, cuando se trata de rechazar el proyecto de democracia participativa en Venezuela.
a). – La noche triste: Tras dos días de trifulcas, ella y él salieron para saludar a su público y evaluar “in situ” los resultados de otra “noche negra”, como en ocasiones pasadas, pero esta vez a causa de las elecciones del 28 de julio en la República Bolivariana de Venezuela.
No era para menos. González Urrutia y Machado habían posesionado el libreto escrito en Washington con las frases de “fraude”, “democracia” y “libertad”, replicadas decenas de veces acá y allá por las grandes cadenas de noticias. Solo vasta revisar la CNN, Tevé España, RCN de Colombia, sin faltar nuestros telenoticieros de canal 7 y Repretel.
Para González Urrutia y Machado esta vez las “protestas pacíficas” no dieron la sangre suficiente, como sí ocurrió en otras ocasiones, pues con bastante antelación el gobierno del presidente Nicolas Maduro sabía que estaban frente a un masivo “hackeo” para dañar la credibilidad del CNE, acelerar un “golpe de estado” preparado en Estados Unidos y coordinado internamente por la llamada derecha venezolana, denunció la vicepresidente ejecutiva, Delcy Rodríguez, en conferencia de prensa, el pasado 8 de agosto.
Según diversas fuentes consultadas, como El Tiempo de Colombia, ABC internacional de España, así como datos de la misma “oposición” venezolana, las “protestas pacíficas” nocturnas del pasado 28 de julio, solo tuvieron 24 muertos, en contraste, por ejemplo, con 43 fallecidos ocurridos durante la violencia desencadenada entre el 12 de febrero y el 29 de mayo de 2014.
Sin embargo, sumando datos oficiales y hechos reivindicados por los mismos opositores, hubo12 universidades atacadas en todo el país. 7 escuelas de educación inicial, 21 escuelas de primaria, 34 liceos, 6 centros de diagnóstico integral, un centro de salud de alta tecnología, 30 dispensarios médicos ambulatorios, una farmacia y 6 Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP.)
Además se reportó la destrucción de una radio comunitaria, 11 estaciones del Metro de Caracas, un tren incendiado en la estratégica ciudad de Valencia, al oeste de Caracas, 38 unidades de autobús, principalmente en la capital venezolana, 27 monumentos y estatuas en todo el país, incluyendo las del padre de la independencia de varios países de Suramérica, Simón Bolívar, del líder de la revolución bolivariana, Hugo Chávez, el cacique Coromoto, inspirador de la patrona de Venezuela, la virgen de Coromoto.
Intentaron acabar con la estatua del científico y filántropo del siglo XIX, José Gregorio Hernández, atacaron y quemaron en todo el país 10 sedes del gubernamental Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), devastaron un centro de aguas servidas en Nueva Esparta, en el noreste venezolano, destrozaron a bala o bombas molotov 10 sedes gubernamentales, entre puestos policiales, cuarteles y el Ministerio de Vivienda en la ciudad de Chacao, un municipio que pertenece al Área Metropolitana de Caracas.
Asimismo, dañaron 10 sedes del Consejo Nacional Electoral, cuando intentaron un asalto coordinado entre el 28 y el 29 de julio, además 60 de más de 600 veedores (observadores) del proceso electoral provenientes de Europa y Latinoamérica fueron trasladados de urgencia de sus carpas hacia las instalaciones más seguras del CNE. Quemaron las alcaldías en las localidades de Carirubana, al suroeste de la conocida península de Paraguaná, estado Falcón, así como la de la población de Quíbor, considerada la ciudad de la artesanía, en el estado Lara.
Destruyeron la plaza pública de El Valle y la estación del Metro de El Valle, en Caracas, atacaron al zoológico de Maracay, ubicado en la parte central de la república, siguen bajo amenazas 5 mil líderes y lideresas populares o sus familiares, asesinaron a sangre fría a 2 soldados que cumplían la orden de “no caer en provocaciones” e hirieron a 120 funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana, mientras la nación bolivariana permanecía toda la noche del 28 de julio bajo un ataque cibernético originado desde Macedonia del Norte, según la versión oficial.
(F. The News Times publicada el 29 de julio de 2024).
b).La doctrina del caos: A solo horas de iniciadas las “protestas pacíficas” en Venezuela los siguientes países consideraban que el “caso venezolano” no es un asunto para resolver internamente por sus autoridades y población, sino es necesaria la intervención de terceras fuerzas. Estos gobiernos fueron: Costa Rica Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana.
Los siete ejecutivos llamaron a una reunión urgente del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con base en datos electorales dados a conocer por la Plataforma Unitaria (PU) en una página de la internet creada para esos efectos y ampliamente promocionada en el exterior por las siguientes multinacionales de la noticia: CNN, la VOA, DW, TV española, Francia Internacional, BBC, Univisión, entre otras, sin faltar el aporte criollo de Telenoticias y Repretel.
Los países citados lograron la reunión de dicho Consejo Permanente de la OEA y, desde él pretendieron imponer a un pais que no es miembro del organismo desde el 27 de abril de 2019, la revisión de las actas electorales con “observadores independientes”.
Esta activación de la alicaída OEA -un diplomático regional llegó a calificarla como “departamento de colonias” de Estados Unidos-, buscaba legitimar cualquier tipo de acción encaminada a desalojar del poder a los chavistas, para luego legalizar la intervención mediante un reconocimiento diplomático masivo del nuevo gobierno de Edmundo González Urrutia. ¡Perversión jurídica, pero eso no importa, cuando el fin justifica los medios, diría Maquiavelo!
Sin embargo, la “jugada” diplomática no salió. La política exterior de Costa Rica, Uruguay, Argentina, Ecuador, Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana deberá conformarse, a lo sumo, con memorizar el nuevo libreto de la segunda versión mejorada de Juan Guaidó, reconociendo el polémico González Urrutia, como presidente electo en Venezuela.
Controvertido, porque según un reporte atribuido al periodista francés, Ignacio Ramonet, publicado en su página de Facebook, compromete a González Urrutia y Leopoldo Castillo, quienes en el pasado estuvieron destacados en la embajada venezolana en El Salvador, con actos violentos en la región a favor de las causas estadounidenses. https://www.redbetances.com/home/1-latest-news/4142-2024-08-03-22-12-36.htm) El excandidato presidencial ha negado cualquier vínculo con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos durante su estadía en San Salvador.
En todo caso, el revés diplomático sufrido por Costa Rica, Uruguay, Argentina, Ecuador, Guatemala, Panamá, Perú, Paraguay y República Dominicana estuvo muy cerca de rozar en hazmerreir. Un cable de la agencia EFE reproducido, por el periódico “Perspectivas Suizas”, dio cuenta de que la resolución que exigía a las autoridades de Venezuela publicar de inmediato las actas de las elecciones no alcanzó los apoyos necesarios para ser aprobada por el Consejo Permanente de la OEA, luego de que se abstuvieran naciones como Brasil, Colombia y México.
Es al investigador e intelectual francés, Thierry Meyssan (nacido el 18/51957), que atribuyen haber delineado la estrategia del “caos” o el “patear el tablero”, que pretendieron aplicar en cuestión de horas en todo el territorio venezolano, en ocasión de las elecciones pasado 28 de julio.
Hace 70 años, decía en la 2ª parte de un artículo aparecido en la Red Voltarie, titulado “El proyecto militar de Estados Unidos para el mundo” (consúltese https://www.voltairenet.org/article197560.html),que los estrategas estadounidenses sufren una obsesión que no tiene nada que ver con la defensa de su pueblo. Lo que les obsesiona es mantener la superioridad militar sobre el resto del mundo. Durante el decenio transcurrido entre la disolución de la URSS y los atentados del 11 de septiembre de 2001, estuvieron buscando diferentes maneras de intimidar a todo el que se resistía a la dominación estadounidense”, puntualizaba.
Citaba el almirante Arthur K. Cebrowski cuando predicaba que había que reorganizar los ejércitos de Estados Unidos de manera tal que fuese posible procesar y compartir una multitud de datos de forma simultánea. Eso haría posible algún día el uso de robots capaces de indicar instantáneamente las mejores tácticas, añadía.
El asistente del almirante Cebrowski, Thomas P. M. Barnet, afirmaba – según nos dice Meyssan en su artículo, tras hacer mención de los hechos del 11 de setiembre de 2001 – que, para mantener su hegemonía, Estados Unidos tendría que dividir el mundo en dos partes. Quedarían de un lado los Estados estables (los miembros del G8 y sus aliados) y del otro lado estaría el resto del mundo, considerado simplemente como un “tanque” de recursos naturales.
La observación realizada por el articulista de crear una especie de ejes buenos y ejes del mal son los que sustentan la “teoría del caos” y “botar el tablero”. “Barnett se diferenciaba de sus predecesores, nos va a decir el articulista, en un punto fundamental: ya no consideraba que el acceso a esos recursos fuese crucial para Washington, sino que afirmaba que los Estados estables sólo tendrían acceso a esos recursos recurriendo a los ejércitos estadounidenses. Para eso habría que destruir sistemáticamente toda la estructura estatal en los países que serían parte de ese “tanque” de recursos, de manera que nadie pudiese oponerse en ellos a la voluntad de Washington, ni tampoco tratar directamente con los Estados estables. La destrucción de las estructuras estatales equivale a regresar a los tiempos del caos…”, advertía.
(F. El País). El 80% de los participantes aprehendidos por las protestas del 28 de julio no votaron, según consignó la Fiscalía venezolana durante una comparecencia ante noticias Telesur
De lo que hay pocas dudas, independientemente de los cambios de paradigmas del imperialismo, de si recurre al “caos” o el “terror” como armas de subyugación, es que, tras caer la antigua Unión Soviética, el modelo de producción impuesto globalmente “despertó” y sigue despertando las células dormidas del nazismo y el fascismo, reforzado por el sionismo que arrasa con todo a su paso.
Recientemente el maestro y filósofo costarricense, Arnoldo Mora, en sendos artículos aparecidos en el SemanarioUniversidad y SURCOS digital, consideraba al fascismo como amenaza a tomar en serio. Sostiene que la característica fundamental de los movimientos fascistas actuales, donde quiera que hayan surgido y cualesquiera que hayan sido las circunstancias que los hayan provocado y alimentado, es que consideran las libertades democráticas y las instituciones que las sustentan, como el causante principal de todos los males que se ciernen sobre las masas populares; de ahí, que el demagógico lenguaje que emplean tiene como objetivo conquistarse el apoyo de esas masas gracias al carisma de un líder mesiánico en quien éstas depositan toda su confianza; todo lo cual se da dentro de un contexto de crisis de la democracia formal debido a que la democracia social ha sido socavada, advirtió. (Véase: https://surcosdigital.com/la-amenaza-del-fascismo/;https://semanariouniversidad.com/opinion/la-amenza-del-facismo/).
Por su parte,el investigador e historiador costarricense, Carlos Delgado Rodríguez, nos abría los ojos en cuanto el interés para que los pueblos no alcancen el nivel de masa política organizada.
Al ahondar sobre la situación en Venezuela nos va a recordar que la derrota del campo popular (clases subalternas interesadas en la construcción de un nuevo orden que supere al capitalismo) desde hace décadas, ha sido acompañada por la disolución de las organizaciones políticas que se planteaban las transformaciones revolucionarias dentro del capitalismo; lo que aún queda está disperso y debilitado en cada país y en el campo internacional, afirma.
La dificultades actuales – añade – son agravadas en nuestros países por masas que son precisamente un conglomerado de gente que no adscribe ningún proyecto político específico. Dejan de ser masas cuando suscriben un proyecto revolucionario para ser pueblo político, organizado, clasista, que aspira a una gran transformación social. (Consúltese artículo de 2/8/2024 “Venezuela y la crisis de las elecciones del 2024”, revista SURCOS: https://surcosdigital.com/venezuela-y-la-crisis-de-las-elecciones-del-2024/)
c.-) Los “tiempos difíciles”. A manera de conclusión. Son tiempos difíciles que a muchos nos llenan de optimismo. El horizonte nos emerge allá, en forma amplia, amplísima. Claro, las fuerzas del sionismo, el fascismo y el nazismo se mueven también recicladas, unas veces sin disfraz alguno, como supuestos “magos” de la economía o pentecostales que hablan en lenguas extrañas y tienen teléfono directo con Dios. Otras veces , con discursos paternalistas prestados por las ONGs y la Fundación Soros con tono de “progresismo”, “izquierda vegetariana” o “izquierda carnívora”, para que no haya pueblo articulado, precisamente, porque ambos enemigos saben que los pueblos, al que desde hace tiempo tiraron en un rincón, más temprano que tarde revertirán su despojo a ser dignos en conquista plena de libertad, regresarán al camino de sus orígenes y entenderán, por fin que, utilizarlos por unos pocos cada cierto periodo para recortar a sus viejos las jubilaciones, mal administrar sus dineros, dejar que mueran sus parientes por falta de sanidad y enceguecer más a la justicia tirándole más ácido sobre los ojos, eso no puede llamarse democracia en ninguna parte del planeta.
Odian, aunque bien disimulan, el olor a macana y pala de quienes tienen años de estrangular a lo largo y ancho del continente porque producían lo que nos comíamos, a esas madres que hoy dieron de mamar y mañana no saben si tendrán leche, porque durante el día no tuvieron nada para comer, el pequeño y mediano comerciante y empresario que ve cómo el gobierno de turno lo aconseja que inicie un nuevo emprendedurismo porque quienes tienen la contabilidad en sus países de origen, los dejaron en la calle.
Son tiempos difíciles, nada fáciles, por cierto, pero de victorias también para los pueblos. Desde América, pasando por África y Asia, sobran ejemplos. Un pueblo que conoce su libertad y la dignidad que le arrancaron, no necesita intermediarios ni caros “mesías” porque nunca más será esclavo de nadie, aunque los sionistas, los nazis y fachos llenen de bombas sus territorios o siembren el “caos” para seguir con su política de despojos y desprecios.
Ello me recuerda las palabras de un martiano de tal estatura política, moral y ética, que después de su desaparición física no podrán borrarlo de la memoria de los pueblos. Dijo: “En los tiempos difíciles el número de vacilantes aumenta; en los tiempos difíciles —y eso es una ley de la historia— hay quienes se confunden, hay quienes se desalientan, hay quienes se acobardan, hay quienes se reblandecen, hay quienes traicionan, hay quienes desertan. Eso pasa en todas las épocas y en todas las revoluciones. Pero también en los tiempos difíciles es cuando realmente se prueban los hombres y las mujeres; en los tiempos difíciles es cuando se prueban, realmente, los que valen algo. Los tiempos difíciles son la mejor medida de cada cual, del carácter de cada cual, del coraje y el valor de cada cual, de la conciencia de cada cual, de las virtudes de cada cual y, sobre todo, de las virtudes de un pueblo; y las virtudes patrióticas y revolucionarias no le faltaron ni le faltarán jamás a este pueblo”. (Ver Fidel Castro Ruz en: “La pupila insomne”, 10 /6 / 2020, https://lapupilainsomne.wordpress.com/2020/06/10/en-los-tiempos-dificiles-es-cuando-se-prueban-realmente-los-que-valen-algo-por-fidel-castro/)
Para los que padecen de esa patología conocida como “rusofobia», todo lo malo que haya pasado, pase ahora o en el futuro será siempre culpa de los rusos.
Nada de que asombrarse y los reclamos de poco sirven mientras esa enfermedad adquirida y alimentada por los «Ulises» modernos, la de la mentira vestida de verdad, siga recorriendo el mundo de los incautos y los dominados. El absurdo llega a unos extremos tales debido al abandono, o no uso, del sentido común y la propia lógica. Los rusos que se vieron obligados a intervenir con una acción militar limitada, en cuenta para proteger a los millones de rusos del Donbas, ante el genocidio cometidos por los «ucranazis», que llegaron al poder mediante un golpe de estado, propiciado por los enemigos de Rusia, atacan a la población civil» o sea a su propia gente.
Los rusos que ocupan la central nuclear recuperada «la están bombardeando». O sea, se están autobombardeando.
Los rusos que trasladan a los niños rusos a lugares seguros están «secuestrando niños». Fueron los rusos los que destruyeron su propio oleoducto y ahora llegan al extremo de afirmar que también una represa que afecta a una población, también rusa. La lista es larga y nada de que sorprenderse porque la vileza de los que quieren seguir dominando el mundo a su antojo es muy grande.
Todo esto lo dicen y divulgan por baterías mediáticas y sin sonrojos, contando cuentos, o historias, pero al revés. El absurdo es de tal magnitud que ofende la inteligencia de las mentes y los corazones bien informados. ¿Quedó corta la descripción del mundo en la obra 1984? De nada sirven los irrefutables hechos y menos los reclamos ante aquellos que padecen de una de las peores fobias contra una determinada nacionalidad o pueblo. Ya se vivió en un relativo reciente pasado con una de las peores atrocidades y tragedias de la historia humana: el nazismo.
Debido a que Europa no ha sido capaz de hacer frente a las causas de la crisis, está condenada a hacer frente a sus consecuencias. El polvo de la tragedia está lejos de haberse asentado, pero, aun así, nos vemos obligados a concluir que los líderes europeos no estaban ni están a la altura de la situación que estamos viviendo. Pasarán a la historia como los líderes más mediocres que Europa ha tenido desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Ahora están haciendo todo lo posible en la ayuda humanitaria, y no se puede cuestionar el mérito de dicho esfuerzo. Pero lo hacen para salvar las apariencias ante el mayor escándalo de este tiempo. Gobiernan pueblos que, en los últimos setenta años, más se han organizado y manifestado contra la guerra en cualquier parte del mundo donde sea que esta se haya producido. Y no fueron capaces de defenderlos de la guerra que, al menos desde 2014, se venía gestando en casa. Las democracias europeas acaban de demostrar que gobiernan sin el pueblo. Hay muchas razones que nos llevan a esta conclusión.
Esta guerra estaba siendo preparada hace mucho tiempo tanto por Rusia como por los Estados Unidos. En el caso de Rusia, la acumulación de inmensas reservas de oro en los últimos años y la prioridad otorgada a la asociación estratégica con China, concretamente en el ámbito financiero, con miras a la fusión bancaria y la creación de una nueva moneda internacional, y en el comercio donde hay enormes posibilidades de expansión con la iniciativa Belt and Road en Eurasia. En las relaciones con los socios europeos, Rusia ha demostrado ser un socio creíble, dejando claras sus preocupaciones de seguridad. Preocupaciones legítimas, si por un momento pensamos que en el mundo de las superpotencias no hay buenos ni malos, hay intereses estratégicos que hay que acomodar. Este fue el caso en la crisis de los misiles de 1962 con la línea roja de los Estados Unidos que no quería misiles de mediano alcance instalados a 70 km de su frontera. Que no se piense que fue solo la Unión Soviética la que cedió. Los Estados Unidos también desistieron de los misiles de mediano alcance que tenían en Turquía. Cedieron de manera recíproca, se acomodaron, y tuvieron un acuerdo duradero. ¿Por qué no fue posible lo mismo en el caso de Ucrania? Veamos la preparación en el lado estadounidense.
Ante el declive del dominio global que ha tenido desde 1945, los EE.UU. buscan consolidar a toda costa zonas de influencia, que garanticen facilidades comerciales para sus empresas y acceso a materias primas. Lo que escribo a continuación se puede leer en documentos oficiales y “think tanks”, por lo que se prescinde de teorías conspirativas. La política del “regime change” no está dirigida a crear democracias, solo gobiernos que sean fieles a los intereses de Estados Unidos. No fueron estados democráticos los que surgieron de las sangrientas intervenciones en Vietnam, Afganistán, Iraq, Siria, y Libia. No fue para promover la democracia que alentaron golpes de Estado que depusieron a presidentes elegidos democráticamente en Honduras (2009), Paraguay (2012), Brasil (2016), Bolivia (2019), sin mencionar el golpe de 2014 en Ucrania. Desde hace algún tiempo, el principal rival es China. En el caso de Europa, la estrategia estadounidense tiene dos pilares: provocar a Rusia y neutralizar a Europa (especialmente a Alemania). La Rand Corporation, una conocida organización de investigación estratégica publicó en 2019 un informe preparado a petición del Pentágono, titulado «Extendiendo Rusia. Competir desde terreno ventajoso». En él se analiza cómo provocar a los países para que la provocación pueda ser explotada por los Estados Unidos. Con respecto a Rusia, dice: «Hemos analizado una serie de medidas no violentas capaces de explotar las vulnerabilidades y ansiedades reales de Rusia como un medio para presionar al ejército y la economía de Rusia y el estatus político del régimen en el país y en el extranjero. Los pasos que hemos examinado no tendrían la defensa ni la disuasión como objetivo principal, aunque podrían contribuir a ambos. Por el contrario, tales pasos se consideran elementos de una campaña diseñada para desestabilizar al adversario, obligando a Rusia a competir en campos o regiones donde Estados Unidos tiene una ventaja competitiva, llevando a Rusia a expandirse militar o económicamente, o haciendo que el régimen pierda prestigio e influencia a nivel nacional y/o internacional”. ¿Necesitamos saber más para entender lo que está sucediendo en Ucrania? Rusia fue provocada a expandirse para luego ser criticada por hacerlo. La expansión de la OTAN hacia el Este, en contra de lo que se había acordado con Gorbachov en 1990, fue la pieza clave inicial de la provocación. La violación de los acuerdos de Minsk fue otra pieza. Cabe señalar que Rusia comenzó por no apoyar el reclamo de independencia de Donetsk y Lugansk después del golpe de 2014. Prefería una fuerte autonomía dentro de Ucrania, como está establecido en los acuerdos de Minsk. Estos acuerdos fueron rotos por Ucrania con el apoyo de Estados Unidos, no por Rusia.
En cuanto a Europa, el principio es consolidar la condición de socio menor que no se atreva a perturbar la política de las zonas de influencia. Europa debe ser un socio fiable, pero no puede esperar reciprocidad. Por eso la UE, ante la ignorante sorpresa de sus líderes, fue excluida del AUKUS, el tratado de seguridad para la región del Índico y el Pacífico entre EE.UU., Australia e Inglaterra. La estrategia del socio menor requiere que se profundice la dependencia europea, no sólo en el ámbito militar (ya garantizado por la OTAN) sino también en el económico, es decir, en términos energéticos. La política exterior (y la democracia) de EE. UU. está dominada por tres oligarquías (no solo hay oligarcas en Rusia y Ucrania): el complejo militar-industrial; el complejo gasífero, petrolero y minero; y el complejo bancario-inmobiliario. Estos complejos tienen ganancias fabulosas gracias a las llamadas rentas monopólicas, situaciones privilegiadas de mercado que les permiten inflar los precios. El objetivo de estos complejos es mantener al mundo en guerra y crear una mayor dependencia de los suministros de armas estadounidenses. La dependencia energética de Europa en relación con Rusia era inaceptable. Desde el punto de vista de Europa, no se trataba de dependencia, se trataba de racionalidad económica y diversidad de socios. Con la invasión de Ucrania y las sanciones, todo se consumó como estaba previsto, y la apreciación inmediata de los precios de las acciones de los tres complejos tenía champán esperándolos. Una Europa mediocre, ignorante y sin visión estratégica cae impotente en manos de estos complejos, que ahora les dirán los precios a cobrar. Europa está empobrecida y desestabilizada por no haber tenido líderes a la altura del momento. Además de eso, se apresura a armar a los nazis. Tampoco recuerda que, en diciembre de 2021, la Asamblea General de la ONU adoptó, a propuesta de Rusia, una resolución contra la “glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que promuevan el racismo, la xenofobia y la intolerancia”. Dos países votaron en contra, Estados Unidos y Ucrania.
Las negociaciones de paz en curso son una equivocación. No tiene sentido que sean entre Rusia y Ucrania. Deberían ser entre Rusia y los EE.UU./OTAN/Unión Europea. La crisis de los misiles de 1962 se resolvió entre la URSS y los Estados Unidos. ¿Alguien se acordó de llamar a Fidel Castro para las negociaciones? Es una cruel ilusión pensar que habrá una paz duradera en Europa sin compromiso real por parte de occidente. Ucrania, cuya independencia todos queremos, no debería unirse a la OTAN. ¿Finlandia, Suecia, Suiza o Austria han necesitado hasta ahora la OTAN para sentirse seguros y desarrollarse? De hecho, la OTAN debería haber sido desmantelada tan pronto como acabó el Pacto de Varsovia. Sólo entonces la UE podría haber creado una política y una fuerza de defensa militar que respondiera a sus intereses, no a los intereses estadounidenses. ¿Qué amenaza había para la seguridad de Europa que justificara las intervenciones de la OTAN en Serbia (1999), Afganistán (2001), Irak (2004), y Libia (2011)? Después de todo esto, ¿Es posible seguir considerando a la OTAN como una organización defensiva?
*Académico portugués. Doctor en sociología, catedrático de la Facultad de Economía y director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal). Profesor distinguido de la Universidad de Wisconsin-Madison (EE. UU) y de diversos establecimientos académicos del mundo. Es uno de los científicos sociales e investigadores más importantes del mundo en el área de la sociología jurídica y es uno de los principales dinamizadores del Foro Social Mundial.
El de octubre de 1944 durante la II Guerra Mundial los fascistas asesinaron al Dr. Carlos Collado, quien había ayudado a los/as partisanos/as heridos en combate, además participó del “Comando de los Ángeles”, de esa manera logró rescatar muchas personas que eran perseguidas por los nazis.
Collado fue perseguido por los fascistas, hasta que lo torturaron en el Cuartel de Vía Santa Chiara en Bologna. El gobierno italiano le concedió la Medalla Garibaldina y en Casalecchio hay un monumento que hace homenaje a su heroísmo y una calle lleva su nombre. Todos los años, la Universidad de Bologna ofrece una ceremonia en su honor.
La AAJ repudia los actos de violencia del 6 de enero en Washington DC, que resultaron en la muerte de cinco personas, lo cual pudiera repetirse durante o antes del acto de toma de posesión del presidente electo Joseph Biden. La insurrección ejecutada en el Capitolio fue impulsada por Trump esa mañana, mintiendo sobre un presunto fraude electoral. Una turba ultraderechista, fascista, antisemita y neonazi, y de supremacistas blancos, irrumpió y ocupó el edificio del Capitolio de los Estados Unidos y varios edificios del Capitolio estatal en un intento de interrumpir el proceso de certificación de las elecciones, encontrar, agredir, o inclusive secuestrar y asesinar a legisladores y legisladoras, aparentemente con la complicidad de efectivos de las fuerzas del orden y colaboración de legisladores como Ted Cruz y muchos otros. Así lo reflejan los medios de prensa. Incluso se documentó que algunos agentes de policía abrieron barricadas para dejar pasar a las turbas y se retrataron en “selfies”. Además, se informó que el Departamento de Defensa no dio aprobación para la entrada de guardias nacionales de otros estados hasta horas después. Resulta significativo que un buen número de los insurrectos fueron integrantes de las fuerzas armadas de los EE. UU.
La AAJ considera que los hechos acaecidos confirman una tentativa de golpe de estado con el objetivo de anular los resultados de las elecciones, certificados por el Colegio Electoral. El fracaso de la tentativa posibilitó la decisión de la Cámara de Representantes del 13 de enero, promoviendo un segundo proceso de destitución de Trump por incitación, y no pueden descartarse nuevos intentos.
Hay que analizar seriamente el comportamiento y complicidad de las fuerzas del orden al tratarse de manifestantes supremacistas y compararlo cuando se trata de manifestantes negros, latinos, progresistas, LGBTQ, naciones originarias, mujeres, y de quienes luchan contra la discriminación y el racismo.
Un ejemplo, es el del pasado mayo y posteriormente: la policía de Washington DC actuó con fuerza excesiva y detenciones masivas de miembros de Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan) y grupos en solidaridad, por protestar contra el racismo y la violencia policial a raíz del asesinato de George Floyd. Así mismo fue el comportamiento de las fuerzas policiales en eventos similares en todo el país.
Otro ejemplo es la respuesta policial a la violencia de la supremacía blanca en Charlottesville, VA en 2017, cuando operativos de extrema derecha y fascistas se congregaron con antorchas, símbolos del nazismo, para revertir la decisión de remover los monumentos racistas. La policía, en otra demostración de racismo, tuvo una actitud complaciente hacia los supremacistas, que tomaron represalias e irrumpieron en medio de una contra protesta anti racista, hiriendo a decenas y matando a la joven Heather Heyer.
Por tanto,
La AAJ llama a una investigación exhaustiva, rigurosa e independiente de los hechos, sancionar a los responsables y garantizar su no repetición tomando las medidas necesarias para desmantelar toda forma de racismo institucional y estructural.
16 de enero de 2021
Vanessa Ramos. Presidenta AAJ Continental Luis Carlos Moro. Secretario General Beinusz Szmukler. Presidente del Consejo Consultivo de la AAJ