UNA y Ciemhcavi incursionan en neurociencia

“Viernes Científico”

Johnny Núñez Zúñiga

Periodista-UNA

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Randall Gutiérrez, coordinador de Cidisad-UNA muestra cómo se coloca el equipo Nirs para analizar las contracciones de oxígeno.

Analizar las áreas del cerebro humano que registran mayor actividad, con el fin de potenciar en el subconsciente destrezas motoras, percepción visual y toma de decisiones, forman parte de los primeros pasos que da la Escuela de Ciencias del Movimiento Humano y Calidad de Vida de la Universidad Nacional (Ciemhcavi-UNA) en el campo de la neurociencia.

El Centro Iberoamericano de Neurociencia, Educación y Desarrollo Humano (Cerebrum) define la neurociencia como el estudio científico del sistema nervioso central y sus funciones. Estudia las complejas funciones de 86 mil millones de neuronas o células nerviosas de la persona.

Randall Gutiérrez, académico de Ciemhcavi-UNA y coordinador del Centro de Investigación y Diagnóstico en Salud y Deportes (Cidisad), indicó que si bien la neurociencia es la ciencia que estudia el cerebro, para los investigadores abocados en el perfil fisiológico existe un mayor interés en analizar el funcionamiento cerebral, más allá de la descripción anatómica. “Publicaciones de renombre internacional en fisiología del ejercicio prácticamente ignoran las adaptaciones y mejorías que el cerebro sufre gracias al entrenamiento físico; sin embargo, hoy sabemos que es uno de los órganos que más se benefician con esa práctica”, explicó Gutiérrez.

De la mano del Nirs

Agregó que si, por ejemplo, se somete un individuo a una tarea específica, activando un área de interés y en tres meses de entrenamiento o estimulación se encontró en esa zona un consumo de oxígeno aumentado, significa que hay mayor actividad cerebral; por lo que se dio un cambio estructural y funcional en el cerebro.

“En el caso del deportista conlleva el análisis simultáneo de varias áreas: el área motora, el área directiva o toma decisiones y la perceptiva visual. Según el tipo de desarrollo que pretenda una persona, el trabajo podría ser más motor o perceptual como la repetición de una técnica deportiva hasta automatizarla inconscientemente, o como un trabajo de estimulación visual que implique también la toma de decisiones”, detalló Gutiérrez.

El especialista comentó que para realizar esta serie de estudios el Cidisad-UNA adquirió un equipo portátil de Espectroscopia Infrarroja de Mediciones Cercanas o Nirs (correspondiente a las siglas del inglés de Near Infrared Spectroscopy), que se utiliza para medir en dónde y en qué magnitud existe actividad cerebral basado en las concentraciones y consumo de oxígeno de la corteza cerebral.

Actualmente, se colabora con el Instituto Regional de Estudios en Sustancias Tóxicas (Iret) en una investigación para medir sí existe alguna variación cerebral en agricultores expuestos al uso de plaguicidas en comparación con agricultores que manejan productos orgánicos. Dichos resultados se analizan en la Universidad Stanford, en Palo Alto California, Estados Unidos.

***Mayor información con: Randall Gutiérrez (8351-3493) Oficina de Comunicación de la UNA(2277-3464).

 

Enviado a SURCOS Digital por Oficina de Comunicación UNA.

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