“Y la verdad, os hará libres”

Miguel Ureña Cascante

Reza un conocido proverbio bíblico, escribir al respecto, siempre dentro del ámbito de las relaciones interpersonales, con una visión de compañerismo y motivación a diversas actuaciones en cualquier organización.

Una vez leí; “AL JEFE SE LE MERECE RESPETO; PERO NO MIEDO”, algo así parecido. Pues resulta que las organizaciones evolucionan, se van renovando instancias, algunas veces ayuda en mucho tener requisitos académicos, en otras ayudas, tener amigos o palancas adentro; o en otros casos, ni una ni la otra, simple le tocaba.

En virtud del cumplimiento de metas y objetivos, la organización como sistema, debe integrarse, ahí podrían surgir una serie de conflictos, primero porque los objetivos podrían resultar muy ambiciosos, otros no tanto, pero también es claro, que en mucho estriba la manera en que se le pide al personal el cumplimiento de metas y objetivos, tanto que una dependencia podría producir mucho más que otra con menos herramientas, o bien con más motivación, la aprobación de más recursos materiales, tecnológicos o financieros, respecto a otras; quizás lideradas por un componente humano, que piensa en el enfoque mecanicista de las teorías negativas de la Administración del Recurso mismo.

Que Bien se siente cuando se cumplen las metas y objetivos sin mayor dilación, pero cuando tenemos quizás, personas que olvidan capacitarse o retroalimentarse constantemente; ya que piensan tal vez que llegar a un puesto de Dirección la blinda de todas las actuaciones y que las mismas se tendrán que lograr, desde la perspectiva subjetiva de cómo debe ser cada tarea y no estima que en el camino mismo se den objeciones o recomendaciones de a quién compete una tarea o a quién compete otra tarea. De esa confusión; podrían nutrirse únicamente las personas temerosas que no estudian o asumen como la única verdad real, aquella que se les instruya o imponga y no pueden sugerir porque el pensar les está vedado.

Pues en una MEGA ORGANIZACIÓN con un componente en la toma de decisiones que ostenta una legitimación activa, son sobrada solvencia académica, no esté exenta de sufrir algunos baches. Dichosamente puede ser temporario, y esa facultad permite quizás, llegar asumir la dirección técnica y política de una organización, dónde se instruyen directrices, planes, estrategias y procedimientos, para acrecentar los frutos y promover los aportes individuales, a la colectividad y ese sinergismo resultar con indicadores positivos.

Al tenor de la justificación de cero incremento en gastos laborales, no permiten que la inclusión de un elemento humano, sensible, pensante, activo, sume en una área o sector, poder contribuir notablemente a esa sinergia laboral y estratégica organizacional, con mejores resultados respecto al análisis costo beneficio realizado, sobre el estudio de la propuesta de incluir ese recurso humano adicional en esa área potencialmente deficitaria de candidatos humanos y no autómatas.

Es quizás, ese pensamiento de no invertir más en recurso humano, que obliga a los superiores, a observar esa limitación, asumirla como tal, sin objeciones, ya que el poder está en manos particulares y no tener conflictos es la regla, al fin y al cabo, son actores pasajeros. Mientras; vamos a “nadadito de perro”

La dispensa o excepción, respecto a integrar los subsistemas, en el sistema mismo, tal cual cuerpo humano, donde las venas llevan o trasladan el torrente sanguíneo, para que el bombeo del corazón asegure un estado adecuado de todo el cuerpo institucional y así, se integre adecuadamente cada componente con lo que hacen los demás, hasta lograr que todo concluya satisfactoriamente con rendimientos positivos.

Simple Administración del Recurso dirían, pero la experiencia de conflictos entre el patrono, su representante y los trabajadores, es manifiesto muchas veces ; cuando la “tuerca” que ensambla, con el “tornillo” no tiene la medida simétrica que el componente ocupa, y es así, como ante las constantes vibraciones del uso del método mismo, podrían la “tuerca” ir rotando, hasta que se sale del carril de soque y se cae, y así con todos los demás tornillos, y hasta llegar a desprenderse y colapsar la estructura, obligando a pagar daños o perjuicios, porque las indicaciones o dimensiones del ancho, el largo y del material, no fueron adecuadamente especificadas y se continuó con el proyecto, a pesar quizás, de las advertencias realizadas por los ejecutores y los operadores del caso, no fueron escuchadas.

Ciertamente, todo eso puede suceder, pero en una organización que sea modelo, acorde a las condiciones del momento, podría lograr en demasía, más que cualquier otro equipo si se le aceptan las sugerencias de mejoras continuas, entre ellas, la capacitación constante de los actores del sistema mismo.

Hemos llegado a un momento, en que los planes y programas antes de integrar, dividen los sectores, y es así como cuantificamos como bueno, que el que más casos realiza, es el empleado más eficiente, pues la regla podría tener también un contrasentido.

Interesante; lograr esa integración de experiencia y juventud, tal cual reza una canción, al referirse a las personas de más de 40, y resulta muy gratificante, una persona que peina canas, que debe ir al son de las mejoras técnicas y programas, cuyo aprendizaje resulta más lento, que el de un joven, el cual viene con el “chip” incorporado y entre todos se logran los objetivos propuestos. Es placentero; para personas de mayor cuantía en edad, observar alegremente un relevo acorde a las exigencias del momento, eso asegura en mucho, el beneficio mismo de ese “veterano” cuando su jubilación llega, y dejar un legado trazado quizás “a pie”, mientras los integrantes hoy día, se montan en el tren tecnológico, para combatir las necesidades del momento y potencial futuro próximo.

La integración respetuosa, sin egoísmos o imposiciones sectoriales o profesionales, crean mejores resultados, nadie ciertamente es imprescindible, pero todos entre sí; para lograr una sana convivencia social, laboral y profesional.

Nadie debe sentirse, mejor que nadie en un sistema complejo, pero tampoco debe permitirse el irrespeto a la contribución individual, aunque; puedan tropezar con los tecnócratas, hay personas que peinan canas, que su consejo y experiencia de vida y de trabajo, podría inferir un potencial éxito o fracaso, de un conjunto de funciones, cuando son aplicadas sin el previo estudio del impacto mismo esperado.

La prudencia, la sapiencia, la tolerancia señalan en muchas áreas, “vientos de cambio” pero los actores, tal cual sistema, deben reaccionar, pero respecto al componente humano, debe tener una consideración especial, automatizar las tareas, no debe significar; automatizar volver autómatas o robots las personas mismas.

Bienvenido futuro tecnológico, como una herramienta al servicio del ser humano mismo. Bienvenida nuevas generaciones de personas, que contribuyen y aprenden con más celeridad los nuevos paradigmas del trabajo mismo.

Bienvenidas; autoridades en general, cuya actuación conlleva un respeto a las “insignias de guerra” del soldado que quizás hoy esta abatido, por los años en las trincheras, evitando que la ignorancia, la injusticia, la desmotivación carcoman lo bueno de la organización que defendió y que su lucha, hoy provee una herramienta en cada escritorio, para lograr las metas individuales , laborales, e institucionales compartiendo una vida digna y decorosa, sin subirse sobre las espaldas de su compañero, y rendirle tributo, respeto y un saludo, a su bandera de paz y libertad como ser humano respetable.

Una colaboración del Lic. Miguel Ureña C., aspirante a periodista.