Los rodolitos se encuentran en los fondos marinos y son el hábitat de especies de interés comercial
Patricia Blanco Picado,
Periodista Oficina de Divulgación e Información
Científicos de nueve países, incluido Costa Rica, se reunieron del 27 al 31 de julio en el V Taller Internacional sobre Rodolitos en la Universidad de Costa Rica (UCR), para compartir los nuevos hallazgos de estos organismos que han sido poco estudiados y son de gran importancia ecológica.
El Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar), de la UCR, fue el anfitrión de este encuentro, en el que se expusieron más de 30 trabajos de investigación y participaron investigadores y estudiantes dedicados al estudio de los rodolitos, procedentes de Australia, Estados Unidos, Brasil, Canadá, Francia, México, Portugal, España y Costa Rica.
La Dra. Cindy Fernández García, investigadora del Cimar y coordinadora de la actividad, afirmó que durante las sesiones se discutió, entre otros temas, sobre la identificación de especies y su parentesco, aspectos ecológicos, geológicos y paleontológicos.
Asimismo, se dedicaron varias sesiones para analizar los efectos de la acidificación de los mares y el cambio climático en los mantos de rodolitos, que están presentes en todos los mares del mundo, tanto en zonas tropicales como polares.
Como parte de las actividades del taller también se realizó una gira a la Isla del Caño, en el Pacífico sur.
Los rodolitos son un tipo de alga marina con un aspecto similar al coral; en sus paredes celulares almacenan carbonato de calcio para formar estructuras sólidas que asemejan a arrecifes coralinos. A diferencia de los corales, los rodolitos no se fijan a los fondos marinos, sino que están a la deriva y recubren grandes extensiones del fondo.
En Costa Rica se han observado mantos de rodolitos en la Isla del Coco, en Bahía Culebra y en la Isla del Caño.
El director del Cimar, Dr. Álvaro Morales Ramírez, destacó que estos organismos ocupan un importante nicho en el ecosistema marino, ya que funcionan como un hábitat alternativo para muchas especies.
“Estudios sobre biodiversidad han determinado que existe una gran riqueza y abundancia de los organismos asociados, principalmente macroalgas, invertebrados y peces, lo que los convierte en un hábitat alternativo para hábitats tanto arenosos como rocosos”, explicó Morales.
Se ha podido comprobar que los mantos de rodolitos son el refugio de una gran variedad de especies de interés ecológico y comercial, entre estas últimas las ostras y las almejas.
Recientemente se demostró que un individuo puede vivir 100 años, lo que se considera como un excelente indicador del cambio climático, ya que pueden ser utilizados para interpretar variaciones climáticas.
Entre las amenazas que actualmente tienen las comunidades de rodolitos, los expertos mencionan la contaminación y la turbidez del agua, lo que afecta negativamente a su crecimiento. Asimismo, la acidificación creciente de los océanos, porque altera su tasa de calcificación y la pesca de arrastre.
Por último, el Dr. Morales dijo que la extracción de rodolitos, principalmente para utilizarlos como fertilizantes agrícolas en suelos muy ácidos, ha sido uno de los problemas mayores.
Información tomada de: http://www.ucr.ac.cr/
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