Comunicado de mujeres ante la actual coyuntura electoral
12 de Febrero de 2018
Carta abierta dirigida a:
- Conferencia Episcopal de Costa Rica
- Alianza Evangélica de Costa Rica
- Organizaciones No Gubernamentales
- Autoridades de Gobierno
- Diputadas y diputados en funciones y electos
- Candidatos presidenciales
- Habitantes de este país en general
Como ciudadanas y también como mujeres creyentes, expresamos la profunda preocupación que nos embarga. En la campaña electoral se han utilizado signos y lenguaje religioso para ofender y denigrar a las personas. En las redes sociales también abundan los mensajes con alusiones a textos bíblicos para señalar y condenar. En las calles varias personas han recibido insultos y hasta agresiones físicas. También se ha obstaculizado el derecho a la identidad y hasta el derecho a la educación de nuestros hijos y nuestras hijas.
Las expresiones de odio, discriminación, intolerancia, mentiras, manipulación y hasta amenazas de muerte que han sido puestas de manifiesto en los últimos días, está provocando corazones tristes, espíritus rotos y desesperanza en muchas personas. Consideramos que todo eso está muy distante del mensaje y la actitud de Jesús, que acogió con amor a pecadores, leprosos y prostitutas, es decir, a las personas excluidas. Como creyentes cristianas, insistimos en que esto se aleja rotundamente de las palabras del Maestro, cuyo evangelio se sustenta plenamente en el amor al prójimo.
Pensamos que las posturas moralistas no pueden ahogar el grito por la justicia que está en el corazón del Evangelio y que exige vida en abundancia, es decir, calidad de vida especialmente para las personas que han sido marginalizadas.
Sentimos que el país está tomando un rumbo alejado de la convivencia respetuosa en la diversidad, donde se pueda trabajar y vivir en paz; un país orientado por los derechos humanos y en donde las instituciones respalden y protejan a todas las personas que habitan el territorio.
¿Qué clase de sociedad estamos forjando para las nuevas generaciones?
La campaña electoral no debe ser un espacio para crear fracturas entre la población y menos hacerlo desde creencias y discursos que atentan contra la unión y comprensión dentro de las familias. La convivencia pacífica, el respeto, la solidaridad, así como la aceptación de las hijas e hijos como regalos de Dios que son, y como personas únicas y dignas de amor y protección en todo momento, son elementos primordiales que no deben ponerse en riesgo. Cada núcleo familiar en 2 donde el amor sea la característica central, es un pilar fundamental para la sociedad costarricense.
Estamos a tiempo para reflexionar y cambiar de rumbo. A las autoridades de Gobierno, a las instituciones responsables de la seguridad y educación, que realicen las acciones urgentes para detener estos atropellos y violencia.
Apelamos a las miles de personas que se sienten inspiradas por Jesús de Nazareth para que se apeguen a sus enseñanzas basadas en el amor universal, el perdón, la igualdad de todos los seres vivos en dignidad.
Hacemos un llamado a las autoridades eclesiales de toda denominación para que asuman la responsabilidad frente a la actual coyuntura. Su postura es decisiva, levanten sus voces, sean coherentes con sus tareas de orientar a las personas creyentes por el camino de la paz, la justicia y el amor al prójimo.
Exigimos a las y los diputados actuales y electos para que se apeguen al cumplimiento de buscar el bienestar de toda la ciudadanía sin imponer sus creencias particulares.
A los candidatos presidenciales que se manifiesten y actúen en congruencia con las enseñanzas cristianas que predican.
A las autoridades de Gobierno, a las Instituciones responsables de la Seguridad y Educación, que realicen las acciones urgentes para detener estos atropellos y violencia.
A las madres, padres, abuelos, abuelas, tías, tíos, personas adultas responsables, para que revisen las creencias que animan sus posturas y decisiones. Ninguna de ellas debería llevar al juicio, la condena, el repudio o la agresión, en cualquiera de sus formas contra ningún ser humano. Hacerlo está en total contradicción con los principios cristianos y espirituales que decimos profesar.
Firman:
Magally Quirós Murillo, cédula: 105840460
Denia Murillo Miranda, cédula: 502080933
Cindy Pamela Rodríguez Ulloa, cédula: 702650226
Dairy Rodríguez Mora, cédula: 504390755
Petra Annette Pelz, cédula de residencia: 127600095234
Ana Rita Argüello Miranda, cédula: 206700524
Kattia Isabel Castro Flores, cédula: 107590724
Mauren Lizano Jiménez Cédula: 107370467
Patricia Lorena Calderón Rodríguez, cédula: 196670835
Annethe María Jiménez Arguedas, cédula: 401360628
Ana Lorena Dávila Cubero, cédula: 501600478
Martha Lorena Moreno Herrera, cédula: 104780494
Laura Marcela Arias Cabrera, cédula: 18705202
Olga Vitinia Varela Mora, cédula: 601740498
Dulce María Chavarría González, cédula: 107140400
Lilliam Rojas Ramírez, cédula: 10399048
Adriana Sánchez Hernández, cédula: 401810207
Mariana Díaz Quirós cédula: 207280327
Ileana Quirós Rojas cédula: 106380039
Guisella Fallas Mora, cédula: 111960365
Carolina Sánchez Hernández, cédula: 402000744
Larissa Arroyo Navarrete, cédula: 109850255
Sivia Lira Sancho, cédula: 111110640
Gina Sancho Luna, cédula: 700910266
Vera Sancho Mora, cédula: 104111454
Elena Sancho Blanco, cédula: 111720024
Xenia Sancho Mora, cédula: 106090429
Alicia Carvajal Bolaños, cédula: 105240166
Grettel Gamboa Fallas, cédula: 109940832
Thelma María Alguera Martínez, cédula: 503160741
Casta Arana Bolaños, cédula: 104191225
Karol Ruíz Rodríguez, cédula: 110950736
Guadalupe Mora Araya, cédula: 107140304
Marcela Quirós Rojas, cédula: 107090693
Enviado por Carmen Chacón.
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